2018 y 2019 han sido en Marvel, entre otros muchos hitos que están devolviendo a la editorial a la magia que ésta repartió durante los primeros años de la actual centuria, los años de Veneno, de un Veneno que ya se ha despojado de ese estigma que suponía ser el personaje del que se echaba mano cada vez que las ventas bajaban para subir merced a cómics de dudosa o nula calidad. La actual etapa del personaje es una de las mejores que el mismo ha tenido en su historia editorial (al menos si nos circunscribimos a Eddie Brock como protagonista), y está resultando entretenida y trepidante a partes iguales.
Tras un enfrentamiento con Knull, el Dios de los simbiontes que casi acaba con él, un Eddie Brock que al final ha comprendido que el simbionte es tan parte de él como el resto de su cuerpo, y que puede y debe aceptarlo con sus virtudes y defectos, se enfrenta cara a cara con su pasado, visitando a su padre, un progenitor violento y maltratador que nunca perdonó a Eddie su turbia adolescencia, y que parece haber rehecho su vida, apareciendo en escena Dylan Brock, el hermano pequeño de Eddie que éste último nunca conoció, y al que Eddie está dispuesto a salvar de la falta de educación y el maltrato que el padre que comparten le propina.
La cuestión es que, Dylan resultará estar más unido a Eddie de lo que el muchacho cree, y no me refiero a que tenga el simbionte en su interior, o a que vaya a portarlo, al menos en un futuro cercano, si no a que la relación familiar y biológica de ambos va mucho más allá de la meramente fraternal. Eddie comprende aquí que ya no está solo, y que tiene nuevos errores que enmendar y nuevas responsabilidad y roles que honrar y adoptar, todo ello mientras lucha con ese Veneno que por mucho que acepte no termina de otorgarle una vida feliz.
Para colmo, entra en escena el Hacedor, el Reed Richards de la Tierra 1610 que sobrevivió a la desaparición de ésta, y que pretende utilizar al simbionte para sus propios y pérfidos experimentos.
Sin embargo, y por si esto fuera poco, la invasión de Malekith a la Tierra que Jason Aaron estaba gestando en la colección de Thor, irrumpe en Nueva York, lo que sin duda afectará a todos los héroes y villanos que la pueblan, incluyendo por supuesto a nuestro Protector Letal Favorito.
Para este tie-in con La Guerra de los Reinos,
Este tie-in, lejos de resultar cansino o ramplón, despertó bastante el interés de este redactor, al consistir, además de en geniales escenas de Veneno desjarrentando Elfos Oscuros como si no hubiera un mañana, en una especie de unión del simbionte con la magia ancestral de los Elfos Oscuros, que hace que nos hagamos nuevas preguntas acerca de hasta donde puede llegar dicha hechicería, o de cuánto es cierto o incompleto de lo que sabemos al respecto del origen de los simbiontes.
Además, la excusa de este nuevo elemento mágico que irrumpe en la colección de Veneno, nos sirve para que
Si hay una colección que debéis comprar en grapa en la actual era marvelita, ésta es sin duda Veneno, volviendo Donny Cates muy pronto a la colección, y resultando ésta en su conjunto entretenida, divertida, y de una calidad indiscutible, con una Matanza Absoluta que se asoma en el horizonte y que os aseguro que os va a dejar sin respiración.
Guión - 6.5
Dibujo - 7
Interés - 7
6.8
Venenoso
Donny Cates, Cullen Bunn e Iban Coelho entre otros, enseñan a Eddie Brock el valor de la familia y de la magia Asgardiana en esta nueva tanda de grapas.
