The true lives of the fabulous Killjoys: Música, colores y pistolas de rayos al borde del fin del mundo
«The future is bulletproof
The aftermath is secondary
It’s time to do it now and do it loud
Killjoys, make some noise»
Gerard Way es famoso. Una estrella con millones de seguidores a lo largo del mundo, pero por su música. Por sus cómics también es conocido, incluso goza de cierta estatus, muy alejado del anterior pues el noveno arte no tiene tantos seguidores, gracias a dos cosas, su trabajo para DC, donde juega con en mainstream, y su obra propia The Umbrella Academy. Por esta última fue reconocido gracias a su triunfo en los Eisner de 2008, aunque es más famosa gracias a la adaptación de Netflix. Pero no es su única serie y ahí es donde entra The true lives of the fabulous Killjoys.
Esta colección que ha recopilado Norma en un solo tomo, un formato excelente de tapa dura con sobrecubierta, es una serie limitada de seis números que publicaba en Dark Horse en 2013. Ha tardado en llegar pero lo hace en el momento justo, no solo por el triunfo de The Umbrella Academy sino porque el año pasado salió a la venta una segunda serie, una continuación de este mundo bajo el subtítulo National Anthem. Pero para hablar de The true lives of the fabulous Killjoys es necesario hablar de la carrera musical de Gerard Way, de My Chemical Romance.
En 2002 salía a la venta el primer disco de My Chemical Romance, I Brought You My Bullets, You Brought Me Your Love, un trabajo que se enmarcaba dentro del Emotional-Hardcore (popularizado como “Emo”) que si bien no ofrecía nada nuevo tenía la suficiente garra como para llamar la atención. Dos años después aparecía Three Cheers for Sweet Revenge, una obra mucho más pulida y que les acercó a la fama. Es posible que el éxito de este disco no se valore lo suficiente, al final consiguieron sacar a la luz, al mercado masivo, un estilo que llevaba en el underground desde que se acuñase el término para definir a bandas como Rites of Spring a finales de los ochenta. Es verdad que el Emo evolucionó mucho en esas décadas, incluso llegó a tener unas posiciones decentes en las listas de ventas unos años antes, con bandas como The Get Up Kids o Jimmy Eat World, pero las raíces seguían estando ahí, en esos dos discos.
Sin embargo todo cambió en 2006, cuando la banda lanzó The Black Parade. Este disco les llevaría a la fama absoluta por gran parte del planeta, pero era diferente. La parte “Emo” fue reducida, se llevó a la mínima expresión mientras que el pop-rock se alza como principal influencia, con referencias tanto estadounidenses como inglesas. Esto tuvo sus consecuencias (entre ellas una gran malinterpretación de lo que era el Emo en realidad) y ahí es donde entra su cuarto LP, Danger Days: The True Lives of the Fabulous Killjoys.
En realidad 2009 debería haber sido el año de Conventional Weapons. Este era el título del que iba a ser el cuarto álbum de estudio de My Chemical Romance, que suponía un regreso a sus raíces Hardcore, un paso atrás en su evolución cuyo resultado no era ni la mitad de fresco que sus dos primeros trabajos. Algo así debieron sentir ellos pues, cuando ya lo había grabado e incluso mandado algunas copias a prensa, pisaron el freno. Ese disco no salió a la venta en aquel año, lo haría en 2013 (primero en formato de cinco EPs y luego ya como LP) cuando la banda se había separado. Esto es digno de alabanzas, podían haber sacado eso y hubiera vendido muchas copias, pero no era lo que sentían. Así es como se formó Danger Days: The True Lives of the Fabulous Killjoys.
Esto no significa que sea un disco raro, al contrario, es un disco en el que el pop y el rock se acentúan, con poco «Emo» presente en temas, como Bulletproof Heart, es más deudor de la segunda ola que del original, lo que conlleva acercarse a ritmos más lentos. Es un disco muy variado y con muchas influencias, se atreven con algo de electrónica, un poquito de punk, rock… influenciados por bandas que van desde Los Ramones hasta Jane´s Addiction, pero sobre todo es un disco muy comercial, poco original y aún así consigue mayor frescura que el anterior, sin llegar al nivel del segundo. Eso sí, guste más o menos es un disco en el que lo dieron todo a nivel personal y con el que obtuvieron muy buenos resultados en una época en la que la venta de discos estaba en su mínimo.
La historia de cómo se gestó este disco es interesante, pero vamos a lo que realmente nos importa, la historia que cuenta este disco y lo que trajo relacionado. Los trabajos de My Chemical Romance siempre han tenido un tono conceptual, acentuado ya en The Black Parade, pero con Danger Days: The True Lives of the Fabulous Killjoys fueron un paso más allá, crearon un mundo postapocalíptico y le dieron unos personajes con una historia. En realidad esta historia había surgido de la mente de Way y un amigo suyo, Shaun Simon, un año antes y la intención original era sacarla en cómic, pero el cambio en el cuarto disco y la idea de los vídeos se impuso.
En un futuro 2019 California es un páramo desolado y triste en el que un grupo de jóvenes, apodados Killjoys, luchan contra la tiranía de Better Living Industries (BL/ind.) y su grupo de SCARECROWS dirigidos por Korse. El Dr. Death Defying aparece como locutor de radio y DJ que va narrando parte de lo que sucede en la historia entre algunas de las canciones del disco, pero donde My Chemical Romance se explaya a gusto con esto fue en los vídeos musicales de Na Na Na y Sing, en los cuáles ellos mismos actuaban como los Killjoys (y Grant Morrison como el villano). Es importante verlos antes de leer el tomo que ha sacado Norma pues son el preludio a él.
Los vídeos ya nos muestran prácticamente todos los conceptos que se van a usar en el cómic. Digamos que no es necesario escuchar el disco, ni mucho menos ya que todo lo que sale aquí se queda en pequeñas referencias a las canciones (Destroya, SCARECROW…), pero la historia se entiende mejor si se ven esos dos clips, pues continúa desde ahí, unos doce años después, con la vida de la misteriosa niña.
Gerard Way escribe esta serie junto al guionista y músico Shaun Simon, con el que también ha compartido más recientemente una parcelita de su Umbrella Academy al darle la miniserie Pareces un muerto. Y se nota que Simon ha sabido pulir los diálogos y algunas de las escenas, ya que Way, aún tratando temas diferentes, tiene mucha tendencia a acercarse a la forma de escribir de su amigo y mentor Grant Morrison. A día de hoy esto ha cambiado y Way afina más sus escritos, pero aquí esa función la ha cubierto Simon de manera bastante positiva.
Es una serie muy influenciada por el punk y las historias post-apocalípticas de los setenta y ochenta, pero con una imagen actualizada, muchos colores y una estética anárquica que va a juego con la actitud de los rebeldes. Muy en sintonía con las letras habituales de Way, un desenfadado con una atmósfera depresiva, ese “No Future” llevado al extremo de “Y me importa una mierda porque me voy de fiesta” pero también con un punto reivindicativo, especialmente en cómo trata el poder o el mínimo valor de la vida, con referencias muy reales a los Estados Unidos y el trato al diferente.
Es una obra muy punk y muy hardcore, en el sentido que trata todos esos temas que las bandas adscritas a esos estilos suelen reflejar en sus letras. Diferentes conceptos de familia, el amor, la unión, la vida en las zonas de clase baja, los abandonados y, en mayor medida, la lucha contra los poderes opresivos que nos intentan controlar.
El comienzo de la obra es quizás la parte más difusa, pero no por el escenario o los conceptos presentados sino más bien por el tipo de diálogo ya que Way casi parece estar escribiendo las letras de una canción donde el lector debe interpretar los posibles segundos sentidos de frases que pueden parecer inconexas pero al avanzar se hace menos poético y gana en narrativa.
En este sentido Becky Cloonan, artista que realizó series como Batman, Gotham Academy o Demo, ha sido una buenísima elección. Su estilo es sencillo y eso hace que la obra entre muy bien. Su trazo gordo le da un tono juvenil y traslada muy bien los diseños de los vídeos musicales al papel manteniendo ese tono de serie B que tenían y añadiendo elementos cyberpunk para la parte de la ciudad. El color es muy importante y Dan Jackson hace un trabajo excelente al conseguir marcar muy bien el contraste entre las ropas y abalorios con los fondos, los primeros muy vistosos y los segundos más normales. Puede que no sea perfecto pero es el que pide una obra como The True Lives of the Fabulous Killjoys.
Hay que tener en cuenta que, aunque los vídeos ya mostraban los conceptos de este mundo y desarrollan una trama bastante simple, en realidad no explican nada. No se puede decir que el tomo empiece de cero, porque lo que sucede en los vídeos es en cierta medida parte importante del motor que mueve la acción, pero en el propio cómic se adapta una parte de ello, por lo que funciona solo sin problemas. Ahora bien, hay un desarrollo de personajes importante.
Digamos que la historia de este tomo se parte en cuatro. La del villano es la más simple, enseña sus cartas muy pronto y esto la hace tremendamente predecible, aunque se disfruta. Es curioso porque la parte de la ciudad y los androides porno hace lo mismo sin embargo evoluciona hacia terrenos más complejos e interesantes, que hablan sobre la vida y sobre la religión de manera leve pero inteligente. La niña es la absoluta protagonista y la que más páginas se lleva, con un avance basado en el aprendizaje y un misterioso secreto que nos lleva al final de la obra. Val Velocity y los herederos de los Killjoys son otro punto importante en la narración, menos presente pero que avanza de forma algo más imprevista, con unos personajes muy bien trabajados y la que realmente nos enseña que los autores, si bien tiran de algunos tópicos, quieren moverse hacia otros lugares.
Nada es lo que parece en cada una de esas historias, pero no por un giro loco de guion sino por una evolución muy orgánica de cada uno de ellos, para bien y para mal, a nivel moral. Esto hace que la obra se vuelva más interesante según avanza. Quizás la gran pega que se le podría poner es que seis números se le quedan algo cortos y el final es algo apresurado, se condensa demasiado en muy pocas páginas.
El tomo incluye una gran cantidad de extras, portadas, bocetos y anuncios que nos sumergen más en este mundo, pero también artículos de la editora, Sierra Hahn, y de los guionistas, Simon y Way, explicando cómo esta serie llegó a ser una realidad. Además encontramos la pequeña historia Satélites Muertos, perteneciente al Free Comic Book Day de Dark Horse en 2013. Todo ello basado en la Library Edition sacada al otro lado del charco, es decir, completísimo.
Lo mejor
• La mezcla de elementos muy variados le dan un toque distinto.
• La frescura del apartado gráfico.
• Unos personajes nada estáticos.
• La magnífica edición de Norma.
Lo peor
• Ese último número apresurado, que va al grano pero le falta algo de desarrollo.
Guión - 8.3
Dibujo - 8.3
Interés - 8.3
8.3
Look...
Con conceptos conocidos, mezclados y batidos, Way, Simon y Cloonan nos presentan una historia muy entretenida, con personajes bien conformados dentro de un mundo desolador.
‘Danger Days’ es un discazo como la copa de un pino. Aunque he de decir que toda la discografía de My Chemical Romance es tremenda y muy variada; una pena que siempre se les trate como emos cuando es un grupo con composiciones muy variadas.