NOVEDADES EN EL FRENTE
«El vibranium. Ahora canta para mí.»
Con el nuevo año nos llega desde panini cómics un nuevo tomo de la serie Ultimate Black Panther con otra tanda de tres números USA. En reseñas anteriores he mencionado la necesidad de la serie de encontrar su identidad, en especial después de un comienzo que recordaba mucho a historias pasadas del personaje, y adelanto que en esta entrega se empiezan a cumplir mis deseos. Reseñamos pues lo último del nuevo universo Ultimate en llegar a nuestro país.
La trama se retoma en el punto donde lo dejamos hace tres meses, con el tomo anterior. Ra y Khonshu se han hecho con el poder del misterioso mineral que Killmonger y Tormenta revelaron a T’Challa en el primer tomo, este material ha sido descrito como una contraposición del vibranium sobre el que Wakanda ha edificado su reino y ha demostrado la capacidad de influir sobre seres vivos. Después de la declaración oficial de guerra que presenciamos en el último número aquí nos adentramos de lleno en el conflicto con T’Challa y Wakanda en desventaja, con la amenaza de verse superados en número y siendo incapaces de comprender la fuente de poder de su enemigo. Para equilibrar la balanza, el rey de Wakanda decide buscar ayuda en lo oculto y lo mágico.
En cuanto al guion, estamos ante la entrega que más he disfrutado. Bryan Hill ha subido el ritmo, presentando nuevas ideas que ahora sí son propias de la serie y que no tienen miedo de expandir el universo que habita. Por otro lado, me parece que en estos tres números es donde el diálogo del estadounidense mejor ha funcionado hasta ahora, Ultimate Black Panther es una serie de guerra pausada y seria y eso se refleja en la manera de hablar de sus personajes que emana seriedad, gravedad y adultez. Además el formato trimestral con el que panini nos trae la trae ha resultado muy acertado para este tomo, que es capaz de responder preguntas y de dar una sensación de conclusión para asuntos que se plantean dentro del mismo.
En lo gráfico las noticias no son tan alentadoras. Hay pocas ocasiones para disfrutar de la estética afrofuturista de Stefano Caselli y aunque la acción es siempre satisfactoria y el italiano es particularmente hábil para comunicar el rápido movimiento de dichas escenas también hay múltiples instantes en los que hay poco detalle o en el que los fondos son notablemente planos. El color de David Curiel se centra en el realismo y sus tonos son siempre apagados, dominados por grises y marrones y casi nunca vibrantes. Aunque hay instantes de contraste y espectáculo la sensación final es la de un arte cansada, que se limita a plasmar los elementos imprescindibles para la trama y deja mucho espacio de mejora.
En definitiva, una entrega agridulce en la que la trama parece coger ritmo, expandirse y encontrarse pero en la que la presentación no está a la altura. Por primera vez la serie ha conseguido sorprenderme y me ha dejado con muchas ganas de continuar la historia. Aunque aún se trate tan son solo de semillas y habrá que esperar a recoger el fruto, Bryan Hill parece haber hecho caso de mis peticiones y tiene entre manos ideas que pueden incluso tener mucho recorrido si se desarrollan correctamente.
Lo mejor
• La historia parece que coge ritmo.
Lo peor
• La presentación no le hace favores a la trama.
Prometedor
Guión - 7
Dibujo - 6.5
Interés - 7.5
7
Una entrega agridulce en la que la trama parece coger ritmo, expandirse y encontrarse pero en la que la presentación no está a la altura.