Ultramega 1, de James Harren

Edición original: Ultramega #1-4 USA (Image Comics, 2021)
Edición nacional/España: ECC Ediciones, 2021
Guion: James Harren
Dibujo: James Harren
Color: Dave Stewart
Traducción: Jaime Valero Martínez
Formato: Cartoné. 208 páginas, color. 22,50€

Un gigante llamado James Harren

Ya ha pasado un año desde que ECC Ediciones anunciara el que fue uno de los bombazos de la temporada pasada, la adquisición de los derechos de Skybound Entertainment. A lo largo de todo este tiempo, ECC le ha ido sacando buen provecho reeditando las series de su fundador, Robert Kirkman, cuya bibliografía sería suficiente para hacer babear a cualquier editorial de la competencia. Sin embargo, en la sección indie le teníamos el ojo echado no solo a las grandísimas obras del guionista de Invencible, sino también a los otros trabajos apadrinados por el sello editorial a lo largo de diez años, trabajos de los que hablamos con detalle en nuestro especial. Hay un considerable número de series muy relevantes entre su catálogo, y la que nos ha traído ECC este mes es, en el sentido más literal de la palabra, la más grande de todas.

Estrenada originalmente en marzo de este año, Ultramega es una de esas obras a las que teníamos muchas ganas de pegarle un buen bocado. La serie, que hasta la fecha lleva publicado un único tomo, supone el debut como autor completo de James Harren, artista con un largo recorrido en el mignolaverso de Dark Horse pero al que, sobre todo, reconocemos especialmente por su maravilloso trabajo junto a John Arcudi en Rumble, serie en la que trabajó durante sus tres primeros arcos. Harren dejó una profunda impronta en Rumble gracias a su peculiar imaginación para diseñar monstruos, y en este estreno autoral nos encontramos con más de esa personalidad.

Ultramega nos presenta un terrible virus espacial que ha llegado a la Tierra, una enfermedad que, al infectar a un sujeto, lo convierte en un terrorífico y gigantesco kaiju. Sin embargo, como contrapeso, tres personas son bendecidas con el poder del Ultramega, una entidad cósmica que convierte a sus poseedores en enormes guerreros al más puro estilo de Ultraman. Estos poderosos héroes son lo único que se interpone entre el dominio kaiju y la raza humana, pero sus fuerzas son francamente frágiles frente a la voracidad de sus monstruosos rivales.

Lo más probable es que la gran mayoría de los lectores se acerquen a Ultramega atraídos por el dibujo de James Harren, pero la gran duda era qué tal funcionaría el artista de Pensylvania al frente del guion. Y la respuesta es cojonuda. En un primer número de enorme extensión, Harren nos adentra en ese contexto con aires a Pacific Rim, presentándonos rápidamente a sus personajes y montándonos en una batidora de acción a raudales que no deja tiempo para respirar, y para cuando termina… nos deja con cara de tontos. Porque todo ha sido una simple introducción que de golpe y porrazo da paso a una nueva historia que va por un camino sustancialmente diferente, a medio camino entre el subgénero postapocalíptico y la fantasía monstruosa.

A partir de ahí, Harren vuelve a empezar, con un nuevo cosmos que explicar y unas nuevas reglas e intrigas que explorar y para las que las más de 200 páginas de este primer volumen se quedan muy cortas. Para el cierre del tomo estamos metidos hasta el cuello en el loco mundo creado por Harren, con un subidón de adrenalina tremendo, un montón de preguntas sobre por dónde irán los tiros y un final que termina de dejarte la curiosidad en carne viva. El veredicto final es que el co-creador de Rumble escondía a un guionista más que competente capaz de darle interés real a su dibujo. Lo cual es una alegría, porque qué dibujo, amigos.

Hay muchas maneras de dibujar a la hora de crear un cómic, y no todas valen para las mismas historias. Hay dos cosas que, desde mi humilde punto de vista de no-dibujante, encuentro difíciles de lograr. Una, la habilidad para imprimir movimiento a las escenas de acción, de esa que prácticamente te pasa las páginas de golpe y que te hacen sentir el aire en la cara. Dos, la habilidad para transmitir imponencia en los elementos de gran tamaño de la historia, con esos juegos de perspectiva que logran evocar el vértigo que produce contemplar algo cuyas dimensiones te abruman. En ambos casos, James Harren lo logra con nota. El artista realiza un auténtico despliegue de técnica y talento regalándonos una acción impresionante que se sale de las viñetas, junto con un buen caudal de sangre y de vísceras. Si os gustan los mamporros y la acción desenfrenada con una pequeña dosis de gore, no dudéis que Ultramega es para vosotros.

Otro elemento a destacar es uno que los seguidores del artistas ya conocerán bien, y es su diseño de personajes; en concreto, de sus monstruos. Harren se divierte de lo lindo con esa imaginación suya tan desquiciada, llenándonos las páginas de bichos feos con avaricia, llenos de tentáculos, dientes y membranas repulsivas. Las comparaciones con Rumble son inevitables, claro. Aquella serie estaba absolutamente dirigida por la creatividad de Harren, y aquí reconocemos una gran parte de sus señas de identidad de nuevo, además de contar una vez más con el sensacional color de Dave Stewart, que aquí nos deja unas páginas pobladas por una contraposición entre violeta y verde que representa esa lucha entre ultramegas y kaijus, siempre con tonos apagados para sumergirnos en ese aura apocalíptica. La única pega que le podríamos sacar realmente a la obra es que, si el estilo de dibujo de Rumble no os encaja, podemos garantizar que esta obra tampoco será para vosotros.

En definitiva, Ultramega supone un magnífico debut en solitario para James Harren. Este primer volumen de guerra contra los kaijus es una maravilla frenética y poderosa, con un dibujo explosivo que dejará prendados a todos los amantes de los monstruos y los combates arrasaciudades. A veces, nada se disfruta más que un puño del tamaño de un autobús atravesando la fachada de un rascacielos.

Lo mejor

• El impresionante dibujo de James Harren, tan inspirado en la creación de monstruos como en las escenas de acción.
• Es condenadamente divertida y electrizante, Harren demuestra que sabe escribir con soltura.

Lo peor

• La espera para el siguiente tomo.