Edición original: Marvel Comics – marzo-julio -2012
Edición España: Panini Comics – mayo 2013
Guión: Jeff Parker
Dibujo: Kev Walker, Declan Shalvey
Entintado: Terry Pallot, Declan Shalvey
Color: Frank Martin JR
Portada: Mark Bagley
Precio: 9,95 euros (tomo de 136 páginas)
El séptimo número del tercer volumen de los Thunderbolts cierra la etapa configurada a partir de los acontecimientos de La Edad Heroica, con Luke Cage a la cabeza de un programa de ¿reinserción? de villanos en el que vemos con distintos papeles a miembros fundadores como el Arreglador, Mach V, Pájaro Cantor o la poco fiable Piedra Lunar. Después de esto tendremos una fallida incorporación a la franquicia vengadora (bajo la etiqueta de los Vengadores Oscuros) y un poco más tarde un extraño y poco creíble equipo compuesto por Masacre, Elektra, el Hulk rojo, Veneno y el Castigador, pero no hay que adelantar acontecimientos, pues la publicación por estos pagos de esta colección lleva respecto de otras bastante retraso, lo que quizá da idea de su naturaleza un tanto marginal.
En este nuevo tomo culmina el paseo marveliano temporal que se pega una parte del equipo con su cuartel general. Piedra Lunar, Mr. Hyde, Satana, Bumerán, Troll y Centurius han continuado retrocediendo en la línea del tiempo hasta alcanzar otro de esos “lugares comunes” que en el género de los superhéroes lo mismo vale para un roto que para un descosido: la Britania del rey Arturo y sus caballeros de la mesa redonda. Este arco argumental marca la despedida de Kev Walker, dibujante de la mayor parte de esta etapa. Aquí sorprende con una versión de los mitos artúricos que demuestra que los escenarios y personajes de corte medieval-fantástico se le dan mejor que unos superhéroes a los que quizá hubiera sentado mejor el trazo de ilustradores más habituados a los mismos como Mark Bagley o Tom Grummett (por citar dos ejemplos que han pasado por estas páginas). Jeff Parker no se resiste a dar su versión particular de las andanzas de los caballeros de Camelot e implica de cierta manera a los Thunderbolts en la forja del destino que llevará a la caída del sueño, al tiempo que da a Merlín un aspecto mucho más próximo a sus orígenes que a las pintas de sabio despistado que nos ha brindado Disney. Por supuesto, hay ocasión para que Sir Percy de Escandia, primero del linaje de los caballeros negros, haga su aparición blandiendo a Ébano, la espada maldita.
La presencia de Merlín ayuda a estos viajeros a retomar la ruta en la dirección correcta, pero por un fallo en los ajustes –y porque hay que celebrar el décimo quinto aniversario de la cabecera- estos Thunderbolts del presente se acaban topando con los Thunderbolts del pasado, el sexteto fundador que había ocupado el vacío dejado por los Vengadores y los Cuatro Fantásticos tras la batalla con Onslaught. La presencia de dos Karlas Sofen y de dos Norman Ebersol, así como el conocimiento que existe de los derroteros que tomará la impostura ideada por el Barón Zemo servirán para que se desencadene una paradoja temporal que será resuelta por medio de un truco salido del archivo histórico de la casa de las ideas. Quienes sean habituales de las secciones de novedades usalandesas que se publican por aquí ya habrán recordado cuál es el problema, pero la solución, sin ser original, introduce la simiente para nuevas historias que, más pronto o más tarde, podrían dar su fruto.. o no, que últimamente cada etapa supone borrón y cuenta nueva de la anterior. Los dibujos en esta parte del tomo corren a cargo de Declan Shalvey, que también estará en la etapa siguiente, y que mantiene cierta cohesión con el estilo de Walker, lo que hace que uno se plantee qué hubiera pasado si Mark Bagley, co-creador del equipo, hubiera hecho algo más que las portadas en esta parte de la colección.
La publicación de este tomo sirve para reflexionar un poco sobre la trayectoria de la franquicia en estos quince años. ¿Tres lustros? Madre mía ¡cómo pasa el tiempo! ¿Quién no recuerda la que se montó con la saga de Onslaught y con la maniobra comercial Heroes Reborn? En aquellos días la distancia entre las ediciones original y española era de unos doce meses y cuando aquello empezó en Estados Unidos ya estaban volviendo las cabras al redil, pero mientras hubo ocasión para disfrutar de colecciones como las dedicadas a Alpha Flight, Ka-Zar o los Héroes de Alquiler. La perspectiva que dan los años permite comprobar que de aquellos tiempos solamente mantienen el tipo el ubicuo Masacre y estos Thunderbolts que, cien números antes, habían visto truncado su desarrollo para albergar un experimento que no tenía nada que ver con ellos y que duró lo que un merengue en la puerta de un colegio. Tendrían que ser Busiek y Nicieza, guionistas de casi todo el primer volumen yanqui, los que recuperaran las esencias y nos brindaran otra larga etapa que, concluida, no sería sustituida por más experimentos raros sino que mantendría la idea de “villanos-haciendo-de-héroes”. Warren Ellis estaría lo justo para convertir a Norman Osborn en el nuevo sheriff de los asuntos metahumanos y siempre tendríamos ocasión de ver a Piedra Lunar, Pájaro Cantor y compañía aquí y allá. Siempre se echa un poco de menos a Júbilo, Carbón, Atlas o Zemo (reclamado este último para la franquicia del Capitán América). Los tiempos futuros indican que seguiremos teniendo Thunderbolts, pero siempre queda la sensación de que lo que está por venir a corto plazo no es quizá muy acorde con el espíritu de la cabecera. En todo caso queda patente que su pervivencia indica que estamos muy probablemente ante uno de los últimos logros de una de las grandes editoriales yanquis a la hora de consolidar en el mercado una marca nueva.
Colección divertida y sin pretensiones, una pena el final de esta época que para mi representaba lo que debe ser un comic de superhéroes, que al final de lo que va esto es que sea divertido cosa que alguno se le olvida.
Coincido con Elbertus, una serie muy maja que vale la pena seguir, aunque echo de menos a los «Nuevos» T-Bolts. Una lástima que la obsesión por la etiqueta «Vengadores» vaya a afectar a esta cabecera…
Yo creo que lo bueno de esta serie es que ha sido mas o menos ajena a macroeventos, cosa que te permite seguir una historia y no el comic con el evento de turno que no cuenta ni aporta nada dado que las cosas importantes pasan en la serie central de esa saga, cosa que si ha pasado en Vengadores donde al final no hay historia solo comics sueltos sin sentido alguno a menos que no compres todos los números de ese evento.
Mark Bagley nunca me había hecho mucho tilín, lo calificaba de «cumplidor».
Pero desde que volvió de DC me encanta su trabajo. No sé si es el entintado, pero ha pulido mucho su estilo. Como dice Luis, ojalá se encargara del dibujo interior.
Desde luego, Bagley ha mejorado mucho, en sus tiempos era tan incapaz de ver el porqué le tenían en buena estima como él de dibujar dos ojos a la misma altura. Pero lo hace bastante bien.
Pero es una mejora atípica.
No es normal que un dibujante de su edad y que arrastra un bagaje de tantas páginas de repente mejore en calidad.
Diría que es cosa del entintado, porque que te haga los acabados un Mark Farmer (4F) se nota una barbaridad. Pero el caso es que con Danny Miki (Av. Assemble) también lucía muy bien.
En fin, es raro, pero bienvenido sea.
«Siempre se echa un poco de menos a Júbilo, Carbón, Atlas o Zemo»
Supongo que en lugar de Júbilo te referirás a Jolt.
Por cierto, ¿alguien sabe si en la nueva cabecera de Nuevos Vengadores se hace alusión a como termina la historia de estos Thunderbolts que al final queda un poco en el aire?
Cuando digo «Nuevos Vengadores» me refiero a «Vengadores Oscuros», ¿veis?, todos tenemos fallos…