Titanes #01 (Renacimiento)

 

Edición original: Titans núms. 1-6 USA, Titans: Rebirth núm. 1 USA (one-shot).
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: Dan Abnett.
Dibujo: Brett Booth.
Entintado:Norm Rapmund, Marc Deering.
Color: Andrew Dalhouse, Carrie Strachan.
Formato: Rústica, 160 págs. A color.
Precio: 14,95 euros.

 

Wally ha vuelto.

Wally fue Kid Flash y fue un Nuevo Titan, pero nadie lo recuerda.

Entre todas las nuevas series de Universo DC Renacimiento, Titanes, puede quedar algo eclipsada oculta tras la sombra de Superman, Batman, Detective Comics, Trinidad, Flash… Algo injusto ya que sin duda alguna estamos frente a una serie muy interesante y que resulta toda una sorpresa tras los duros años vividos para la franquicia durante los Nuevos 52.

Hoy vamos a invertir las tornas y en vez de hablar de lo positivo, de las razones para comprar y leer este tomo, vamos a centrarnos primero en hablar de lo negativo, de lo que no está nada bien y que de primeras puede espantar a más de un lector. ¿Qué es lo que está mal? Pues el dibujo y por ende Brett Booth que realiza un trabajo mediocre por caótico, donde sus composiciones de página y sus estilizadas figuras anoréxicas afean por completo el trabajo de Abnett. Booth es dañino para la impresión general que puede dejar este primer tomo de Titanes. Cualquier aficionado que se detenga en la tienda a ojearlo va a interpretar cosas que no son por culpa del trabajo de Booth. Si uno pasa las páginas sin detenerse a leer, la impresión que queda es que el frenesí más incontrolable ha poseído a los autores y que la serie dista mucho de ser siquiera interesante. El cómic a nivel visual está anclado a mediados de los noventa, no solo por narrativa, sino por los diseños tan anodinos con los que Booth espera impresionarnos. No hay elegancia, no hay glamour, no hay equilibrio y cada trazo, cada línea, atenta contra la integridad física de nuestros ojos. Sin embargo, merece la pena ignorar a Booth.

Y comentado lo malo solo queda hablar de lo bueno, de lo que hace que merezca la pena no solo ojearlo en la tienda, sino leerlo en casa con calma (ignorando a Booth).

Titanes es la historia de un reencuentro. Titanes es la continuación de lo que pudimos leer en Universo DC: Renacimiento cuando Wally se abrazaba con fuera a Barry. Titanes es una pieza importante el rompecabezas que Geoff Johns, con la inestimable ayuda de un buen puñado de guionistas magníficos, esta tejiendo. Tres claves que ayudan a entender en buen hacer de Abnett a lo largo de los 6 números que componen este primer tomo recopilatorio.

Lo primero que Abnett hace bien es retratar a Wally West. Nos aporta un trasfondo emocional y afectivo con el personaje al ser capaz de trasferir al lector lo que Wally está experimentado. Alegría, miedo, frustración… no en vano Wally es el hilo conductor de la trama y principal protagonista de este arco donde va a ser puesto a prueba por un villano escalofriante.
Los Titanes se han de medir contra Kadabra, un tecno mago que es capaz de poner en jaque al equipo de jóvenes héroes y llevarlos al límite para lograr su minuto de gloria. Aquí lo relevante es la visceralidad con la que Kadabra ataca a Wally y como expone de forma clara una posible explicación a lo ocurrido con Wally. ¿Miente Kadabra? ¿Acaso Kadabra es la marioneta de alguien que se esconde en las sombras? Sea como sea la amenaza de Kadabra es intensa y lleva a Wally al límite de sus poderes.

Hagamos un inciso. Aviso que puede ser spolier, pero merece la pena aplicar algo de ciencia en este momento por lo épico que resulta y las consecuencias que tiene.

Kadabra, a través de su plan, obliga a Wally a tener que recorrer 11.200 kilómetros en 6,25 segundos. Leído de golpe no cuesta mucho imaginar la enorme velocidad que necesita alcanzar para poder lograr tal proeza. Si velocidad es espacio / tiempo, Wally está obligado a correr a una velocidad punta de 1.792 kilómetros por segundo. Si ignoramos (al igual que hay que hacer con Booth) el componente de fricción, es decir, la cantidad de aire que Wally va a desplazar a su alrededor cuando se mueve esa velocidad, lo que Abnett nos plantea es que Wally está a un nivel muy superior de poderes que Barry Allen, siendo su relación, y conexión, con la Fuerza de la Velocidad mucho más profunda

Tras este inciso tan solo queda decir que la historia de reencuentro sienta las bases para futuras tramas, donde lo que importa no es que villano que atacara a los Titanes, sino como se relacionan entre ellos y como Wally sigue buscando su hueco en este universo que parece no recordarle. Y aunque Abnett usa alguna herramienta narrativa demasiado simplona (como la forma con la que Wally induce los recuerdos de su persona a sus compañeros), el tono general de este arco es épico.

Los Titanes se merecen tener una serie acorde a sus posibilidades y Abnett parece el hombre idóneo para ello. El trato que da a cada titán es reconocible (aunque aquí también peque de simplificar demasiado la personalidad de cada uno de ellos), logrando que interaccionen de forma orgánica a lo largo de la historia. Una historia que también mantiene un ritmo muy alto, tan alto como el que tiene que lograr mantener Wally para enfrentarse a uno de los retos más importantes de vida.

Wally ha vuelto para regocijo de todos.

No puedes dejar pasar esta serie si, en algún momento de tu vida como aficionado, creciste siendo fan de Wally West.

E ignorar a Booth, todo ira mucho mejor.