El cómic está cada vez mejor considerado dentro de los ámbitos más académicos, teóricos y comunicativos (a parte de los sociales, donde también cada vez está mejor visto). No sé si es debido a la calidad que va demostrando el medio, a las adaptaciones cinematográficas (que parecen no tener fin) o a la cantidad de novedades que, mensualmente, aparecen en las librerías especializadas de todo el mundo (hay donde elegir, de eso no cabe duda…). Aún así no hay muchos libros teóricos o divulgativos sobre el noveno arte y los que hay suelen no ser demasiado actuales.
A lo largo de estos meses, en esta columna, han ido apareciendo citas de diversos libros que considero de cabecera. Libros de autores (españoles y extranjeros) que han dedicado parte de su labor docente, investigadora, analítica… o simplemente teórica (incluso práctica) a hablar de los cómics desde varios puntos de vista. La semana pasada surgió la idea. Era necesario hacer algo para compilar todas esas obras; una especie de guía que, sin ser demasiado extensa, sirviera para que todos pudiéramos hacernos una idea de la bibliografía especializada que hay sobre este tema.
A continuación aparece la primera de las columnas que dedicaré a los libros dedicados a estudiar el tebeo. Muchos lo hacen desde el punto de vista de la historia del medio, otros se dedican a analizar el discurso, en otros se intenta enseñar las claves para leer imágenes y algunos también enlazan con la parte práctica.
Lógicamente no están todos los que son, así que os pido, una vez más, vuestra ayuda. Querido lectores, os propongo lo siguiente: si alguien conoce alguna obra teórica sobre cómic, sería estupendo que añadierais la información pertinente en alguno de los comentarios. Entre todos, quizá, podamos crear un listado bibliográfico completo, algo que pudiera servir como punto de referencia.
A la hora de enfrentarme a este tema he pensado que lo mejor es crear una especie de fichas. De cada uno de los ejemplares apuntaré su título, su autor, su editorial, el año de publicación y el lugar (para buscar algunos libros siempre es bueno saber si son españoles o hispanoamericanos, por ejemplo). También escribiré algunas líneas sobre la biografía o trayectoria del autor, así como una reseña donde hablaré de qué trata, fundamentalmente, el libro en concreto, cuáles son sus puntos fuertes o algunas curiosidades o líneas que no tratan los demás. Comencemos.
El Lenguaje de los cómics
Autor: Román Gubern
Editorial: Ediciones Península
Barcelona, 1979
Nº de páginas: 184
Román Gubern es uno de los autores decanos en la investigación del noveno arte y suyos son varios de los libros que mejor tratan el tema. Este historiador de los medios de comunicación de masas pone especial atención al cine y al cómic, como demuestra en muchos de sus escritos. Nació en Barcelona en el año 1934 y es el catedrático de comunicación audiovisual de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Sus estudios sobre cómic fueron pioneros en nuestro país. En ellos no puede dejar de lado su amplia formación audiovisual, como lo demuestra con el uso de una terminología combinada.
La primera edición de El Lenguaje de los Cómics fue publicada en 1972 y se trata de una obra con un marcado carácter global y sistémico. En este libro, Gubern intenta hacer un repaso por la historia del cómic desde su origen; también habla del concepto de industria (haciendo hincapié en las distintas fases: creación, producción, distribución…); menciona las que, a su juicio, eran las mayores interconexiones culturales (entre el cómic y otras artes mayores); e intenta potenciar una semiología basada en el lenguaje específico del tebeo, y lo hace enfatizando en las viñetas o pictogramas, en el montaje de las páginas y de la historia y en la operación de lectura de la combinación texto-imagen.
Como característica especial de esta obra cabe destacar que, tras cada uno de los capítulos (ocho en total), el autor añadía una serie de notas; algunas de ellas clarificadoras, otras bibliográficas.
Gubern creó esta obra de referencia en base al desarrollo científico de la lingüística y a las florecientes teorías de la comunicación (una ciencia en auge). Es un libro que trata al cómic como algo original que, a su vez, está relacionado, íntimamente, con el cine, la literatura, las artes iconográficas más tradicionales…
El cómic desde el punto de vista de la cultura contemporánea, la “cultura de la imagen”. Uno de los más clásicos.
El Discurso del cómic
Autores: Luis Gasca y Román Gubern
Editorial: Ediciones Cátedra
Madrid, 1991
Nº de páginas: 710
El segundo de los grandes libros de referencia sobre cómic lo escriben, en 1991, el ya citado Román Gubern en conjunto con Luis Gasca, otro de los autores teóricos clave. Este libro es una especie de muestrario de la variedad lingüística del medio, basándose y aportando muchísimas imágenes a modo de ejemplo de sus pinceladas.
Hablemos un poco de Luis Gasca, que tiene incluso un Centro de Investigación del Cómic en San Sebastián que lleva su nombre. Se trata de un coleccionista e investigador del noveno arte que lleva toda su vida dedicándose a lo que le gusta: leer, hablar y escribir sobre cómic. Junto con Gubern ha escrito varias de las aportaciones más influyentes a la hora de estudiar el medio.
Qué nos encontramos al abrir y leer El Discurso del Cómic, pues un catálogo visual de todos los elementos icónicos que pueden aparecer en un tebeo; algo básico si nos vamos a poner a analizarlos, o simplemente si queremos conocer mejor todos los detalles del medio.
La obra habla de encuadres y planificación; de las distintas perspectivas ópticas que podemos encontrar en una viñeta; de los dibujos e iconos usados para representar diferentes estereotipos (ellos mismos aportan un listado amplísimo); de los gestos que aparecen en los personajes (en manos, en piernas, ojos…). Se menciona aquí, también, las situaciones arquetípicas más comunes; el uso de los símbolos cinéticos; cómo se plasma el movimiento o la distorsión de la realidad, de lo que se ve. Así como un listado de las metáforas visuales más conocidas, la importancia de los globos y distintos tipos de bocadillos (según la funcionalidad y el sentido de lo que el autor y el dibujante quieren contar), la composición de los idiomas exóticos y los insultos, el uso y la formación de las onomatopeyas… Y detalles como el paso del tiempo, las acciones paralelas, el zoom…
Personalmente creo que las mejores partes del libro son: la que dedican al montaje (ellos lo denominan así, aunque también se entendería por el término “composición”, que es más artístico y menos visual) y en la que tratan el tema de los distintos puntos de vista y la visión en el cómic.
La baza ganadora de este volumen es la cantidad ingente de ejemplos con forma de imágenes (cómic europeo, americano, underground… todos los estilos están aquí). Este excepcional inventario enciclopédico especifica las convenciones utilizadas en la narrativa dibujada. Los dos autores persiguen recorrer, junto a nosotros, el acervo de los recursos lingüísticos y de los símbolos utilizados por los cómics. Es una obra analítica que nos traslada por diferentes perspectivas: desde la iconográfica, hasta la literaria, pasando por las técnicas narrativas.
Lo mejor es la forma en la que el lector puede enfrentarse a este voluminoso libro: se puede ojear con curiosidad, simplemente fijándose en las vistosas ilustraciones, jugando a “reconocer” sin leer el “pie de foto”; se puede leer secuencialmente, siguiendo el índice, o se puede también consultar mediante su ordenación sistémica de materias (desde un punto de vista investigativo, por ejemplo).
Este libro sirve también para hacerse una idea de qué convencionalismos provienen específicamente del medio y cuáles se han tomado prestados de otros medios como la pintura, el cine, la literatura, o la caricatura.
Complicidad con el lector gracias a su magnífica selección de imágenes ilustrativas; eso es lo que ofrece.
Saber de Imágenes
Autor: Rafael Garófano
Editorial: Caja de Ahorros de Cádiz
Cádiz, 1990
Nº de páginas: 131
La Caja de Ahorros de Cádiz publica esta pequeña obra de Rafael Garófano, una de mis preferidas en cuanto a lectura de imágenes se refiere. Garófano realiza en este libro una especie de manual educativo con la idea de enseñar todo lo básico para enfrentarse a un texto visual (o audiovisual).
“En nuestra sociedad contemporánea cada vez vivimos más inmersos en un mundo de imágenes; sin embargo, el análisis, la reflexión y el estudio de las imágenes aún están prácticamente ausentes en los programas de las enseñanzas medias y básicas”, se afirma en la contraportada del libro.
Saber de Imágenes está escrito de forma didáctica y se tocan conceptos y cuestiones básicas de la cultura de la imagen; además, el librito se completa (y complementa) con tres estudios monográficos (que podrían leerse de forma individual) sobre sus manifestaciones, quizá, más características: el cine, el cartel y el cómic, claro.
El autor comienza por acercarnos al concepto de imagen, así como las características básicas de éstas (figuración, abstracción, polisemia…), y su clasificación. Posteriormente escribe una breve historia de las imágenes, por las distintas etapas que han pasado, hasta la actualidad y la imagen en movimiento (cine y televisión), para terminar con los tres monográficos: un apartado más cortito sobre el Cartel, en el que trata sobre su evolución, definición y características, además de un análisis de los diferentes tipos de carteles (comerciales, culturales, propaganda…); un apartado intermedio sobre cómic (que es el que más nos interesa en este momento), donde habla de su definición, añade un par de apuntes históricos y se mete en harina al plantear algunos parámetros de análisis del lenguaje del cómic (divididos en lenguaje visual, lenguaje verbal y montaje), antes de terminar con un epígrafe sobre “el cómic en la sociedad”. La última parte del libro la dedica Garófano al cine. Comienza por sus fundamentos y orígenes; describe a los distintos factores humanos encargados de hacer cine, describiendo cuáles son sus funciones (director, guionista, montador…); explica la técnica y el lenguaje cinematográfico, y termina con un par de apartados dedicados al “cine en la sociedad”: una sociedad que se refleja en el cine y un cine que se proyecta en la sociedad.
Este libro incorpora el material didáctico y se convierte en una síntesis pedagógica del panorama de la historia, la técnica, la sociología y el lenguaje de las imágenes. Es una obra de marcado carácter humanista que podría ser la columna vertebral de cualquier asignatura introductoria sobre imágenes. Acompañan cada apartado una serie de ilustraciones, imágenes y fotografías que nada tienen que envidiar a las de la obra de Gasca y Gubern.
Con estas tres obras de referencia comenzamos a formar nuestra particular Bibliografía sobre el noveno arte. Poco a poco iremos construyendo un corpus específico sobre teoría, divulgación e investigación. Libros que colocar en nuestras estanterías, junto a nuestros tebeos.
Me gustaría terminar el texto de hoy con un pequeño adelanto de las demás obras que iré reseñando y apuntando por aquí, para que no las añadáis como aportación (salvo que queráis comenzar vuestra propia recomendación al respecto):
– El cómic: plástica y estética de un arte figurativo y cotidiano, de José Luís Cantero Pastor.
– La Arquitectura de las Viñetas. Texto y Discurso en el cómic, de Rubén Varillas.
– El cómic y el arte secuencial, de Will Eisner.
– Apocalípticos e integrados, de Umberto Eco.
– La Historia social del cómic, de Terenci Moix.
– Cuatro Lecciones sobre el Cómic, Antonio Ballesteros y Claude Duée.
– Semiótica de la Descripción en publicidad, cine y cómic, de Manuel García Pérez.
– Diccionario de Onomatopeyas del cómic, de Román Gubern y Luis Gasca.
Continúo investigando, buscando más libros y materiales. Pronto también hablaremos por aquí de recursos electrónicos y de revistas relacionados con el tebeo desde el punto de vista más teórico. Espero contar con vuestra ayuda.
Nos leemos.
Un listado fundamental en este sentido.
Aparte de los citados recomendaría Entender el cómic y Hacer cómics, de Scott McCloud (La revolución de los cómics es más un libro sobre la industria del cómic que sobre su teoría), que me parecen imprescindibles en cualquier recopilación bibliográfica sobre el tema. Añadiría también esa segunda parte vocacional de El cómic y el arte secuencial que es La narración gráfica. También imprescindible considero Los lenguajes del cómic, de Daniele Barbieri, una de las obras más interesantes sobre el tema. En un segundo plano, el Diccionario de los cómics de Javier Coma es una obra interesante aunque algo desfasada, y ya en el terreno de los fascículos, La técnica del cómic de José María Bèa –posteriormente editada en un volumen unitario– es muy interesante.
Secundariamente, El noveno arte. De la mesa de dibujo a la estantería de Alan McKenzie representa un tipo de libro técnico orientado a aquellos con aspiraciones artísticas y profesionales, pero también tiene no poco valor para los que aspiramos a saber hablar sobre tebeos. También alejándonos un poco del libro teórico prototípico tenemos dos de los volúmenes con los que más he aprendido de historieta: Eisner/Miller y Shop Talk (pese a la deficiente traducción de este último), o cómo aprender sobre cómics leyendo las conversaciones de unos cuantos genios del noveno arte.
Y ya para los que sepan francés, Système de la bande dessinée, La bande dessinnée: une littérature graphique y La bande dessinnée: mode d’emploi (los tres de Thierry Groensteen), Pour une lecture moderne de la bande dessinnée de Jan Baetens y Pascal Lefèvre, Principes des littératures dessinnées de Harry Morgan o Lire la bande dessinnée de Benoît Peeters son de lo mejorcito que hay. Aunque en temas de bibliografía extranjera probablemente Don Álvaro Pons (que me descubrió estas lecturas hará un buen puñado de meses) pueda dar una lista mucho mejor que la mía.
Sobre el listado que pone Don Álvaro, reiterar lo que dije la semana pasada. Las mejores guías para orientarse y sin duda los listados más exhaustivos y completos sobre este tema están en Tebeosfera: el catálogo documental de Tebeosfera (con muchos de los artículos citados disponibles para su consulta), su especial dedicado a las monografías y el listado onomástico asociado a dicho documento. También resulta muy interesante la bibliografía recomendada para la asignatura de libre configuración Historia del cómic, que se imparte en la Licenciatura de Historia del Arte de la Universidad de Granada. Está alojada en Zona en un documento de Word.
Sobre tu listado, Diego, justamente lo que te comenté la semana pasada: las aproximaciones de Gubern y Gasca (no digamos la de Garófano, que no es específica) están muy mediatizadas por la procedencia audiovisual de sus autores. Tienden a enfoques transversales pero aún así jerárquicos, y a definir al cómic «en función de» y «por analogía con» más que por sí mismo, especialmente a nivel técnico y terminológico. Es algo que comentas, pero a mí me parece un gran contra para las obras.
Ah y por cierto, aún a riesgo de ser incómodamente persistente (¡¿qué sería de esta sección sin el debate?! jejejej)… ¿por qué el término composición es menos visual que el término montaje? :p
Álvaro, muchísimas gracias por el vínculo, la verdad es que es de lo mejorcito que he visto, bien catalogado y con un buscador muy intuitivo.
Un gran aporte que aprovecha los recursos de la red y en donde aparecen muchas obras con sus detalles (aunque veo, a simple vista, que no hay reseñas detalladas…). Revisaré con la meticulosidad que se merece la página.
Desde luego, siempre es un placer saber que pasas por esta sección.
Nos leemos.
José, no esperaba menos de ti que un comentario como el que compartes con nosotros. ¡Eso es justo lo que quería!
Muchos de los libros de los que nos hablas los conozco, aunque no he tenido el gusto de consultarlos (o no los he encontrado en bibliotecas, un problema con este área de investigación…, o no los he encontrado en librerías…), pero lo haré y los añadiré a la lista (y cuando los haya consultado también los incluiré en un «V de Vigilantes»).
Las guías que nos aportas también son muy interesantes y un recurso la mar de útil para entender el medio. Creo, si te parece bien, que haré un texto hablando de los recursos electrónicos (pediré tu consejo y ayuda cuando me ponga con ello XD).
Y añado mi recomendación, a todos, de consultar la bibliografía que proponen para esa asignatura de libre elección (está en el comentario de José Torralba, en un link a un documento de word). Realmente es muy interesante, y básica para los que nos gustan estos temas.
En cuanto al debate, estos autores y las obras que menciono en el texto de hoy no esconden su procedencia de otros ámbitos del saber, pero entienden la cultura como un todo y por tanto utilizan (o reutilizan) términos y conceptos aplicados. Cosa que no me parece negativa.
Creo, por lo que he podido observar de mi lectura y de mis consultas, que hay dos puntos de vista en la teoría del tebeo: los que lo tratan como un producto cultural y lo asemejan a otras artes (secuenciales o no) y los que consideran su entidad propia y remarcada, que hablan de su forma, fondo y demás con términos más o menos nuevos, que acuñan y/o crean.
Yo pienso que ninguno de los enfoques está equivocado, y que de ambos estilos podemos recoger cosas interesantes (aunque no puedo ocultar que me siento más identificado con los teóricos globales… quizá por mi «deformación» profesional: también procedo del mundo de la comunicación…).
José, quizá no lo he puesto todo lo claro que debería (aunque era un guiño claro al debate entre «composición» y «montaje» de la semana pasada). Me refería a más visual (en cuanto que «audiovisual»). Posiblemente la diferencia entre «montaje» y «composición» sea según se considere el cómic más cerca de la pintura o del cine… No sé qué opináis los demás.
De nuevo gracias por tu colaboración y tu guía en estos temas.
Nos leemos.
Me alegra que te haya gustado el comentario, Diego… así se complementa el artículo con lo que dejamos los comentaristas. Respecto a los libros, algunos pueden encontrarse en librerías generalistas, muy pocos en tiendas especializadas de cómics (sólo los de Astiberri y Norma) y respecto a los extranjeros… pues es complicado, la verdad. La mayoría de los que cito los he encontrado en librerías técnicas (el Système de Groensteen se puede encontrar por ejemplo en Díaz de Santos).
Respecto al debate, creo que lo mejor es el término medio: no puede negarse que el cómic es un producto cultural y está emparentado con otros saberes, pero es igualmente cierto que posee unos recursos formales propios e intransferibles que le dan una entidad propia que va en contra de la concepción «bastarda» (en el buen sentido) que defienden algunos. No por nada lo llaman noveno arte en oposición a todos los demás. Lo que pasa es que al estar poco asentado teóricamente, se mueve en arenas movedizas, pero, por poner un ejemplo, a nadie se le ocurriría definir el cine como hijo bastardo del teatro y la fotografía y negarle una entidad propia.
Respecto a lo de visual… jejejejej, ahora lo entiendo. Buen guiño. Y respecto a lo de montaje o composición, cine o pintura… ¿los cómics se filman o se dibujan? Ahí queda eso.
Bueno, en realidad en el cine la composición y el montaje son cosas distintas. La escenas, los planos, se componen, es decir los elementos se distribuyen dentro del encuadre. Lo que se monta son estos planos «compuestos».
Sí, es cierto zape… en el cine la composición hace referencia al elemento fotográfico por así decirlo y el montaje a la selección y ordenación de planos. Pero para el caso no nos vale, porque podría argumentarse que en el cómic, por analogía, lo que se compone es la viñeta y lo que se monta es la página. Sin embargo, no me quedaría conforme expresándolo así: en primer lugar porque la página compone una unidad formal en sí misma, se pueden visualizar todos sus elementos de golpe; mientras que en el cine sólo puedes ver un plano al mismo tiempo.
De hecho… ése es uno de los elementos más confusos al que se enfrentan los que se empeñan en comparar cómic y cine. Las cuestión de las equivalencias… ¿Una viñeta equivale a un fotograma o a un plano? No hay consenso acerca de si una viñeta compone por sí misma una unidad mínima con significado en el cómic, ya que hay excelentes argumentaciones para desestimar la secuencialidad como elemento definitorio del mismo; sin embargo, un fotograma no es en modo alguno por sí solo una unidad mínima con significado si hablamos de cine… básicamente porque un fotograma es una fotografía. Si hablamos de unidades mínimas con significado, la equivalencia correcta sería la de viñeta y plano, pero entonces rompemos con la analogía formal.
A su vez ¿una página equivale a un plano, a un fragmento, a una escena o a una secuencia? Pues no equivale a nada por lo dicho en el primer párrafo. A un plano está claro que no, porque hay soluciones de continuidad entre viñeta y viñeta. A un fragmento tampoco, porque el fragmento aislado no es compacto y la página sí compone una unidad formal y compacta. Paralelamente, entre viñetas de una misma página puede haber saltos de escena (el famoso cuarto cerrado de McCloud). Y finalmente una página puede tener continuidad dramática y temática en la siguiente y la siguiente, por lo que tampoco sería posible establecer una equivalencia con la secuencia. Y más ¿un cómic de 24 páginas es una secuencia? Podría ser… en teoría y según el concepto de cómic-book de Warren Ellis, hasta debería. ¿Es correcto hablar de página en singular si, estrictamente hablando, se suelen ver dos al mismo tiempo? Da para un tratado desde luego…
Mi conclusión es que no hay equivalencias… hay semejanzas y diferencias entre conceptos, pero nada más.
Amigos, veo que vamos entrando en harina. Bienvenido de nuevo por estos lares Zape, entiendo como tú que «composición» y «montaje», en cuestiones cinematográficas son dos cosas completamente distintas. La semana pasada, discutiendo con un amigo sobre el tema, él esgrimió un argumento similar al que tú utilizas.
«Lo que se compone es la viñeta, y lo que se monta la página». José, creo que esa es una de las claves, y el tema de que la página constituya una unidad formal en sí misma no es excluyente.
Vayamos al texto escrito. Está claro que una frase tiene significado completo, que un párrafo también, que un capítulo puede entenderse por sí sólo y que el conjunto de capítulos forman un libro (o una obra concreta). Algo parecido pasa en el cómic con las viñetas, las secuencias o grupos de viñetas, las páginas, los cómic-book y las novelas gráficas, incluso. En todas ellas hay elementos definitorios que, tanto juntos como separados, tienen sus significados concretos (aunque es cierto que a veces es necesario el conjunto para conocer el significado completo).
Me parece muy interesante el análisis comparativo que planteas. El problema está en la falta de consenso entre los especialistas; pero creo que dentro del propio cine, o del propio cómic hay miles de casos concretos que desestimarían la teoría (dentro del cine, me refiero). El tema está en el artista (cineasta, guionista, dibujante…) que quiere deconstruir y transformar su obra mediante la libertad creativa de la que dispone. Ése es el problema al que nos enfrentamos.
Un cómic de 24 páginas puede ser una secuencia, una parte de una historia, una juego de elipsis, una historia completa, varias historias más pequeñas unidas (o desunidas). Una página puede ser un simple contenedor de viñetas o un todo utilizado por el autor para contar, traspasando la frontera más clásica. Una viñeta puede ser parte de una secuencia, puede ser una historia en sí misma o simplemente accersoria, contextual. Y pasa lo mismo con los planos y con los fotogramas; muchos parecen no tener sentido, mientras que otros son claves para entender la obra cinematográfica.
Quizá nos encontramos ante un punto en el que el cómic, como todas las artes, necesita de una clasificación (más allá de la genérica).
Desde luego da para un tratado… XD.
Por cierto, termino con una reflexión ante la pregunta «¿los cómics se filman o se dibujan?» (que me ha encantado, jeje). Cada vez la frontera entre las adaptaciones es más difusa. Existen experimentos como el reciente «Watchmen The Motion Cómic», en el que utilizando las viñetas, y con ciertas dosis de animación se sacan de la manga una película. Y también me parece que la industria del cómic se está aprovechando, en cierta manera, de la industria del cine, y después de ver el tirón que los superhéroes (por poner un ejemplo concreto, aunque también ocurre con otros cómics) tienen en las salas, están realizando historias en papel adecuándose (en el mejor de los casos) al otro medio, al cinematográfico, pensando ya de entrada en la posible adaptación.
Nos leemos.
Vaya «ladrillos» que me están saliendo hoy… XD. Siento de verás que mis comentarios estén quedando tan extensos, jeje. Prometo partirlos en las próximas respuestas.
Nos leemos.
Empezando por el final, no se sacan de la manga una película, se sacan un motion comic (como la coletilla indica jejejej), que es algo así como una bastardada que transforma un medio estático en uno en movimiento al tiempo que convierte la libertad de lectura del cómic en algo teledirigido (anarroseando comentarios de zape y sputnik en este post). Y ya la segunda parte entraría en el terreno de las adaptaciones, que implican de por sí la existencia de dos medios preexistentes (uno de partida, otro de llegada). O en el de las influencias argumentales, claro, que son abstracciones independientes de los medios expresivos y de sus particularidades.
Por lo demás, estoy de acuerdo en todo contigo. Casi todo puede ser cualquier cosa… Puede llegar Hitchcock y hacerte –con trampas– una película con un plano secuencia. Pero a lo que me refería es a la imposibilidad de establecer equivalencias absolutas entre componentes estructurales y formales de un medio y de otro. Y, por tanto, a la refutación que esa imposibilidad permite con respecto a enfoques teóricos transversales y/o comparativos. Cine es cine, cómic es cómic y pueden establecerse semejanzas, pero nunca podrá definirse enteramente un medio basándose en el otro ni establecerse una clara tipología que los englobe y los defina de forma conjunta y holística.
Y por todo ello es por lo que, con respecto a la teoría del cómic, las aproximaciones sesgadas que parten de una actitud paternalista del audiovisual con respecto al cómic –en lo conceptual y en lo terminológico– me parecen erradas. Jejejejej Me encantan estas discusiones, Diego.
Esto ya se está convirtiendo en un clásico y eso que debo reconocer que tardé en cogerle el gustillo a tus artículos.
Bueno, el tan celéberrimo «decompressive storytelling» lo que pretende es precisamente la «cinematografización» (toma ya) del tebeo. Se acabo el rellenar los espacios. De tal modo una viñeta será una página, una página será un número, un número…
Efectivamete Jose, y Diego, por eso señalo lo de la composición y el montaje por lo facil que resulta lanzarse a la analogía sin detenerse en la incorreción de la misma. Sencillamente es otro medio, desde luego como en todos los medios contemporanéos (y post-modernos) está contaminado por otros lenguajes, pero igualmente el cine lo está, muchos directores (Seijun Suzuki, Jesús Franco, Robert Altman, Leone, Scorsese,..) se acogen a sintaxis más propia de la música pero no se les puede analizar desde el lenguaje musical sino parangonando/contraponiendo unos recursos con otros. Por eso te doy la razón Jose, en que el tebeo necesita primero un corpus crítico y teórico propio del que luego nacerá esta contraposición/infilotración analítica. De modo contrario se desnaturaliza el lenguaje tebeistico dando la impresión de no ser mucho más que un artefacto menor supeditado a medios de más caché.
Efectivamente, el decompressive lo que permite es la serialización ad infinítum con el mínimo esfuerzo. Más que cinematografización yo hablaría –adentrándome en la senda de los neologismos abierta por zape– de telenovelización.
Por lo demás, has expresado estupendamente mi parecer… la comparación, el enfoque transversal entre dos medios sólo es posible desde el plano de la igualdad teórica; de lo contrario, uno de los medios fagocita indefectiblemente al otro o, como tú bien dices «se desnaturaliza el lenguaje tebeistico dando la impresión de no ser mucho más que un artefacto menor supeditado a medios de más caché». Voy a grabar esa frase a fuego.
Hombre, me siento apabullado. Mucho que leer, mucho que leer. Tengo que linkear esta página.
Telenovelización esta bien, intoduce un concepto folletinesco-melobdramático de lo más saleroso. La verdad es que el decompressive es un recurso tan bueno como cualquier otro que bien usado ayuda a crear un ritmo, o más bien un cadencia, muy sugerente. Lo que ocurre es que estamos saturados y se usa para todo cuando no va bien para cualquier serie, sino para momentos puntuales y determinados ambientes, desde luego por momentos llega a niveles de verdadero timo y deja, tanto a guionistas que recurren a texto y más texto de puro relleno ( en un medio visula nunca debes contar lo que puedas enseñar, e aquí la clave de ese fiasco que es el Sin City cinematográfico) y a dibujantes que repiten ad nauseam la misma viñeta con una falta de escrúpulos alarmante.
La frase presidirá «la academia» de hoy en adelante. Esto quedó palmario con la adaptación (o así) de Watchmen, me sorprendio para muy mal que la amyoría del público comiquero aplaudiera con las orejas como si no tuviese ninguna confianza (y lo que es peor respeto) para con el medio que se supone ama. Tal parecia que todos los complejos de inferioridad salieran a corretear al llega papi cine a hacer lo bueno de verdad, lo que secretamentye todo esperaban; una pelícual, que eso si que es serio.
Es que en definitiva el decompressive es un recurso y, como todos los recursos, debe usarse en su justa medida con criterio, idoneidad y sensibilidad. De lo contrario convierte cualquier producto en un pastiche cargante; en un empacho más nauseabundo aún precisamente por ir argumentalmente al ralentí.
PD. ¡Bienvenido, Ziggy!
Amigos, veo que habéis seguido con vuestras líneas argumentales y observo también que cada aportación es más interesante.
No puedo más que agradeceros que completéis de esta manera mis columnas cada semana. Podemos estar más o menos de acuerdo, pero siempre llegamos a puntos de debate interesantísimos que enriquecen los conocimientos de todos (mediante las opiniones y argumentaciones de los demás).
Ziggy, es un placer tenerte por aquí.
Me gustaría contaros que esta tarde, movido un poco por el espíritu de este texto y de los posteriores comentarios, he estado con mi novia en una librería de viejo (una de libros antiguos, descatalogados, usados…), y, mientras ella disfruta de joyas de la literatura universal, yo buscaba, junto con el librero, algunas obras teóricas sobre cómic.
Quería encontrar «El Lenguaje de los cómics» ya que la edición que tengo no es mía, es de la Biblioteca, así que le pregunté y después de rebuscar encontró un ejemplar. Se trata de una primera edición, de las de 1972, y su estado es estupendo.
Mi alegría aumentó cuando encontré otros tantos libros interesantes. No pude con la tentación y me he llevado otros dos de los que tenía constancia pero nunca había visto físicamente:
– «El Ocaso de los héroes en los cómics de autor», de Javier Coma.
– «El Cómic», de Milagros Arizmendi.
Los añado a la lista y aprovecho para recordaros que, si se os ocurre algún otro libro, los compartáis con los demás.
He visto unos cuatro libros más relacionados con el tema. Los adquiriré en otras ocasiones. El que más me ha llamado la atención, uno titulado «El Cómic en España» ( de Guiral, creo), un «libraco» que costaba 75€. No sé si lo conocéis, ¿qué tal es?
Nos leemos.
Pues me ha llevado tiempo leer todo el artículo y los posteos (caramba muchachos, estos articulos se llevan su tiempo). Aparte de sentirme muy querido (lo que mejora mi autoestima) reconozco que he aprendido más leyendolos. Me gustaría aportar más libros pero la verdad es que solo puedo incluir este: Historieta: La Imaginación al Cuadrado de Marcelo Birmajer, una colección de ensayos sobre personajes de comic y animación. Todo el resto son más cosas que me falta por leer.
En cuanto a la discusión si es montaje o composición, opinaría que creo que nos enredamos con el uso de los terminos. Debemos establecer un termino que nos guste pero que en el fondo signifique y represente las acciones requeridas para la creación de comics. Puede que montaje tenga una connotación más cinematográfica, pero el uso y la interpretación que le demos a una palabra depende de los parámetros del cómic. Una misma palabra puede tener diferentes definiciones dependiendo del campo en que se utiliza y si montaje define el manejo de cuadros y escenas de una página, pues vale. SI es composición, pues vale, pero en el fondo serán dos palabras distintas para la misma acción en el fondo, sin importar de donde fue extraída, pues se aplica a un nuevo contexto.
Y sobre el decomppresive storytelling, pues si hay quien lo usa pues bien. Sin embargo no soy muy fan de ella pues al aplicar esa «cinematografización» esas historias han renunciado al uso de onomatopeyas, que es un rasgo bastante asociado a los comics. Facilita su adaptación al cine, pero, en lo personal, hay un desaprovechamiento de recursos que recien ahora, con 70 años de atraso, gracias a los avances de la tecnología, cine y televisión tratan de aprovechar.
Hola a todos,
Queria daros las gracias por la puesta en marcha de esta sección y de todas las aportaciones que se están realizando.
Es muy interesante toda la bibliografia que se esta aportando, así como todas las opiniones sobre el uso del lenguaje cinematografico en el comic o viceversa. No creo que se pueda desligar facilmente uno de otro, todos nos hemos criado leyendo tebeos y viendo peliculas es el leguaje visual que se nos a enseñado y por tanto es parte de nuestra cultura y de la cultura de las personas que han realizado, realizan y realizaran peliculas, comics, etc.
Es una prueba mas de la globalización de la humanidad, para bien o para mal.
De nuevo gracias a todos y en especial a Diego Matos por su magnifica sección.
Buenos días (o tardes ya…) amigos. Ziggy, estás en lo cierto, estos artículos y sus comentarios necesitan de un tiempo prudencial para leer XD. Acogeré con gusto tu recomendación en el listado de obras. No conocía ni el libro, ni al autor, así que me pondré a investigar y a buscar información (a ver si incluso lo localizó en algún sitio…). Me parece muy acertada tu opinión sobre el consenso terminológico y sobre la contextualización de esos términos. Y aquí queremos y respetamos a todos los lectores y participantes, desde luego.
Askani, no tienes nada que agradecer, las buenas ideas se tienen que llevar a cabo y era necesario (como digo en el texto central) establecer un listado de bibliografía especializada y reseñarlas con algunas claves para facilitar el acceso a ellas a los interesados. Será un trabajo que iré alternando con otras temáticas en «V de Vigilantes» (no escribiré una columna bibliográfica como esta cada semana porque terminaría cansando a los lectores y a mí mismo). Por ejemplo, esta semana próxima, muy posiblemente, me meta con el tema de los Vampiros como personajes culturales, en el cómic, el la literatura, en el cine… haré algo parecido a lo que pudisteis leer sobre los Zombis, es algo que me apetece y me ilusiona especialmente (soy un gran apasionado de los «no-muertos»), y luego tengo otra texto relacionado con la figura del héroe en preparación, y el relacionado con la página… pero bueno, que irán apareciendo más fichas bibliográficas como las de esta semana, sin duda.
Veo que también opinas un poco como yo sobre la globalización cultural, la red interconectada y los productos e industria cultural como un todo… me alegra (aunque las opiniones divergentes son igual de estupendas y lo hemos podido comprobar en nuestros debates semanales, que son la mar de interesantes y didácticos XD).
Me alegra mucho que os guste como voy tratando esta sección semanal. Os agradezco vuestros comentarios y vuestro apoyo, así da gusto y le entran a uno más ganas aún de seguir.
Nos leemos.
En efecto, Álvaro indicó al comienzo de esta conversación que en Tebeosfera tenemos ya implementado este servicio, con el aliciente de que los registros están ya construidos y que todos ellos están vinculados a los sellos editories (también con sus fichas) y los autores (también con sus fichas) que, por desgracia, y debido al limitado número de efectivos con que contamos sigue en desarrollo y está incompleto, aunque nuestra idea es completar este catálogo lo máximo posible y poder brindar al interesado o al investigador cuanta información necesite. Actualmente todavía estamos trabajando en el listado, que precisamente en esta semana pensamos incrementar considerablemente.
Con todo, Álvaro no indicó la dirección de nuestra galería. Ésta:
http://www.tebeosfera.com/catalogos/prensa_teorica/
Saludos!