Este artículo es la primera entrega de una serie de reseñas cubriendo la etapa completa de Donny Cates al frente de la cabecera de Veneno, siguiendo el formato Marvel Premiere publicado por panini cómics. El objetivo es analizar las claves de la etapa, qué funcionó, qué no y por qué. Aunque para los demás volúmenes dedicaré un estilo de reseña habitual, para este primer arco he decidido dedicar un análisis que cubre paso a paso la manera en que el estadounidense convirtió la serie en una de las más leídas y vendidas de la editorial. Sobra decir que recomiendo la lectura de este primer arco con entusiasmo, pero si deseáis consultar reseñas que no entren en tanto detalle en la trama os animo a visitar esta reseña de mi compañero Raúl Gutiérrez, que incluye los seis números de este arco, y esta otra del primer número USA de mi compañero Raúl López.
PRÓLOGO: EL AÑO DE VENENO
Siendo cínicos, esto comienza con la misma historia que he tenido oportunidad de contar a múltiples amigos, e incluso a algún lector, en varias ocasiones. Y es que estamos ante un cómic, que como muchos otros en el género superheroico, nace en una reunión, una celebrada puede que allá por 2016 o seguramente antes. El tema a tratar, el 30º aniversario del personaje de Veneno, que se cernía sobre los directivos de Marvel según se acercaba 2018. La primera consecuencia de este evento no vino desde La Casa de las Ideas, sino desde Sony un par de años antes, cuando se empezó a conocer que estaba en producción una película centrada en el personaje. En 2017, se anunciaría que la película se estrenaría en octubre de 2018 y el primer tráiler lo tuvimos en febrero de ese mismo año. En 2017 también, pudimos ver en las páginas de Veneno el regreso de Eddie Brock y su reunión con el simbionte, la maquinaria del aniversario ya estaba en marcha, aunque por el momento resultara sutil. No hubo que esperar mucho para oír al respecto por parte de Marvel de una manera más directa, en enero de 2018 reveló su hoja de ruta para afrontar la llegada de este hito.
Primero, presentaron una guía de lectura para poner al día al lector. Desde el regreso de Eddie Brock hasta la miniserie de Universo Veneno, que juntaba al Protector Letal con todos sus equivalentes en una lucha por su supervivencia (idea que no tuvo mucho éxito y que ha intentado ser rescatada recientemente para el 35º aniversario, sin demasiado éxito, pero con algún aporte entretenido). Ninguna de estas iniciativas había logrado hacer mucho ruido ni exceder en calidad. A continuación, Marvel destacaba los cómics venideros en los que el personaje haría una aparición, Spider-Gwen, El Asombroso Spiderman: Renueva Tus Votos, El Viejo Ojo de Halcón… pero se guardaban aún un as en la manga. El 20 de febrero de 2018 (12 días después de que se revelara el primer tráiler para la película) Marvel anunciaría oficialmente el relanzamiento de la cabecera, a cargo de el guionista estadounidense Donny Cates, que comenzaría en mayo de ese mismo año.
Siendo menos cínicos y totalmente justos, también se podría decir que todo esto comenzó antes, mucho antes, con la salida de Buzzkill y La flota fantasma en 2014. Estas primeras obras de Donny Cates se percibe la calidad que ya ponía en las páginas y el potencial de lo que podía ser. Quizá puedas poner el inicio más tarde, con el lanzamiento de God Country en 2017, la obra que considero como la consolidación del guionista y que muestra una madurez narrativa adquirida con el tiempo. Una obra con toques Kirby, profundamente Texana e indudablemente humana que recomiendo con asiduidad y que puso a Cates en el radar de Marvel (a mediados de 2017). Si nos ponemos aún más quisquillosos igual queremos retrasar aún más el comienzo, aunque yo lo desaconsejo, a sus primeros trabajos en la editorial, firmando el arco de Thanos Vence y comenzando a escribir Doctor Extraño, que acumularon elogios y provocaron su rápido ascenso en Marvel.
Poco tiempo después, portadas alternativas celebrando el personaje empezaban a ver la luz, historias clásicas llegaban reeditadas a las librerías, se dejaba caer un nuevo tráiler para la película y Marvel tenía un número uno en la portada, la maquinaria funcionaba ya a plena potencia y no había marcha atrás. Así empieza esta historia, donde siempre lo hace, en el número uno. Unos pocos meses en el bullpen le sirvieron al estadounidense para que le dieran las riendas de Veneno en un momento de tal envergadura como su 30º aniversario. Era una apuesta por parte de Marvel, y esperaban que diera resultado. El primer número llegó a las cinco impresiones.
PARTE UNO: EL LIBRO DE REX
La primera página de la serie, abre con una pesadilla, un recuerdo, una alusión mitológica y a su vez, una premonición. Extrañas prolongaciones y extremidades, similares al simbionte, atacan a unos vikingos escandinavos atrayéndolos hacia las fauces de una bestia, que habla en lengua alienígena y que observamos en primera persona. Así descubrimos que el simbionte es capaz de tener pesadillas, Eddie se despierta y se nos revela que vive en un oscuro piso semiabandonado y que se ayuda de pastillas para silenciar la voz del simbionte en su cabeza. Eddie teme por su Otro, pero sus pensamientos son interrumpidos por una alarma policial.
En este primer número vemos a un Veneno que intenta evitar la violencia y que solo entra en acción cuando se ve obligado a ello. De esta manera, acaba perdiendo el control y somos testigos de un cambio visual drástico cuando aparece una espiral roja en la cabeza de Veneno y empieza a hablar en la misma lengua alienígena que vimos en la pesadilla mientras que Eddie empieza a sentirse ahogado en el interior de su simbionte. Eddie es liberado de este estado, y secuestrado, por una extraña figura en busca de Flash Thompson. Aquí viene el primer punto de inflexión de la serie, la extraña figura, que se revela como Rex, desvela que ni Eddie fue el primer huésped, ni Thompson el primer soldado venomizado. Si has captado la referencia del título de esta sección ya sabrás a qué voy a comparar este instante, Cates hace aquí que Eddie pase por un momento similar al que experimentó Peter con la llegada de Ezequiel. A pesar de que en este caso el personaje de Veneno ya tiene conocimiento de más versiones de sí mismo, existe un papel similar al personaje ideado por Straczynski, Rex revela a Eddie que no fue el primero, que no es el único y, eventualmente, que hay fuerzas y entidades mayores en juego.
Rex pide ayuda a Eddie para rescatar a sus antiguos compañeros, soldados que como resultado de experimentos secretos de SHIELD acabaron enlazados a un simbionte y que van a ser trasladados camino de su muerte. Eddie acepta, pero lo que acaba encontrado es un conjunto de simbiontes luciendo la misma espiral roja que el propio Veneno había mostrado cuando perdió el control. Con unas palabras pronunciadas en la lengua alienígena que ya hemos visto previamente separan a Eddie de su Otro, dejándole indefenso y después procurándole una gravísima herida en el torso. Los seres se reúnen, una serie de cadáveres, los antiguos compañeros de Rex, son expulsados y el primer número acaba con un enorme dragón emergiendo del suelo de Nueva York y las palabras:
«Dios viene.»
El segundo número, razonadamente confiado de haber captado la atención del lector con la acción y la intriga del primero, se dedica a poner todas las cartas sobre la mesa en cuanto a la narrativa. Tenemos un breve repaso de la historia y los aspectos más importantes de la vida de Eddie. Y es que este inicio apunta a una de esas etapas que definen, que introduce conceptos que ya no se abandonan y que como casi todas las grandes etapas puede ser tu primera o tu enésima lectura relacionada con el personaje. Eddie confronta a Rex y después de una nueva pérdida de control de Veneno, Rex revela más información, sobre su propio origen como soldado en Vietnam y el origen de su simbionte, un pedazo extraído del mismo dragón que ahora anda suelto y que fuera previamente propiedad de SHIELD, y como comentaba antes, sobre la escala cósmica del pasado de los simbiontes. Cates continúa su expansión de la historia del personaje y aún está lejos de acabar, pero ahora, un dragón está suelto en Nueva York y Veneno tiene que pararlo. El segundo número acaba con la llegada de Spiderman, a punto de atacar a Eddie mientras este contempla la destrucción que está teniendo lugar en la ciudad.
PARTE DOS: DIOSES Y MONSTRUOS
Los dos siguientes números, además de ofrecer acción a raudales cumplen una doble función: expandir la mitología de Veneno, y además mostrar al personaje como un habitante del universo Marvel. Lo primero es continuación de los dos números anteriores, y lo segundo aunque parezca obvio marca la diferencia entre las buenas etapas y las que dejan huella. El Veneno de Donny Cates no vive en un microcosmos donde sus personajes e historias solo afectan a su entorno, sino que están enraizadas en la amplitud del universo Marvel. El inicio de este aspecto está en la aparición de Spiderman que presagiaba el final del número anterior, la tercera entrega empieza con un Eddie ahogado en mitad de una nueva pérdida de control y metido en una pelea con Miles Morales. Eddie recupera el control como consecuencia de un golpe propiciado por Miles, que se muestra lleno de rabia por el daño sufrido por sus familiares. Esto se debe a la aparición del dragón simbionte, que Miles lógicamente relaciona con Veneno, ante esto Eddie se muestra comprensivo y compasivo. Después de esta muestra de humanidad, héroe y antihéroe unen fuerzas para enfrentarse al dragón. Con ayuda de los poderes de Miles lo derriban y eso provoca una desconexión con su anfitrión. Este es el segundo y mayor punto de inflexión del arco, la aparición de Knull, señor del abismo y Dios de los simbiontes.
El cuarto número nos cuenta su historia, mientras intenta librar al Otro de la infección de la humanidad Knull relata a Eddie su origen. Se trata de un ser primordial del universo, que estaba ahí cuando no había nada y que gobernaba sobre el vacío hasta la aparición de los Celestiales. Dioses que se dedicaron a llenar de luz el reino de Knull, el señor del abismo utilizó a un Celestial para crear una espada y decapitarle. Usando la cabeza del dios caído como forja, Knull creó el antecedente de todo simbionte, la necroespada, la misma que Gorr usaría en su cruzada contra los dioses. Las debilidades de los simbiontes quedan ligadas a su nacimiento, el fuego de la forja y las vibraciones del martillo que les dio forma. Así, Cates conecta su narrativa con la historia, ficticia y editorial, del universo Marvel.
Tras despertar de un largo letargo resultado de una encarnizada batalla contra dioses y ya con la necroespada en poder de Gorr, Knull despierta y aprende. Aprende a enlazar su abismo viviente con otras criaturas, a tomar su fuerza y controlar sus cuerpos como simples recipientes, así nacen los simbiontes. Knull relata sus tiempos de conquista contra la luz como Dios-huésped, capaz de gobernar sus criaturas a través de galaxias. De esta forma llega a la Tierra y regresamos a la primera página de la serie, al mito de Beowulf en el que uno de los dragones de Knull es referido como Grendel. Si antes dije que esa primera página era premonitoria no era por el retorno posterior a ese instante, ni por la aparición de Thor, cuya colección sería más tarde escrita por Cates, sino por la alusión mitológica, debido a la naturaleza de la expansión del trasfondo del personaje. La historia que plantea Cates no sólo hace más grande el mundo de Veneno, sino que lo enfrenta cara a cara con su creador. La intervención de Thor en la llegada de Knull a la Tierra que comentaba compone la primera derrota del dios de los simbiontes, el poder luminoso del Dios del Trueno provoca una separación entre Knull y sus criaturas, que en busca de librarse del yugo de su creador le encierran utilizando sus propios cuerpos. Así nació el planeta Klyntar, aquella creación de Bendis es recuperada, pero transformada, la palabra resulta significar prisión en el idioma de los simbiontes. Cates cambia de un plumazo el origen, la naturaleza y el mundo natal de los simbiontes. Knull revela estar encerrado en el centro de Klyntar, siendo capaz de influenciar el exterior de su jaula únicamente por medio del dragón y prometiendo recuperar su reino de oscuridad una vez recupere todos los fragmentos del Grendel que SHIELD retiró en su experimento de supersoldados, empezando por el mundo de luz de la Tierra. El número termina con la intervención de Spiderman para liberar al Otro y a Eddie, pero se encuentran encerrados en el interior del Grendel y volando hacia el vacío el espacio.
PARTE TRES: EL FIN DE LA INFANCIA
El mundo de Veneno ya ha cambiado para siempre, ahora es su turno para hacer lo mismo.
El cuarto número abre con Veneno y Miles habiendo escapado del interior del Grendel y cayendo en picado hacia la ciudad. El Otro, habiéndose recuperado de la breve conexión con Knull le pide a Eddie que agarre a Miles. Lo siguiente que vemos es a Veneno sujetando a Miles en el cielo nocturno son dos enormes alas rojas brotando de la espalda del simbionte. Tras haber expandido la mitología del personaje, Cates se dedica ahora a expandir las habilidades del personaje. El razonamiento se basa en que la conexión con Knull y el simbionte primordial ha hecho más fuerte a Veneno y también le ha permitido descubrir la auténtica naturaleza de Rex. Veneno confronta de nuevo a Rex cuando se revela que sus pérdidas de control van ligadas a la presencia del Grendel y su simbionte primordial, lo que significa que Rex ya no es un hombre, sino un fragmento de este simbionte que ha asumido el papel de ser humano.
El final del arco lleva al inevitable clímax, el enfrentamiento entre Veneno y el Grendel, para el cual Veneno se fusiona con Rex y se arma hasta los dientes con armamento anti simbionte que Rex ha guardado desde su tiempo en Vietnam. La pelea desemboca en un nuevo cara a cara entre Veneno y un Knull de nuevo desconectado del Grendel, que termina con el sacrificio de Rex para acabar por completo con el dragón. El arco termina con un Eddie angustiado llamando a su Otro sin encontrar respuesta.
PARTE CUATRO: CONCLUSIÓN
En tan solo seis número Donny Cates ha cambiado para siempre el pasado de Veneno y de todos los simbiontes, ha expandido la historia y el panteón de deidades del universo Marvel y ha otorgado nuevas habilidades a su protagonista mientras ha contado una historia que funciona por sí misma y como inicio de la etapa, dando una conclusión al arco y planteando un argumento mayor para toda la etapa, y enmarcando todo a la perfección en la continuidad. El guion de Cates hace gala de un ritmo constante que engancha al lector, dando una sensación de continuo crescendo que acumula tensión hasta el clímax del arco. En estos números prima el énfasis sobre la presentación de grandes conceptos ambiciosos y expansión del universo sobre aspectos más cercanos a los personajes, pero aún así Eddie y su relación con el Otro queda bien plasmada y se sitúa, por el momento, como el corazón de la serie.
Aunque en este análisis me he centrado más en los aspectos narrativos de este comienzo, todos los éxitos de este primer arco pasan por el increíble arte de Ryan Stegman, acompañado por las tintas de JP Mayer y los colores de Frank Martin Jr. Stegman presenta una capacidad soberbia para la narrativa secuencial y la composición. Destaca obviamente el uso del negro y también del rojo, omnipresentes a lo largo de las páginas y las tintas y sombras sólidas que le dan al arte un aire oscuro. Los tres artistas se juntan para lograr un trabajo lleno de detalle, escenas de acción espectaculares y páginas dobles deslumbrantes.
En definitiva, se tratan de seis números históricos que constituyen una demostración de los mejores aspectos del cómic superheroico moderno. Una mezcla de novedad, continuidad, acción y cariño hacia un personaje con muchísima historia. Un arco de lectura indispensable para todo fan de Marvel, que aguanta robusto el paso del tiempo y que veremos en la próxima reseña repasando la etapa si el segundo arco está a la altura.
Gracias por la reseña.
No pude comentar antes, se que es cuestión de gustos pero la etapa de Cates al frente de este personaje me dejo un mal sabor, no veo en ningún momento que haga la diferencia e incluso los conceptos que incorpora e parecen completamente innecesarios.