Edición original: Trillium núms. 1 a 8 USA
Edición nacional/ España: ECC Ediciones
Guión: Jeff Lemire
Dibujo: Jeff Lemire
Entintado: Jeff Lemire
Color: Jeff Lemire, José Villarrubia
Formato: Rústica, 192 págs. A color.
Precio: 17,95 euros
¿Qué es Trillium?
Eso es lo que podemos preguntarnos cuando entramos en nuestra tienda de cómics habitual y por el azar deambulante de ir ojeando por las estanterías, acabamos con este tomo que recopila los ocho números de esta miniserie en la que Jeff Lemire es autor completo. Le damos la vuelta al tomo y leemos la sinopsis. Parece interesante. Volvemos a la portada y lo abrimos. Los dibujos son extrañamente toscos y el color apagado. Así a primera vista no parece ser gran cosa, pero esa sinopsis nos invita a ir al mostrador, pagar y llevarnos esta pequeña joya a nuestra casa.
¿Y qué pasa cuando leemos este tomo en casa?
Pues pueden pasar dos cosas: lo amas o lo odias.
Es una de las obras más personales de Jeff Lemire, que se ampara en el género de la ciencia ficción para contarnos una historia que aglutina sus dos temas más recurrentes: el amor y la soledad. Porque eso es lo que es Trillium, una historia de amor en toda regla que traspasa los límites del tiempo y el espacio.
En el Siglo XXXVIII la humanidad está al borde la extinción. La Cuña, una extraña, pero letal enfermedad, parece estar acabando con todas la colonias humanas del universo. En el planeta Thabitia crece la última esperanza de curación en forma de una flor: el Trillium. Nika, una xenóloga encargada de entablar contacto con la raza alienígena Thabitiana, se ve arrasada en el espacio y el tiempo hasta un templo amazónico del siglo XX donde se encuentra con William, un excombatiente de la Primera Guerra Mundial. Sus vidas quedaran irremediablemente unidas a través del tiempo convirtiéndose en la última esperanza para la raza humana.
Esta obra puede ser leída de dos maneras.
La primera es de un tirón, sin detenerse a traducir el idioma Thabitiano, para poder vivir la historia tal y como la experimentan los personajes. La información llega al lector sesgada, rota por traducciones entrecortadas o nulas, donde Nika y William deben hacerse entender mediante gestos con las alienígenas, al tiempo que intentan comprender lo que les rodea. Y eso mismo es lo que como lectores merece la pena experimentar. Ya tendremos tiempo de volver a leer la historia y dedicar tiempo a traducir los diálogos extraterrestres para poder cerrar los huecos que hayan podido quedar pendientes al llegar a la última página.
Pocos cómics permiten dos lecturas consecutivas y que cada una de esas lecturas nos transmita cosas distintas. Ese es el verdadero valor de Trillium. Su aparente complejidad y exigencia a la hora de leerlo esconde un sinfín de sensaciones que resulta extraordinariamente estimulante ir descubriendo.
Lemire, como es habitual en sus trabajos, nos introduce de bruces en la historia. No hay un acercamiento progresivo, sino que nos suelta en medio para que nos subamos a un tren en macha. Lemire no subestima nuestra inteligencia y nos lo dice en cada página. Su historia requiere de todas nuestras neuronas, no porque sea complicada de seguir, sino por el sinfín de historias que subyacen bajo la historia principal. Tenemos una ficción dura y tierna al mismo tiempo, donde el amor va capilarizando alrededor de los personajes que han de luchar por dejar atrás su propia soledad. Impresionante es la manera en la que Lemire retrata como se puede estar solo en medio de la gente, siendo lo más parecido a un compañero una inteligencia artificial portátil. Si en otras obras como Nadie o su conocida Historias de la Granja, podemos ver que la soledad es el motor de la historia y es la lucha constante de los personajes por vencerla, en Trillium profundiza más, pivotando sobre este aterrador concepto que como seres sociales que somos nos atenaza más que cualquier otra cosa.
William y Nika se ven expulsados de su realidad, apartados de su entorno, que no hace sino magnificar la sensación de vacío que los rodea. Durante la lectura de la obra esa soledad se te mete en los huesos, lo que refuerza enormemente la marea de emociones que vas experimentando al ir pasando páginas. Notable es el ejercicio narrativo que se produce en uno de los números (el cinco) que componen el tomo, donde vemos como la historia discurre paralela usando la parte superior e inferior de la página. En la versión USA Lemire nos obliga a girar el cómic para poder leer adecuadamente la historia, mientras que en la edición de ECC se ha optado por montar las viñetas de manera que no es necesario ir girando el cómic para su lectura. Personalmente hubiera preferido que ECC no retocara las viñetas, aunque se facilite la lectura, por aquello de ser más fieles a lo que el autor quería transmitir al diseñar la composición de la página de esa forma. Está claro que Lemire quiere que sintamos también en nuestras tripas ese desplazamiento temporal que han sufrido los protagonistas y que la inmersión en la historia sea total y eso se pierde en la edición de ECC.
Si bien no es el trabajo que más te va a estrujar el corazón, ya que se aleja de los sentimentalismos fáciles que ha demostrado con anterioridad, porque no es esa la intención de Lemire. Aquí lo importante es como a través del espacio y el tiempo el amor puede ser el verdadero salvador de la humanidad y no un puñado de flores que distan mucho de ser lo que los humanos esperan.
Amor, rabia, desesperación, dolor, miedo y tristeza se dan la mano en esta obra que no te va a dejar indiferente. No es el mejor trabajo de Lemire, pero no hace falta que lo sea para que dentro de ti, lector, se despierten sentimientos que harán que recuerdes este cómic durante mucho tiempo.
Dediquemos un momento a comentar el trabajo artístico de la obra.
Jeff Lemire se hace cargo de dibujo y el color con una ayuda de José Villarrubia. El trazo es al que nos tiene acostumbrado. Una línea irregular, rota y geométrica, con extremidades mal proporcionadas, extrema delgadez y diseños burdos y toscos que se hacen irrelevantes cuando te has sumergido en la historia. Si bien es cierto que comete algunos fallos como que uno de los personajes se frote la cara a través de la escafandra cerrada del traje espacial, lo normal es que su estilo case a la perfección con el tono de la historia. No hay que olvidar que solo dibuja aquellas historias con las que tiene un vínculo especialmente fuerte por lo que, sabiendo que es el autor completo de este trabajo, entendemos que entre nuestras manos tenemos un pequeño pedazo de su persona plasmado en viñetas y así hay que valorarlo.
Una obra difícilmente clasificable y difícilmente recomendable a diestro y siniestro. Lemire tiene su público y sus trabajos más personales son también los menos accesibles para los lectores más alejados de su estética e historias. No significa que sus obras solo puedan ser leídas por un tipo de lector, sino que sus trabajos más personales recorren sendas que normalmente no son las de un mayor número de seguidores. Y aun así os invito a todos a descubrir este cómic y, porque no, a este autor en su faceta más intimista y dura.
Espero que ECC se decida de una vez a hacernos llegar una de sus mejores y más potentes obras, Sweet Tooth, que inexplicablemente seguimos sin poder disfrutar editada en nuestro país.
Así que gritar todos conmigo: ¡Sweet Tooth ya!
Lo malo de ajustatse al original es que con un tomo es un engorro andar dándole vueltas para leerlo. Con una grapa es mas fácil. De todas formas se está poniendo de moda el recurso verdad? Con Batman también lo hizo Snider y a mi me gustó el resultado. Pero es lo que decía, eran grapas y es más fácil.
Sobre la historia en sí tiene buena pinta a primera vista quizá para un mea flojo de novedades me anime a comprarla.
Entiendo por tus comentarios que se traduce fácil el idioma extraterrestre Gustavo?
Con Trillium, Lemire me ha ganado definitivamente, es un tebeo fantástico. Entiendo que el dibujo pueda echar para atrás al lector casual cuando lo encuentre en la estantería de la tienda, pero realmente, una vez te acostumbras al peculiar estilo, merece muchísimo la pena.
Con lo del número 5 tengo el corazón partío: por un lado, me gusta que se respete la edición original lo más posible, pero es cierto que estar dánlole la vuelta al tebeo en un engorro muy grande para el efecto que produce, que tampoco es que sea nada especial.
El leguaje alien es fácil de traducir ya que al final del tomo tenemos el código traspasado a nuestras letras. Solo lleva tiempo.
Si que girar el tomo es algo mas pesado que la grapa, pero creo que se pierde la sensación de desorientación que Lemire buscaba en los lectores a la hora de distribuir las viñetas.
Y si, superado lo del dibujo, es una obra a descubrir entre las novedades del mes.
Gracias por vuestros comentarios!!
Truñum. Tiene un comienzo prometedor pero a medida que avanza se va volviendo cada vez mas confuso y críptico. No te coscas de casi nada.
A lo mejor queda todo mas claro traduciendo los textos de los marcianacos, pero eso son horas y horas sustituyendo letra a letra y ….
…life is very short and there´s no time for fussing and fighting, my friend.
Y mira que soy fan de la trilogía de Essex County.
A mí me gustó bastante. De hecho, no la veo tan compleja… creo que al final se entiende todo. Complejo me pareció el último tebeo de Burns, el de La colmena. La cosa es el dibujo de Lemire, o te gusta o te dan ganas de arrancarte los ojos.
En la pila de pendientes, junto a Lost Dogs, otra obra de Lemire.
Si me gusta la mitad que Essex County o Sweet Tooth me daré por satisfecho.
¡Sweet Tooth ya!
Mr X «La cosa es el dibujo de Lemire, o te gusta o te dan ganas de arrancarte los ojos.».
Ese es mi problema, que me incita a hacerme un Edipo (por lo de arrancarme a los ojos, no por lo de los padres).
Le entiendo, Sr Autoridad. A mí me gustó la historia y el uso de los paralelos y los saltos temporales, etc. Pero sin llegar a niveles de querer montármelo a la griega, je, como usted, agradezco infinitamente que en sus nuevos proyectos en Dark Horse y Valiant él sólo se ocupa del guión y del dibujo se dedican otros.
Pero si lo mejor de este pavo es el dibujo. Además el color le queda de puta madre.
Vamos a ver, el dibujo de Lemire es feo, pero efectivo.
Está muy lejos de ser una maravilla, pero hay por ahí cosas muchos peores.
«#9
Ocioso
20 septiembre, 2014 de 15:44
Pero si lo mejor de este pavo es el dibujo.»
Usted perdone. Tantos años leyendo a DC me han estropeado el gusto 😉
Pues yo diría que sin duda Trillium es quizás su mejor trabajo a nivel gráfico. Yo sinceramente, esperaba más de Trillium, pero no decepciona en absoluto. Vale la pena hacerse con este volumen y es una lástima que no lleguen aquí las que considero sus mejores obras, «Sweet Tooth» y «Underwater Welder (ambas excelentes lecturas). «Essex county», mi asignatura pendiente que va a caer en breve.
Se comprende que Lemire y su dibujo no son unos superventas por estos lares, así que Sweet Tooth a 6 volúmenes me parece difícil verlo por aquí de manos de ECC. Ahora, para mi vale la pena pillarselo ni ke sea en English. Muy bueno. Una historia de 40 números muy bien realizada de principio a fin.
Pd: Lo de sentimentalismos fáciles demostrados con anterioridad no lo veo.
Lo que hablan los marcianos mas que un idioma parecen platos de tortellini y como comenté antes no tengo tiempo ni ganas de ponerme a traducir. De todas formas, si alguien tiene un enlace donde se puedan leer en castellano, incluso en inglés, me comprometo a releer el tomito y reconsiderar mi crítica.
Mathieu, con lo de los sentimentalismos fáciles me refiero a la habilidad que tiene Lemire para manipularnos como lectores despertando emociones. Usa recursos que en manos de otros guionistas menos habilidosos resultan manidos, pero que en sus manos aun siendo recursos fáciles, por su enorme calado en la literatura, los usa con contundente eficacia, como si sus palabras fueran un bisturí con el que me disecciona. Por eso digo fáciles con todo el respeto.
Para mi un buen escritor es el que con las herramientas clásicas, lo que conocemos como clichés, es capaz de contar una historia que parezca fresca y nos remueva algo dentro de nuestro ser.
Sobre el dibujo de Lemire solo voy a decir que es cierto que gusta o no gusta, pero que sus trabajos más personales dibujados por otros no serian lo mismo.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
No tenía pensado pillarlo pero, al final, haréis que me lo compre.
Otro guionista aplaudido por la crítica «sesuda» que no me dice nada…supongo que será cosa de la edad, cada día me parecen mejores los clásicos.
Dónde yo si veo mucho merito en esta obra es que se atreve, es sin duda una obra atrevida y en cierta manera desafiante. Vertigo lleva un par de temporadas perdida en lo que quiere, luego de Fabulas (en sus mejores momentos) parece que nada sale realmente bien en el sello «adulto» de DC. Estos intentos o «ensayos» tan personales le vienen bien a la editorial.
Lemire es un gran autor y no me cabe duda que luego de esta obra tan personal pronto llegará con algo realmente genial, después de todo esta historia es de amor, soledad y búsqueda, es un viaje, un viaje en el mismo Lemire.
Hola Gustavo!
Felicidades con tu critica. En su día no la leí, ya que tenia claro que iba a comprar el tomo y quería ser sorprendido.
Ahora me parece súper acertada.
Para mi, este Trillium es una de las mejores lecturas del apño sin duda, una obra redonda!
Este si es el verdadero nivel de Vértigo, y no el bluf de The Wake, con buenos autores pero una historia totalmente fallida, en mi opinión…
Saludos a todos!
He leido la reseña y me ha resultado muy interesante. Lamentablemente, después de leer el tomo siento no estar de acuerdo. Creo que si tienes razón con algunas cosas, y de hecho tu artículo ha quedado muy bien escrito, pero para mi esta incluso demasiado bien escrito, porque a mi parecer la obra no alcanza esas cotas de sentimentalismo tan altas que has sabido plasmar tan bien en la web con esta reseña. A mi parecer tu artículo merece mayor reconocimiento que esta obra de Jeff Lemire.
Personalmente creo que Trillium peca de ser simple y además, promete cosas que nunca da. El primer número resulta muy interesante, incluso creo que es culpa de este comienzo que alguien se decida a seguir comprándola, pero también tiene la culpa de que lo que viene después te cambie la perspectiva que creias iba a tener la obra.
Todo comienza como tu muy bien dices en medio de la historia, sin saber nada, un flashback por aquí, otro por allá, la jungla. Lo cierto es que repito que el primer número es bueno, pero enseguida te ves introducido en pequeñas tretas de Lemire para poder llevar a sus protagonistas por donde le apetece y así intentar crear una atmósfera que envuelva al lector. Conmigo no lo ha conseguido y de hecho me ha parecido incluso cutre su forma de hacerlo.
Después de esto, y dado que los sucesivos números son simplemente relleno que se dedica a seguir dándole vueltas a esa artimaña del autor, todo se ve abocado a terminar como tiene que terminar. No puedo criticar el final porque realmente no podía haber otro después de marear la perdiz durante 7 números (cosa que no pasa con el primero).
Para mi Lemire si ha menospreciado al lector y creo que ha fallado mucho con esta obra. Sencilla, simplona (y hablo de guión, el dibujo me ha parecido como tu muy bien dices muy personal y por ello acertado) y demasiado evidente a todos los niveles. Si hubiera desarrollado una trama de verdad resultaría interesante, pero me ha parecido insulso a todos los niveles. Una pena porque no es que esperara una obra maestra, pero si algo más.
PD: Espero quede claro que en ningún momento quiero criticar/desmerecer tu estupendo artículo, mi valoración es hacia el comic y por supuesto totalmente personal y discutible como cualquier otra 🙂
Un saludo.
Para mí es una bonita historia fallida.
Como casi siempre, Lemire, un autor al que respeto muchísimo por su amor a las historias de personajes con grandes dosis emotivas (sin llegar a ser cursi), sin la casquería y lenguaje soez de muchos de sus compañeros de profesión, firma una historia con una base «inspirada» (ejem) en multitud de obras anteriores en diferentes soportes, ya vista.
Esto no sería demasiado malo si le diese una nueva vuelta de tuerca al tema base, en este caso los dos personajes de mundos/épocas diferentes que se encuentran y se enamoran, pero es que en este caso, para mí todos los ingredientes que ha cocinado, hacen aguas.
Por un lado, el personaje que acaba siendo malvado, se convierte en un villano de opereta, para justificar que es muy muy malo y muy muy cruel, por otro, como alguien ha comentado ya, la historia de amor es muy bonita, pero demasiado breve en su desarrollo, y en el tiempo efectivo en el que transcurre, para que sea creible y suficientemente emotiva. Y por último, todo el misterio que constituye el argumento central del tomo, es más bien un embrollo recargado, que acaba no importándonos mucho y del que al autor se le hace difícil salir. Intenta salvarlo con un final poético y bonito entre los dos enamorados, pero como decía, al haber desarrollado en realidad tan poco su relación, poco nos importa más allá de percibir buenas intenciones en ello.
Resumiendo, lo mejor de Lemire (y que aquí no brilla especialmente), es como siempre, su construcción de personajes, y lo peor, también como casi siempre, el argumento, que cuando va más allá de historias pequeñas, se pierde en embrollos innecesarios y mareantes.
Sobre el dibujo, ponerle un 8 de nota me parece un insulto a los que sí son dibujantes de profesión. Y más argumentando para ello que le pega a la historia que quiere contar porque le sale de las entrañas. Según esto, no haría falta talento ninguno para dibujar cualquier porquería mientras lo que ilustres sean las historias que tu mismo has escrito, porque te sale de las entrañas.
En mi opinión, el color de José Villarrubia, en este caso sólo hace que destacar sus carencias, que nos percatemos del desaguisado (esas pirámides y perspectivas, por dios,…. no se trata de un estilo artístico, se trata de no saber dibujar).
En sus Essex County, quizás por ser algunos en blanco y negro, o por tratarse de comics que percibimos como más intimistas, independientes o «de autor», disculpamos más su dibujo e incluso en blanco y negro, le queda bien a la historia, pero en este Trillium, con un entorno hiper-tecnológico, de ciencia ficción, no puedes dibujar ni los edificios, ni los vehículos, ni los objetos ni los interiores como los ha dibujado, de esa forma tan vacilante e imprecisa y falta de armonía.
Y no es una cuestión de dibujo realista vs. dibujo artístico , si no de dibujar bien, como se puede ver por ejemplo en Paul Pope y su THB, artístico y personal a tope, pero bien dibujado.