El alto coste de escribir.
«Mi problema: estoy en un punto en el que necesito saber cómo va a terminar el libro.»
El 15 de noviembre de 1959 Richard Eugene «Dick» Hickock y Perry Edward Smith robaron y asesinaron a los cuatro miembros de la familia Clutter (Herb, Bonnie, Nancy y Kenyon) en su propia casa en Holcomb (Kansas). Un crimen atroz que despertó el interés de Truman Capote (1924-1984) que acudió junto a su amiga Harper Lee, autora de Matar a un ruiseñor, al lugar de los hechos para realidad una minuciosa investigación que incluyo varias entrevistas con los asesinos, los familiares de las víctimas, los lugareños y cubrir el desarrollo del juicio en el juzgado de Garden City. El escritor plasmo los resultados de la investigación en el libro A sangre fría que fue serializado previamente en 1965 en las páginas de The New Yorker y posteriormente vio la luz en un solo volumen en 1966 convirtiéndose en un fenómeno de ventas. Una nueva forma de entender el periodismo que él llamo non fiction novel y se convirtió en uno de los pilares del Nuevo Periodismo que marco las siguientes décadas. Estaba caracterizado por realizar investigaciones exhaustivas para luego escribir un relato mucho más parecido a un texto literario. Ese enorme éxito de ventas provocó que los grandes estudios le hicieran diferentes ofertas para realizar su adaptación cinematográfica, entre todas las ofertas se decantó por la de Columbia Pictures que estaba dirigida por Richard Brooks. El director de Los profesionales realizo un extraordinario trabajo respetando el espíritu del libro y desoyendo algunas de las propuestas más comerciales de la productora. Justo en pleno rodaje de esa cinta en 1967 es donde comienza Truman Capote. Regreso a Garden City el cómic del guionista francés Xavier Bétaucourt (Lille, 1963) y del dibujante Nadar, seudónimo de Pep Domingo (Castelló de la Plana, 1985), que acaba de publicar Astiberri con su buen hacer habitual en castellano y catalán coincidiendo con el centenario del nacimiento del escritor de Desayuno con diamantes.
Aunque Xavier Bétaucourt solo tiene un cómic publicado en castellano, One Two Three Four Ramones (Dibbuks), en su país de origen tiene una larga trayectoria tanto como guionista como ejerciendo de reportero audiovisual y redactor, así que posee experiencia de sobra para afrontar un proyecto en el que escribe un guion que se lee de forma sencilla, amena y ágil. Lo mismo se puede decir de Nadar, que, aunque veinte años más joven, con éste ya suma nueve cómics publicados, ya sea como autor completo para el mercado español (Papel estrujado, El mundo a tus pies, Transitorios) o colaborando con diferentes guionistas para el mercado francés como Philippe Thirault con el que realizó ¡Salud! o Julien Frey que ha escrito El cineasta, Justin, Fatty, el primer rey de Hollywood o la inédita hasta ahora en España Les sauvages. Unos trabajos con Frey en los que ya había abordado varias biografías de personalidades del mundo cultural. Sin embargo, el guion de la obra que nos ocupa resulta el más complejo tanto estructuralmente como a la hora de bucear en la figura del escritor estadounidense, ya que abraza los postulados de esa nueva forma de hacer periodismo que Capote pregonaba explorando su compleja personalidad y el proceloso trabajo de escritura de la novela.
La obra arranca con la vuelta de Capote a los escenarios donde sucedieron los hechos para asistir al rodaje de la adaptación cinematográfica. En esos parajes ira recordando el proceso de creación de la novela gracias a flashbacks en los que vemos las dudas y el coste personales que supuso la escritura y, sobre todo, la relación que estableció con Perry Smith. Unas escenas que alternan con otras recreadas de la película en la que vemos los principales sucesos del terrible crimen e, incluso, algunas que exploran la complicada infancia del escritor. Todas ellas únicamente diferenciadas por el fantástico trabajo narrativo y la paleta de colores elegida por un Nadar en estado de gracia que sabe cómo transportarnos a cada momento de una historia a la que dota del sombrío y turbador aspecto que rodeo a todo al crimen.
Al igual que sucede con la novela y la película, el cómic aborda la causas personales y sociales que llevaron a Smith y a su socio a cometer esos actos monstruosos, pero la principal diferencia es que el guion de Xavier Bétaucourt nos nuestra como Capote también tuvo unas circunstancias personales igual de duras que ellos. Pero en lugar se seguir el mismo camino se convirtió en la cara opuesta de la misma moneda y, pese a todo, fue capaz de llevar su vida por otros derroteros. Un dilema ético que está presente por toda la obra y que se entremezcla con el resto de las dudas que atormentaban al escritor mientras llevaba a cabo la novela cómo hasta donde es posible mantener la objetividad sin implicarse, su capacidad para empatizar con un asesino y cómo el desgaste emocional de este trabajo pudo ser una de las causas de que no volviera a finalizar ninguna otra novela.
La parte más brillante de la obra el complejo retrato que hace tanto de Smith como de Capote, dos figuras fascinantes que son las que llevan el peso de la obra. En particular, hay que destacar el retrato del escritor al que dotan de una enorme complejidad dejándonos ver todo lo que se escondía detrás del personaje que se creó que cuando transcurre la obra estaba en su absoluto apogeo. Que su representación no caiga en lo caricaturesco es producto tanto de la humanidad y veracidad que consigue transmitir a través de sus diálogos como del dibujo de Nadar que nos lo muestra perfectamente reconocible, pero siempre trasmitiéndonos sus emociones. En particular, esa melancolía, angustia y soledad que siente cuando escribe. Un trabajo de caracterización que es extrapolable al resto de personajes que aparecen en el cómic y que son la prueba del enorme talento del dibujante español, al igual que sucede con la perfecta traslación a viñetas de las escenas de la película con un uso del blanco y negro tan brutal y que encierra la misma violencia que los sucesos que relata.
Aunque disfrutamos mucho más cuando Nadar firma sus obras como autor completo, Truman Capote. Regreso a Garden City es un cómic brillante que explora con un gran equilibrio y veracidad tanto los sucesos que se produjeron el 15 de noviembre de 1959 como la escritura de A sangre fría y la compleja personalidad del escritor. Un trabajo notable que complementa al libro y la película y nos deja ver en primer plano la violencia y el coste emocional y personal que tiene para cualquiera escribir sobre sucesos tan escabrosos.
Lo mejor
• El trabajo de Nadar.
• El retrato de Capote lejos de cualquier caricaturización.
• Lo bien que se combinan los diferentes flashbacks y las escenas de la película para contar la historia.
Lo peor
• Aunque tiene sentido que la obra solo abarque una franja temporal de la vida de Capote tras leerla quedan ganas de ver a los autores retratando los años finales del escritor.