Thor vol. 5

 

Edición original: noviembre – 2010 – Marvel Comics
Edición España: mayo – 2011 – Panini Comics
Guión: Matt Fraction
Dibujo: Pasqual Ferry
Color: Matt Hollingsworth
Portada: Pasqual Ferry
Precio: 1,95 euros (2,90 euros el primer número)

 

Nuevo volumen para la serie regular de Thor que, dicen en Panini, es el quinto, aunque contando tomos de Grandes Sagas Marvel, recopilatorios varios, series compartidas con el Capitán América y demás formatos de circunstancias de los días de Comics Forum bien podían caer un par de números más. Por alguna razón, el dios del trueno parece condenado a no alcanzar en la vida la cincuentena de números en sus ediciones españolas, pues si hay que hacer caso al artículo de acompañamiento del primer número, solamente en una ocasión superó esa mágica cifra, hace más de treinta años. Ahora que el caballero rubianco del martillo pilón ha dado el salto a la gran pantalla y cuenta con una proyectada franquicia y una participación en la próxima cinta que reunirá a los Vengadores, habrá que ver si eso es impulso suficiente para mantener en el mercado una colección mensual más allá de esos números. Otra cosa es el hecho de que la grapa se siga batiendo en retirada frente al tomo y el lomo

Por de pronto, el asunto parece solventarse mediante el socorrido sistema de los números uno, con el tirón que conllevan. En esta ocasión, la excusa ha sido la existencia de un nuevo equipo creativo, compuesto por el guionista Matt Fraction y el ilustrador Pasqual Ferry, que no necesita presentación a ninguno de los dos lados de la charca. El pistoletazo de salida lo marcan las secuelas de la saga Asedio y el camino al –por ahora- penúltimo macroevento marveliano, Fear Itself, donde la mitología nórdica al estilo de Lee, Kirby y compañía tendrá un papel destacado. Después de la batalla campal que puso fin al oscuro reinado de Norman Osborn, el reino de los aesires está en ruinas. Thor, Balder y el resto de los dioses normandos están lamiéndose las heridas. Fraction hereda la situación planteada por J. M. Straczynski cuando rescató al dios del trueno de un barbecho de varios años, liberándolo de los ciclos del fin de la creación y situando Asgard en los Estados Unidos. Su siguiente paso es explorar las consecuencias del regreso de la mítica ciudad y su incorporación a otro de los nueve mundos, jugando con el clásico habitual de la naturaleza que aborrece el vacío y muestra problemas ante la redundancia. Un nuevo y belicoso reino, compuesto por seres belicosos y vandálicos, amenaza al cosmos nórdico y los maltrechos habitantes del mismo deberán unir sus fuerzas para hacer frente a esta nueva amenaza.

Después de un periodo de transición singularmente largo, en el que Kieron Gillen tomó el relevo de un Straczynski que ya daba claras muestras de irregularidad en su labor. Esa transición se vio apoyada por los acontecimientos de Reinado Oscuro y de Asedio, pero ahora toca una nueva dirección en la que Fraction, que mantiene su control sobre otro de los vértices de la trinidad vengadora –el Hombre de Hierro- parece echar mano de elementos ya vistos en la trayectoria editorial marveliana de Thor que, no hay que olvidarlo, pronto alcanzará el medio siglo de historia. Lo primero es establecer o, mejor dicho, restaurar parte del statu quo clásico, lo que implica la recuperación de Loki en una nueva reencarnación (¿alguien tenía dudas de su retorno? Después de todo, no es la primera vez que la palmaba) y el regreso de Odín, que vuelve para tomar las riendas del trono en su enésima hora más oscura. En el primer caso, el retorno del príncipe de lo falso se ha producido cuando sus restos (in)mortales aún estaban calentitos, pero en esta versión infantil / preadolescente puede dar mucho juego, así que (toquemos madera) bien podría don Matt explorar un poco más esos terrenos en lugar de volver a los manidísimos del conflicto fraternal (aunque ahora que lo pienso, con película vengativa de por medio donde hemos visto quien es uno de los malos, barrunto que la cosa no va a durar mucho). En el segundo caso, el Padre de Todos (o Padre Universal, como prefieren algunos traductores) llevaba muchos más años durmiendo el sueño eterno de los justos (quitando algunas apariciones modelo „hola desde el otro barrio” a las que nos acostumbran personajes como el Capitán Marvel o Ben Parker). Habría que remontarse a los días de Dan Jurgens para recordar la caída de Odín, en lo que era un plagio más o menos consciente de uno de los momentos climáticos de la insuperable etapa de Walter Simonson. Su retorno, como se ha visto en los avances usalandeses, traerá consecuencias de todo tipo para Asgard y, por supuesto, para Thor (aunque de nuevo el asunto no sea para aplaudir por la originalidad).

El primer arco argumental, que introduce a estos personajes clásicos y a alguno nuevo, venido de la versión para la gran pantalla, trae también singulares ecos de otro relanzamiento, el que llevara a cabo a finales de los noventa un autor que no siempre concita lo que se dice simpatías, Dan Jurgens. Apoyado por dibujantes del nivel de John Romita JR, Andy Kubert o Stuart Immonen, don Dan estuvo unos cuantos años al timón de los guiones de la colección, presentando dos etapas bien distinguibles: en la primera, la sensación de „homenaje-plagio-nueva versión” de épocas pretéritas como las de Lee, Kirby y, por supuesto, Simonson, fue evidente. En la segunda, cuando Thor se convierte en mandamás, principió a verse un atisbo de originalidad, aunque en líneas generales todo el trabajo del señor Jurgens esté un poco sepultado en el olvido. De su primera historia vienen los ecos de lo que ahora hacen Fraction y Ferry: seres belicosos y muy poderosos, dispuestos a convertir la creación en un erial. Los dibujos de don Pasqual son tan magníficos como siempre y, solo por ello, la colección es altamente recomendable. Su visión de Asgard combina elementos de la fantasía heroica con la ciencia-ficción, logrando un equilibrio que rara vez se consigue a la hora de trabajar con ambos aspectos que, desde siempre, han estado presentes en el Thor marveliano.