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La expedición 1: El león de Nubia, Richard Marazano y Marcelo Frusin; Diábolo Ediciones; 54 págs., color, 15’95 €.

«Poco después de la conquista de Egipto, a las orillas del Nilo, un centurión romano descubre una embarcación a la deriva. A bordo, las promesas de una civilización rica y poderosa, desconocida por Roma.

Bajo las órdenes de Marcus Livius, una fabulosa expedición compuesta por diez legionarios se adentra en el corazón del África negra en busca de un imperio misterioso…»

A juzgar por la sinópsis que Diábolo Ediciones ha facilitado de La expedición, uno creería que nos hallamos ante una suerte de duplicado de aquel Por el Imperio que, de la mano de Bastien Vivès y Merwan Chabane, interesó tanto a los amantes del género como a los de la obra «de autor». Quien así lo hiciese se equivocaría sólo a medias, porque ciertamente ambas historias parten de premisas muy similares y, aunque Richard Marazano y Marcelo Frusin no aboguen por seguir el camino de marcada iconoclastia de Vivès y Merwan, sí que enfocan su aportación con un acierto y un nivel de detalle que les hace merecedores de todo elogio. Claramente, no es esta una obra formalmente transgresora como lo fuera Por el Imperio, ni escoge para su desarrollo esa extrema sublimación de estereotipos que tanto caracterizaba la propuesta de la pareja autoral francesa. Pero, de forma indudable, todos aquellos que conozcan algunos de los trabajos previos de Marazano y Frusin, obras tan hermosamente singulares como Cuervos o Loveless, sabrán que no van a sentirse defraudados por La expedición, dado que el mucho oficio de este par de creadores logra situarse habitualmente a unos niveles de sofisticación narrativa que los aleja por completo de la simple manufactura artesanal.

Para nuestros lectores, posiblemente sea el nombre de Marcelo Frusin el que resulte más familiar, por cuanto este dibujante argentino ha gustado de prodigarse hasta ahora en ese mercado norteamericano que tanto interés suele suscitar en esta página. Para los que ya sepan de su querencia por las grandes masas de negro contrastado y de su habilidad para dejar que respiren sus composiciones, sólo advertirles de que en esta ocasión Frusin se aleja un tanto de los modelos apolíneos a lo Arturo del Castillo que utilizó en Loveless para sumergirse ligeramente en las más extravagantes aproximaciones de un Peter Snjeberg o de un Richard Corben, familiaridad esta última acrecentada por el enfoque que Frusin otorga al color en La expedición, donde la desaturación cromática y los juegos volumétricos recuerdan un tanto al particular grafismo del famoso ilustrador estadounidense. En su conjunto, el apartado gráfico resulta algo extraño en momentos muy concretos por ese motivo, pero nunca falla en lo vigoroso de su secuencialidad, levantando escenas de mucha intensidad y, en ocasiones, de gran belleza.

Por su parte Richard Marazano, quien en Cuervos ya diera buena muestra de su capacidad para desgranar lentos procesos psicológicos de enajenamiento sin renunciar a una estudiada dosificación de la intriga, vuelve a tenernos aquí enganchados al extremo de la página, ansiosos por dejarla atrás para averiguar qué nos depara la siguiente. Una distribución de contenidos temáticos que provoca que el relato se impregne de un profundo aliento trágico, así como una dinámica interacción de personajes, nos lleva en volandas hasta el final de esta primera entrega, deseosos de que pronto llegue la próxima, cuando esperamos averiguar qué capricho del destino quiso que, donde aquellos legionarios esperaban encontrar gloria, acabasen cayendo presos del más amargo de los olvidos.

[Reseña de Por el Imperio 1: El honor + Reseña de Por el Imperio 2: Las mujeres + Reseña de Por el Imperio 3: La fortuna + Reseña de Cuervos (Richard Marazano y Michel Durand) + Reseña de Loveless (Brian Azzarello y Marcelo Frusin)].

Cero absoluto, Richard Marazano y Christophe Bec; Planeta DeAgostini; 144 págs., color, 14,95 €.

También Cero absoluto cuenta en sus créditos con la presencia de Richard Marazano, aunque compartiendo aquí responsabilidades sobre el argumento con un Christophe Bec que creo no le está a la altura. Siguen presentes en esta obra las constantes que medio hemos apuntado como idiosincrásicas de este guionista francés; esto es: la propensión a retratar al detalle la degradación psicológica de unos personajes puestos en una situación límite, el manejo del suspense y una generosa contextualización sociopolítica de los protagonistas de sus relatos. Pero en Cero absoluto todo ello se halla enmarañado, desdibujado en el interior de una confusa mezcla de pretensiones (¿compartidas?) y carencias (sobre todo, del dibujante) que le restan fuerza al conjunto, derivando en una obra parcialmente fallida que, a pesar de eso, logra suscitar cierta implicación en el lector. Y es que la historia, aunque familiar y manida, tiene su gancho, puesto que articula de manera convincentemente inquietante sus dos principales referencias narratológicas: las posesiones demoniacas y los escenarios fantásticos sellados en los que un grupo heterodoxo de personajes van siendo asesinados sistemáticamente. Aquí todo esto sucede en una base científica aparentemente abandonada que se encuentra en un planeta desierto y gélido y a la que es enviada una división de marines futuristas.

En un contexto tan transitado por el cine como este, queda claro que el valor y la singularidad del relato debe jugarse en el territorio del retrato de los protagonistas y en los aspectos más formales del tebeo. Y es precisamente por eso que el cómic avanza oscilante, entre aciertos y deslices que dan como resultado esta narración dispar, no plenamente aprovechable pero tampoco desdeñable en absoluto. El dibujo de Bec no es malo, incluso habrá a quien le parezca muy bueno, pero fagocita de modo tan literal modelos cinematográficos u otros iconográficos tan reconocibles e insolubles como los de Jordi Bernet (Kraken), Jean Giraud (Blueberry) o Ryoichi Ikegami (Crying Freeman) que la cosa acaba en indigestión estilística, poco coherente en general y donde al principio cuesta horrores saber ante qué personaje estamos cada vez. Esa misma confusión se adueña de la narración, siendo difícil durante la primera mitad del tebeo saber qué está sucediendo exactamente, quién lo protagoniza y en qué parte de la por otro lado limitada escenografía acontece. Contribuye a ello no sólo la inmadurez gráfica del Bec de los principios, sino también un abordaje narrativo pretendidamente oscuro, en el que el reparto coral, el solapamiento de escenas distintas, la falta de textos de apoyo aclaratorios y la intercalación de imágenes non sequitur desorientan profundamente al lector, aunque también consiguen despertar en él esa desazonadora inquietud que alabábamos al inicio de la reseña.

Afortunadamente, en su tramo final, con buena parte del reparto criando malvas y con un Bec más entonado, quedamos perfectamente situados ante lo que está en juego y, entonces, fruto de esas siempre interesantes y agridulces confrontaciones que Marazano tiende a plantear en sus obras, recibimos el golpe de gracia de un desenlace cargado de triste lirismo.

[Reseña de Cuervos (Richard Marazano y Michel Durand) en Zona Negativa].

Segmentos 1: Lexipolis, Richard Malka y Juan Giménez; Ediciones Glénat; 48 págs., color, 13,95 €.

Siguiendo con la ciencia-ficción, hablaremos ahora de Segmentos, nueva incursión del maestro argentino Juan Giménez en este género que tan habilmente maneja, acompañado aquí por Richard Malka, un guionista al que el lector español conocerá por dos sagas que en nuestro país quedaron inconclusas tras el cierre de la tristemente fenecida colección Viñetas Negras de Ediciones Glénat y por aquel oportuno La cara oculta de Sarkozy que también Glénat publicó cuando este político se convirtió en Presidente de la República Francesa.

En Segmentos, de nuevo, Malka hace gala de su facilidad para definir una trama con escasos elementos; sobre todo, a partir de un diáfano bosquejo del reparto y de las derivadas que produce su interacción, como ya demostrara en La orden de Cicerón y Sección financiera. También ostenta, en consonancia con su biopic sobre Sarkozy, una tendencia al humor que, aunque en Segmentos aparezca de forma disimulada, está manifiestamente presente. Porque, a pesar de que esta serie se enmarque en el ámbito de la ciencia ficción, la suya es una mirada muy alejada de lo que ha venido en llamarse Hard SF, donde la verosimilitud y los anclajes científicos resultan sagrados, quedando algo más cerca de una space opera con tintes de fábula que permite albergar con naturalidad esos dejes humorísticos de los que hablábamos.

Así, en Segmentos descubrimos una Unión Galáctica en la que los individuos son seleccionados siendo prepuberes para, llegada su edad adulta, ser destinados a uno u otro sistema planetario según las tendencias que muestra su personalidad: artísticas, espirituales, guerreras, comerciales… La obra arranca, precisamente, cuando dicho esquema organizativo es puesto en jaque por un chaval superdotado que no encaja en un único segmento y que, más por infortunio que por voluntad, se convertirá en adalid de un movimiento que pretende socavar ese orden establecido que sólo unos pocos perciben como inhumano. Como de este resumen se desprende, estamos ante un argumento de trazo grueso, más simbólico que factible, que sin embargo Malka desarrolla con ritmo y encanto, evitando dejarse atrapar por los maniqueismos gracias a su apuesta por la aventura sin cortapisas.

El maestro Juan Giménez vuelve a mostrarse excelso en su manejo del color y en su diseño de naves y ambientes. También en la potencia comunicativa que confiere a los rostros de sus creaciones. Aparenta ser algo descuidada la construcción anatómica de sus personajes, más porque se aleja de su habitual estilización realista que no porque esta nueva manera suya de sintetizar la figura humana funcione mal narrativamente hablando, que no es el caso.

Segmentos queda, pues, como el arranque de una saga prometedoramente desenfadada, a medio camino entre la aventura y el cuento, que permite que nos reecontremos con uno de los ilustradores más destacados del Noveno Arte.

[Entrevista a Juan Giménez en Zona Negativa (17/10/2007) + Entrevista a Juan Giménez en Zona Negativa (06/04/2009)].

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nachof
nachof
Lector
8 marzo, 2012 13:47

Muy agradecido por las reseñas y porque siga habiendo en ZonaNegativa una isla de cómic franco-belga, porque tanto pijama acaba cansando.

He medio leído Cero Absoluto y creo que no lo terminé. Tampoco acompaña nada el formato mini que publicó Planeta. El de Segmentos, ufff, lo hojeé en la tienda, pero entre que es empezar otra serie más, sin garantías de finalizar, y que, aunque me guste Jiménez, ya me resultan todos los trajes, todas las naves, todos los ambientes ya vistos, se quedó en la estantería. Y el de La expedición sí que me atraía, pero, no sé, el dibujo de Frusin que lo veo adecuado a Loveless, no me cuadraba «en una de romanos». Marazano me maravilló en Cuervos y querría picar con esta expedición, pero tampoco me he decidido. ¿Sabes si está cerrado el número de tomos a publicar?

Gracias de nuevo.

JaviStroyer
JaviStroyer
Lector
8 marzo, 2012 14:00

Interesantes, se necesita aire fresco… nuevas propuestas… tanto pijama marea y por ahí hay mucho comic y bueno… no todo está tan manido como algunos proclaman…

Lord Deu
Lord Deu
8 marzo, 2012 14:25

Curioso que todo el mundo reniegue de los pijamas y el mainstream, y los post de comic europeo no pasen de los 15 comentarios.
Desgraciadamente por aca los precios son prohibitivos, asi que uno se pone bien selectivo.

Franky
Franky
Lector
8 marzo, 2012 14:42

En BD solo me interesan los integrales , te aseguras tener la historia completa y a buen precio . Ya me he quedado con varias series colgadas sin poder acabarlas. De todas formas La Expedicion pinta bien  .                                                                                          

Omar Little
Omar Little
Lector
8 marzo, 2012 14:57

Si que se agradece una parcela para tebeo europeo. No recuerdo dónde lo leí, «La expedición» constará de 4 tomos. Eso si, al ritmo de publicación que suelen gastar los tebeos franco-belgas, échale que será un tomo por año.

Bluntman&Chronic
Bluntman&Chronic
Lector
8 marzo, 2012 19:04

Amos a ver, no dudo de la calidad de las tres obras reseñadas pero:
-La Expedición: 54 págs = 15’95 €.
-Segmentos: 48 págs = 13,95 €.
En cambio
-Cero absoluto: 144 págs = 14,95 €.

Y después los gafapasta, digo los amantes de la BD, se quejan de que el cómic Europeo no se lee apenas en este país.
Con estos precios y la cantidad de páginas que ofrecen no me extraña.
Un saludo.

Alex Cruz
Alex Cruz
Lector
8 marzo, 2012 19:35

Interesantes propuestas del Comic Europeo, los autores clasicos ya estan en una edad muy avanzada y es buen que con estas nuevas propuestas se siguan publicando estos albumnes de cuentos fantasticos.

Omar Little
Omar Little
Lector
8 marzo, 2012 19:38

Creía que los «gafapasta» leían otro tipo de tebeos…

Khonshu
Khonshu
Lector
8 marzo, 2012 20:39

Me veo en la obligación de avisar a todo el mundo de que huya lo más lejos posible de ese engendro conocido como «Cero absoluto».

Jamás había leído algo tan malo, pretencioso e incomprensible. No es que sea de difícil lectura es que sencillamente es un guión abominable con un dibujo que a priori no parece malo pero confusamente estático y de deficiente narrativa.

La cosa pintaba bien y es un integral a un precio bastante bueno, pero no se dejen engañar… «Cero absoluto» es la nota que le pondría yo a ese comic.

Khonshu
Khonshu
Lector
8 marzo, 2012 20:44

Y perdón por el doble post, pero tampoco veo muy justificada la crítica a ZN por ser muy pijamera. Tan sólo miren las noticias que hay ahora mismo en portada y se puede ver que los contenidos de esta web se han diversificado mucho.
Par ser una web cuyo objetivo principal es el comic de superhéroes, al menos se esfuerzan por tratar de todo un poco.

Bluntman&Chronic
Bluntman&Chronic
Lector
8 marzo, 2012 21:23

@Omar Little: No he conocido ni un fan (español) del la BD que no tenga gafas de pasta, un mac bajo el brazo y sea un completo pedante a la hora de hablar de cómic. Eso si, ni pajolera idea de Francés.

Es lógico que la ZN tenga predominancia los artículos dedicados a los superheroes, al fin y al cabo son los que dominan el mercado (por mucho que le joda a Garth Ennis).
Además, el Franco-Belga termina de publicarse en años (y no le metas prisa, !qué es un artísta¡), mientras que el Yanki sale mes a mes (o al menos lo intenta).
Con un articulo de novedades y un repaso al autor se cubre ampliamente este mercado 😀
Con esto no digo que la BD se mala, ojo.
Un saludo

Javié
Javié
Lector
8 marzo, 2012 23:42

Aun hay gente que se sorprende del precio del BD,señores,de toda la vida los álbumes franceses han sido caros de cojones,pero ese precio venía respaldado por unos trabajos artisticos de alta calidad,unidos a unas ediciones de autentico lujo,gran formato,buen papel,tapas duras….

Markslaine
Markslaine
9 marzo, 2012 8:50

No me llama ninguno de los tres, pero gracias por la sección

Bluntman&Chronic
Bluntman&Chronic
Lector
9 marzo, 2012 12:58

Es que ese es entre otras cosas, el problema de la BD: Precio caro y poco material del que disfrutar.
En los ¿90? Norma editorial y la Caja de Pandora se dedicó a publicar Europeo (no solo Franco-Belga) en formato álbum pero sin tapa dura, lo que hacia la edición mucho mas barata y asequible a la gente (1.500 pesetas = 9 euracos). Eso seria más que ideal hoy en día, sobretodo para atraer nuevos lectores.
O sino, que empiecen hacer una edición tal como dice Toni Boix: en pequeño (y en integral), así se reducen los costes y la gente se empezará a acercar a la BD.
Un saludo.

Omar Little
Omar Little
Lector
9 marzo, 2012 15:56

No sé. Creía que leían a Clowes, C. Thompson, Satrapi y cosas «intelectuales y modernas». La mayoría de lo que tengo de BD es de corte aventurero clasicorro. Y lo de precios caros… si tengo que comprarme 6 o más grapas para que me cuenten algo, al final me sale parecido de precio o más caro.

Bluntman&Chronic
Bluntman&Chronic
Lector
9 marzo, 2012 21:35

Satrapi, Joe Sacco o Art Spiegelman, hacen comic para los que no leen comics.
Sus lectores suelen ser gente que se las da de maduros y argumentan que se compran esto porque «no es un comic, es una crónica dibujada» (esto, por cierto fue una frase real) ya que consideran el género como algo para niños pequeños (pero gritar al televisor cuando ven fútbol no, curioso…).
Clowes, Jhonny Ryan y el 90% de lo publica Ediciones La Cúpula, está enmarcado en el género «Papel del Culo» o en su termino más amable y popular «Underground»
Un saludo y vive la Bande Dessinée!

Ocioso
Ocioso
Lector
9 marzo, 2012 21:45

Bluntman&Chronic ha comentado: Satrapi, Joe Sacco o Art Spiegelman, hacen comic para los que no leen comics
 
La gañanada del día.
 
Sus lectores suelen ser gente que se las da de maduros
 
A mí me gustan y no me las doy de nada en especial.
 
y argumentan que se compran esto porque “no es un comic, es una crónica dibujada” (esto, por cierto fue una frase real)
 
Nunca he conocido a nadie que diga nada parecido. A lo mejor Molina-Foix, pero estamos hablando de gente que lee comic.
 
ya que consideran el género como algo para niños pequeños
 
¿Qué género? ¿A qué llamas tú género?
 
Clowes, Jhonny Ryan y el 90% de lo publica Ediciones La Cúpula, está enmarcado en el género “Papel del Culo” o en su termino más amable y popular “Underground”
 
En realidad el comix underground lleva muchos años en vías de extinción. Lo que hacen estos dos se suele englobar en algo llamado comic alternativo.