Top Ten: ¡Que vivan los novios! (o no)

Nos vamos de boda, aficionados al cómic de superhéroes y seguidores de de Marvel Comics de todo el mundo. Y a una boda muy especial: Estrella del Norte y Kyle se nos casan y para celebrarlo, Marko Djurjevic y Phil Noto han firmado dos estupendas portadas conmemorativas.

Una en la que se ve a los novios apunto de besarse ante los animado asistentes (lo que probablemente encenderá todavía más a esa asociación de madres estadounidense que apenas ha tardado unos días en lanzarse contra el gaznate de Marvel y DC) y la otra con una especie de albúm de bodas en la que podemos ve a algunos de los matrimonios más reconocibles de la editorial, desde ilustres como Reed Richards y La Mujer Invisible o la Bruja Escarlata y Visión u otras que acabaron bastante peor como… bueno, lo cierto es que aparte de los citados, Luke Cage y Jessica Jones o Pantera Negra y Tormenta la mayoría de los ahí presentes han acabado como el rosario de la aurora (y los que no, es porque todavía no han tenido tiempo para ello).

Y es que en la vertiente superheroica del noveno arte el matrimonio parece ser un deporte de riesgo en el que parece difícil salir airoso y para el que basta con que uno se descuide para verse afectado con el síndrome de el/la espos@ muert@ sino es que acaba convirtiéndose en una «crisis infinita» dentro del hogar familiar. De cualquiera de estas vertientes podrían decir mucho Cíclope, la Avispa, Mercurio, Namor, Hank Pym o cualquiera de los que aparecen en el albúm de bodas (eso por no hablar de los que han tenido historias todavía más extrañas como es el caso de Mantis).

Pero hay otras muchas bodas -algunas con más éxito y otras con menos- que no han tenido la suerte de ser incluidas en la portada conmemorativa de Noto y para que no caigan en saco roto a continuación a continuación os ofrecemos una selección con algunas de las más destacadas para que os lo penséis dos veces antes de pasar por el altar:

• Carl Creel y Mary MacPherran: Si bien las bodas entre superhéroes son más o menos frecuentes, los enlaces matrimoniales entre villanos son un fenómeno bastante más esquivo. De mosquita muerta a matona hipermusculusa, Titania encontró el amor en brazos del ex-convicto profesional Hombre Absorbente y ambos decidieron pasar por el altar con catastróficos resultados



• Crystalia Amaquelin y Ronan: De ser una de las solteras más deseables de Marvel Comics a entrar en pugna con Namor por convertirse en «esa tía» (la tía de «los tres divorcios»), la benjamina de los Inhumanos es una experta en lo que a enlaces matrimoniales desastrosos se refiere. Y si su relación con Mercurio estaba avocada a la catástrofe casi desde el momento en el que se conocieron, veremos que tal resulta su boda de compromiso con el Acusador Supremo del Imperio Kree. Como pronto, la ceremonia fue todo un espectáculo en el que las legiones Sh’iar encabezadas por los Superguardianes Imperiales cayeron sobre Hala desencadenando la segunda guerra entre los dos imperios.



• Alexander Summers y Lorna Dane: A pesar de que los matrimonios entre superhéroes se abordan con un enfoque idílico con algún que otro ataque de supervillanos de por medio, hay casos en los que se apuesta por algo más parecido a lo que suelen ser en realidad. Y aunque no sabríamos si incluir el frustrado enlace entre el segundo de los Summers y su novia de toda la vida en dicha categoría, entre la despedida de soltera en un Boys (con mención a la «morcilla» de Gambito incluida), esas menciones a que Lorna se fue a «celebrarlo» con uno de los strippers o el que Alex decidiera decir que «no» en pleno altar para quedarse con la enfermera que conocía desde hace unas cuantas semanas si que podemos afirmar que fue una boda muy movida.



• Brian Braddock y Meggan Puceanu: En «Me Casé con un Extraño» Bil Plympton nos brindó una divertida escena en la que -tras adquirir poderes para alterar la realidad- el protagonista de la película hacía que su esposa cambiase constantemente de forma mientras ambos estaban en la cama. Y es que, nos guste o no, el anhelo de encontrar a esa persona que cumpla nuestros deseos parece ser algo profundamente arraigado en nuestros instintos más básicos. En el caso de Meggan, la chica traía dichos poderes -cambiar «incontrolablemente» de forma según la imagen que tuvieran otros de ella- en serie y, curiosamente, su matrimonio con Brian ha sido uno de los más sólidos de los últimos años. Aunque es probable que más de uno pudiera ver en ellos un ejemplo de un matrimonio feliz, habría que plantearse si no es más bien un clara muestra de que estos enlaces no son más que una forma socialmente aceptada de sumisión.



• Robert Reynolds y Lindy Lee: Hay bodas para el recuerdo y otras que acaban olvidándose. La del héroe más grande de todos los tiempos al que jamás conocimos y su señora (una muñeca rota que aspiraba al sueño de la princesa que conoce a su principe azul y en lugar de ello acabó encontrándose con una aterradora pesadilla) podría entrar dentro de la última categoría. Y no porque fuera especialmente desastrosa o anodina, sino por las acciones del villano de turno que decidió borrar de su existencia como si de un editor de cómics cualquiera se tratase.



• James Howlett y Ophelia Sarkissian: Y hablando de bodas para olvidar… En su larga vida Lobezno ha hecho prácticamente de todo. Y dentro de ese todo se encuentra el haber pasado por el altar en una de las bodas más insólitas y sin venir a cuento de la historia del cómic. ¿La afortunada? La líder de Hydra peliverde Víbora. No me preguntéis como fue la cosa que también solicité los servicios de Mente Maestra para no recordar nada de aquel asunto.



• Jonathan Lowell Spencer Storm y Lyja: Entre las cosas más ruínes que puede hacer uno, quitarle la novia a tu mejor amigo probablemente esté entre los primeros puestos de muchas listas. Que vale, a todos nos ha puesto alguna vez la novia o esposa de algún colega, pero salir con ella y acabar llevándotela al altar ya es otra cosa. Puede que por eso los hados del Universo Marvel decidieron castigar a Johnny Storm haciendo que Alicia Masters resultase ser ¡una Skrull! Y con bombo -ajeno- y todo, peara que no vuelvas a andar @#$%& la marrana cuando se trata de los amigos.



• Richard Milhouse Jones y Marlo Chandler : De esta probablemente no os acordéis muchos porque como suele pasar en muchos casos, la despedida de soltero fue mucho más apoteósica que la boda en sí. Pero precisamente por esta histórico número la boda se convirtió en un acontecimiento directamente histórico. Tanto, que es muy probable que ninguno de los asistentes a la fiesta previa quisiera perderse el enlace. Ni los que se la perdieran. O al menos este era el caso de cierto invitado inesperado que, teniendo en cuenta los acontecimientos posteriores del Universo Marvel… hacen de la boda entre estos dos simpáticos secundarios de la colección del coloso esmeralda algo incluso más remarcable.



• Robert Bruce Banner y Elizabeth Ross: Betty, cariño. Debes reconocer que cuando accediste a pasar por el altar (por segunda vez, si es que algunas no aprenden) con ese tío que cada vez que pierde su equipo o accede a acompañarte al cine para ver películas del tipo El Diablo viste de Prada acaba convirtiéndose en una bestia verde que lo arrasa todo a su paso probablemente ya imaginabas que la cosa no iba a terminar demasiado bien. Puede que fuera por eso que tras varios traumas, abortos y tropelías varias volvieses monstruada perdida rompiendo el anillo de bodas en dos para irte a vivir aventuras con hechiceros expertos en artes oscuras, monarcas oceánicos, nómadas cósmicos y maestros del Kung Fú.



• Peter Parker y Mary Jane Watson: De entre todas los matrimonios que han pasado por el noveno arte probablemente haya pocos tan ejemplares como el de nuestro amistoso vecino Spider-Man y la espectacular super modelo pelirroja. Tras disfrutar de varios años de matrimonio, la pareja decidió que aquello ya olía y que lo de pasar por la vicaría se había pasado de moda, por lo que decidieron hacer borrón y cuenta nueva convirtiéndose en pareja de hecho. Pero lejos de hacerlo a través de un burócrata cualquiera como cualquier hijo de vecina, decidieron acudir al principe de los infiernos para que deshaciera su boda retroactivamente vivir otra vez su vida con todas las ventajas del matrimonio pero ninguno de sus inconvenientes. Lo que todavía no sabemos es que pasó con la pobre May Day. Ni con los regalos de la boda.

Estos solo han sido algunos de los muchos enlaces matrimoniales que con más o menos suerte hemos podido disfrutar a través de Marvel Comics. Hay muchos otros tan bizarros como el de Hulka y el Hombre Lobo, frustrada boda entre el Doctor Octopus y Tía May o la de esta con el padre de J. Jonah Jameson. Bodas que van desde lo superheróico (como la de Guardián y Vindicador) a campos más ambiguos (tipo Vulcano y Ave de Muerte) cuando no toca a eternos secundarios como Jameson y la llorada Marla, Pepper Potts y Happy Hogan o Betty Brand. Algunas siguen vigentes mientras que otras pasaron a mejor vida como la de Thor y la Encantadora. Eso por no hablar de los que parecen tener una obsesión malsana por coleccionar esposas como Drácula y Rayo Negro. Pero lo que no puedo dejar de preguntarme ante esto de la primera boda gay de Marvel, ¿llegaron a casarse Karolina Dean y Xavin o lo suyo no cuenta?