Uncanny X-Men Vol. 5 #1-4

Impresiones iniciales sobre el último relanzamiento de la cabecera principal de la franquicia mutante.

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Edición original: Uncanny X-Men Vol. 5 #1-4 USA.
Guión: Ed Brisson, Matthew Rosenberg y Kelly Thompson.
Dibujo: Mahmud Asrar, R.B. Silva, Yildiray Cinar y Pere Pérez.
Entintado: Mahmud Asrar, Adriano Di Benedetto, Yildiray Cinar y Pere Pérez.
Color: Rachelle Rosenberg.
Formato: Grapa 64 páginas (#1), Grapa 24 páginas (#2-4).
Precio: 6,99€ (#1); 3,59€ (#2-4).

 

Tras cuatro números publicados, el ambicioso arco X-Men Disassembled se acerca a su punto medio. Esta historia, que supone el enésimo relanzamiento de la cabecera Uncanny X-Men, se está publicando de forma semanal de la mano de algunos de los nombres más destacados de la oficina mutante de Marvel y alcanzará su conclusión en el número diez, que se pondrá a la venta en enero del año próximo. Un punto de partida interesante, autores de probada solvencia, una buena selección de personajes, las altas expectativas generadas por Extermination… la nueva colección central de los hombres y mujeres-X parecía tener todo a favor para convertirse en el revulsivo que necesitaba la franquicia después de la etapa ResurreXion. Sin embargo, parece que no ha logrado generar el impacto que se auguraba inicialmente. ¿Cuál es la causa de que una historia que a priori parecía tener tanto potencial esté teniendo una recepción tan tibia por parte de los lectores? En el siguiente texto le echaremos un vistazo a los números publicados hasta el momento y comentaremos qué es lo que nos ofrece la nueva etapa de la Patrulla X. ¿Es este el gran relanzamiento que estábamos esperando?

Parece lógico pensar que X-Men Disassembled pretende ser para los mutantes lo que Avengers: No Surrender supuso para los Vengadores. La estructura de la historia, el hecho de tratarse de un proyecto que agrupa a varios autores de la franquicia, tanto guionistas como dibujantes, y su cadencia semanal hacen que resulte fácil comparar ambos cómics. En efecto, X-Men Disassembled es un arco argumental ideado por lo que el editor mutante Jordan D. White llama la “mente colmena psíquica” formada por los autores Ed Brisson (Extermination, Old Man Logan), Matthew Rosenberg (Astonishing X-Men, Multiple Man) y Kelly Thompson (Rogue & Gambit, Mr. & Mrs. X). La parte gráfica recae en un grupo de artistas que reúne a Mahmud Asrar (X-Men Red), R.B. Silva (X-Men Blue, X-Men Gold), Yildiray Cinar (Weapon X, Superior Iron Man) y Pere Pérez (Rogue & Gambit), con el coloreado de Rachelle Rosenberg (Web Warriors, Mockingbird, Spider-Woman). Finalmente, el arte de las portadas va alternando a Leinil Francis Yu (números 1 a 3), Elizabeth Torque (números 4 a 7) y Giuseppe Camuncoli (números 8 a 10), además de contar con la habitual tonelada de portadas variantes tan frecuente estos días.

Portada variante de Jen Bartel para Uncanny X-Men Vol. 5 #1 USA.

Volviendo a la comparación con Avengers: No Surrender, parece que X-Men Disassembled va a suponer la gran crisis que llevará a remodelar el grupo de cara a la nueva etapa, de forma que en la práctica es más una especie de mini-evento pre-relanzamiento que un relanzamiento en sí. Esto es justo lo que hizo la mencionada serie de los Héroes más Poderosos de la Tierra en su momento, ya que supuso el punto y final para tres colecciones diferentes que se entrelazaron en una gran conclusión que dejó vía libre a una nueva era. El único problema que puede encontrarse respecto a aplicar ese mismo modelo a los mutantes es el siguiente: ¿no era ese precisamente el papel de Extermination? ¿No iba a ser Extermination el mini-evento que precedería al relanzamiento y que daría pie al comienzo de esta nueva era post-ResurreXion?

El hecho es que, en el momento de escribir esto, aún no se ha publicado el último número de Extermination. Sin conocer aún el destino definitivo de la Patrulla X Azul y, por tanto, sin tener una idea clara de cuál es el nuevo statu quo mutante, Marvel nos sumerge en una nueva colección cuyo arco inaugural abarcará diez números y que viene a poner patas arriba ese mismo statu quo que sólo conocemos de forma difusa. Por muy atractiva que resulte la idea de traspasar el modelo de Avengers: No Surrender a Uncanny X-Men, no parece que este sea el momento más apropiado para aplicarlo. Suele criticarse a los relanzamientos de Marvel porque cambian el statu quo de los personajes con tanta frecuencia que acaban diluyendo el peso incluso de los acontecimientos más graves. X-Men Disassembled corre el riesgo de hacer esto mismo con Extermination, cuyas consecuencias van a quedar relegadas a cabeceras menores como X-Men: The Exterminated.

Esto no es un problema de la colección propiamente dicha ni de sus autores, sino más bien del enfoque editorial. Si echamos la vista atrás y pensamos en los relanzamientos de la franquicia mutante que han generado mayor impacto, todos ellos mostraban un statu quo bien claro desde el primer momento. Recordemos por ejemplo a los New X-Men de Grant Morrison y Frank Quitely, que necesitaron un mero arco inicial de tres números para llevar a la franquicia hasta terreno inexplorado. Recordemos también la etapa posterior al Día M, la diáspora a San Francisco y, finalmente, la formación de la nación mutante de Utopía. Aunque irregular, en esos tiempos la colección tenía un statu quo bien establecido y un enfoque reconocible que la distinguía de otras series. Lo mismo se puede decir de las colecciones surgidas tras el cisma entre Lobezno y Cíclope. Incluso la defenestrada etapa posterior a Secret Wars gozaba de una dirección clara gracias a la amenaza que suponían las nieblas terrígenas para los mutantes… aunque no era la dirección deseada por los lectores. En ese sentido, el mayor problema del anterior relanzamiento, ResurreXion, que ni mucho menos ha sido tan penoso como algunos se empeñan en pintarlo, fue la carencia de un statu quo potente y fácilmente reconocible que sirviese para aglutinar a las colecciones mutantes y marcar una dirección clara para todos ellas. Por desgracia, ese problema parece mantenerse en X-Men Disassembled: tras cuatro números centrado en sus propias tramas, el nuevo volumen de Uncanny X-Men no nos ha presentado ningún cambio sustancial en la situación de la escuela mutante ni de sus habitantes. Se mantiene el statuo quo de ResurreXion, salvo por la pérdida de algún personaje, la incógnita respecto a la Patrulla X Azul y la fusión de la Patrulla X Roja dirigida por Jean Grey con la Patrulla X Oro encabezada por Kitty Pryde.

Bishop, X-23, Jean Grey, Estrella del Norte y el Hombre de Hielo listos para la acción.

Uncanny X-Men tendría que haber dado un golpe sobre lo mesa, un golpe que reorganizase sin miedo las piezas del juego y llamase la atención de los lectores cuyas expectativas estaban bajas tras ResurreXion, pero no ha logrado hacerlo. Como relanzamiento es bastante continuista, incluso tímido. Le falta energía, chispa, capacidad para sorprender. Aún es pronto para juzgar, pues ni siquiera ha terminado el primer arco y las cosas pueden cambiar mucho en los números restantes, pero al arranque de la nueva etapa le falta la fuerza necesaria como para volver a colocar a la veterana cabecera en el lugar central del Universo Marvel que nunca debió haber abandonado. Evidentemente, estando este arco inicial aún en plena publicación, cualquier conclusión vertida en este texto está sujeta a posteriores revisiones, aunque en este momento parece poco probable que X-Men Disassembled se convierta en el revulsivo que tanto demandaban los seguidores de la franquicia.

Eso no quiere decir que los cuatro números publicados hasta ahora de Uncanny X-Men sean malos. De hecho, se trata de cómics muy competentes. A pesar de estar escrito a seis manos, el argumento muestra un agradecido tono unificado que mantiene la coherencia interna. Además, el reparto de personajes ha sido bien elegido, reuniendo lo mejor de varias épocas y otorgándole cierta importancia a los estudiantes, que al fin empiezan a reclamar una mayor relevancia dentro del equipo. En estos primeros números, el protagonismo recae sobre Jean Grey, Kitty Pryde, Bishop, Tormenta, X-23 (que vuelve a su nombre original tras la finalización de su magnífica etapa como Lobezna), Mariposa Mental, Rondador Nocturno, Júbilo, el Hombre de Hielo, Bestia, Polaris, Bala de Cañón y Estrella del Norte, que comparten espacio con el grupo de estudiantes formado por Armadura, Hada, Alud, Camaleón, Oya y Glob. Si bien podría criticarse que siempre se recurra a los mismo estudiantes habiendo tantos jóvenes mutantes en la mansión, siempre es de agradecer que las generaciones más recientes tengan un hueco en la serie madre. Después de todo, el relevo generacional es uno de los elementos fundamentales de la mitología mutante. Por su parte, el apartado gráfico, sin llegar a ser tremendamente espectacular, muestra un muy buen nivel. Pese a que cada número es obra de un dibujante distinto no se aprecia un gran ruptura en cuanto a estilo, lo cual contribuye a generar esa sensación de unidad y coherencia. Son buenos cómics, en definitiva.

Bishop ayuda a un manifestante antimutante.

En cuanto a su premisa argumental, X-Men Disassembled comienza con una serie de incidentes en apariencia inconexos tras los que se esconde la presencia de un viejo conocido de los mutantes. El primer número nos muestra la aparición de una nueva vacuna que impide la manifestación del gen-X. Se trata de una vacuna que se aplica antes siquiera de que aparezca la mutación, lo cual añade un elemento distintivo respecto a anteriores “curas” y plantea interesantes cuestiones éticas. La vacuna puede aplicarse a todos los recién nacidos, ya sean humanos o mutantes, evitando así que el gen-X pueda hacer de las suyas cuando lleguen a la pubertad. Cuando la farmacéutica que ha concebido la vacuna es atacada por el Frente de Liberación Mutante (el viejo grupo de villanos que recordarán los lectores de los noventa), Kitty Pryde acude junto a los estudiantes para remediar la situación. Sin embargo, Kitty desaparece misteriosamente y los estudiantes reciben una paliza. El resto de la Patrulla X tiene que aparecer para rescatarles (dando pie a una divertida página en la que X-23 despacha a los miembros del Frente de Liberación Mutante sin despeinarse). Poco después, el senador Ashton Allen habla a favor de esa misma vacuna en Manhattan cuando un ejército de confusos Hombres Múltiples aparece en escena. Al final el senador desaparece en medio del caos y los lectores descubrimos que se encuentra prisionero junto a Kitty… y junto a un derrotado Apocalipsis. Ese es el cliffhanger con el que se cierra el primer número.

Más adelante, mientras se recrudece la invasión de múltiplos de Jamie Madrox, descubrimos que el causante de ellos no es otro que Legión, el desquiciado hijo del Profesor Xavier, que pretendía utilizar al Hombre Múltiple para evitar que el verdadero enemigo llevase a cabo sus planes. Pronto aparecen los heraldos de este enemigo en la sombra: se trata de los Jinetes de la Salvación, una versión luminosa de los Jinetes de Apocalipsis compuesta por Ángel, Magneto, Rojo Omega y la Mole. Su líder, además del responsable del secuestro de Kitty, el senador y Apocalipsis, es Nate Gray, X-Man, que ha adoptado una apariencia mesiánica y pretende salvar el mundo de sí mismo… aunque haya que pagar un alto coste para conseguirlo. Todo esto sucede mientras los estudiantes, indignados por su derrota a manos del Frente de Liberación Mutante, se encuentran en conflicto con los adultos del equipo. Hartos de verse continuamente relegados a ser una suerte de “equipo B”, los jóvenes mutantes se plantean la posibilidad de desobedecer a la Patrulla X y ayudar a Legión en su cometido.

La primera aparición de los Jinetes de la Salvación.

Lo primero que llama la atención de este planteamiento es lo bien que se ha aprovechado la historia previa de los personajes. No es la primera vez que el personaje de X-Man se presenta con connotaciones mesiánicas y tiene todo el sentido del mundo que Legión se sienta en cierta medida responsable de sus acciones, ya que fue él quien le creó (al crear la línea temporal de La Era de Apocalipsis de la que procede, en un intento por acabar con la vida de Magneto que salió terriblemente mal). Quizá resulte más sorprendente la relevancia que se le da en estos números (tendencia que al parecer continuará en los siguientes) al Hombre Múltiple. Tanto Jamie Madrox como Legión vienen de protagonizar sus propias series limitadas, ambas muy interesantes, con lo cual resulta recomendable (aunque no imprescindible) su lectura antes de lanzarse a por Uncanny X-Men. Por otro lado, la referencia a La Era de Apocalipsis parecía inevitable en estos tiempos en los que esa saga se ha mitificado hasta extremos insospechados en la mente de los lectores, aunque en esta ocasión los guionistas han sabido jugar bien sus cargas. En lugar de presentarnos la enésima aparición de Apocalipsis clamando el inicio de una era que al final nunca va a llegar, la historia retuerce esa premisa y nos ofrece a un villano opuesto a Apocalipsis y a unos jinetes que parecen dispuestos a salvar el mundo en lugar de a conquistarlo. Los miembros de los Jinetes de la Salvación han sido rediseñados para la ocasión y aún está por ver qué impacto pueden tener estos eventos sobre ellos (especialmente sobre el Ángel y su relación con Mariposa Mental). Sin embargo, lo verdaderamente inteligente de este planteamiento es que, pese a tener objetivos distintos, X-Man y Apocalipsis actúan de formas similares. Es irónico que aquel que fue creado precisamente para acabar con la vida de Apocalipsis haya acabado convirtiéndose en algo muy similar a su enemigo.

Si algo queda claro con las menciones a Legión, el Hombre Múltiple, X-Man y La Era de Apocalipsis es que esta nueva etapa mutante se basa mucho en el pasado y, por tanto, no parece ser el mejor punto de inicio para los lectores ajenos a la franquicia. Se requiere cierto bagaje para seguir la historia y esto siempre es un arma de doble filo. Es muy positivo que los autores no hayan optado por ignorar o por simplificar en demasía la complejidad de la franquicia mutante, pero esto le puede poner las cosas difíciles a los nuevos lectores. X-Men Disassembled no destaca por ser accesible a aquellos que quieran comenzar a leer las aventuras de la Patrulla X, algo que por definición debería ser el objetivo de todo relanzamiento.

X-Man, mesías mutante.

Personajes y tramas aparte, la serie parece plantearse las preguntas adecuadas. Los autores entienden la franquicia en la que están trabajando y plantean situaciones que tienen mucho que ver con la naturaleza alegórica de los mutantes. Las implicaciones de la vacuna del gen-X podrían ser objeto de debate y sería interesante que se explorasen con más detenimiento en posteriores números. Se corre el riesgo de que las tramas planteadas con Legión, el Hombre Múltiple y X-Man acaben acaparando el foco y dejando de lado ese aspecto, que bien tratado puede ser una vuelta de tuerca al manido argumento de la “cura” para los mutantes. En unas semanas sabremos en qué queda todo esto.

Como decíamos unos párrafos atrás, en realidad aún es pronto para juzgar. Es posible que este relanzamiento aún esconda alguna que otra carta bajo la manga. Tiene potencial para mejorar, desde luego, pero tras cuatro números parece que ya ha puesto todas sus cartas sobre la mesa. No son malas cartas, que quede claro. Hemos visto peores jugadas en el pasado, pero también jugadas mucho mejores. Quizá la de esta nueva etapa de Uncanny X-Men no sea la jugada con chispa que todos deseábamos, pero al menos promete que el resto de la partida va a merecer la pena. Habrá que seguir la trayectoria de la serie con gran interés.

Portada variante de Carlos Pacheco para Uncanny X-Men Vol. 5 #1 USA.
  Edición original: Uncanny X-Men Vol. 5 #1-4 USA. Guión: Ed Brisson, Matthew Rosenberg y Kelly Thompson. Dibujo: Mahmud Asrar, R.B. Silva, Yildiray Cinar y Pere Pérez. Entintado: Mahmud Asrar, Adriano Di Benedetto, Yildiray Cinar y Pere Pérez. Color: Rachelle Rosenberg. Formato: Grapa 64 páginas (#1), Grapa 24 páginas (#2-4).…
Guión - 7
Dibujo - 7.5
Interés - 6.5

7

Un relanzamiento muy competente que carece de la fuerza y el carisma que lo harían destacar por encima de anteriores intentos de devolverle el brillo a la franquicia mutante. Su premisa es lo suficientemente interesante como para darle una oportunidad a los siguientes números. Hasta ahora nos ha ofrecido un par de momentos destacables y ha sabido plantear algunas cuestiones curiosas. A falta de comprobar cómo evoluciona la colección, queda claro que no es un mal relanzamiento... pero tampoco llega a ser un relanzamiento brillante.

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