La cosa se enreda
«Quiero ir a ese bar, Ken.»
Dado el éxito de la anterior miniserie, DC ha dado continuidad a País de Pesadillas. Repite el equipo creativo. El tomo que publica ECC además incluye un especial centrado en Tesalia con dibujo de la catalana Maria Llovet.
La miniserie anterior dejó muchos cabos abiertos. El Corintio continúa buscando al engendro de miles de bocas. Por otra parte, tenemos a Madelaine Flynn se ha reencarnado en un gato y un nuevo protagonista Max Lee, un ambicioso, pero algo apocado profesional trajeado que lo que más desea es la valoración del jefe, un tal Ken, un viejo conocido nuestro de la serie original de Sandman.
Y es que esta es una de las características de esta nueva miniserie (que viene a ser un arco de una serie mayor ya que el final está totalmente abierto), recuperar secundarios y personajes de Sandman. Tynion mezcla la serie en el universo de Gaiman y postGaiman con un resultado algo desigual ya que la serie se embarulla en conceptos e ideas intangibles e irreales.
Tynion es un experto en el género de terror. Una de sus principales características es su manera de mezclar las ideas más terroríficas y aberrantes con la realidad, la cotidianeidad… sin embargo, aquí se la vea un poco la mano y se deja llevar por el ambiente onírico implícito. El cómic están conceptual que cuesta empatizar con los personajes y entender exactamente dónde estamos.
Por otra parte, el autor usa diferentes tipos de recursos narrativos jugando con la rotulación, con páginas de narrativa pura y con una estructura de episodio como si se tratara de un capitulo de una serie de televisión/plataformas.
La trama adolece de ciertas intenciones que se le intuyen a Tynion de alargar la trama. El guionista lanza hacía el futuro subtramas y personajes, multiplica las líneas lo que le asegura la durabilidad de la serie. Algo que ya hemos visto en otros trabajos suyos como Hay algo matando niños, por ejemplo. Esto ayuda a dispersar la trama y a dificultar el seguimiento.
En el apartado gráfico, el titular es argentino Lisandro Estherren. Posee un estilo parecido a Miguelanxo Prado o a Gipi (para que nos entendamos). Un trazo tenue y poco detallado, mas intuitivo y proyectivo. Estherren se lanza un poco más aquí deformando las figuras hasta crear personajes esperpénticos y algo caricaturescos para expresar sus emociones. Sin embargo, su punto fuerte es el dibujo de monstruos y figuras mitológicas.
Patricio Delpeche es su compinche colorista, labor indispensable en este cómic para expresar “lo que está ocurriendo” y el tono de la historia. Delpeche se encarga de un número en solitario como dibujante, mostrando un dibujo similar a Estherren pero algo más cartoon y detallado.
El especial sobre Tesalia lo ilustra Maria Llovet. Destaca, como siempre, su capacidad para retratar personajes, principalmente femeninos, en largas escenas de diálogos en situaciones de interior. Seria interesante poder continuar contando con colaboraciones de la dibujante barcelonesa en más colecciones de DC.
Como hemos dicho, esta miniserie acaba con un final totalmente abierto, con un “Continuará” sin complejos lo que lo deja todo abierto para que Tynion le de coherencia a esta primera parte algo confusa. Sin embargo, su conexión con otras series del Universo Sandman y su estilo de mirar más adelante, hace sospechar que los personajes y tramas se multiplicaran.
En definitiva, se trata de una interesante continuación de País de Pesadillas, aunque algo dispersa y poco centrada. Se trata más de disfrutar de lo que está pasando y dejarse llevar, que de agarrarse a la trama e intentar racionalizar lo que está ocurriendo, ya que Tynion deja muchos vacios y huecos para proyectar la historia.
Lo mejor
• Recuperar personajes de Sandman.
Lo peor
• Es un poco espesa y liosa.