Más allá del Teniente Blueberry de Moebius que leí siendo niño en el colegio lo cierto es que nunca he sido muy seguidor del western algo que había que remediar con la publicación de El Sepulturero, el Borracho y el Asesino, y es que atraído por ese sugerente título y por el protagonista en la portada tan alejado del estereotipo que todos tenemos de los personajes de este género me hizo pensar que quizás estábamos ante una propuesta diferente. Estaba en lo cierto, la obra creada por los hermanos Maffre, Frederic y Julien es un auténtico soplo de aire fresco por mezclar western con la intriga policíaca o detectivesca al más puro estilo Agatha Christie.
La historia arranca en 1863 con un asalto por parte de un ejército de irregulares del bando sudista en Lawrence en el condado de Douglas (Kansas), tiros, muertes, violaciones, … son el resultado de este ataque. Más de cuatrocientos hombres armados que sin otro objetivo que aniquilar al enemigo terminan con la vida de más de doscientos civiles. Es ahí donde vemos por primera vez a nuestro protagonista como siendo un niño tuvo que ver como otro crío de una edad similar a él yacía en el suelo con su madre muerta de un disparo entre los brazos. Esta escena será capital para el futuro de la historia como descubriremos más adelante en su lectura.
La acción se traslada varios años al futuro y vemos como aquel crío ha crecido a lo alto – que no a lo ancho – presentado una figura alejada de cualquier estereotipo que podamos tener en mente para una historia de este tipo, y viste de negro, sin lugar a dudas como medida de respeto o porque así lo mandan los cánones a los muertos pues su profesión es la de sepulturero del condado de Morrison en el condado de Coffey (Kansas), por ello le llamarán a él cuando aparezca el Sr. Benning muerto en un burdel, la prostituta está en estado de shock y no dice ninguna palabra, él parece haber muerto por causa natural, o más bien debido al exceso de alcohol que lleva en su cuerpo. Un cliente más, eso pensará Stern para sí mismo, pero todo cambiará cuando la viuda le haga llamar para proponerle un trato irrechazable, extraerle los órganos a su marido y conservarlos en formol para hacerle fotos y usarlas como muestra de las maldades del alcohol, y es que ella forma parte del movimiento de la templanza.
El descubrimiento que realizará Stern al extraer los órganos es fascinante, la hipótesis del doctor que había examinado el cadáver de que este había muerto debido al abuso del alcohol noche tras noche no es el causante real de su muerte, el Sr. Benning ha sido asesinado y éste descubrimiento llegará a oídos del Sheriff que deberá iniciar una investigación para dar con el asesino apuntando los primeros indicios a la prostituta negra junto a la que fue encontrado. Hay que decir en favor del guionista, Frederic Maffre que la historia está perfectamente hilvanada, desde la primera escena hasta el descubrimiento final resultando asombroso para el lector al desvelarse la trama tras su asesinato, una lectura francamente atrayente y de las que consiguen captar la atención del lector hasta su desenlace.
El trabajo del dibujante, Julien Maffre también es espectacular, por lo detallado de los fondos, la caracterización de los personajes perfectamente reconocibles y por cómo es capaz de captar la esencia a nivel gráfico de cómo debía ser la vida en aquella época tan convulsa. El color también de Julien acompaña a la perfección su trazo y encaja como un guante con el tono de la historia favoreciendo a que su trazo aún luzca mucho más elegante.
Estamos pues ante un primer álbum prometedor, en mi caso una reconciliación con el Western y que no sólo me va a hacer permanecer atento ante futuros trabajos suyos sino también a animarme con la relectura del clásico de clásicos Blueberry aprovechando la reciente reedición de Norma Editorial.
Guión - 7.7
Dibujo - 7.5
Interés - 7.9
7.7
Valoración
Reseña del primer volumen del western Stern en el que los hermanos Maffre hacen un trabajo delicioso.
Este tomo aun no lo he catado pero si te decide por Blueberry aprovecha la edición integral de Norma que está muy bien y ya me contarás
Lo cierto es que tengo un grato recuerdo de Blueberry, en la biblioteca de la escuela tenian unos tomos recopilatorios de esta serie, también los de Asterix, la gran mayoría de Tin Tin y otras maravillas, yo que por entonces comenzaba con doce años a devorar cómics recuerdo que los disfruté una barbaridad. Miraré de pillarme el primer recopilatorio al menos para recordar viejas épocas 🙂