ULTIMATE IRON MAN, de Orson Scott Card y Andy Kubert

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Edición original: Ultimate
Iron Man núms. 1 a 5 (marzo de 2005 / febrero de 2006); Marvel Comics.
Edición España: marzo de 2006
Guión: Orson Scott Card.
Dibujo: Andy Kubert.
Entintado: Danny Miki.
Color: Richard Isanove.
Formato: revista de 48 y 64 págs.
Precio: 3 €.

 

En su inagotable búsqueda de fórmulas que faciliten la comercialización de sus productos, las grandes editoriales han venido siguiendo la tendencia de contratar los servicios de autores de renombre procedentes de medios ajenos al mundo del cómic. La idea, lejos de ser anecdótica, ha llegado al punto de generalizarse, de modo que raro es el mes en que no podemos encontrar en las estanterías de las librerías especializadas y kioscos algún cómic firmado por el novelista, guionista, director, o incluso actor de cine o televisión de turno. A título de ejemplo, cabe citar a los ya “clásicos” (en algunos casos por sus méritos, en otros simplemente por ser veteranos en estas lides) Kevin Smith, Joe Michael Straczynski, o Geoff Johns, totalmente asentados en una industria que los ha recibido con los brazos abiertos. Casos más recientes son los de Joss Whedon (Astonishing X-Men), Reginald Hudlin (Pantera Negra), o Stephen King, cuyo cometido en la plasmación en viñetas de la muy recomendable saga de La Torre Oscura es todavía una incógnita. Visto el panorama, hasta los intérpretes Thomas Jane, Seth Green y Rosario Dawson se han animado a aportar su ¿talento? a la industria comiquera norteamericana. El tiempo dirá si realmente son merecedores de esta oportunidad, pero por lo de pronto e independientemente de los resultados creativos, a la vista está que estamos ante un mecanismo publicitario de indudable rentabilidad, idóneo para captar la atención de los medios generalistas e incrementar de forma considerable el abanico de hipotéticos lectores.

Sea como fuere, de entre los últimos “fichajes mediáticos” destaca sobremanera el de Orson Scott Card como encargado de escribir los guiones de Ultimate Iron Man, miniserie centrada en los orígenes de la versión definitiva del Hombre de Hierro. Pese a que en los últimos tiempos Card ha destacado más por sus polémicas declaraciones de contenido político, moral, ideológico y religioso que por sus obras más recientes, su valía como novelista en el campo de la ciencia-ficción está fuera de toda duda, de modo que tanto su contratación por La Casa de las Ideas, como la elección de Andy Kubert como ilustrador de la miniserie parecían ser todo un acierto.

En las líneas que siguen analizaremos si el resultado final ha estado a la altura de las expectativas levantadas. Pero antes, y como viene siendo tradición en las reseñas sabatinas, nos acercaremos a la biografía y bibliografía de ambos autores:

Orson Scott Card (Richland, Washington, EE.UU.; 1951) es uno de los más destacados escritores de ciencia ficción de las últimas décadas. Sus primeros pasos en el mundo de las letras lo llevaron a interesarse por la poesía y el teatro, hasta que finalmente dio el paso de escribir sus propias novelas de ficción. En 1977, la revista Analog incluyó en su edición de agosto un relato que finalmente se convertiría en la multipremiada novela El Juego de Ender, obra referente de la ciencia-ficción moderna, ganadora de los Premios Hugo y Nébula. Con esta novela daría inicio a toda una saga, integrada por Ender el Xenocida, La Voz de los Muertos e Hijos de la Mente, retomada a finales de la década de los 90 con La Sombra de Ender, La Sombra del Hegemón, Marionetas en la Sombra, y La Sombra del Gigante, donde se relatan los sucesos vividos en las cuatro primeras novelas, desde el punto de vista de Bean, secundario de peso de la primera tetralogía.

Pero la tendencia de Card a narrar historias épicas de forma episódica no se limita a las aventuras de Ender Wiggin, ya que también ha firmado La Saga del Retorno, o Alvin Maker.

En el año 2005, aceptó el ofrecimiento de Joe Quesada de encargarse de sendas miniseries protagonizadas por la versión “Ultimate” de Iron Man, acometiendo el que hasta la fecha es su primer trabajo en el mundo del cómic.

Andy Kubert (Nueva Jersey, EE.UU.; 1962), hijo del mítico Joe Kubert, es junto a su hermano Adam, uno de los más reconocidos dibujantes del género superheróico. Como no podía ser de otra forma, se formó artísticamente en la Joe Kubert School of Cartoon and Graphic Art, y tras completar sus estudios en el Rochester Institute of Technology (especializándose en entintado y maquetismo) afrontó su primer proyecto como profesional con el número 108 de la serie Sword of Conan. Este encargo fue el pistoletazo de salida de una prolífica carrera que en su primera etapa se desarrolló principalmente en DC Comics. Para la “Distinguida Competencia” ilustraría colecciones como: Sgt Rock, Warlord, Action Comics, Doc Savage, Adam Strange o Batman vs. Predator.

Pero no fue hasta su fichaje por Marvel cuando comenzó a gozar de una gran popularidad entre los lectores. Desde un primer momento, la editorial depositó una gran confianza en Andy, encargándole títulos tan emblemáticos como Los Vengadores, Factor-X, Ghost Rider, Punisher’s War Journal, La Patrulla-X, X-Men, Ka-Zar, y Capitán América.
Por si quedaban dudas acerca del importante papel que jugaba este dibujante dentro de los planes de “La Casa de las Ideas”, los últimos años se han caracterizado por su participación en los proyectos más relevantes de la editorial. Así, a Lobezno: Origen, habría que sumarle varios números de Ultimate X-Men, Ultimate Fantastic Four, y dos auténticos best-sellers, ya publicados en España por Panini Cómics: 1602, junto al aclamado guionista Neil Gaiman, y la serie limitada Ultimate Iron Man, escrita por Orson Scott Card, uno de los más reconocidos autores de ciencia-ficción.

En junio de 2005, y tras casi 15 años prestando sus servicios a Marvel, tanto Andy como Adam Kubert firmaron un contrato en exclusiva de 3 años de duración con DC Comics.

SINOPSIS: “Howard Stark tiene todo cuanto un hombre puede desear: dinero, fama y un genio al alcance de muy pocos. Pero su vida dará un vuelco cuando, con motivo del más importante proyecto que gestiona su corporación, contrata a la Dra. Maria Cerrera, reputada bioquímica que terminará por convertirse en la Sra. Stark. Sin embargo, un accidente laboral sufrido por Maria, estando ésta embarazada, marcará el futuro de Tony, su hijo no nato. Abrumado por lo sucedido, Howard se centrará de forma total y absoluta en la recuperación de su mujer, y en el inminente parto, descuidando sus obligaciones para con la empresa que regenta hasta el punto de poner en peligro años de duro trabajo e investigación.”

Cuando Mark Millar y Bryan Hitch acometieron la tarea de dar vida a una versión actualizada de Los Vengadores, mantuvieron gran parte de los rasgos característicos de Iron Man: la posesión de un intelecto brillante, y su condición de millonario, playboy, genio de los negocios y aficionado a la ingesta desmedida de bebidas alcohólicas. Pero, al igual que hicieron con el resto de los Ultimates, dejaron lugar a la imaginación del lector en cuanto a la determinación de si sus motivaciones, orígenes y personalidades coincidían con las versiones clásicas de los personajes.

A este respecto, Card abandona la narración de los hechos acaecidos en el día a día del Universo Ultimate para profundizar en la infancia de Tony Stark, pues no debe dejarse llevar a engaño el lector: el verdadero protagonista de esta miniserie no es Iron Man, sino el primogénito de Howard Stark, de modo que la acción se retrotrae al momento en que éste, enfrascado en un proyecto militar de gran importancia y en un farragoso proceso de separación, conoce a la que se convertirá en su segunda esposa. Partiendo de este punto, Card teje una interesante trama de pasiones y ambiciones encontradas, salpicada por detalles alusivos al espionaje industrial y a la ciencia-ficción, aunque sin incidir en los ya redundantes y cansinos lugares comunes del género superheróico más estereotipado.

Sin embargo, a partir del nacimiento de Tony el desarrollo de la acción es alterado de forma sustancial, pues es en este punto donde Card pisa terreno frecuentado en sus anteriores obras, al cederle todo el protagonismo a un joven, apenas un niño, más que especial. Ésta viene siendo una idea recurrente en la biografía del afamado escritor, no en vano tanto Ender Wiggin, como Alvin “El Hacedor”, por citar los ejemplos más evidentes, comparten con el Tony Stark de esta miniserie cierto predeterminismo: un condicionamiento derivado de estar en posesión de ciertas características que los hacen acreedores de un talento especial, que los convierten en personajes llamados a marcar, de un modo u otro, una época. Líderes naturales de gran madurez y fuerte carácter, forjado a base de padecer y superar adversidades que les han impedido gozar de una infancia normal. Así, con el transcurrir de las páginas, podremos comprender ciertos rasgos del comportamiento del Iron Man adulto, al tiempo que el guionista, de forma meritoria, se esfuerza por buscar explicaciones científicas (o pseudocientíficas, ya que en ocasiones recurre a la ciencia-ficción pura y dura) a los sucesos acontecidos y al comportamiento del protagonista. Todo un despliegue de imaginación y lucidez que arroja inusitadas dosis de originalidad sobre una obra que, sorprendentemente, flaquea precisamente donde a este autor se le supone mayor habilidad: en la articulación de una historia bien estructurada. Y es que el final de esta miniserie es, con diferencia, uno de los más abruptos que recuerdo. Bien es cierto que está confirmada la publicación de una nueva serie limitada de Ultimate Iron Man, con Card de nuevo a los guiones, y nuestro Pasqual Ferry a los lápices, pero ello no justifica el finalizar una historia de un modo tan forzado y anticlimático.
También ha sido insatisfactoria, aunque en menor medida, la caraterización de Loni, ex-mujer de Howard Stark, y su nuevo marido: Zebediah Stane, por momentos meras caricaturas que poco o nada se ajustan al tono y ambiente general del cómic.

Por lo que respecta a Andy Kubert, pese a no rayar a la altura de los que hasta ahora han sido sus mejores trabajos (Lobezno: Origen y 1602), cumple a la perfección con su cometido, haciendo de la claridad y sencillez su mejor virtud, sin por ello renunciar a la confección de unas cuantas páginas realmente espectaculares. Por desgracia, como comentamos con anterioridad, el protagonismo de la versión superheróica del Hombre de Acero es casi nula, de modo que no hemos tenido la oportunidad de disfrutar con Kubert en todo su esplendor, ya que según se desprende de las numerosas viñetas en las que se reflejan elementos tecnológicos, el resultado podría haber sido espectacular (aunque estoy convencido de que Pasqual Ferry no tiene nada que envidiarle al menor de los Kubert: seguro que nos dejará a todos con la boca abierta). Como curiosidad, comentar que en el último número, coincidiendo con su marcha a DC Comics, fue sustituido por un discreto Mark Bagley, lejos de sus mejores momentos en Ultimate Spiderman.

Resumiendo: estamos ante un cómic entretenido, atípico e interesante, que ofrece ideas tan elaboradas como curiosas, líneas argumentales prometedoras y un apartado gráfico más que correcto, pero a mi juicio a un autor de la talla de Orson Scott Card se le puede y debe exigir más, mucho más. Por fortuna, tiene una nueva oportunidad para redimirse. Esperaremos con atención e interés la publicación de la anunciada secuela para comprobar la verdadera valía de este escritor como guionista de cómics, cuyos primeros pasos en campo ajeno han sido firmes, aunque ligeramente arrítmicos.

Un saludo y hasta la semana que viene! (eso espero)

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rorschach
rorschach
30 septiembre, 2006 10:34

¿alguien ha leído «Robota»?

Es un libro ilustrado en el que Card adapta un proyecto de Dough Chiang, (el que hizo los efectos de la 2ª trilogía de SW) con ilustraciones suyas.

Los trailers de la peli en proyecto son de lo más impresionante que he visto en cine de animación por ordenador.

os dejo el link por si no lo conocéis.

http://www.dchiang.com/

Raúl López
Admin
30 septiembre, 2006 10:46

Rorschach ponte en contacto conmigo anda que te quiero comentar un temilla 😉

jmponcela
jmponcela
30 septiembre, 2006 11:00

Si 1602 es «el mejor trabajo» de Andy Kubert entonces no deberia dejar el dibujo y dedicarse a limpiar los pinceles de Al Milgrom. Realmente el dibujo es pésimo.

Hace poco lei por algun foro la bronca que Alex Toth le echó, con toda razon, a Steve Rude por no documentarse para dibujar un helicoptero… si llega a ver estas paginas le da un síncope.

rorschach
rorschach
30 septiembre, 2006 11:43

Mensage enviado, Raúl.

Darío
Darío
30 septiembre, 2006 14:51

A mi me gustó muchisimo esta historia de Ultimate Iron Man y considero todo un acierto el traer autores de otros medios que pueden aportar ideas frescas y narrativa novedosa al comic de superhéroes.
Ahora bien, no debemos dejar de dar dos tirones de orejas a Orson Scott Card porque su Ultimate Iron Man tiene varios errores de continuidad y efectivamente ese final tan abrupto no es nada beneficioso, pero bueno que en total me ha gustado mucho pero ahora debe intentar buscar en Ultimate Iron Man 2 arreglar los fallos de continuidad y acabar concordando con el Iron Man de los Ultimates para que la cosa acabe conectando.

WWfan!
WWfan!
30 septiembre, 2006 15:29

Para mí el mejor trabajo de este Kubert es el Adam Strange que hizo con su hermano.
Parecían entre los dos al padre, pero poco a poco se fueron alejando del camino correcto.

Con respecto al guionista… bueno, la verdad es que tiene que ser duro y humillante tener un nombre y que te ofrezcan Ironman.
Supongo que por eso hizo lo que hizo.

Animal Man
Animal Man
Lector
30 septiembre, 2006 15:34

Yo me leí el primero y me pareció tan espantoso que ni se me ocurrió seguir con el segundo. Y eso que me encanta «El juego de Ender» ¿eh?.

IRONfan!
IRONfan!
30 septiembre, 2006 15:35

Pues repite. Así que no debió sentarle ni irle tan mal.

R
R
1 octubre, 2006 1:50

Últimamente me están mosqueando un poco los comentarios de WWFan con sus frases sentenciosas y sus argumentos nulos.
Dejar que los gustos personales nublen tan gravemente el juicio de uno como para decir que es «duro y humillante» que te ofrezcan guionizar Ultimate Iron Man sin aportar ni un sólo argumento es como para saltarse directamente cualquier otra opinión que el individuo tenga a bien (o a mal) escribir.
Y en mi caso es lo que voy a hacer.
¡Ah! Por si no ha quedado suficientemente claro, no estoy de acuerdo con WWFan.

Guisanti
Guisanti
1 octubre, 2006 11:02

¿Y por qué va a ser humillante hacer Iron Man? ¿Porque a tí no te gusta? ¿Es que le obligaron a hacerlo? Anda que…

Por cierto, al principio del artículo se menciona a Christopher Priest como alguien que viene de la literartura. No, el Christopher Priest de los libros no tiene nada que ver con el de los comics. Éste último antes se llamaba Jim Owsley (se cambió el nombre) y lleva toda su vida de guionista y editor de comics. Tsk.

samanosuke
1 octubre, 2006 14:35

A mí me pareció entretenido, y poco más. Aunque a lo mejor si hubiera leído algo anterior de Card mi opinión sobre el cómic hubiera sido diferente.

http://elblogindecente.blogspot.com/2006/09/ultimate-iron-man.html

Athal
Athal
2 octubre, 2006 10:34

Pues a mi personalemente me parece que la serie a pesar de un buen comienzo, por lo diferente, baja mucho después. Voy a hablar dejando claro que deje de comprarla en el número dos, así que aceptaré las críticas por opinar sin conocer toda la obra.
¿Por qué deje de comprarla?, pues simple y llanamente porque no me gustaba el tratamiento que hacia el señor Scott Card del personaje. La idea de la piel artificial tiene su gracia, pero se le va de las manos en escenas como la de

Aviso de Spoiler

el horno del colegio cuando le meten las piernas y después se recupera

. Me pareció una escena excesiva a todas luces, y que para una historia de ciencia ficción quedaría muy bien pero para Iron Man, pues no. Ya se que en la linea Ultimate los origenes de los personajes se cambian (a veces), pero no todos los nuevos enfoques han de ser válidos. Y a mi el camino que proponia el señor Scott Card no me atraía. En fin. Para gustos los colores

JP
JP
2 octubre, 2006 14:32

Probablemente para los mas puristas este comic va a ser exesivo y bizarro respecto a los cambios de los personajes… desde mi punto de vista es divertido ver hasta donde pueden jugarsela con cambios. A mi lo anterior no me molesta.
Lo bueno de este comic es que te deja siempre con ganas de seguir leyendo, ademas que intenta añadirle una nueva epica al personaje distinta a la del universo normal.
Lo malo es la vena con la que te deja de seguir la historia, por que la verdad no se cuanto le tomara escribir a Scott card un argumento, ¿pero 5 numeros para un año, ademas de dejar la historia inconclusa? ¿Cuando cualquier serie tiene 12?

JOHN
6 marzo, 2009 23:07

aunque yo no he leido nucho, la historia, si me gusta el enfoque de poner la infancia de un gran personaje de marvel y dar las razones de porque es asi,

de veras muy bien 

youre a best writer