Una voz en la noche, de Carlos Giménez

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Portada de Una voz en la noche de Carlos Giménez

Edición original: Una voz en la noche (Reservoir Books, 2024)
Guion: Carlos Giménez adaptando a William Hope Hodgson
Dibujo: Carlos Giménez
Color: Carlos Vila
Formato: Cartoné. 72 páginas. 21,90€

Desasosiego en el mar en dos actos.

«De pronto me invadió un profundo sentimiento de soledad.»

Tras dedicar algunas de su últimas obras a cerrar sus grandes series como Los profesionales o Paracuellos), el veterano Carlos Giménez (Madrid, 1941) vuelve a realizar una adaptación literaria, un de las facetas de su carrera que nos ha deparado más alegrías con dos joyas como Hom y Koolau el leproso como mejores exponentes. En esta ocasión se ha fijado en dos relatos de terror del escritor inglés William Hope Hodgson (1877-1918) Una voz en la noche, un relato publicado por primera vez en 1907 en el sexto número de la revista Blue Book Magazine que da título al cómic, y La nave abandonada, un relato publicado en 1912 en el número ochenta y ocho de la revista Red Magazine .El escritor inglés es una de las figuras más importantes del género de terror puesto que se le considera como el creador del subgénero del terror cósmico y uno de los grandes referentes de H.P. Lovecraft. Su trabajo más conocido es la novelaLa casa en el confín de la tierra (ECC), que fue adaptado maravillosamente al cómic por el gran Richard Corben y Simon Revelstroke que crean una obra mayúscula que interesara a cualquiera que guste del buen cómic. Pero además de en esa novela el autor ingles brillo sobre todo en sus relatos breves de terror que transcurren en el mar donde sus protagonistas se deben enfrentar con un misterio sobrenatural como los dos que ha adaptado Giménez.

Página Una voz en la noche de Carlos Giménez

En Una voz en la noche nos encontramos con la historia de dos marineros de un pesquero ingles que en una apacible noche en medio del océano escuchan una voz misteriosa que se acerca a su barco. Tras entablar conversación descubre que pertenece a un hombre que les relatara la terrorífica odisea que ha protagonizado en los últimos meses. Por su parte, en La nave abandonada un anciano medico relata a sus compañeros de viaje su suceso que vivió en su juventud cuando viajaba en un barco y él y la tripulación descubrieron un barco a la deriva. Tras llegar a él para investigar si todavía había alguien con vida se lo encontraron cubierto por un extraño moho de color blanco. Se trata de dos relatos que tienen mucho en común y que son un buena nuestra de las razones por las que los trabajos de Hodgson han pasado a la historia de la literatura. Además de por su carácter precursor del terror cósmico, son historias en las que vemos reflejadas unas atmósferas angustiosas y malsanas donde la tensión y el desasosiego van en constante e imparable aumento. Unos cuentos en los que vemos de primera mano terrores insondables y antiguos que habitan unos océanos y mares inmensos llenos de misterios que nos recuerdan la insignificancia del ser humano.

Páginas Una voz en la noche de Carlos Giménez

Los dos textos que ha adaptado Giménez tienen un desarrollo común en el que tras un comienzo muy apacible lleno de normalidad los protagonistas se ven envueltos en una situación que va volviéndose cada vez más oscura y turbia superándoles por completo. La amenaza a la que se enfrentan se presenta de una forma progresiva y en un principio parece algo inofensivo. De hecho, no es algo que se pueda calificar como malvado simplemente son hecho sobrenaturales de una naturaleza muy diferente a la que conocemos. Unas amenazas casi invisibles que, junto a tratarse de historias que transcurren en la oscuridad, provoca que convertir en imágenes estos dos relatos de Hodgson sea una tarea bastante compleja de la que el autor madrileño sale bastante bien parado.

Estamos ante dos adaptaciones que son muy fieles a los relatos originales, aunque en la primera Giménez introduce la figura de un narrador que no existe en el texto de Hodgson pero que sirve para conectarlo con el del segundo relato. Pero esa excesiva fidelidad a los relatos provoca que tengamos la sensación de que la personalidad del autor quede completamente opacada por la del inglés, aunque hay que destacar lo bien que consigue reflejar el terror y esa tensión creciente que sienten los personajes.

Páginas Una voz en la noche de Carlos Giménez

Gráficamente estamos ante una obra narrada con la solvencia habitual de Giménez, aunque con los años su trazo ha ido perdiendo la fuerza que lo caracterizó. Sin embargo, aunque en el prólogo el autor explica sus motivos para hacerlo, a lo largo de la obra nos encontramos con unos textos excesivos que muchas veces explican cosas que ya vemos en los dibujos lo que provoca que el ritmo de lectura se ralentice. No sucede de forma constante y muchos de los textos de Hodgson son muy evocadores así que es un acierto que estén, pero por momento tenemos la sensación de estar ante un libro ilustrado. Además de muy bien narrado vemos un gran dominio del ritmo narrativo y de las expresiones de los personajes en las que va reflejando poco a poco el terror y desasosiego que van experimentando. Quizás el aspecto visual más negativo de la obra es el color que no acaba de funcionar, ya que, al tratarse de unas historias que suceden en su mayoría de noche, la gama de colores casi nunca parece reflejar esa atmósfera malsana de misterio que demandan los relatos y que hace que sean algo menos amenazadores.

Página Una voz en la noche de Carlos Giménez

Como viene siendo habitual Reservoir Books hace una edición de calidad que sigue las pautas marcadas en de sus anteriores publicaciones de las obras del madrileño. Ojalá se aminará a publicar un volumen que recopilará algunas de las adaptaciones literarias más exitosas del maestro, que llevan demasiado tiempo descatalogadas.

Con Una voz en la noche nos volvemos a encontrar una sólida adaptación literaria de Carlos Giménez en la que vuelve a demostrar que es un narrador nato que sabe conservar el espíritu de los dos relatos de William Hope Hodgson. Un trabajo que nos demuestra que al maestro todavía le quedan muchos cómics que dibujar y que a lo largo de su carrera se ha ganado el derecho a que acudamos a comprarlos con la misma ilusión que lo hacíamos con sus trabajos en los setenta y ochenta.

Lo mejor

• La tensión va aumentando de forma progresiva.
• La capacidad de Giménez para reflejar la angustia y terror que se va adueñando de los protagonistas.

Lo peor

• El color sigue sin acabar de combinar del todo bien con el dibujo de Giménez.
• Hay demasiados bocadillos de textos reiterativos que ralentizan la historia.

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