Secretos enquistados
«A saber por qué de pequeños hacemos tan enormes los secretos, hasta que acaban pareciendo inconfesables… Luego, pasados los años, lo piensas y te echas unas risas.»
Una de las cosas más curiosas de crecer es descubrir que como aquello que nos parecía de una importancia vital va dejando de serlo cuando nos hacemos dolorosamente conscientes de lo grande y complicado que se va haciendo el mundo a medida que crecemos. Una pérdida de inocencia que vista con ojos de adulto resulta agridulce, sobre todo porque hay veces que, en nuestra infancia hacemos cosas de las que no estamos orgullosos, en la mayoría de las ocasiones por ser incapaces de medir las consecuencias de esos actos y acabamos arrastrando el peso de sus consecuencias durante años. Algo que también le paso en su infancia a Zerocalcare, seudónimo del historietista italiano Michele Reich (Arezzo, 1983), y que es el tema principal de Un pulpo en la garganta, un trabajo que acaba de publicar en España Reservoir Books, pero que apareció en su país de origen en 2012 inmediatamente después de La profecía del armadillo. Una obra que tiene bastantes cosas en común con su primer gran éxito, pero con algunas diferencias muy marcadas que hacen que este segundo cómic sea bastante más complejo, ya que se trata una historia larga en lugar de una sucesión de historias cortas y tiene una estructura narrativa mejor planificada que transcurre en tres épocas distintas.
Zerocalcare nos cuenta una historia en tres partes en la que nos relata como cuando cursaba primaria junto a sus inseparables amigos Sarah y Secco acabo delatando a uno de ellos dos a Madame Arbizzati, su profesora, pero luego culpo de haberse chivado a una compañera de clase que tuvo que sufrir durante años la venganza y el acoso del resto de compañeros. Ese secreto que guarda el autor italiano le ha acompañado durante todos estos años en forma de un pulpo que le aprieta la garganta y que provoca que haya tenido remordimientos durante su infancia, adolescencia y madurez. Con esos elementos el autor italiano construye una historia que no tiene del todo claro si es una comedia costumbrista o un intento de thriller, funcionando mucho mejor la primera premisa, ya que la parte del posible misterio está algo forzada y no es más que una mera excusa para dar continuidad a la historia.
Estamos ante una historia que, además de abordar las consecuencias que tiene para cualquiera de guardar un secreto durante mucho tiempo, nos habla sobre todo del paso de la infancia a la adolescencia y de la está a la edad adulta. Un tránsito que habitualmente está lleno de momentos confusos y para el que nadie está preparado, pero que sirven para ir forjando nuestra personalidad, algo que vemos perfectamente en esta obra en donde asistimos algunos a ritos de transición bastante cutres propios de la época en la que sucede la trama, pero que tienen un carácter universal. En ese sentido resulta particularmente interesante el alegato que encontramos sobre lo maravilloso que es no tener demasiada prisa por crecer y seguir manteniendo esa inocencia.
Al igual que sucede con La profecía del Armadillo en esta obra ya podemos ver muchas de las señas de identidad que han marcado la carrera de Zerocalcare, como el carácter autobiográfico de sus historias, la presencia de sus amigos Secco y Sarah (que tiene algunos de los mejores diálogos de esta obra y que es uno de los fuertes del autor), el reflejo de la vida en un barrio del extrarradio, el uso de elementos extraños como animales para reflejar algunas de sus obsesiones y problemas de conciencia, roturas de la cuarta pared y otros elementos pensados para acercar a los lectores a la obra, diversas referencias culturales que sirven para fijar cada momento a un contexto determinado… todo ello aderezado con un afilado sentido del humor lleno de ironía y capacidad para reírse de sí mismo. Como es habitual esa parte de comedia no esconde un enorme montón de verdad y autenticidad repleta de lucidas reflexiones cargadas de autocrítica sobre sí mismo y la sociedad en la que vivimos que se transforman en un puñetazo en el bajo vientre, ya que es muy fácil para cualquier lector encontrar lugares comunes como la crueldad de los niños pequeños y el bullying.
Gráficamente vemos el estilo habitual de Zerocalcare en el que se entremezcla la tradición caricaturesca con el entintado rotundo del underground y un fantástico uso de las masas de negros. Una combinación que funciona realmente bien y le permite crear personajes de figuras icónicas y perfectamente reconocibles que se mueven con soltura por las viñetas y son capaces de expresar lo que la historia demanda a cada momento. Algo a lo que también contribuye la iconografía que va creando con cada historia para reflejar determinadas situaciones que hace que sus trabajos sean muy fácilmente reconocibles y de los que aquí vemos los primeros pasos. Esa misma facilidad la encontramos en la lectura que es enormemente fluida con una estructura de página no fija de tres tiras de viñetas, pero sin resultar monótona ni llena de planos y recursos visuales forzados que muchas veces son creados para que el dibujante demuestre su pericia o intente dotar a la historia de una profundidad de la que carece.
Reservoir Books hace una edición con las mismas características del resto de trabajos de Zerocalcare siguiendo la última edición realizada por BAO que incluye dos páginas a modo de prólogo realizadas para un suplemento del periódico La Repubblica en las que el autor italiano explica la génesis de cómic y una nueva historia realizada en 2019 a modo de epilogo en la que responde a algunas de las preguntas más habituales que los lectores le han hecho sobre la obra a lo largo de los años.
Para tratarse de su primera obra larga el resultado es realmente notable, aunque al haberse publicado años después de trabajos mucho más maduros y recientes como Kobane Calling, Esqueletos o No sleep till Shengal vemos a un autor que todavía estaba en plena evolución con muchas de las cualidades y señas de identidad que han conquistado a millones de lectores como la cercanía, el sentido del humor, la verdad y autenticidad que transmiten siempre sus historias, pero también con algunos fallos productos de la inexperiencia como no saber equilibrar los elementos costumbristas con los de thriller y abusar del humor en situaciones que no lo requieren. Sin embargo, Un pulpo en la garganta es una lectura más que notable que nos permite llenar algunos de los huecos de la vida del Zerocalcare personaje, aunque es una historia que funciona de manera totalmente autónoma.
Lo mejor
• El sentido de humor.
• La reflexión sobre la importancia de crecer demasiado rápido y perder la inocencia.
• Los diálogos de Sarah.
Lo peor
• Al ser una obra de hace doce años nos encontramos con un Zerocalcare más novato.