Unity Volumen 2: Atrapados por Webnet

 

Edición original: Unity #’s 5-7 USA, Valiant Entertainment.
Edición nacional/ España: Aleta Ediciones.
Guión: Matt Kindt.
Dibujo: CAFU.
Color: Brian Reber.
Formato: Libro rústica, 96 páginas.
Precio: 12 €.

 

Unity es el equivalente en el universo Valiant a la Liga de la Justicia de DC o los Vengadores marvelianos. Quizás más que a estos últimos, la comparación más precisa sería con The Ultimates, aquella reinvención con tintes más realistas y cínicos de Los Héroes más poderosos de la Tierra Marvel que Mark Millar y Bryan Hitch llevaron a cabo a principios de siglo XXI. Las fronteras entre lo que moralmente es bueno y malo resultan borrosas para las actuaciones de este equipo que une a los personajes estrella de la editorial de Warren Simmons y Dinesh Shamdasani bajo los auspicios de la agencia británica de inteligencia MI-6. Ninjak, Gilad (el protagonista de Eternal Warrior) y Livewire forman el núcleo (al que se une en cada arco argumental otro popular personaje de la editorial de forma variable; en este caso le toca a X-O Manowar, irónicamente el “villano” de la historia de origen del grupo) de una unidad que se comporta más como soldados que como superhéroes. Y esto aquí, en el tomo del que hoy vamos a hablar, se nota y se pone de relieve de forma prominente: los protagonistas no solo tienen pocos reparos en matar a sus enemigos, sino que adoptan una política de bajas civiles aceptables que resulta escalofriante y que sería intolerable para prácticamente ninguno de los héroes de los universos superheroicos más conocidos. Demonios, probablemente, ni siquiera The Authority actuaría del mismo modo. O por lo menos los autores no les pondrían en situación de tener que hacerlo. O idearían una inteligente, retorcida, conveniente o casual manera de salir de forma más honorable de las situaciones planteadas. En las páginas de esta serie sin embargo, como desgraciadamente a menudo sucede en el mundo real, a veces no hay esperanza ni es posible encontrar inspiración idealista, solo hay necesidad y eficacia con elevados costes.

Por supuesto, este enfoque que muchos consideraríamos poco adecuado para los superhéroes tradicionales de los que somos seguidores, es sin embargo una virtud, una característica diferenciadora en Unity, y Matt Kindt —su guionista— sabe usarla de forma eficaz, sobrecogiéndonos con los varios golpes de efecto que encontramos en esta historia.

En ella, el Doctor Silk es una actualización del clásico arquetipo del malvado científico loco que pretende conquistar el mundo, un villano muy pulp pasado por un tamiz de postmodernidad que nos recuerda a veces a maniobras parecidas que podemos encontrar en obras por ejemplo de Warren Ellis. También nos recuerdan a los trabajos del autor de Caballero Luna: De entre los muertos y Planetary las herramientas de ciencia exótica e hipotética, un tanto frescas respecto a la ficción más habitual, que usa el retorcido y pasado de rosca oponente de los protagonistas. Éstos deben recorrer el mundo y aunar fuerzas para impedir desesperadamente que Silk, el cual bajo su propia demente perspectiva se mueve por amor primero y por el bien global después, lleve a cabo sus escalofriantes planes.

Se agradece que Kindt invierta esfuerzo en hacer que cada uno de los componentes de Unity tenga una implicación personal en la historia, aparte de luchar contra Silk y salvar al mundo porque sean miembros del equipo y por tanto sea su deber. Para Ninjak el doctor es la actualización de uno de sus viejos villanos de su anterior encarnación noventera. Silk además utiliza restos de la batalla en el espacio entre X-O Manowar y la flota invasora de la especie alienígena conocida como La Viña como uno de los componentes de su plan, cosa que Aric de Dacia lógicamente no puede permitir. Otra parte de sus herramientas viene dada por una fórmula mística relacionada con el pasado de Gilad. Y Livewire obtendrá impactantes e inesperadas revelaciones sobre su pasado, cuestiones que imbrican al personaje con áreas de otra serie distinta a Harbinger y la parcela del universo Valiant que esta cabecera ocupa, cimentando esa maravillosa sensación de que estamos ante un cosmos ficticio coherente. Kindt abunda ingeniosamente en esta cuestión, ya que como sabemos por otro lado usa a Silk en la colección de Rai, y además nos relaciona al villano mediante un flashback con un supergrupo cuyas actividades se desarrollaban durante la segunda guerra mundial. Por tanto, si antes comparábamos a Unity con los Vengadores de Marvel, siguiendo esa lógica aquí nos habría presentado al equivalente Valiant de Los Invasores de la Casa de las Ideas. Y por si fuera poco, en las filas de esa alineación de seres superpoderosos de los años cuarenta militó una encarnación anterior de otro de los personajes más populares de la editorial, nada menos que Bloodshot.

En lo gráfico, es necesario resaltar que el arte de CAFU es realmente fantástico. Su atractivo estilo nos recuerda a veces a Ivan Reis y a veces a Gary Frank, y su narrativa es excelente. Son particularmente espectaculares las escenas de acción protagonizadas por Ninjak, quizás porque sabemos que se trata del personaje favorito de Kindt y probablemente no haya podido reprimirse de hacer en el guion que éste se luzca.

Sin embargo, el tomo no está libre de puntos negros y me temo que es necesario resaltarlos. Primero, hay algunos errores de lógica elemental. Si el personaje de Dell sabe que la visión del tatuaje que lleva en la espalda contribuye a que el plan de Silk se lleve a cabo ¿por qué lo lleva expuesto si odia al villano y quiere evitar su victoria?

Segundo, la resolución de la trama resulta brusca y apresurada. De repente el tomo acaba y todo lo que se nos venía planteando queda solucionado en unas pocas páginas, casi por elipsis. Esto lleva inevitablemente a otra consideración: probablemente sea debido a que este arco argumental ocupa tan solo tres números norteamericanos en lugar de cuatro o seis, que es lo que viene siendo habitual. Quizás, por especular, Kindt fue apremiado por la editorial para que en el siguiente episodio ya diese pistoletazo de salida al evento Armor Hunters, obligándole a zanjar esta historia de manera atropellada cuando sus planes tal vez eran prolongarla una entrega más. El caso es que este arco abarca tan solo 96 páginas. Para cuadrar el tomo recopilatorio con una extensión más habitual, en USA se incluyó de forma un tanto absurda el quinto número de X-O Manowar, que tan solo tenía de relación con esta historia el mero hecho de que en él participaban también Aric y Ninjak. Además no era una historia autoconclusiva, siendo necesario leer los siguientes números de la colección del visigodo portador de la armadura Shanhara.

En la edición española, con por una parte buen criterio, se ha suprimido esta innecesaria entrega que quedaba un poco de pegote. Pero por contra no se nos ofrece nada a cambio y se nos cobra el mismo precio que por el resto de libros Valiant, doce euros, cosa que parece algo excesiva por tan solo tres episodios USA y 96 páginas. Comprendo la dificultad de encontrar un contenido adicional adecuado con el complementar el tomo y que la política de la editorial es dejar el precio de estos volúmenes de Valiant siempre al mismo precio (en otros sin embargo salimos ganando ya que cuentan con más páginas por la misma cantidad de euros), pero no deja de ser un inconveniente imposible de pasar por alto.