El último vuelo de las mariposas es la última obra de Kan Takahama y está publicada en España por Ponent Mon, la editorial que más ha apostado por las obras relacionadas con el movimiento de La Nouvelle Manga, lo que no deja de resultar como una conclusión lógica de su línea editorial: para un editor francés que publica manga y cómic clásico francés en España, la inclusión en su catálogo de estas obras que mezclan ambas tradiciones, si nos dejamos llevar un poco por el sentimentalismo, estaba más que destinada a su labor. El último vuelo de las mariposas es la historia de Kicho, una hermosa trabajadora del barrio rojo de Edo. Considerada por muchos como la mujer más bella de la ciudad y vista por muchos como un pecado carnal que una vez pruebas te atrapa en sus garras, la historia de Kicho es una historia de resignación. Situada a finales de la era Edo, la ambientación histórica no llega a ser muy importante más allá de un contexto que bien podría haber sido otro: las circunstancias de una mujer dedicada a la prostitución y las limitaciones de la medicina de la época son prácticamente lo único cuya relevancia histórica afectará al desarrollo de los protagonistas.
Por lo demás, la obra gira en torno a temas como el paso del tiempo y la caducidad de la belleza, de lo imposible que es disfrutar por mucho tiempo de las ventajas que te ofrece la juventud y de cómo llega un momento en el que todo, inevitablemente, va a peor. Esto se ve en la aparición de gente joven capaz de reemplazar a los que ya no sirven o de la busca de un hombre casi anciano (el médico) de una fantasía que no es más que un espejismo. La protagonista se enfrenta al paso del tiempo con resignación. Cuando todo lo bueno que ha pasado en su vida ha acabado, lo único que nos queda es encontrar un sitio en el que permanecer lo más cómodo posible. Es por eso que Kicho decide abandonar toda posibilidad de un futuro mejor y prefiere mantener aquello que ya tiene y que le ofrece estabilidad: la casa en la que trabaja y el dinero que saber ganarse. Cuando uno ya es algo mayor, la posibilidad de fracasar se presenta como un impedimento mucho mayor que antes a la hora de intentar algo nuevo. Una vez uno ha echado raíces en un lugar, no es fácil salir de donde se está.