El cómic es un arte cada vez más afianzado en la sociedad, de eso no cabe ya ninguna duda. No creo que nadie, a estas alturas, tache aún a los lectores de tebeos de infantiles o freaks; pero todavía queda mucho camino por recorrer y parte de esa lucha por dignificar del todo este mundo de las viñetas tiene que ver con los medios de comunicación.
Muchos ya sabréis que soy periodista (además de lector empedernido de tebeos). Desde mis comienzos en la profesión he intentado acercar a todos los públicos esas historias fantásticas que se encuentran entre las páginas de los tebeos. Resulta que hace dos años, allá por agosto de 2007, llevaba un mes de prácticas en un periódico local de Salamanca y llegó mi oportunidad de escribir el que fuera primer reportaje más o menos largo y verlo publicado, por fin, al día siguiente en las páginas de un periódico (que era mi sueño vocacional). Ese primer reportaje tenía mucho que ver con el cómic ya que un autor presentaba en Salamanca su primera obra. Se trataba de Jay Boose y su cómic The Chemist.
La emoción fue tal que aún me tiemblan las manos al escribir y recordar aquel día. Quería quedar bien, quería hacer un buen trabajo, quería escribir un buen texto y quería acercar al gran público un tema que, a priori, quizá no les interesará lo más mínimo; pero también quería hacer algo que normalmente no se hace en los medios de comunicación al informar sobre cómic: informar con conocimiento de causa e informar sobre algo que me gustaba.
Llevo observando desde hace tiempo cómo se enfrentan los medios de comunicación generalistas a las noticias relacionadas con el noveno arte. Esta semana quería aprovechar este espacio para disertar sobre ello y pediros a todos vosotros, queridos lectores, vuestras opiniones y divagaciones al respecto (ya sabéis que esta columna no termina hasta que vosotros no la completáis). Revisando en el baúl de recortes de mis reportajes y noticias en papel he encontrado aquel primer reportaje sobre tebeos, el que podría considerarse el germen, la base de esta sección, así que me he tomado la libertad de transcribirlo e incorporarlo a este texto (hacia el final).
Ha pasado tiempo, seguro que si lo escribiera ahora lo haría de otra forma, pero aún así me emociona leerlo y compartirlo con vosotros; pero comencemos por el principio.
Las noticias culturales siempre han tenido un papel especifico dentro de los noticiarios, de los programas de radio o de las páginas de los periódicos: se tratan, por regla general, de noticias de contenido y estructura más o menos amable, noticias positivas que aportan el contrapunto benévolo ante el resto de noticias (casi siempre de carácter negativo, tragedias, sucesos terribles…).
Hay muchos estudios que analizan la proporción de noticias culturales frente a noticias económicas, políticas, sucesos… y todos coinciden en que el espacio donde se ubican, por ejemplo en un telediario, suele ser hacia los minutos finales y, normalmente, tienen una duración menor que el resto de noticias. Muchos periodistas culturales se quejan de esto y reivindican la importancia de las informaciones culturales, informaciones que consideran igual de substanciales que el resto.
Esto ocurre de manera similar en los medios de comunicación locales, aunque en éstos, las noticias de carácter cultural, si tienen importancia para la provincia o localidad, ascienden peldaños para una buena difusión (entendida como espacio y recursos utilizados).
Afortunadamente existen medios de comunicación especializados en cultura: tanto espacios en televisión, como revistas especializadas, que sí tratan los temas culturales con el respeto y la profundidad que se merecen.
Y os preguntaréis porque estoy escribiendo hoy tanto sobre noticias culturales (os lo preguntaréis, aunque en el fondo seguro que lo sabéis) y es que es en este tipo de noticias donde se englobarían las noticias sobre tebeos. Por tanto podríamos afirmar que las noticias de tebeos, si las hay, serían noticias benévolas que cierran informativos; que rellenan espacios vacíos dentro de las páginas culturales de un periódico; sobre las que se invierten algunos minutos en un programa contenedor en la radio, y sobre las que se editan algunas revistas especializadas. Aunque si ya de por sí las informaciones culturales tienen poco prestigio, las informaciones culturales sobre cómic son más anecdóticas aún.
Ayer mismo podíamos leer en esta página, en el artículo de José Luís Córdoba, director de publicaciones de Panini Cómics España (que por cierto tenía muchísima información útil), que le sorprendía el silencio ante el premio Eisner que ha ganado Salvador Larroca recientemente. Al leerlo me propuse hacer una prueba: busqué en Google noticias distintas combinaciones de palabras claves que contenían “Salvador Larroca”, “Eisner”, “premio”… y mi sorpresa fue mayúscula cuando no salían prácticamente ningún resultado. Me pregunto qué le ocurre a la industria del cómic cuando ningún medio de comunicación generalista español se ha hecho eco de una noticia así. Dado que Larroca es español, un galardón de estas características debería ser noticiable y aparecer en los medios. Seguro que hay un público interesado en este tipo de noticias, aunque sólo sea por cierto orgullo patrio…
Ese público objetivo e interesado en noticias culturales sobre cómic ha encontrado en la red de redes su mejor aliado para cubrir esas necesidades informativas. Internet sirve para casi cualquier cosa, comprar y vender se ha transformado en algo sencillo, la pornografía campa a sus anchas por el ciberespacio… y también es el lugar donde la información de cualquier tipo fluye libremente (tan libremente que incluso hay informaciones erróneas y rumores).
Los medios de comunicación social se dieron cuenta de la importancia de Internet como base de datos, como fuente de información de un tamaño inmenso y como soporte de esas informaciones. Una prueba de ello son las versiones digitales de los periódicos tradicionales, o incluso la formación de publicaciones especializadas que sólo tienen formato digital. Tampoco se debe olvidar el auge de los blogs, de los que ya hay casi de cualquier temática.
Es gracias a estos medios digitales que los aficionados a los tebeos podemos mantenernos informados de todos los entresijos del mundo editorial, de las novedades, de las polémicas… Gracias a los medios de comunicación digitales las noticias culturales han conseguido ocupar el lugar que necesitaban (y que se merecían). Hay vida más allá de ese final del informativo, más allá de esas páginas centrales dedicadas a la cultura donde el cómic se transformaba en “breves”, y más allá de los segundos radiofónicos.
Por fin las informaciones sobre tebeos se alejan un poco de esas informaciones generalistas que sólo se preocupaban del noveno arte cuando moría un personaje importante (recordemos la difusión de la muerte de Superman o del Capitán América, ésas sí que abrieron informativos), cuando se reconocían derechos de autores que previamente habían llevado a juicio a las editoriales (el caso más importante fue el de los herederos de Superman o el de los derechos de explotación y adaptación de Watchmen), o cuando se adapta un determinado personaje o historia a otro medio, como por ejemplo el cine.
Ahora las informaciones sobre cómic se hacen con mayor respeto, queriendo que queden lo mejor posible, queriendo hacer un buen trabajo, queriendo escribir un buen texto y queriendo acercar al gran público un tema que, a priori, quizá no les interesará lo más mínimo. Aunque se hagan en el ciberespacio.
Por fortuna el cómic es un arte cada vez más afianzado en la sociedad. Culturalmente hablando ya ha conseguido llegar a la importancia de la música, el cine, o la literatura. Algunas revistas especializadas, como Maverick o Scifiworl, dedican algunas de sus páginas para hablar de cómic. No creo que nadie, a estas alturas, tache aún a los lectores de tebeos de infantiles o freaks; pero todavía queda mucho camino por recorrer y parte de esa lucha por dignificar del todo este mundo de las viñetas tiene que ver con los medios de comunicación. Las nuevas generaciones de periodistas no deberíamos olvidar que las noticias culturales son mucho más que noticias para cerrar informativos. Quizá llegue un día en el que las noticias culturales sobre cómic en los medios generalistas sean algo más que anecdóticas.
El siguiente reportaje se publicó originalmente en la sección de local en el periódico La Gaceta de Salamanca el viernes 3 de Agosto de 2007.
Dibujando ilusiones
Entre bocetos, firmas y dedicatorias, el animador de Pixar Estudios, Jay Boose, realiza en Salamanca la presentación de su primer cómic rodeado de aficionados y amigos.
Cuando hablamos de cómic nuestra mente traspasa fantásticas barreras, en seguida pensamos en seres heroicos, como Lobezno o Spiderman, que salvan el mundo disfrazados mientras usan sus extraordinarios poderes. Pero hay vida más allá de los superhéroes, entre páginas y viñetas se suceden historias de enanos, elfos y vampiros, robots o tortugas.
Esa fantasía a veces consigue salirse del papel y termina encontrando su sitio en otros formatos., el cine es uno de los preferidos. La relación entre el noveno y el séptimo arte no es azarosa, su colaboración tiene, incluso, un punto de vista estructural. Su gran punto en común es que detrás de cada página, dentro de cada viñeta y, por supuesto, en cada uno de los planos de clásicos de la animación como El Rey León o Toy Story hay un dibujante que dota de vida al guión de la historia, que consigue enternecer o emocionar al espectador. Jay Boose es uno de ellos.
Este animador de Pixar, que lleva años dedicándose a películas del estudio, como Cars o la más cercana Ratatouille, visitó ayer la ciudad de Salamanca para presentar su primera aventura en el mundo del cómic. El evento, que reunió a muchos aficionados, se celebró en la librería especializada Shogun Salamanca y contaba con la compañía de otras personalidades del mundo de la animación audiovisual: Scott Johnston, miembro de la Academia de los Oscar, y Pres Romanillos, director de animación en compañías como Disney y Dreamworks. Además, Manuel García y Roberto de la Torre, dibujantes profesionales de cómic, colaboraron en la iniciativa firmando algunas portadas.
Entre bocetos, firmas y dedicatorias, Jay Boose afirmó que “hay mayor libertad en dibujar un cómic que en una película de animación, ya que las decisiones las toma uno mismo, mientras que en la animación somos un gran equipo y hay que ponerse de acuerdo”. Es uno de los pocos profesionales que se han atrevido en su debut a escribir, dibujar y entintar su obra, que se titula The Chemist.
Un sentimiento acoge nada más leer la primera página de un cómic, el mismo que en una buena película, aparece esa empatía con los personajes, todos obra de alguien cuyo trabajo no es crear dibujos, sino dibujar ilusiones.
En aquel momento me encantó cubrir esa noticia y poder crear con todo el material del que disponía (nota de prensa, entrevista con el autor, biografía en Internet…) el anterior reportaje. Además, me hice con un par de dibujos suyos muy interesantes (son los que aparecen en las fotos).
Ahora volviendo al tema de las noticias culturales sobre tebeos y su difusión en los medios de comunicación, me gustaría terminar haciéndoos una pregunta para animaros a participar con vuestros comentarios: ¿qué noticia relacionada con el mundo del cómic recordáis haber visto en los medios generalistas?
Nos leemos.
Hola. Buen artículo y me declaro de acuerdo con todo. Yo recuerdo la noticia de la publicación de Batman Barcelona, fue hace poco y le dieron mucha importancia en los medios generalistas, aunque la información fue un poco vaga y en algunos casos inexacta. Ya queda en cada uno pensar si era un evento con demasiada repercusión para lo que era en si mismo.
Lo de Larroca debería haber sido noticia, pero claro, en los medios se destaca mas los premios en el deporte o los del príncipe de Asturias. Si bien los lectores asiduos de tebeos recurrimos a internet para nutrirnos de información, los neófitos y posibles futuros lectores podrían cosecharse desde medios como la Tv o la prensa …como bien dices, falta camino por recorrer.
Saludos!
«No creo que nadie, a estas alturas, tache aún a los lectores de tebeos de infantiles o freaks»
Que no lo digan no significa que no lo piensen. Y tienen razón al pensarlo o decirlo; el fandom comiquero no es precisamente una convención de pensadores, sobre todo si hablamos de los cómics más populacheros (manga, superhéroes…).
“No creo que nadie, a estas alturas, tache aún a los lectores de tebeos de infantiles o freaks”
Pues a estas alturas, haberlos hailos.
«Pues a estas alturas, haberlos hailos.»
¿Los hay infanitles y freaks, o los hay que nos tachan de eso?
Creo que ambas. De hecho, creo que lo que está de moda últimamente es «ser friki». El más pijo de los pijos se autodenominda «friki» por pedir helado de menta. De ahí que si dices «eh, yo leo cómics» la gente piense, igual que siempre, que eres un friki, y acto seguido te den una palmadita en la espalda.
En definitiva, que creo que la diferencia está en que antes éramos considerados unos «frikis pringaos» y ahora somos » frikis tolerables».
(PD: creo que en mi vida he escrito tantas veces «friki» en uno solo texto. Qué friki ¬¬).
Hola, recuerdo Batman en Barcelona que estuvieron bombardeando antes del salon del comic y en la sexta la noticia de la muerte de Batman que estuvo tratado como un anecdota.
«Y tienen razón al pensarlo o decirlo; El fandom comiquero no es precisamente una convención de pensadores, sobre todo si hablamos de los cómics más populacheros (manga, superhéroes…).» ¿Tú crees? Yo no lo tengo tan claro. Mi afición a los cómics siempre ha sido bastante solitaria, no he tenido demasiados amigos que hayan compartido mi afición y de los pocos que alguna vez la han compartido hace años que la han abandonado (aunque de vez en cuando se pasan por casa y se llevan algún Valerian, el Maus, el Arrugas, pero nada superheróico, que en general obliga a estar al día). Pero por lo que leo en los foros y lo que comento en persona de vez en cuando en la tienda de comics en la que me gasto la pasta, buena parte de los lectores de comics de este género tan denostado como es el de los superhéroes son gente de gustos y consumos culturales amplios, bastante eclécticos: conocedores del mundo del cómic en sentido bastante amplio, mucho más allá de las mallas; lectores de narrativa de todo tipo, quizás con mayor apego a la fantasía y Sci-fi, pero que no le hacen ascos a un buen Philip Roth o se meten entre pecho y espalda un libro de Cabrera Infante o Roberto Bolaño; consumidores compulsivos de todo tipo de cine, también con cierta predilección por el género fantástico y de acción, pero sin que ello les impida disfrutar dé El hombre tranquilo o Manhattan; notablemente informados de la realidad política y social… En fin, que desde mi experiencia, el aficionado medio a los superhéroes, es un tipo culturalmente inquieto en el que su conocimiento en profundidad del Universo Marvel y/o DC no es obstáculo para conocerse al dedillo la genealogía de los Buendía, desde José Arcadio hasta Cola de cerdo, o ver religiosamente la película anual de Woody Allen, o estar netamente al día de los avatares de la política internacional e incluso tener conciencia medioambiental o participar activamente en una ONG. Vamos, que lo mismo puedes hablar de Up que de El tesoro de Sierra Madre, de la trilogía Millenium que de Tu rostro mañana. Incluso los hay (lamentablemente), aficionados a los deportes. Así que no creo que, en general, tengan razón quienes nos tildan de infantiles o freaks: cierto que quizás no sea muy maduro gozarla con las historias de peña que se enfunda en unas mallas para tomarse la justicia por sus manos volando y lanzando rayos por lo ojos, pero de ahí a que la solvencia intelectual de quienes así la gozan o su capacidad como «pensadores» sea inferior a la media hay un buen trecho. Además, entre nosotros, siempre me la ha traído bastante al pairo que me consideren infantil o freak: de hecho, la gozo bastante cuando llega gente a casa, conocidos/as de mi compañera, por ejemplo, y no saben qué mirada poner al contemplar mi amplia colección de comics o los mis Mighty Muggs ocultando las obras completas de Poe en la sala… Te garantizo que habiendo conversado (y discutido) conmigo previamente sobre temas de lo más variopinto dudo que me consideren un incapaz mental, lo que no es óbice, por supuesto, para que se compadezcan secretamente de mi compañera por haber tenido la peregrina idea de haberse juntado con un tarado.
Sigo pensando que No Somos Para Tanto, jorgenexo.
«los hay (lamentablemente), aficionados a los deportes»
!Prejuicios! !Prejuicios! Has caído en el mismo vicio que los enemigos del cómic 😉
Hombre, no dejan de ser estereotipos, pero yo miro a mi alrededor y veo a dos tipos de lectores pijameros predominantes: los que sólo leen cómics de superhéroes y los que leen cómics de superhéroes por una inquietud cultural que los lleva a caer en tipos diversos de drogas.
Supongo que el segundo grupo tiende a ser más culto que la mayoría de la población y que el triste primer grupo. Claro, que no se debe a una cuestión inherente a ser lector de cómics, sino a ser parte de ese sector de población que se preocupa por la cultura y que, obviamente, tiende a ser mínimamente culto.
En cuanto a los que sólo leen cómics de superhéroes… pues como el que sólo lee el Marca: pan y circo. Si sólo te preocupa buscar escapismo, para mí es que tienes un problemilla de alienación.
«alienación»
Amigo, acabas de mencionar el ingrediente fundamental de muchos aficionados al cómic. ?Te das cuenta de que los aficionados a, por ejemplo, el fútbol no suelen llevar su afición en solitario? Se meten en peñas, se van con los amigos a los partidos… Los otros, en cambio, tienen una personalidad tímida, taciturna, solitaria. Y eso les hace ganarse el apelativo de raritos, de frikis.
Amigos, gracias por vuestras aportaciones, como siempre es una gozada entrar por aquí y leeros.
Batman en Barcelona, como curiosidad, era el tipo de cómic que interesa como noticia cultural, pero por la curiosidad y porque aparecía Barcelona…
«Frikis tolerables», creo que tenéis razón, hoy en día parece que ser «friki» está de moda. Pero por eso está mejor visto, y ya no creo que se tilde a todos los lectores de tebeos con los estereotipos de antes…
También he podido comprobar, tanto por amistades, como por gente conocida y clientes de la librería especializada que regento, que los gustos y las inquietudes culturales de los lectores de cómic son de lo más variado y hasta sorprendente, sí.
Nos leemos.
Yo es que veo igual de frikis a los fanaticos del deporte o de la politica, por no hablar de los aficionados al mundo del corazon, de una manera u otra, no veo tanta diferencia, tu te sabes las historias de tus personajes favoritos, rebuscas en comics antiguos buscando cosas interesantes, los aficionados al deporte se saben la trayectoria de sus jugadores favoritos, sus posibles destinos, miran partidos de antes que hubieran nacido, acuden semana si semana tambien a ver los partidos a pesar que en estos no ocurra nada interesante… las marujas eculubran sobre quien esta con quien, se utilizan mensajes sensacionalistas sobre una persona para atraer la atencion sobre el programa… si al fin y al cabo, de una manera u otra, todos somos frikis.
A lo que yo voy, quizás desde una equívoca generalización de mi experiencia y conocimiento personal, que «los que sólo leen comics de superhéroes» son una franca minoría, en absoluto comparable a quienes «sólo leen el Marca». Pero ya os digo, quizás esté equivocado (aunque no acostumbro). Tampoco he querido decir que seamos para tanto, Space (personalmente no me considero una persona excepcionalmente culta, lo justo, no me da ni intelectual ni temporalmente para mucho más) sino que la mayor parte, o al menos una muy buena parte, no somos para tan poco, tan limitados como expresabas en tu descripción del fandom comiquero. En fin, quizás sobrevalore el tipo de personalidad, en cuanto a inquietudes primarias, que conlleva leer tebeos a los 8, 16, 24… y seguir haciéndolo a los 32, 40 y más adelante, pero buena parte de la gente más interesante que he ido conociendo con los años tenían aficiones calificables como pueriles por sus desconocedores y prácticamente todas las personas que teniendo ese tipo de aficiones las han terminado abandonando me gustaban mucho más cuando en vez de describirme recurrentemente los avatares del tránsito intestinal de sus hijos o la mezquindad de sus jefes y/o suegros, podían perder tardes enteras especulando sobre cómo se lo podía haber montado Adolfito, en términos de estrategia militar, para haber ganado la WWII, qué hay de realidad y de ficción en la leyenda del Preste Juan o en qué hostias estaba pensando George Lucas cuando se le ocurrió meter a los Ewoks en el cotarro. Sin más.
jorgenexo, tal vez sea como la paternidad. Cuando tienes hijos, debes renunciar a una buena parte de tu vida anterior, debes madurar, responsabilizarte… o de lo contrario fracasarás como progenitor y las consecuencias serán desastrosas para todos. Lo malo es que alguna gente no se da cuenta de ello.
Te das cuenta de que los aficionados a, por ejemplo, el fútbol no suelen llevar su afición en solitario?
Y asi van las cosas; solo hay que ver cuando se gana alguna «gran» celebracion.
Mi padre leia comics, de hecho fue por el por quien leo comics, la diferencia es que cuando el dejo de comprar comics, los compraba yo, asi que tampoco perdio la aficion, tambien es cierto que de aquella tan solo leia el comic mensual de marras que comprara y no las 7 u 8 colecciones que vengo leyendo (que no comprando jurjur) todos los meses, asi que no me da a mi que dejar de leer comics pijameros sea precisamente madurar.
Disculpa, pero no veo correlación imperativa alguna entre ser padre y convertirte en un peñazo de individuo, la verdad, ni considero que el abandono de ciertas aficiones implique «per sé» ni la madurez ni la responsabilidad que debe de conllevar la paternidad. Es más, personalmente considero que pocos (o ningún) acto puede ser calificado como más irresponsable que la paternidad en sí misma.
No entiendo qué me quieres decir, John Space: ¿me estás dando la razón?
Ya digo que me parece que leer solamente cómics de superhéroes (o el Marca, o estar enganchado a Amor en Tiempos Revueltos) me parece que denota, además de cierta pobreza interior, un buen pedazo de alienación (o de lo que sea que te lleve a tener que evadirte así).
Lo que no entiendo es lo que dices de que los comiqueros lo llevan en solitario y los futboleros no. ¿Y que me quieres decir con eso, que los futboleros están menos jodidos? La alienación te puede llevar tanto a meterte en tu agujero solitario como a refugiarte en el grupo. La persona más tristemente alienada que conozco es un primo mío: un paleto metido a guardia civil por una indefectible tradición familiar, incapaz de estar solo ni un solo momento porque el grupo le hace sentir fuerte, y al mismo tiempo incapaz de ser él mismo, amoldándose siempre a los roles de grupo hasta el punto de hablar con diferentes acentos dependiendo de su interlocutor. Triste, muy triste.
Yo no tengo ningun problema, a mi como me gusta de todo y no me encasillo con nada ni con nadie y me encanta compartir mis aficiones con la gente que quiero y me aprecia estoy mas feliz que una perdiz.
El mundo lo mueve el dinero, siempre ha sido asi y siempre será así. ¿En España el comic mueve mucho dinero? va a ser que no, ¿donde se mueve mucho dinero? Además de en las cajas fuertes de ciertos politicos (COFFladronesdemierdaCOFF!!) lo que más dinero mueve es el futbol y el cine y por ello en la tele de lo que más se habla es de futbol, cine (o famoseo) y politica.
Lo que ha dicho Space sobre que los comiqueros lo llevamos en solitario y los futboleros no es de cajon, si vives en un pueblo de mierda (como el menda) donde probablemente eres de los pocos que leen comic (o el único) pues dudo mucho que vayas a tener charlas con nadie sobre la última aventura de spiderman o la última obra de David Rubín.
Y tampoco creo que el lector de comic sea alguien culto ni mucho menos, es que me parece una gilipollez como una casa. A mi me encanta el cine, me encanta ir con mi pareja o algun amigo a ver el ultimo peliculon salido de hollywood (COFFcacatóCOFF!) o la nueva peli de algun director en particular que me guste y no por eso soy cineasta y entiendo de cine ni nada de eso al igual que por leer comic no tengo por que saber de narrativa o de comic europeo ni nada.
Hay gente que solo lee el marca, gente que solo lee superheroes y gente que lee de todo.
Y también está el colectivo de gente, como el moi, que solo lee comics de superhéroes para pasar el rato y pasa de los «trascendentales» comics europeos o independientes… de cuya supuesta superioridad cultural habría que hablar un día y que, en cambio, lee literatura buena, de la de verdad: Dostoievski, William Blake, Cortazar, Borges, Roth, Steinbeck, Ishiguro, Fante, Gil de Biedma, Cummings, Baudelaire, literatura del siglo de oro, Celine… amén de historia de la buena como John Elliot, Bryan Ward-Perkins, Peter Heather, Pierre Vilar etc. y a la que, por otra parte, también le gusta el fútbol. Como diría Stan Lee «¡solo son comics!». Hay que abandonar los estereotipos y ahondar en este concepto tan manido de la alteridad
Lo mejor es ver, jugar y leer de todo intentando sacar lo mejor de cada cosa.
«los “trascendentales” comics europeos o independientes… de cuya supuesta superioridad cultural habría que hablar un día»
Yo sí creo en su superioridad cultural. Además, son más adecuados para atraer a los que leen autores como los que citas que el último número de Dark Avengers.
Amigo Space, lo tengo comprobado: nadie que no haya mamado el comic desde niño y le guste la literatura «seria» leerá a Moebius, a Bilal o al Bendis… salvo que lo recomienden en «El País» (conozco a alguno que se ha pillado a la Sartrapi porque apareció en un Babelia y lo tiene cogiendo polvo en la estantería)
Pero sí a gente como, por ejemplo, Larcenet (mis amistades y algunos parientes están leyéndose a este autor que da gusto). Y a Bendis, no, desde luego, pero sí Blacksad (ídem).
Como habéis dicho, sigue habiendo mucha gente que ve leer cómics como algo infantil. Y leer cómics de superhéroes ya no digamos.
Como siempre, no hay que generalizar. Dentro del propio género de superhéroes hay cosas infantiles y cosas que no lo són.
Además, yo nunca he tenido muy claro lo que es infantil y lo que no…
Y cuánta razón tiene I´m with a Skrull! No habré usado yo veces lo de la prensa del corazón para atacar a alguien que me llamara friki… jajaja
Los cómics o tebeos son un medio para contar una historia, igual que cualquier otro.
Se esta discutiendo mucho sobre el valor intelectual de los cómics de
superhéroes, descalificándolos como obra de evasión… como si fuera
un crimen; iiiBendita evasión, bendita sea!!!
Fellini dijo una vez que si no llega a ser por los westerns americanos
de los cuarenta se habría pegado un tiro.
Me gusta ver los cómics «pijameros» como una génesis de una nueva
mitología.¿ Alguien conoce el mito de Jasón y los argonautas?Es el primer team-up de la literatura!!! Los principios de los personajes
las motivaciones, eso es común a cualquier cuento relato desde el
principio de los tiempos.
Hace tiempo que deje de leer novelas, me canse de sus tópicos:
Historia de un personaje que emprende un viaje iniciático, en el que
conoce amigos que se convierten en enemigos y enemigos que se
hacen amigos y al final el protagonista adquiere una valiosa lección
que enriquecerá su vida interior…
Me quedo con los cómics de superhéroes y la poesía de Prevert ( gustos muy minori-
tarios).
La alienación es común a todos sputnik ,desde un tipo que sólo fagoci-
ta tebeos hasta el presidente de Cajamadrid.
Sir Arthur, estás confundiendo el discurso.
La evasión es cojonuda, necesaria, estupenda y nadie la ataca (en parte porque lo cojonudo de vivir en occidente es que, en mayor o menor medida, todos estamos alienados; en parte porque el ser humano necesita que le cuenten cuentos). Ahora, como dijo Scott McLoud: ¿quién quiere comer pastel todos los días? Si un tipo tiene como principal o única ocupación en su día a día el evadirse… macho, tiene un buen problemo.
Y si su única brújula cultural son las obras de entretenimiento de un género, otro tanto. Menudo pantano mental tendría el menda si sólo viese westerns de Sergio Leone.
Hombre, Sir Arthur, creo que antes de dejar de leer novelas debería de haber buceado sólo un poco para descubrir otro tipo de lecturas que vayan más allá de ese sorprendente tópico que describe, que personalmente no se me ocurre adscribir a ninguna de mis lecturas, al menos de las más recientes (¿a qué se refiere, a «El palacio de la Luna» o algo así?). No sé, reconozco que me ha pillado…
«»Sigo pensando que No Somos Para Tanto, jorgenexo.
“los hay (lamentablemente), aficionados a los deportes”
!Prejuicios! !Prejuicios! Has caído en el mismo vicio que los enemigos del cómic «»
Y hay incluso aficionados al comic que además somos deportistas profesionales , ya veis como está la cosa…
Aclararé que lo de «lamentablemente» simplemente pretendía ser una coña.
jajaja, tranqui jorgenexo con la de coñas que nos hacen a los aficionados al comic creo que eso no da derecho por lo menos a vacilar un poco al resto de la humanidad y a sus aficiones
Hoy mismo, sábado día 15 de agosto, me he sorprendido al encontrarme con una noticia sobre cómic en el informativo de mediodía de Antena 3.
Resulta que han invertido unos minutos del medio del informativo, después de una batería de noticias bastante negativas (incendios, gripe A, problemas en Gaza…), para hablar de «Viñetas desde el Atlántico». Y cómo lo han hecho.
Pues con un plano general del lugar del salón. Unos planos de la exposición de la muestra de cómic y con alguna declaración de algunos de los asistentes (me parece que he contado cuatro en total), más unos segundos de explicación del organizador. En total menos de 3 minutos de «noticia-reportaje». Aún así me parece que se ha hecho bien, con bastante respeto y con cierto gusto en la selección del tipo de plano utilizado. He echado en falta algo más de profundidad y de metraje…
Esta noche intentaré ver otros informativos a ver si sale la noticia y cómo la tratan.
Nos leemos.