Ultimate Misterio

 

Edición original: septiembre-diciembre-2010-Marvel Comics
Edición España: abril-mayo-2011-Panini Comics
Guión: Brian Michael Bendis
Dibujo: Rafa Sandoval
Entintado: Roger Bonet
Color: Matthew Wilson
Portada: J. Scott Campbell
Precio: 3,35 € (Serie limitada de dos números en formato magacine)

 

Segundo capítulo de la trilogía en la que Brian Michael Bendis, Rafa Sandoval y Roger Bonet desarrollan nuevos aspectos del universo ultimate, a partir de su versión de Spider-Man y de parte de los supervivientes de la funesta saga Utimátum. Si en Ultimate Enemigo asistíamos al destino de los desbandados Cuatro Fantásticos, ahora la cuestión se torna un tanto más cósmica, ya que entran en danza el Capitán Marvel, un energizado Rick Jones y las instalaciones del Proyecto PEGASO, con un tal Wendell Vaughn como jefe de seguridad. Nuevas adiciones rescatadas de diversos rincones de la franquicia, como la trilogía dedicada al devorador de mundos o la propia Ultimate Spider-Man. Nuevas versiones y nuevas visiones de argumentos clásicos.

Quienes hace unos meses se acercaron a Ultimate Enemigo, se encontraron con una historia en la que, realmente, todo quedaba en el aire de cara a una cantada y anunciada continuación. La fórmula de la trilogía de miniseries ya había sido puesta en práctica anteriormente, por obra y gracia de un Warren Ellis que decidió presentar su particular e inquietante versión de la llegada de Galactus (perdón, Gah-Lak-Tus) a la Tierra. En esta ocasión, es Brian Michael Bendis, el arquitecto principal del universo Ultimate, el encargado de diseñar una historia en tres partes donde el eje central viene dado por la presencia de un misterioso adversario que amenaza con terminar con los héroes supervivientes de la debacle de Ultimatum. Así, en Ultimate Enemigo veíamos cómo los antiguos integrantes de los Cuatro Fantásticos intentaban rehacer sus vidas en solitario. A la Antorcha Humana ya la teníamos ubicada en la casa de los Parker pero ¿qué ha sido de Reed, Sue y Ben? Cada uno se ha refugiado en un concreto aspecto de su vida anterior (el hogar familiar, la investigación científica, el servicio activo en las fueras armadas). También asistíamos al regreso de Spider-Woman, uno de los clones surgidos de Spider-Man, que mantenía una vigilancia sobre la corporación Roxxon, otra vieja conocida de los lectores de las series “ultimateras”. De repente, una serie de ataques con blanco en distintos miembros de la comunidad superheroica empieza a sucederse, dando como resultado la muerte de algunos de ellos. Cuando aún no se han apagado los ecos del ataque de Magneto, los héroes comprueban que un nuevo enemigo está dispuesto a triunfar donde el mutante fracasó. La primera miniserie terminaba dejándolo virtualmente todo por contar y con un final que buscaba claramente enganchar al lector de cara al siguiente capítulo, presentando a un Ben Grimm que cambiaba sus rocas naranjas por… otro tipo de envoltorio.

En esta segunda parte, la historia continúa justo donde había quedado. Los héroes aún se lamen las heridas recibidas en el capítulo anterior, pero los directores en la sombra, Nick Furia y Carol Danvers, han decidido dar pasos para descubrir al responsabe de los ataques y protegerse de sus agresiones. Un excéntrico doctor, de nombre Phillip Lawson, es asignado para incorporarse al proyecto PEGASO, donde un suspicaz jefe de seguridad que responde al nombre de Wendell Vaughn acaba descubriendo que el científico recién llegado no es sino un alienígena que responde al nombre de Capitán Marvel. Hasta allí llega un no muy orientado Rick Jones, que ha recibido unos poderes y una misión que no acaba de entender demasiado bien. Mientras, Spider-Man y Spider-Woman deciden investigar en profundidad cuál es la vinculación de Roxxon en toda historia, en tanto que Johnny, Sue y Ben se reúnen con Nick Furia para iniciar sus propias pesquisas. Cuando los indicios apuntan a que va a seguir el camino del análisis detectivesco, se desencadena otra batalla campal.

Bendis, Sandoval y Bonet continúan desarrollando una historia al ritmo que consideran oportuno. El guionista es sobradamente conocido por esa técnica narrativa que tiene a expandir, quizá más allá de lo recomendable, los relatos, pero en esta ocasión resulta adecuada de cara al desarrollo de las distintas tramas y a la actuación de los distintos personajes en danza, que no son pocos. Siempre se ha criticado a don Brian su incapacidad para trabajar con grupos, pero en esta ocasión lo que tenemos son un conjunto de héroes que actúan de forma separada o en equipos organizados según criterios de afinidad y / o historia. Los autores aprovechan para profundizar en la relación entre Peter y Jessica, su clon femenino, al tiempo que echan una mirada a elementos que estaban un tanto olvidados, como la versión ultimatera de cierto oficial estelar kree. Es con trabajos como éste en los que queda patente que Brian Bendis ha sido, no solo el primero, sino también el más duradero y sólido de cuantos escritores han pasado por la franquicia. Los personajes reciben el tratamiento adecuado y, muy importante, se convierten en lo que han debido de ser siempre: en versiones con entidad propia y separada de los originales.

Una de las principales pegas que se ha puesto a la línea Ultimate ha sido siempre la supeditación a ciertos elementos arquetípicos de la línea original. Con los años, y aunque su historia ha sido –es- más larga y profunda que la de experimentos similares como el Nuevo Universo o la línea 2099, a la larga solo Ultimate Spider-Man sobrevive contra viento y marea, con un Bendis que borda aquí todo lo que no le sale en la franquicia vengadora (algo lógico, si tenemos en cuenta las profundas diferencias que existen entre ambas). Paradojas de la vida, en Ultimate Misterio tenemos ejemplos a mansalva que demuestran que don Brian sí conoce bastante de la historia marveliana, al menos lo suficiente para presentar una realidad alternativa donde las similitudes se quedan en mera apariencia. Así, Rick Jones acaba conociendo al Capitán Marvel, pero el encuentro tendrá unas consecuencias muy distintas de las que plantearon en su día Roy Thomas o Jim Starlin. El oficial kree también se cruzará en el camino de Carol Danvers o Wendell Vaughn, como hizo años ha el original, pero las relaciones entre estos cuatro personajes no son, ni de lejos, como las hemos visto. Forzando mucho los paralelismos, podemos ver en ciertos diseños de Sandoval el reconocimiento implícito de que los kree son también aquí de origen insectoide (idea planteada, creo recordar, por Grant Morrison en Marvel Boy). Sin embargo, la palma se la llevan en cuanto a cambios los Cuatro Fantásticos (o lo que queda de ellos). Siempre se ha sabido que Ben Grimm bebía un poco los vientos por Susan Storm, pero su condición física y el inquebrantable amor de aquélla por Reed Richards hacían inviable cualquier aproximación. Ahora, el antiguo forzudo ha visto mutada nuevamente su apariencia a algo más grato a la vista. Perdemos al héroe trágico pero ¿no nos basta ya con la versión original? Como anécdota, hay que citar el homenaje onomástico que se hace a la segunda Spider-Woman, la que apareciera en las Secret Wars. Si sumamos todo, tenemos un conjunto de detalles que sonarán y mucho al lector veterano, pero que servirán igualmente para marcar las distancias y recuperar ese tono de sorpresa que caracterizaba a Marvel en sus inicios, que prometía la línea Ultimate en sus comienzos y que productos olvidables y miniseries infumables habían borrado del mapa. Si les gustó Ultimate Enemigo; si disfrutan con Ultimate Spider-Man y quieren volver a ver en acción a la trinidad conformada por Bendis, Sandoval y Bonet, solo queda recomendar esta segunda parte de una trilogía que se cerrará con Ultimate Doom.