El comienzo de la Era Atómica.
«Ahora me he convertido en la Muerte, la Destructora de Mundos.» Verso hindú del Bhagavad Gita.
El 21 de Julio se estrena en los cines Oppenheimer, la película de Christopher Nolan que relatará la historia J. Robert Oppenheimer, el científico a cargo del Proyecto Manhattan que se encargó de coordinar el desarrollo de las bombas atómicas que se lanzaron sobre Hiroshima y Nagasaki. Un momento negro de la humanidad que sirvió para ponerle punto y final a la Segunda Guerra Mundial y comenzar una nueva época marcada por la tensión entre dos grandes bloques armados con bombas capaces de garantizar la destrucción mutua. Un estreno que ha renovado el interés por un personaje y unos sucesos que ha sido claves en la historia reciente, algo que ha provocado que se reediten cómics que abordaban el tema como La Bomba (Norma) de Alcante, L.F. Bollée y Denis Rodie, pero también que en nuestro país se publique diez años después de su aparición original en Estados Unidos Trinity. Historia gráfica del Proyecto Manhattan de Jonathan Fetter-Vorm (Montana, 1983), que además es el primer cómic que publica la editorial Big Sur. Se trata de la primera novela gráfica de Fetter-Vorm, un licenciado en Historia por la universidad de Stanford que se ha especializado en cómic históricos de carácter divulgativo y que posteriormente ha publicado Moonbound: Apollo 11 and the Dream of Spaceflight y Battle Lines: A Graphic History of the Civil War. Para esta primera obra contó con la ayuda de Michael Gallagher en el guion. La obra toma como título del nombre clave de la prueba que confirmo el éxito de bomba que se realizó en el desierto de Nuevo México el 16 de julio de 1945.
Trinity, que fue elegida entre las diez mejores novelas gráficas de 2013 por la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos, es una historia de no ficción que sirve como una completa introducción a todo lo que rodeo al proyecto Manhattan. La historia está construida en tormo a la figura de Oppenheimer y nos permite conocer como pensaba una de las figuras más fascinantes y enigmáticas del s. XX, con una vida marcada por las contradicciones. Por suerte no estamos ante un relato hagiográfico ni ante uno que deje de lado al resto de físicos que estuvieron implicados en la creación de la bomba ni tampoco a las dudas éticas y filosóficas que tuvieron al ser conscientes de lo que iban a crear. Como tampoco lo hace con los científicos que años antes descubrieron la radioactividad y que investigaron sobre su uso como Marie Curie, James Chadwick o Enrico Fermi. La obra, que tiene un marcado carácter divulgativo y didáctico, también nos explica los fundamentos de la energía atómica y las consecuencias que tuvieron los lanzamientos a nivel geopolítico, histórico y para los supervivientes de las ciudades arrasadas por las bombas. Sin ocultar ni disfrazar unas realidades que fueron terribles y cambiaron por completa la historia.
Al tratar tantos temas en solo 160 páginas en muchos de ellos solo sirve a modo de introducción, como por ejemplo en la reasignación de bloques tras el final de la Segunda Guerra Mundial y en la Guerra Fría. Pero eso no es algo que le reste valor a la función didáctica y divulgativa de la obra, que destaca sobre todo en la parte en la que explica las cuestiones más relacionadas con la física y las de la creación y construcción de bomba. Están explicadas de una manera muy sencilla y accesible gracias al buen uso que el dibujante hace de las posibilidades de un medio en el que se combina como en ningún otro las palabras con las imágenes y que deja que sea el lector el que elija donde detenerse.
Pese a la enorme cantidad de datos y temas tratados, la obra no resulta para nada árida ni pesada algo que es producto de la capacidad para sintetizar las diferentes temáticas que aborda la historia y el ritmo ágil que tiene al que contribuye de una planificación de página muy medida que va variando a lo largo de la novela gráfica para que no tengamos la sensación de estar ante una obra de una estructura fija. Este juego con las composiciones de las páginas es lo mejor del apartado gráfico, junto con los esquemas empleados para mostrar las partes en las que se nos exponen las partes más científicas y la escalofriante escena en la que se nos muestra el efecto de la bomba en Nagasaki. Sin embargo, no resultan tan brillantes algunas de las otras páginas en las vemos algunas viñetas con planos demasiado forzados que no están bien conseguidos, lo mismo que sucede con algunas caras y cuerpos que están mal proporcionados.
Trinity. Historia gráfica del Proyecto Manhattan es una magnifica forma de tomar contacto con todo lo relativo a las bombas atómicas. Un trabajo muy bien documentado y de un enorme valor didáctico que está contado una forma que resulta muy amena y en la que nos encontramos con algunas soluciones gráficas muy interesantes que compensan algunos otros defectos del dibujo.
Lo mejor
• El carácter didáctico de la obra.
• La sencillez con la que explica las cuestiones más técnicas.
• No es una mera sucesión de datos ya que también busca comprender los motivos y contradicciones de todos los implicados.
Lo peor
• El dibujo de algunas viñetas.
Guión - 7.5
Dibujo - 6.5
Interés - 8
7.3
Atómica.
Jonathan Fetter-Vorm nos relata de manera exhaustiva y brillante todo lo referente a la creación de las bombas atómicas que cambiaron el curso de nuestra historia.
