V de Vigilantes: Azul o Roja

Roja: “Te quedarás en el país de las maravillas”

Antes incluso de que la primera de las películas de The Matrix fuera rodada, sus creadores, Andy y Larry Wachowski ya habían fraguado ideas acerca de la creación de cómics sobre su nada idílica visión de la realidad. Aunque no se trataba de adaptaciones propiamente dichas, porque ellos querían crear nuevas historias ambientadas en el aquel universo dominado por las máquinas.

Esta semana los Wachowski vuelven a estar de actualidad, en muchos cines se estrena hoy Ninja Assasin, película dirigida por James McTeigue (director también de V de Vendetta) que cuenta de nuevo con el aval de los hermanos. Contaré brevemente de qué va, para los más despistados (aunque creo que la mayoría sabe sobre qué película escribo). En esta ocasión conoceremos la historia de Raizo, uno de los mejores asesinos del mundo, era un niño de la calle al que han transformado en una máquina de matar entrenada por el Clan Ozunu, una mitológica sociedad secreta. Al morir uno de sus amigos a manos de la misma sociedad a la que pertenece, él huye, desaparece y se prepara para la venganza. Desde luego es una historia que en manos de McTeigue y los Wachowski puede resultar un digno espectáculo. Quizá incluso la veamos trasladada a las viñetas no tardando mucho.

El medio escrito suele ser el lugar idóneo para contar esas aventuras que, por alguna razón, no se hubiesen podido ofrecer en la gran pantalla. Los hermanos Wachowski, siendo grandes aficionados al cómic, eran conocedores de que en el mundo de las viñetas no hay límites ni de presupuesto ni de acción. Después de desarrollar tramas para el juego Enter de Matrix, de realizar Animatrix, la serie de animación, y de terminar con su ambiciosa trilogía sobre la esencia del hombre en el propio tejido de la realidad, decidieron hacer lo propio en las páginas del noveno arte. La animación, los videojuegos y los cómics han tenido una influencia fundamental en las obras de los Wachowsky, tienen auténtica pasión por estos medios narrativos y todo ello se traduce en sus películas.

He aprovechado la actualidad para escribir sobre las historias de Matrix en las viñetas. He vuelto a introducirme en el mundo de Neo, Morfeo y compañía, y he disfrutado, otra vez, de las luchas contra las máquinas y de las persecuciones del Agente Smith. Compré el segundo volumen (sólo había leído el primero) y comencé a escribir este texto mientras lo devorada. Volví a seguir al conejo blanco. Os invito a seguirlo conmigo.

El año pasado se publicaba en España, de la mano de Panini Comics, el primero de los volúmenes que recogen las historias cortas sobre Matrix, al que se sumó, poco después, en verano, un segundo tomo. Cada uno contaba doce historias autoconclusivas que ahondaban en el universo de Matrix. El formato elegido para la edición española es uno similar al de los 100% Marvel y su precio es de 13€ cada uno de los volúmenes.

Para una ocasión como ésta, la de continuar con narraciones sobre los habitantes de Sión y de los que aún se encuentran conectados a la Matriz, los hermanos Wachowski contaron con colaboradores de auténtico lujo. Entre ellos destacan: Geof Darrow, el diseñador de los conceptos principales de la trilogía, que ilustra el primero de los relatos que está escrito por los mismos Wachowski; Bill Sienkiewicz, diseñador y productor de los personajes de la serie de televisión ¿Dónde está Carmen San Diego?; Neil Gaiman, autor de títulos como Stardust, y Dave Gibbons, el que fuera dibujante de la magna obra de Alan Moore Watchmen. En el segundo volumen aparecen también otros nombres de peso. Spencer Lamm, autor de relatos cortos, de dos de los relatos que se incluyen en el mismo tomo, y editor de The Matrix Cómics lo explica a la perfección:

“Este volumen incluye otras doce historias. Aunque todas las historias nacieron como un producto online para TheMatrix.com, ahora podéis disfrutarlas sin necesidad de un soporte electrónico. Los lectores avezados a los cómics online se darán cuenta de las actualizaciones. Hemos coloreado historias de Paul Cahdwick, Tim Sale, Vince Evans y Ted Mckeever. El relato de Poppy Z. Brite ha sido ilustrado por Dave Dorman. Además, hay tres historias exclusivas para la versión impresa. Peter Bagge nos ofrece una segunda mirada en tono de comedia a la Trilogía de Matrix. Michael Oeming ilustra la difícil vida de un rebelde tras Revolutions. Y Karee Andrews nos muestra como el Chico de las secuelas de Animatrix se enfrenta a un mundo sin Neo. Completando la docena, tenemos cuatro historias más de Bill Sienkiewicz, Greg Ruth, Keron Grant y Troy Nixey”.

La verdadera gracia de este recopilatorio es que cada uno de los distintos autores aporta, con pasión y conocimiento, una versión muy particular sobre toda la mitología que se creó en las películas, añadiéndoles su perspectiva propia. Desde luego, una lectura amena y variada; un placer tanto para los fans acérrimos de la saga, como para los lectores ocasionales.

La novedad interesante del primer filme de Matrix, toda la creación de ese universo vivo, raro, tan parecido al nuestro y a la vez tan diferente, y con toda aquella coherencia interna, fue decisiva para hacer evolucionar el cine de Ciencia Ficción. Hubiera sido una pena (otros muchos pensarán lo contrario tras la segunda y tercera parte de la historia…) que aquello se quedará sólo en las dos horas de entretenimiento frente a la pantalla grande. “La primera obra, aunque presentada como una sola película con final abierto, fue concebida desde el principio como parte de una saga. No sólo como parte de una trilogía (una palabra que implica el éxito en la historia recuente del cine), sino también como la primera piedra de un mosaico que forma todo el mito de Matrix”, añade Lamm en la introducción del segundo de los tomos.

Mencionemos un poco la estética de Matrix, lo hemos hecho mil veces, pero esos trajes negros, de cuero, ese “tiempo bala” y todo lo relacionado con la decadencia del hombre y el auge de las máquinas se ha visto reutilizado en muchísimas películas, videojuegos y tebeos posteriores. En la parte que nos toca más de cerca tenemos que recordar los trajes de los X-Men cinematográficos, en cierta medida heredados de los que llevan aquí.

Afortunadamente en V de Vendetta se alejaron un poco de esa estética, aunque en Speed Racer la retomaron, mírese el traje de Matthew Fox, salió de la isla de Perdidos durante unos días y lo enfundaron en un uniforme con el que parecía estar esperando a que lo introdujeran en Matrix. En Ninja Assasin también hay mucho cuero, pero el color predominante será el rojo; el rojo sangre.

Cuando Keanu Reeves aceptó su papel en la franquicia no imaginaba lo difícil que le resultaría desencasillarse de Neo (no sé si a vosotros también os pasa, da igual si hace una película romántica o si fuma como un descosido frente a demonios furiosos, siempre que lo veo pienso en Hugo Weaving trajeado y con gafas de sol, creo que saldrá en la pantalla en cualquier momento…)

Este agente Smith ha tenido más suerte, contaron con él para otros grandes papeles, como el de Elrond en El Señor de los Anillos y el vengativo V en V de Vendetta.

El otro gran conocido por todos, fans y no, de Matrix es Morfeo. Lawrence Fishburne también está de actualidad, resulta que será el encargado de sustituir a William Petersen (Grissom) al frente de C.S.I Las Vegas.

Será el doctor Ray Langston, un tipo con tendencias psicopáticas. Cuando le preguntan en Cinemanía sobre quién es exactamente el doctor Ray Langston, contesta con franqueza: “No tengo ni puta idea de quién es mi personaje. Todavía lo estoy descubriendo. Te lleva dos años saberlo, por la forma en la que la serie está estructurada. David Caruso lo llama “doctor Ray”. Por un lado tienes toda esa autoridad e inteligencia: ser el doctor. Pero luego está Ray, un tío accesible que tiene todo lo que la audiencia televisiva quiere en un personaje”. Parece que Fishburne también ha sabido alejarse un poco de su Morfeo, aunque entre él y el doctor Ray haya algunas similitudes: ambos son personajes con carisma, dotes de mando y cercanía. Sabe bien lo que la audiencia quiere, aunque siempre hay que elegir.

¿Qué píldora elegir, la azul o la roja?

Azul: “Fin de la historia”

En el Hotel Conejo Blanco:

“Siempre igual. El día se convierte en letargo, el letargo en pesadilla, y la pesadilla vuelve a convertirse en realidad. Y yo sigo aquí, igual que ayer, igual que el día que aún ha de llegar. Espero respuestas que nunca llegan. Nunca, porque la respuesta soy yo, y a la vez soy la pregunta. ¿Qué es mejor? ¿Intentarlo y fracasar o no intentarlo y luego pasarte el resto de tu vida preguntándote qué habría pasado si lo hubieras intentado? Paso las horas calculando y calibrando a los que lo intentaron y tuvieron éxito y a los perdedores que jamás lo intentaron. ¿Soy yo de los últimos? Sí. […] Todo se reduce a cuánto estás dispuesto a jugarte para que cuando llegues a la vejez puedas mirarte al espejo y preguntarte, ¿he hecho todo lo que he podido? […] Conozco bien el infierno. Y no es el lugar rebosante de aceite hirviendo, azufre, y con diablos que no cesan de pincharte el culo con sus horcas. El infierno es no saber. La tortura mental a la que te sometes preguntando, cuestionando sobre tus decisiones pasadas, una y otra vez, intentado discernir si tomaste la decisión correcta. […] Recuerdo. Cuándo él entró en mi vida. Ofreciéndome la verdad. Y yo no me atreví a tragarla. […] Matrix, casi lo olvido, al menos cuando me lo permito. ¿Qué es Matrix? Un grano en el culo de pregunta, eso es lo que es. ¿Por qué no puedo ver más allá de lo obvio? ¿Por qué la jodida verdad me asustaba tanto? Me ofreció una pastilla roja. Según él, una pastilla que alteraría toda mi vida […] El sentimiento era abrumador […] Yo sólo quería ser como los demás. Quería ser como Neo y Trinity, y los demás mitos y leyendas. Cada mañana golpeo mi cabeza contra la pared al recordar como Morfeo… el camello… el maestro de los hackers y rey de los datos, vino a mí y me ofreció un puñado de respuestas y verdades, ¿y qué hice yo? Huí. […] Rojo significa ‘adelante’. Azul significa ‘para’. Escogí el azul. Un callejón sin salida. No queda otro camino excepto el fracaso. […] ¿Qué habría pasado si hubiera realizado ese salto de fe? ¿Estaría mejor de lo que estoy ahora? ¿Sería feliz? ¿Qué es la felicidad? Lo único que sé sobre ella es que no puede ser esto. […] Tuve mi oportunidad y la jodí bien. Es mejor intentarlo y fracasar, que no intentarlo jamás, y pasarte el resto de tu vida preguntándote qué habría pasado si lo hubiera intentado. […] ¿Qué habría pasado si me hubiera lanzado? Nunca conoceré la respuesta. Y hoy, al igual que ayer, y al igual que el día que ha de venir… mi pesar es eterno”.

El texto anterior es la recopilación de una serie de fragmentos de una de los capítulos que se engloban en el primer volumen de Matrix Cómics publicado por Panini Cómics en 2008. Es mi relato favorito de los 24 que componen los dos tomos. Se trata de una historia escrita y dibujada por Ted Mckeever, dibujante de Metropol y creador de Extremist. Es un gran ejemplo de la calidad de las obras que aparecen en estos recopilatorios de aventuras (y desventuras) vividas en el universo creado por los Wachowski. La protagonista se lamenta de no haber realizado la elección correcta, su planteamiento es universal. Ella se decidió por el camino fácil y eligió la píldora azul…

… y vosotros, ¿cuál elegiréis?

Nos leemos.

Feliz Navidad.