Una lectura imparable justificada
El tiempo pasa y las series van llegando a su fin, es el ciclo normal en el cómic independiente estadounidense, y Rick Remender ha ido cerrando prácticamente todas sus historias en los últimos años. Ahí quedan series de una longitud considerable como Low, Ciencia Oscura o Siete para la eternidad, sin contar Clase Letal cuyo último arco está publicándose en USA. Pero a rey muerto rey puesto y Remender va sacando nuevas series. Hace unas semanas veíamos El Cabronazo (The Scumbag) y ahora toca la siguiente,
Si con la anterior nos contaba una historia de acción, espías y ciencia-ficción con mucha mala leche ahora es el turno de un thriller que, a pesar de que también contiene buenas dosis de acción, se distancia mucho de esta por sus personajes, por su acercamiento al costumbrismo y, especialmente, por su calidad. Si bien El Cabronazo era una historia que no estaba a la altura de las que Remender suele ofrecer, con Una sed de venganza justificada demuestra que sigue en plena forma, construyendo una narración nada complicada pero que atrapa desde la primera página, lo cual sucede en gran medida gracias a la calidad gráfica de su compañero, André Lima Araújo.
El dibujante portugués ya nos deleitó con su arte en un buen puñado de series de Marvel (Los Cuatro Fantásticos, Vengadores o X-Men pasaron por sus manos), en ese inolvidable especial de The Wicked + The Divine que nos llevaba a Roma o con sus creaciones propias, donde podemos destacar en Generation Gone, con Aleš Kot y que está inédita en nuestro país. Cualquiera que se acerque a sus trabajos verá que es un narrador asombroso, pero en Una sed de venganza justificada sencillamente se sale de lo común. Con un trazo fino y muy limpio nos hace seguir paso a paso lo que va sucediendo en cada página, de forma pausada, sin prisa por narrar, con detalle allí donde es necesario y utilizando unas perspectivas de una belleza absoluta.
Todo esto es básico para un dibujante de cómics, pero es que estamos hablando de una obra cuya cantidad de texto es mínima. Y no me refiero a textos de apoyo, estos directamente no existe, es que apenas hay diálogos, de tal manera que el peso sobre el trabajo del dibujante es muy superior al habitual.
De André Lima Araújo depende todo y no solo cumple sino que consigue que no se nos ocurra un dibujante mejor para esta historia. Gracias a su trabajo estas páginas, que deberían pasar por nuestras manos en un suspiro, se alargan para que nos fijemos en cada uno de los movimientos, ya tengan importancia para la sucesión de hechos a los que nos lleva la obra o sea simplemente por ambientar. Su acercamiento al costumbrismo es de categoría, con un primer número en el que absorbemos una calma tensa que explota en las últimas páginas con una fuerza arrolladora. Y además no está solo, Chris O’Halloran, con el que ya había trabajado en el pasado y al que hemos visto en obras como Ice Cream Man, Time Before Time o incluso en el Mignolaverso, demuestra un gusto exquisito como colorista, enfatizando con colores fuertes tanto las partes de acción como las que más pueden impresionar al protagonista, de manera que comprendemos mejor sus emociones, mientras que usa colores más suaves para las partes más costumbristas. Funcionan como equipo a las mil maravillas.
Aparentemente la historia no es la más original del mundo, y digo “aparentemente” porque este primer tomo deja mucho en el aire, pero gana mucho gracias a cómo está contada. No solo por la mencionada calidad del dibujo, sino por el ritmo. Lo que cuenta y cuándo lo cuenta es tan importante como el cómo se cuenta. Parece que los autores nos han montado en un coche que poco a poco va cogiendo velocidad mientras admiramos las vistas, hasta que nos damos cuenta que todo va cuesta abajo, que la rapidez se ha hecho parte de nosotros como le ocurre al propio protagonista, metido en esa creciente espiral de violencia en la que da igual que pises el freno, el pedal no funciona y no sabemos por qué.
Una sed de venganza justificada se acerca a otras obras de Rick Remender como Clase Letal o Death or Glory, a la vez que se aleja de ellas de manera absoluta. Es una historia de asesinos, conspiraciones y personas normales que se ven en medio de todo esto. O eso parece. No se trata de un cómic rompedor con planteamientos novedosos, pero demuestra que una buena ejecución puede serlo todo. Lo que sí sabemos es que es una historia corta, serán solo dos tomos, pero como el segundo consiga mantener el nivel de adrenalina de este y tenga un buen cierre los autores se pueden poner una medalla bien grande y presumir de ella.
Lo mejor
• El impresionante dibujo y su narrativa.
• Su ritmo, todo un thriller de acción.
Lo peor
• La historia en sí no es original. Tampoco lo necesita.
Guión - 9
Dibujo - 9.2
Interés - 9.2
9.1
Justificado
Sin duda Rick Remender y André Lima Araújo se consiguen marcar un cómic de acción e intriga muy adictivo, con un protagonista poco habitual y una belleza visual impresionante.
Trabajo grafico portentoso, cinematográfico, con una narrativa alucinante, este comic con otro dibujo pasaría desapercibido pero con este dibujo se convierte en imprescindible y uno de los mejores del año, espero que el final este a la altura de dibujo va sobradisimo.