Dentro de los movimientos que están teniendo lugar durante los últimos días en las oficinas de Marvel Comics, con el traslado del hasta ahora editor de la línea de Spider-Man Stephen Wacker al departamento de animación y el regreso de Mike Marts como editor ejecutivo tras más de un lustro como mandamás en la franquicia del murciélago de su distinguida competencia, la casa de las ideas ha anunciado la promoción de Nick Lowe como nuevo responsable de los títulos del Hombre Araña y derivados.
Pilar de la franquicia mutante durante casi una década, su traslado para llenar el hueco de Wacker deja a los títulos de los X-Men huérfanos del hombre que había ostentado el timón de los títulos mutantes, para convertir a Nick Lowe en el nuevo editor al frente de Amzing Spider-Man y todos los títulos de su entorno (títulos que, hasta la fecha, han estado formados no solo por los derivados del universo del Hombre Araña, sino también por los personajes de las parcelas cósmica y urbana de la editorial).
Natural de la Cleveland de Bendis, Nick Lowe comenzó su carrera en el mundo de los tebeos como interino de Marvel Comics durante el cambio de siglo, tras cursar arte dramático en Washington D.C.. Gran aficionado a los cómics, Lowe describe su trabajo durante aquellos días como un sueño que consistía en hacer recados, ordenar cómics y archivar informes, y cantidades obscenas de fotocopias de trabajos de gente como John Romita Jr., Frank Quitely, Barry Windsor Smith, Joe Quesada o Carlos Pacheco.
El momento más emocionante de sus días como interino según palabras del propio Lowe, fue cuando Axel Alonso le dejó echarle un ojo al primer número de su etapa como editor de El Increíble Hulk para que le diese su opinión (allá por finales de 2001, cuando Bruce Jones y John Romita Jr. tomaban las riendas de las aventuras del coloso esmeralda).
Desde entonces, Lowe no ha dejado de escalar posiciones dentro de la jerarquía de Marvel Comics, recompensando la confianza depositada en él con varios tantos en su carrera editorial. Hombre de la casa, su traslado a la franquicia de Spider-Man -dejando huérfanos a los X-Men- es buen momento para analizar su trayectoria, repasando las obras que que han visto la luz bajo su periplo editorial. Dadle al play si queréis disfrutar de algo de música durante la lectura, y juzgad los logros y faltas de Nick Lowe en su culminación como máximo responsable de la franquicia más prolífica de Marvel.
Los primeros pinitos de Nick Lowe como editor de Marvel Comics tuvieron comienzo en 2003, bajo las órdenes del veterano Ralph Macchio en la línea Ultimate. Su primer trabajo como editor fue en la miniserie Ultimate Adventures, una suerte de homenaje a Batman y Robin a cargo de Ron Zimmerman y Duncan Fegredo.
Gestada cuando Bill Jemas organizó el U-Decide para relanzar las ventas de El Capitán Marvel de Peter David, aquel trabajo asentaría a Lowe como uno de los lugartenientes de Macchio, editando los Ultimate X-Men desde el final de la etapa de Mark Millar hasta el ecuador de la de Brian K. Vaughan. Durante este periodo en el que fue además editor de Ultimate Cuatro Fantásticos hasta el final de la etapa de Warren Ellis y la trilogía de Galactus a cargo del creador de Planetary, Lowe trabajó con artistas como los Kuberts, David Finch o un Stuart Immonen recién llegado de DC Comics.
Nick se convirtió en la mano derecha de Macchio durante su estancia en la línea, tocando además The Ultimates de Mark Millar y Bryan Hitch, mientras lidiaba por primera vez con el trabajo de Brian Michael Bendis en el cruce del Hombre Araña desfinitivo con los X-Men en uno de los arcos de Ultimate Spider-Man y la mini-serie Ultimate Six dibujada por Trevor Hairshine.
Más allá de la línea Ultimate, Nick Lowe fue editor asistente de Mike Raicht en el Supreme Power de Michael Straczynsky y Gary Frank, así como de la miniserie del Doctor Espectro de Sara Barnes y Travel Foreman. Una trayectoria centrada en los elseworld de la editorial, rematada con sus primeros trabajos como asistente de Joe Quesada en la línea Marvel Knights.
Lowe asistió a Joe Quesada en Marvel Knights: Capitán América, cuando la apuesta de Stuart Moore por John Ney Rieber y John Cassaday en un entorno heredero del 11 de Septiembre se desmoronó como un castillo de naipes, lidiando con un título fallido que se vio abocado a un interminable baile de guionistas que incluyó al sustituto favorito de la Marvel de 2003 (Chuck Austen) y Dave Gibbons. Nick Lowe fue co-editor de la serie hasta el final de la andadura del dibujante de Watchmen, siendo de paso uno de los editores de la mini-serie Spider-Man y Lobezno de Brett Matthews y Vatche Mavlian gestada dentro de la línea.
Durante la colaboración de Nick Lowe con Quesada dentro del cuerpo editorial de la franquicia del Capitán América no saldría ninguna historia demasiado memorable, pero entre los dos gestaron un fichaje estrella al conseguir que Neil Gaiman se animase a trabajar para Marvel Comics.
Alejado de los cómics durante cerca de un lustro, el escritor de Sandman estaba interesado en crear algo nuevo a partir de la magia del universo Marvel. Sin embargo, la cercanía de la catástrofe de las Torres Gemelas no le animaba a nada que tuviese que ver con explosiones, aviones o armas de fuego modernas por lo que -durante un viaje a Venecia- se le ocurrió la idea de reinventar a los personajes de la editorial durante los primeros días del siglo XVII.
El resultado fue Marvel 1602, un hit de ventas dibujado por Andy Kubert y Richard Eisanove, en el que Gaiman combinaba realidad y ficción en un entorno en el que revisiones de época de Daredevil, Spider-Man o el Doctor Muerte compartían espacio con la reina Elizabeth I, templarios, inquisidores, Virginia Dare o unos alteregos de Sir Francis Walsingham y John Dee que pasaban como Nicholas Furia y el Doctor Extraño.
La serie fue un éxito de ventas a la que seguirían otras dos secuelas también editadas por Lowe (la posterior Spider-Man 1602 fue a cargo del equipo de Mark Paniccia), y una segunda colaboración con Gaiman para reimaginar a Los Eternos de Jack Kirby ya dentro de los parámetros del universo Marvel de toda la vida. Con ciertas reminiscencias a American Gods y John Romita Jr., la serie contaba con un punto de partida potente en el que estos superhumanos inmortales habían sido privados de su memoria y vagaban por el mundo en una trama que incluía a un Celestial perdido que dormía bajo suelo americano.
Y aunque la intención era que sirviera de cabeza de playa para reintroducir a los personajes en el universo Marvel, se vio eclipsada por el renacer de los macro-eventos propiciado por la Civil War, y tras una secuela a cargo de los creadores de Carnivale Daniel y Michael Knauf y el dibujante Daniel Acuña volvieron al olvido. En el camino se quedó una idea para una historia centrada en Nick Furia que Gaiman nunca llegó a gestar, pero la colaboración de Neil con Marvel dio su frutos en la forma de fondos con los que apoyar la lucha de derechos por Marvelman.
Tras el pelotazo con Gaiman, Lowe volvería a repetir al verse implicado en el fichaje de Orson Scott Card. Esto no solo sirvió para una reinvención de El Hombre de Hierro Definitivo de las que todo el mundo reniega (en los dos volúmenes de Ultimate Iron Man), sino que también daría paso a una serie de mini-series inspirados en El Juego de Ender. Nick Lowe ejercería como editor en ambos casos, con la colaboración de Mike Marts en el caso de la primera de Ultimate Iron Man.
Con este historial a sus espaldas, Nick Lowe se incorporó a la franquicia mutante durante la transición entre los mandatos de Mike Marts y el hasta entonces editor de Spider-Man y Lobezno Axel Alonso al frente de la línea X-Men (allá por mediados de 2005).
Lowe comenzó su andadura como editor asociado de Marts en los mutantes con los X-Men de Peter Milligan, sumándose a la Patrulla-X de Chris Claremont en los meses previos a la Dinastía de M. Su desembarco en la serie coincidiría con sus labores añadidas como editor asociado en las colecciones del Gambito de John Layman y el Rondador Nocturno de Roberto Aguirre Sacasa (determinantes en la constantes de las facetas como ladrón y sobrenaturales de ambos personajes a lo largo de su etapa).
Durante este comienzo bajo la dirección de Marts, Lowe tuvo que lidiar con los penúltimos trabajos de Rob Liefeld (Estrella Rota), Akira Yoshida (la miniserie conmemorativa de la Era de Apocalipsis, Lobezno: Soultaker), Paul Smith (Kitty Pryde: Sombra y Llama) o Paul Jenkins (Generación M) para la línea, antes de que sus responsabilidad con los mutantes se incrementasen de forma súbita con la purga de colecciones a raíz de Dinastía de M, mientras se iba gestando el cambio de mandato hasta la toma de poder de Alonso.
Heredando las llaves de los Astonishing X-Men de Joss Whedon, durante el período en el que Lowe fue la mano derecha de Marts hubo una visible reducción de títulos de la línea, sumada a un cambio de guardia con su apuesta por los guionistas de X-Men: Evolution Christopher Yost y Craigh Kyle para que le dieran un acelerón a New X-Men, la macro-saga de cósmica de Ed Brubaker en Patrulla-X y los conceptos de ciencia ficción para-militar desatada de Mike Carey, Chris Bachallo y Humberto Ramos en X-Men. En esta última, Lowe se turnaría en las labores de editor asociado con el padrino de los X-Factor de Peter David y Ryan Sook Andy Schmidt, conformando entre las cuatro series el nuevo núcleo de la franquicia mutante, junto añadidos como las mini-series de David Hine, con los primeros trabajos de Skottie Young y Mike del Mundo para la línea editorial.
La principal novedad de este nuevo rumbo de la línea en la Lowe y Schmidt fueron los principales arquitectos, fue la configuración de una franquicia río cohesionada, en la que cada colección tenía su propio tono, rumbo, elenco de personajes e identidad, pudiendo leerse de forma independiente, sin perder la sensación de que todas ellas formaban parte de un núcleo común. Lobezno dejaba de aparecer en todas las colecciones, y desaparecían las aventuras casuales en la Tierra Salvaje o contra hongos venidos del espacio, para dar paso a macrohistorias que ampliaban la mitología mutante, con nombres como los Purificadores, los Merodeadores, los Sh’iar o los Morlocks.
Todo lo que ocurriera en cualquiera de las colecciones, ya fuera una aparición como figurante de Illyana Rasputin durante la Dinastía de M, un cameo de Siniestro al final de la etapa Milligan o que Cable compaginase su papel como asociado al grupo de Pícara con el de soberano de una isla nación en el Pacífico se convertía inmediatamente en canon y nuevo ladrillo en los cimientos de la historia mutante. El resultado fue una franquicia sólida, compacta e intensa, en la que se desarrollarían las bases argumentales de los últimos ocho años, alcanzando su primer punto de inflexión con el desembarco de Alonso y el primer gran evento mutante del presente siglo: Complejo de Mesías.
Como no solo de mutantes vive el hombre, Lowe siguió trabajando con guionistas punteros buscando nuevas fronteras en diferentes parcelas de la editorial. De nuevo con Ellis e Immonen, se las ingeniaron para reunir a un ecléctico grupo de personajes reunidos aquí y allá para dar forma a una extravagancia de culto en Nextwave. Junto a la esposa del primero y luego David La Fuente, Gata Infernal recorrería las nieves de Alaska en otro delirio visual.
No tan redonda le salió la jugada cuando heredó los mandos de los Runaways de MacKenzie Cadenhead, conviriténdose en el editor de serie desde los últimos arcos de la etapa de Brian K. Vaughan hasta el final de la misma. A su favor, contar con Joss Whedon en una historia auto-conclusiva como epílogo del segundo volumen. ¿En contra? Un tercer volumen en el que apostar por Terry Moore (Rachel Rising), Ramos, la Immonen y Sara Picchelli no dio los resultados que uno podría esperar sobre el papel.
Mejor vista tuvo cuando -tras heredar los New Excalibur de Claremont de Mike Marts- volvió a apostar por la continuidad de la parcela británica desde una perspectiva más alejada del entramado mutante, y con el fichaje de un guionista que pudiera arrojar una mirada nueva sobre sus personajes. Reclutando al guionista del Doctor Who Paul Cornell para tal cometido, el resultado fue otra nueva obra de culto con la mini-serie Wisdom: Los Rudimentos de la Sabiduría y luego Capitán Britania & Mi:13.
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Hombre de confianza de Alonso, Lowe también tuvo oportunidad de meter mano en el coto personal de este (la línea MAX), trabajando junto a Garth Ennis en Nacimiento o El Último Vuelo de El Aguila Fantasma, propiciando su regreso junto a Goran Parlov en la última maxi-serie de Furia Max durante los últimos años. Dentro de la línea también se marcaría el tanto de traer de vuelta al guionista de Balas Perdidas David Lapham y Kyle Baker para gestar Masacre MAX, fichando de paso a los escritores de novela negra Jason Starr (Lobezno MAX), Jason LaTour (Historias Jamás Contadas de Punisher MAX) o Brendan Cahill (Sable & Fortune).
En su haber, Nick Lowe tuvo el mérito de reunir al guionista de moda Jonathan Hickman y Dustin Weaver en sendos volúmenes de SHIELD, una mini-serie que narraba los orígenes de la agencia de espionaje a través de la Historia y cuyo origen quién sabe si pudo estar relacionado con la propuesta inédita de Gaiman para Nick Furia. También apadrinó el pistoletazo de salida del intento fallido de relanzar el universo CrossGen con Sigil de Mike Carey y fue editor del atentado artístico que Mark Millar y Steve McNiven perpetraron en Nemesis, pero -en general- su carrera continuó vinculado a unos mutantes junto a los que ha permanecido desde que comenzase con sus primeros pinitos como editor en Ultimate X-Men hasta la actualidad.
Bajo el mando de Alonso, la franquicia mutante continuó bebiendo de las fórmulas de sus predecesores con un nuevo ingrediente que había llegado para quedarse: Los crossovers. Patrulla-X se establecía como núcleo central de la franquicia con varias colecciones satélites que iban desde colecciones de prestigio con cadencia irregular (Astonishing X-Men de Warren Ellis) hasta títulos centrados en diversos sub-grupos o personajes del universo mutante.
Los X-Men se trasladaban a la costa oeste para dar forma a una encarnación masiva al más puro estilo de La Legión de Superhéroes, y Brubaker cedía el testigo para que un prometedor Matt Fracton se convirtiera en el nuevo timonel de los X-Men. De nuevo sobre el papel, las ideas de Fraction no sonaban nada mal, con la mayor alineación de X-Men jamás reunida, cantidades torrenciales de cultura pop y versiones de ideas que iban desde los Nuevos X-Men de Morrison hasta los X-Statix de Milligan, pasando por The Order de él mismo.
Pero ocurre que a Fraction el flujo de ideas constantes entre los diferentes arquitectos de la línea que tan bien había funcionado durante los días de Lowe y Schmidt no le iba demasiado, prefiriendo una independencia creativa que se traducía en una línea en la que la continuidad se convertía en algo de oidas. Lowe congeniaba su trabajo como editor a las órdenes de Alonso en Patrulla-X, mientras reinventaba la funcionalidad del X-Men Legado de Mike Carey para convertirla en una serie que sirviera para dar atención a personajes que difícilmente podrían tener su propia serie (como Xavier, Pícara o -a última instancia- Legión).
El gran reto le vendría con los Jóvenes X-Men de Marc Guggenheim, heredera natural de los New X-Men que se vio truncada a los 12 números a raíz de problemas de entendimiento entre el guionista y uno de sus editores, para ser sustituida por los Nuevos Mutantes de Zeb Wells.
Siendo una etapa en pleno corazón de la jefatura de Alonso en la franquicia mutante, donde los crossovers se sucedían a golpe de Complejo de Mesías–Guerra del Mesías–Pecado Original–Utopía–Necrosha–Advenimiento–La Era de X–La Maldición de los Mutantes y las miniseries y especiales medraban por doquier. Lowe fue el editor de buena parte de los mismos, incluyendo los números de origen centrados en diferentes personajes así las antologías de historias cortas que surgían con cada cambio del estatus de los mutantes, manteniéndose fiel a equipos creativos, tramas en curso y la evolución de los propios personajes.
Mini-series como las continuaciones de Auge y Caída del Imperio Sh’iar a cargo de Christopher Yost, los Vengadores Oscuros de Paul Cornell, Pixie Contraataca del tandem Kathryn Immonen y Sara Picchelli o el X-Infernus del editor C.B. Cebulski vieron la luz bajo su supervisión como editor, cuando la jerarquía de la línea estaba a punto de volver a cambiar con el ascenso de Alonso como nuevo gobernador en jefe de Marvel Comics, en el trono de Joe Quesada.
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Con el ascenso de Alonso, Nick Lowe se convirtió en el nuevo mandamás de los mutantes, dando paso a una nueva reconfiguración de la línea editorial que empezó a gestarse tras el final de X-Men: Advenimiento. Decidido a traer sangre nueva, Lowe apostó por el guionista de SWORD Kieron Gillen, poniéndolo al frente de Generación Hope primero y el sucesor de Fraction en Imposible Patrulla-X después.
X-Men Legacy de Mike Carey quedó como veterana de la casa en los últimos números, heredando la recién creada X-Men de los últimos días de Alonso, mientras Astonishing X-Men resucitaba para convertirse en una suerte de cajón de sastre por el que pasarían gente como Daniel Way, Jason Pearson, Nick Bradshawk, Christos Gage o Juan Bobillo.
Lowe optó por mantener aquello que funcionase, y la parcela de la franquicia manejada por los co-editores Jody LeHeup y Jeanine Schaefer continuaría con Jason Aaron al frente de Lobezno, Rick Remender en Imposibles X-Force y Marjorie Liu en X-23.
El guionista de Scalped -con quien Lowe ya había colaborado en Astonishing Spider-Man y Lobezno– fue quien le brindó la excusa poner fin al batiburrillo de mutantes que hacía aguas en Utopía, separándolos en dos facciones enfrentadas en la miniserie evento X-Men: Cisma. Autocontenida, sin alterar el rumbo de ninguna otra serie y encajando de forma natural con la creciente tensión entre Lobezno y Cíclope, quedaba bien claro que Lowe apostaba por una nueva forma de franquicia en la que -una vez más- las colecciones tenían rumbo e identidad propia, sin verse contínuamente entorpecidas con cruces con otras cabeceras.
Suponiendo además la conclusión de la mítica cabecera de la Patrulla-X, la franquicia se organizó alrededor de dos nuevos títulos centrales a cargo de Jason Aaron y Kieron Gillen respectivamente.
De este modo, parte de los X-Men regresaban a Wetchester para refundar el Instituto en Lobezno y la Patrulla-X de Aaron, Chris Bachallo y Nick Bradshaw, con los Astonishing X-Men de Marjorie Liu, X-Men Legado de Christos Gage, X-Factor de Peter David y la citada Imposibles X-Force en su zona de influencia.
Por su parte, La Imposible Patrulla X de Kieron Gillen, Carlos Pacheco y Greg Land permanecía vigilante en las costas de Utopía, con los Nuevos Mutantes de Dan Abnett y Andy Lanning, X-Men de Brian Wood, Generación Hope de James Asmus, X-Treme X-Men y las miniseries de Magneto de Skottie Young y X-Club de Simon Spurrier como satélites.
Nuevas incoporaciones como el Gambito de Asmus, La Era de Apocalipsis de David Lapham, X-23 y el Daken de Rob Williams completaban los títulos de una etapa en la que el alto número de series (14 en total) se veía compensado con un nivel entre medio y alto, así como una libertad total a la hora se elegir que series seguir. Aaron y Gillen definían el rumbo central de la franquicia, mientras que el resto de títulos satélite enriquecían su entorno, culminando en el choque entre la facción de Wetchester y la de San Francisco contra los Héroes más poderosos de la Tierra con el regreso del Fénix en Vengadores Vs Patrulla-X.
Orquestado a pachas entre Alonso, Tom Brevoort y Nick Lowe, el evento no solo supuso la guinda en el pastel para los argumentos que habían estado dando forma a la franquicia desde la Dinastía de M, sino también para el inicio de un nuevo episodio dentro de la cronología mutante. El responsable de diezmar al Homo superior Brian Michael Bendis tomó el timón del bando que había dirigido Kieron Gillen hasta la fecha -ahora en clandestinidad a causa de los acontecimientos de los Cinco del Fénix- en un nuevo volumen de La Imposible Patrulla-X, mientras que Jason Aaron y seguía al frente del Instituto Jean Grey en Lobezno y la Patrulla-X.
Continuando la separación en bandos, la llegada de la Patrulla-X a nuestro tiempo complicaría las cosas, interponiéndose entre ambas facciones desde páginas de La Nueva Patrulla-X (también de Bendis).
Las tres colecciones conformarían el nuevo núcleo central de la franquicia, dejando a Daniel Ketchum (Imposibles Vengadores, X-Men Legacy, las dos cabeceras de X-force) y Jeanine Schaefer (X-Men de Brian Wood, Lobezno, Lobezno Salvaje) a cargo de las parcelas limítrofes. Ampliando su zona de influencia, Lowe comenzaría a contar con Jordan D. White como segundo de abordo, ejerciendo de co-editor de las tres cabeceras centrales de la Patrulla-X, así como de las colecciones ligadas al mercernario bocazas (Thunderbolts más regular y mini-series de Masacre), X-Factor, A+X o limitadas como Longshot y Fantomex.
Con La Batalla del Átomo y el accidentado intento de relanzar Los Inhumanos con Matt Fraction pondrían la mancha al final de su andadura de casi 10 años en la franquicia mutante, poniendo rumbo a nuevos pastos para que otro pueda tomar las riendas de los X-Men a partir de ahora.
Si algo se puede extraer de la andadura de Nick Lowe al frente de los mutantes es su empeño por mantener la consistencia de la evolución de los personajes, por mantener la identidad de cada colección y conseguir equipos que trabajasen de forma conjunta. Durante los períodos en los que llevaba la voz cantante en la franquicia, el flujo de ideas entre tandems como el formado por Jason Aaron, Rick Remender y Kieron Gillen era tan constante, como terca su negativa a devolver a Bestia a su aspecto de finales de los 70, al considerarlo un atentado contra su evolución.
Mientras Nick Lowe estuviera al frente, daba igual por cuantas manos pasase la resurrección de Illyana Rasputin, el alzamiento de Vulcano en el trono Sh’iar, la captura de Nimrod a manos de los Purificadores, el regreso de Legión o las evoluciones conjuntas de Emma Frost, Cíclope, Jean Grey y Lobezno, que siempre se desarrollarían de forma coherente, sin dejar nada en el olvido y sin miedo a mirar para delante.
Ahora, Nick Lowe toma el testigo de Stephen Wcacker convirtiéndose en el nuevo editor jefe de la franquicia de Spider-Man, tras casi seis años desde que este llegase a la línea con el comienzo de Brand New Day. Lowe llega en un momento de cambio en el que el guionista Dan Slott se dispone a llevar a su Superior Spider-Man a un nuevo nivel, tras casi 200 números como cabeza pensante de sus aventuras.
A su disposición tendrá un entramado que además de los Seis Siniestros, Veneno, Matanza Spider-Girl o Araña Escarlata incluía hasta la fecha a Daredevil, Ojo de Halcón, la Viuda Negra, Punisher, Caballero Luna, Ms Marvel, Nuevos Guerreros y las series del apartado cósmico (Guardianes de la Galaxia, Nova, Capitán Marvel y Silver Surfer) en el paquete.
Declarándose fan del arácnido desde que le robase los cómics de Spider-Man a su hermano en su más tierna infancia, Lowe deja a los mutantes en manos de su hasta ahora hombre de confianza Jordan D. White con un nuevo entramado resultado del divorcio total entre Jason Aaron (la Asombrosa Patrulla-X, Lobezno y la Patrulla-X) y Brian Michael bendis (La Nueva Patrulla-X, Imposible Patrulla-X).
Únicamente Imposibles Vengadores de Rick Remender y los X-Men de Brian Wood se mantienen como veteranas, con el desembarco de nuevas cabeceras como All-New X-Factor de Peter David, X-Force de Simon Spurrier, Magneto de Cullen Bunn, Rondador Nocturno de Chris Claremont y All-New Doop de Peter Milligan y David de La Fuente.
Ahora la cuestión es como sentará dicho cambio de guardia entre las oficinas de Marvel Comics. ¿Será capaz de lidiar Nick Lowe con la situación actual de las oficinas de Spider-Man? ¿Se resentirá la línea de los X-Men con su marcha? ¿Será un movimiento que beneficiará más a los X-Men que a Spider-Man? Se habre la veda a las hipótesis.
¿Qué opinas de la función de Nick Lowe como editor durante estos años?
- Notable, algún tropiezo pero ha sido el mejor editor mutante en lo que va de siglo (38%, 55 Votes)
- Bien, es un buen editor pero todavía tiene muchos detalles que curtir (26%, 37 Votes)
- Sobresaliente, pocos editores actuales tienen su oficio e historial (16%, 23 Votes)
- Regular, aun no ha demostrado nada por su cuenta (7%, 10 Votes)
- ¿Lowe? ¿La marca de colonia o el de las canciones pastelosas? (NS/NC) (7%, 10 Votes)
- Mal, pese a sus hallazgos, su labor ha sido más bien mediocre (6%, 8 Votes)
- Muy mal, es lo peor de Marvel (0%, 0 Votes)
Total Voters: 143
¿Qué opinas del traslado de Nick Lowe a Spider-Man?
- No podían haber buscado un reemplazo mejor para Wacker (35%, 47 Votes)
- No tengo opinión clara al respecto (Ns/Nc) (29%, 38 Votes)
- La franquicia mutante se convertirá en un sindios tras su marcha (19%, 25 Votes)
- Ya era hora de que los mutantes se librasen de su yugo (11%, 15 Votes)
- Lo peor que le podría haber ocurrido a Spider-Man desde el Quesadazo (6%, 8 Votes)
Total Voters: 126
imperdonable no haber enlazado el cruel to be kind, daniel
No me voy meter porque es tan facil pasar al otro Nick Lowe, y de ahí a Costello, y de ahí…
Pero sí, el de los tebeos también es buen chaval y tal.
son buenos colegas y han aprovechado toda ocasión que han tenido de colaborar, de cualquier manera, no recuerdo yo a costello haciendo el ‘cruel to be kind’, igual lo confundes con el ‘peace, love & understandig’, tema de lowe, que forma parte del repertorio habitual de costello
si que empezamos pronto hoy con el off topic
Si empieza deshaciendo el mefistazo, tendrá mi aprobación aunque fuera el que echó a Claremont de los X men, el que trajo a Chuck Ausen o el que le dió el Capi a ROB.
Gran artículo, Daniel. Me alegra que la iniciativa de analizar la trayectoria de los editores más importantes siga adelante.
¿nick lowe es el culpable del capi con tetas?.
buff…que mal rollo…
Marts regresa a la parcela mutante y la parcela cósmica guardians se va con marts y Nova no saben quien será el editor
Lowe tras la salida de Wacker es el heredero natural de Alonso, para ser el nuevo editor en jefe de marvel
Frank, cuando lo del Capitán América con tetas Lowe todavía debía estar en el instituto (y lo único que ha editado escrito por Austen es cuando fue editor asociado de Joe Quesada en MK Capitán América). Me da a mi que Antonie exponía sus posibles más como caso hipotético que como algo que haya acontecido en realidad
Exacto Sr. Gavilán, me refería a distintas tropelías de Marvel a lo largo de su historia, si el responsable fuera Lowe (que no lo es) se lo perdonaría si deshiciera el mefistazo 🙂
Dicho esto, ha pasado demasiado tiempo y ya creo que no hay vuelta atrás, así que me temo que seguiré alejado de Spiderman. Seguro que hay cosas buenas detrás, pero para mí, es un inmenso what if. Suerte al señor Lowe, pero conmigo que no cuente.
Excelente articulo Sr. Gavilán. Para mí muy interesante estas retrospectivas, ya que creo que la figura del editor es bastante desconocida y su aporte generalmente obviado. Espero que no cese en su tarea.
Ahora mismo, Lowe es la figura editorial con más prestigio en el organigrama marvel. El futuro capo de la casa de las ideas? Pues es mi apuesta. Ya que el otro gran baluarte, el gran Tom Brevoort, le veo en espera de su retiro dorado. Ya sabemos, aquel donde se hace poco y se cobra mucho
bueno,a ver si en la nueva coleccion del lanzaredes en mayo,se nota ya la mano de nick lowe para bien.que el primer numero cuente con portada del fan-favourite j.scott campbell,ya es un buen presagio.ojala que pongan a un equipo REALMENTE potente al cargo,y no a un equipo que busque nuevas audiencias a costa de perder a los fans de siempre.
amazing para un nuevo equipo que recupere el aroma clasico,y una serie paralela para dock ock y los enemigos superiores.
y todos tan contentos.si no es tan dificil,joder.
Lo último que necesita ahora Spiderman es deshacer el mephistazo.
Ya hay nuevo editor de las series de Batman… el editor de las series de Snyder en Vertigo, American Vampire y The Wake… una prueba más de que el amigo Scott es ahora el chico de oro de DC.
La cuestión también sería a) cómo deshacerlo para dejar contentos a todos. b) para qué deshacerlo
O podrían arreglarlo usando el propio mefistazo. Es la cosa que más me cabrea de Spiderman, esas historias polémicas que pese a tener cierto potencial y ser jodidamente importantes, se ignoran y quedan como cagadas. Yo sigo pensando que con los hijos de Gwen, por ejemplo, se podría haber hecho una gran historia.
lo mas cabreante de todo el asunto del mefistazo,es que todo parte de que los guionistas no saben resolver el tema de lidiar con el hecho de que peter no puede,ni debe, madurar. el complejo de peter pan es inherente al personaje.uno vez lo sacas de ahi,todo se va al traste.se pierde la magia.
j.k.rowling,se ha despachado ultimamente con unas declaraciones en las que admite que harry deberia haber acabado con harry,y no con ron weasley.que fue una cagada lo de liar a harry con gini,y que ojala pudiera cambiar ese final.
si,claro,ahora…
la boda de peter y mary jane JAMAS debio celebrarse.es una maxima de las series de television.acabas y/o agotas el tema de la «tension sexual no resuelta»,y acabas con la magia.acabas con la historia.se acabo.kaput.
los guionistas no sabian crear tramas atractivas para el matrimonio peter-mary jane.tampoco supieron hacerlo en los comics de superman.si incluso en SUPERMAN 2,la relacion amorosa de lois y clark duro lo que duro.es complicado lidiar con ciertos aspectos de los superheroes si no tienes un plan a largo plazo y un enfoque muy definido para el personaje…y con una clara perspectiva para varios años.eso de ir a salto de mata, rara vez funciona.
y,entonces llega el mefistazo.una forma curiosa de anular una mala decision con otra mala decision.
por que lo de recurrir a algo tan racional,-y que si hubiese dado muchisimo juego-como un divorcio,como que no…que el «aborregado»yanki de a pie del medio oeste como que se iba a sentir particularmente ofendido.
mejor lo resolvemos con magia.y posteriormente con una explicacion posterior al asunto igualmente absurda.
hasta llegar a ese laaaargo momento KIT-KAT,que supone la etapa de dan slott.
¿y ahora que?.
no creo que nick lowe resuelva el asunto del mefistazo.y no por cabrear a slott,que al fin y al cabo es un asalariado y no especialmente conflictivo,sino por que el tiempo corre en su contra.
hay toda una legion de fans-y las cifras de venta lo avalan-que se han acostumbrado a lo que hay.que se la pela la sacrosanta continuidad del personaje o de donde venga,y que lo unico que buscan es que le ofrezcan una racion mensual de aventuras sin complicaciones.y,si,es respetable,¿porque no?.
pero siempre hay margen para que se abran las compuertas a una solucion de compromiso.algo que satisfaga a todas las partes.una mezcla de lo viejo y lo nuevo.
puede hacerse.ultimate spiderman es la prueba.
si tiran por ahi,que cuenten conmigo.