Tal vez debería empezar esta reseña hablando por enésima vez de aquello de que el manga, es decir, el cómic japonés, no es únicamente ojos grandes y líneas cinéticas, que hay una amplia variedad de mangas, tanto en género como en estilos, y que el problema hasta hace unos años era que la visión que teníamos del cómic de esta procedencia estaba limitada a aquello que nos llegaba, que era poco y siempre igual; o tal vez debería también repetir que el hecho de ver en español una obra de corte tan alternativo como Tokyo Zombie es sinónimo del estado de buena salud que tiene el mercado del manga en español, sobre todo tras ver que esta obra de
Y es que si vamos a hablar de cómic alternativo japonés hay algunos conceptos y nociones básicas que hay que aclarar. Para empezar, no se puede hablar de la escena de cómic vanguardista sin nombrar a la omnipotente y popular revista Garo. Esta revista se funda en 1964, justo tres años antes de que naciera nuestro autor, y comienza una escuela de autores que rechazan las normas de todo aquello que se iba haciendo en el cómic comercial de cada época en la que se publicaba la revista. Rechazaban géneros, dando total libertad a los autores para escribir sin restricción alguna, pero también permitían un abanico mucho más amplio de estilos. La revista cesa su publicación 2002, pero para entonces Hanakuma ya había publicado varios relatos cortos y había hecho varias portadas. Unos años antes del cierre de la revista, varios dibujantes, enfadados ante el rumbo comercial al que se estaba dirigiendo Garo, fundan AX, la antología de cómic alternativo más famosa a día de hoy en Japón. En los primeros números de esta revista, Hanakuma publica mensualmente Tokyo Zombie. Según sus propias palabras en el epílogo de la edición española: «Cuando me ofrecieron publicar en el número inaugural de la revista AX, pensé primero en dibujar una historia corta como venía haciendo habitualmente: dieciséis páginas de tralla y drama. Esta vez me apetecía que aparecieran muertos vivientes, así que puse a un tío calvo y a otro con peinado afro a que se diera de hostias con unos zombis. ¡Ese fue el comiezo del delirio!». El comienzo, también, del auge de la popularidad de uno de sus personajes más famosos: el tío del pelo afro. En esta historia se llama Fujio Pon, pero en otras historias cambia de nombre (en la publicada en la antología AX por TopShelf en 2009, por ejemplo, se llama Jiro), pero el personaje es el mismo. Es una broma, un personaje recurrente en la obra de Hanakuma al estilo de lo que hacía Tezuka con personajes tan carismáticos como Higeoyaji o Hamegg.
El espíritu de la obra se podría resumir bastante bien en lo que Hanakuma comenta en ese epílogo: lo que empezó como una gamberrada acabó como una obra extensa. Pero sería muy simplista reducir el cómic a pura anécdota. Lo cierto es que Hanakuma crea en 1998 un mundo postapocalíptico con muchos de los temas que se ven a día de hoy en las obras de este género y se adelanta a la sobreexplotación que aún estaba por empezar. Nos adentra en un mundo en el que Fujio y su maestro de Jiu-jitsu son testigos de la degradación moral del ser humano antes aún de que aparezca una plaga zombi causada como consecuencia de un mundo contaminado, amoral e invasivo y poco empático. De esta forma, la obra se constituye como una historia de aprendizaje donde Fujio tendrá que mejorar, esforzarse y empezar a conocerse a sí mismo. Para ello utilizará las artes marciales, y su único objetivo es el de hacerse fuerte y sobrevivir. Todo esto Hanakuma nos lo cuenta con muchísimo humor negro y con un lenguaje burro, obsceno y totalmente despreocupado. Los protagonistas pasan enseguida a matar y acuchillar zombis, y todo el sentimentalismo y sorpresa que podría suscitar su aparición pasa a segundo plano: los personajes se acostumbran en seguida, y el autor va a lo que va.
Hanakuma comenta al final del tomo que esta obra contiene todo aquello que a él le gusta y le gustaría encontrar en un cómic. El espíritu gamberro que destila el cómic está muy claro desde el principio: desde el momento que lo abrimos, empezamos a leer y nos encontramos con ese dibuja tan curioso y, en un principio, poco atractivo. La obra, por sus características, se encuentra dentro de la corriente conocida en Japón como heta-uma, que se podría traducir al español como «malo pero bueno», con autores de referencia como
Guión - 9
Narrativa - 7.5
Interés - 8
8.2
Un espectacular y disparatado cómic de zombis, gladiadores y artes marciales.