¡Spirou!¡Amigo!¡Hermano!
En 2009,
Yann Le Pennetier es un guionista francés nacido en 1954. En el mundo del cómic es conocido como Yann, aunque también ha firmado algún trabajo como Balac (Sambre con Yslaire). A pesar su larga trayectoria y talento, en nuestro país no es tan conocido como otros de mucho menos talento y ideas. Aunque en los últimos tiempos se han publicado más trabajos suyos entre los que destacan: Pin-up con Philippe Berthet, Los innombrables con Didier Conrad, Diente de oso con Alain Henriet o Angel Wings con Romain Hugault. Su excelente trabajo le ha servido para encargarse de series tan importante como Spirou, Marsupilani, XIII o Thorgal.
Olivier Schwartz es un dibujante francés nacido en 1963. Es uno de los más talentosos representantes de la línea clara. En nuestro país solo se han publicado sus dos álbumes de Spirou por… y Gringos Locos todos ellos en colaboración con Yann. Esperemos que alguien publique su serie Les enquêtes de l’inspecteur Bayard con guiones de Jean-Louis Fonteneau, Jean-Claude Cabanau y Dieter.
Bruselas, 1946, Spirou y Fantasio se verán arrastrados en la búsqueda de un fetiche robado a la tribu de la mujer leopardo y que, al final, les llevará al Congo Belga.
Con La mujer leopardo, Yann y Schwartz continúan con la maravillosa labor que hicieron en su primer Spirou por…. Todos los elementos que hacían de este una joya siguen presentes. Tenemos diálogos chispeantes y mordaces, persecuciones, inventos de Fantasio, el humor de Spip, homenajes de todo tipo que hacen que cada viñeta sea una delicia… Tal vez el final no esté a la altura, siendo muy forzado, pero es una obra genial.
Estos álbumes de Spirou por son la prueba perfecta de cómo modernizar unos personajes siendo del todo respetuosos con su pasado y la esencia de los personajes. Yann y Schwartz, al igual que Bravo, son lo suficientemente inteligentes para no usar los elementos que Franquin dio a la serie evitando así una comparación que no pueden ganar. Lo que hacen es fijarse en lo que hizo Jijé con el personaje y en los cómic que se publicaban en los 50, en particular en Tintín. Algo que ya hicieron en El botones de verde caqui. A esto le añaden la influencia de la historia de Spirou que realizó Chaland en los ochenta. Pero añadiendo elemento modernos, sobre todo en el tratamiento de las mujeres, Anieta y Glu-Glú, que aquí no son las damiselas en apuros de los 50. Son mujeres fuertes, decididas y valientes, las autenticas heroínas de la función. También aprovechan que no es una historia de la serie principal para añadir cosas que serian imposibles que Dupuis tolerará, como que Spirou beba o que Fantasio tenga relaciones sexuales, con esto consiguen hacer unos personajes más adultos y humanos, menos heroicos pero más reales.
Los dos álbumes que componen el integral, como ya hemos dicho, forman un todo, una historia que continúa de uno a otro, la principal diferencia es que uno se desarrolla en la Bruselas de la posguerra y la segunda parte en el Congo Belga. Esto les sirve a los autores para criticar varios sucesos que se dieron en esa época, como la facilidad de las autoridades europeas y estadounidenses para ignorar las atrocidades de los nazis cuando alguno de ellos tenía algo que les interesara. En el segundo álbum vemos una crítica a todos los aspectos del colonialismo europeo en África, desde la absurda idea que el catolicismo es mejor que las creencias locales al expolio de sus recursos naturales. Guarda muchas similitudes con Tintín en el Congo, al que homenajea constantemente aunque sin su racismo paternalista, mostrándonos una imagen más real de África.
Yann y Schwartz, pueblan La mujer leopardo de homenajes y guiños por doquier aunque no tantos como en el anterior, temenos homenajes a autores como Hérge o Chaland , aparecen personajes de cómics como Alan el antiguo ayudante del capitán Haddock, la ropa de las mujeres leopardo recuerda a la Garra negra de Alix, hablan de Theodore Poussin, y incluso aparecen personajes reales como Sartre y Beauvoir. Todo esto lejos de distraer de la historia, hace que te pares más y que busques detalles. Y sobre todo que al acabarla tengas ganas de empezar de nuevo para descubrir cosas que no has apreciado.
El trabajo de Schwartz es simplemente soberbio, es como volver a gozar de la obra de Chaland pero con su propia personalidad. Dinámico, limpio, bien narrado, visualmente es difícilmente igualable. Los personajes son tremendamente expresivos, bien diseñado y claramente reconocibles. No hay nada que esté mal dibujado, fauna, flora, tecnología, arquitectura, todo es perfecto. La composición de página es sencilla, con una narrativa clara y precisa. Los colores de Laurence Croix son precisos, potenciando el dibujo y dotándolo de un aspecto que lo emparenta con las historias de los 50 sin perder un ápice de modernidad.. En el apartado gráfico es un cómic insuperable.
La edición de Dibbuks es maravillosa como siempre, gran tamaño y reproducción, con la única pega de que la portada del segundo álbum que aparece en tamaño reducido, lo cual es una lástima. Esperemos que sigan con su fantástico trabajo editando Spirou y se planteen la publicación de los integrales del inspector Bayard, para seguir gozando del arte de Schwartz. Ojalá se hicieran con los derechos de Lucky Luke o Tintín…
La mujer leopardo es un cómic memorable, el problema es que Yann y Schwartz compiten contra sí mismos y El botones de verde caqui es uno de los mejores cómics de los últimos años. Pero este como continuación es mucho más que digno. Ojalá fueran el equipo encargado de la serie regular.
Guión - 8.5
Dibujo - 10
Interés - 9
9.2
Schwartz
Spirou por... sigue demostrando que es lo mejor que le ha pasado al personaje desde Franquin.
Totalmente de acuerdo con la reseña. El tándem formado por Yann y Schwartz me parece uno de los equipos artísticos de la actualidad. Y mi sueño no es que se encarguen de la serie regular del personaje sino que les dejen hacer con Tintin lo mismo que han hecho con Spirou. Podría ser memorable
Y con Lucky Luke, Valerian, Alix…
De momento, de personajes clásicos, Joann Sfar y Blain van a dar su versión de Blueberry. Al parecer, hacía tiempo que tenían ganas de encargarse, así como reto, de un personaje establecido para dar su versión y, finalmente, les han dado ocasión con el teniente famoso.
De Yann y Schwartz leí en su momento «El botones de verde Caqui», pero todavía tengo que hacerme con sus «Gringos locos» antes de este «La mujer pantera». Hablando sólo por éste, («El botones…»), creo que sería curioso ver a al dúo haciendo algo menos referencial y comprobar si ese estilo, además de con los homenajes, funcionaría (y yo apostaría a que sí) con una historia que no esté sujeta a cómics anteriores.
Pero sí, cualquier proyecto de esta dupla es digno de atención.
Sfar y Blain se quedaron con las ganas de hacer una historia de Corto que yo creo que le pega más.
Yo pienso comprar cualquier cosa que dibuje Schwartz.
Yo leí de pequeño el Spirou de Grijalbo y desde entonces lo he seguido pero nada como lo de Franquin. Lo moderno, o lo último, es lo que menos me ha gustado, lo de Dibbuks lo que menos, quitando una especie de reinicio que dibuja Munuera que ahora no recuerdo el título, el de Tokio? En fin, con tantas alabanzas me estáis dando unas ganas…
Fuera de Franquin hay muchas cosas buenas de Spirou, yo soy muy fan de la etapa de Tome y Janry en la serie. De Spirou por… son muy buenos los de Yann y Schwartz y sobre todo el de Bravo que saco Planeta. Ahora mismo está trabajando en uno nuevo que espero con ganas.
A mi lo de Tome y Janry … Puff El dibujo es muy bueno, pero las historias, sólo algunas, pocas.
Ojalá Dibbuks se anime a reeditar el album de Bravo, que le tengo muchas ganas por todo lo bueno que he oído de él
Avisar que el color de la edición de dibbuks tiene poco que ver con el de la edición francesa. Preguntado en facebook el señor Ricardo Esteban ha dicho que mirará a ver. De esto ya hace. Vamos, que se está haciendo el orejas a ver si se nos olvida.
¿Cuál es el problema del color? He visto páginas por internet y no veo diferencias, igual en papel es distinto.
Coincido con el autor del artículo aunque el final me pareció un punto precipitado no deja de ser un gran cómic.