Hace unas horas hablábamos de Black Mask Studios, las peculiaridades de la editorial, sus inicios, sus trabajos, es decir, un pequeño recorrido para conocerlos, y ahora es momento de meternos a fondo con una de sus series. There’s nothing there es la única obra de la editorial publicada de momento en España, cosa que se hizo desde Norma Editorial en sus novedades del pasado mes de noviembre, la obra que saliera a la venta en Estados Unidos durante el 2017 aquí es lanzada en un solo tomo que contiene los cinco números que completan la colección y resulta una buena muestra de lo que ofrecen desde Black Mask Studios, una serie de calidad, que no deja indiferente al lector, con un guión trepidante pero alejado de grandes artificios y que va directo a causarnos una sensación fuerte, en este caso la temática elegida es el terror. Precisamente hace poco varios compañeros de esta casa hablaban en un podcast (que podéis encontrar aquí) sobre la dificultad de crear mundos de terror dentro del cómic, en gran medida por la diferencia narrativa con los otros medios (cine y literatura especialmente) a los que estamos acostumbrados dentro de este género, el guionista Patrick Kindlon hace la misma reflexión en este tomo y consigue llegar a una vía muy interesante, prescindir del susto fácil y basarse en la ansiedad, la sensación de no poder escapar y el misterio, todo ello se logra. Kindlon es más conocido por su faceta como cantante de la banda Self Defense Family, un grupo de post-hardcore bastante underground, lo que sigue un poco la línea de la editorial, como habíamos hablado en la anterior entrada. Para Black Mask realizó cinco series entre el terror y la ficción, por lo que no tenemos nada de material previo en España.
De quien sí hay es de la dibujante, Maria Llovet tiene cuatro obras propias también publicadas por Norma Editorial que han sido reseñadas en esta página. La barcelonesa destaca por su magnífico dibujo de estilo manga, que le llevó a ganar premios de importancia internacional y sus obras son muy recomendables, pero para el mercado americano consigue dar una vuelta de tuerca a su estilo, que ya muestra aquí en su primera obra para Estados Unidos, mezclando diversos elementos pero sin caer en el “amerimanga”, se reconoce su estilo en algunas formas y algunas caras, como las de la protagonista, más ciertos elementos como esos ojos flotantes presentes en varias páginas de la obra para realzar los elementos sobrenaturales, pero difiere en muchas cosas de obras como Eros/Psique o Porcelain, principalmente por los fondos y el color, ausente en esas dos obras y escogido aquí de forma muy particular que hacen del tomo algo diferente a lo que podemos encontrar en el mercado, pero también por tener un toque fuerte de suciedad que lo hace más oscuro aun cuando usa tonos claros. Tiene páginas, como la que abre el tercer capítulo, que hablan por si solas, consigue siempre transmitir perfectamente esa sensación de agobio y confusión de los personajes, es sin duda el punto fuerte de este tomo, pero si algo me ha llamado la atención son las manos, se puede ver el tono en el que están hablando los personajes solo mirando sus manos, omnipresentes en las viñetas y que parece que te están contando la historia ellas solas. Sencillamente impresionante.
There’s nothing there nos mete en la vida de los más ricos y famosos de la mano de Reno, una chica que disfruta de los mejores lujos, de familia rica, se dedica a actuar en series, pasearse por alfombras rojas y siempre rodeada de fotógrafos, pero su vida cambia cuando empieza a ver fantasmas después de asistir a una fiesta con final de orgía masiva al más puro estilo Eyes Wide Shut. Desde ese momento Reno entra en una espiral de la que no puede salir, es incapaz de no reaccionar delante de las cámaras o desmayarse en público, siendo acusada de ser cosas de drogas o su mala vida, que la llevaba, pero está muy bien mostrada la frivolización bilateral, hacia nosotros como inferiores, no dejando entrar a una persona normal en su edificio o la comparación constante de Reno con su amiga, mostrando esa diferencia de clases que dio pié a abrir la editorial, y hacia ellos por la impersonalización de las redes sociales que, aun transformando lo privado en público, no sigue pareciendo más que un show. Un show frágil y olvidable.
La temática sobrenatural va apareciendo poco a poco y los autores saben jugar muy bien con estos elementos, generando suspense, avanzando poco a poco, haciendo sus pausas para desarrollar a los personajes con diálogos que se mueven entre lo profundo y lo superfluo, mostrando a su vez una cotidianidad que nos acerca a los personajes, haciendo un reflejo de la juventud muy real, sin considerarlos tontos como se suele hacer algunas veces dentro de este género, y todo sin abandonar esa sensación de persecución que nos mantiene tensos y pegados a las páginas. Además la historia tiene giros interesantes, nada que no hayamos visto pero los autores dan muy buen ritmo al cómic durante los cuatro primeros capítulos para acabar con un final redondo que no se pierde en la explicación y gana con la acción.
Una obra deudora del terror clásico que demuestra que este medio es muy propicio para la historias de este género siempre que se sepa alejar de las narraciones de otras artes para generar la suya propia. There’s nothing there ha resultado una sorpresa muy grata que, a su vez, es un buen reflejo de lo que se está haciendo desde Black Mask Studios, obras muy creativas y con un fondo trabajado. Esperemos que se edite más material de este tipo pronto. Y no quitar ojo a Maria Llovet, por supuesto.
There's nothing there
Guión - 8
Dibujo - 9
Interés - 8.5
8.5
Nos miran
La primera obra de Black Mask publicada en España resulta fresca y clásica al mismo tiempo. Con un guion muy interesante y un dibujo sublime, There's Nothing There es una de las obras más interesantes del año.