Veneno: Protector Letal

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Edición original: Marvel Comics – febrero – julio – 1993
Edición España: Comics Forum – febrero – julio – 1994
Guión: David Michelinie
Dibujo: Mark Bagley, Ron Lim
Entintado: Sam de la Rosa, Al Milgrom
Color: Marie Javins
Portada: Mark Bagley
Precio: 175 pesetas (serie limitada de seis números de 24 páginas)

 

Ahora que Sony Pictures se plantea el desarrollo de un universo cinematográfico basado en la franquicia de Spider-Man pero sin el trepa-muros, no está de más echar un ojo a la primera serie limitada de una de las piedras sobre las que se pretende edificar esta nueva iglesia fílmica. A falta de pan, buenas son tortas, en la forma de un Veneno que, en fechas recientes, ha sido hasta vengador y todo. Si no tenemos un héroe, siempre podemos echar mano de un anti-héroe, más aún cuando la competencia zorruna ha tenido un inesperado y monumental éxito con el bocazas de Masacre.

Antes de entrar en materia, tengo que confesar que Veneno es un personaje que nunca me ha interesado mucho, quizá por el hecho de que tampoco me fascinaba especialmente su creador gráfico, el canadiense Todd McFarlane. Volvía a interesarme por el género súper-heroico justo cuando este caballero cambiaba el aspecto gráfico de Spidey y su entorno; vinculaba al lanza-redes con la imagen arquetípica de autores como John Romita padre, Gil Kane o Ross Andru y aquello parecía estar en las antípodas. Por otra parte, aquella versión oscura, hipertrofiada y psicópata de Spider-Man que siempre hablaba en plural resultaba un tanto cargante en su obsesión. El hecho de que sus reapariciones fueran constantes tampoco ayudaba, pero era innegable que aquel personaje, surgido de la combinación de dos elementos profundamente hostiles a Spider-Man, tenía gancho. Daba igual que las aventuras en las que aparecía fueran de lectura y olvido. Su aparición se produjo en un momento en el que los súper-héroes empiezaban a oscurecerse en aspecto y métodos. Cuando en la década de los noventa la tendencia se convierte en hegemónica y personajes clásicos empiezan a ser sustituidos por versiones más expeditivas, Eddie Brock y su simbionte dentudo tuvieron su oportunidad. Protector letal sería la primera de una larga sucesión de miniseries en las que diversos autores intentaron convencer al público de que no era tan fiero el león como lo pintaban y que el antiguo periodista obsesionado con matar a Peter Parker también tenía su corazoncito.

El responsable literario de esta primera entrega de las aventuras de «Veneno quiere ser bueno» fue su co-creador, el guionista David Michelinie. En aquellos días, el responsable –junto a Bob Layton- de la versión definitiva del Hombre de Hierro, se encargaba de escribir las historias de una de las colecciones arácnidas. Él había firmado los guiones dibujados por Todd McFarlane y, de hecho, aún hoy existen discusiones sobre el grado de participación de uno y otro en la creación del villano en su diseño arquetípico (comentadas en su momento aquí). Después de la marcha del canadiense, Michelinie haría equipo con otro dibujante cuya carrera también está profundamente ligada a la de Spidey, Mark Bagley. Cuando Protector letal vio la luz, don David aún estaba en la franquicia arácnida, de modo que no fue extraño que allí preparara el terreno para justificar el posible cambio de bando de Brock. La excusa, que Spider-Man salvaba la vida de la exmujer de Eddie, lo que hacía que este le viera con otros ojos. Este giro de los acontecimientos –ni original ni especialmente memorable- se rememora en el primer número de la miniserie, siendo Spider-Man el narrador y el introductor a las aventuras en solitario de este pertinaz enemigo.

La historia presenta a un Eddie Brock que, en compañía del simbionte, intenta rehacer su vida bien lejos de Nueva York y de jaleos con el trepa-muros. Está en San Francisco y parece decidido a dedicarse a la causa de la defensa de la gente inocente. Quién entra en esta categoría según esa cabeza gestionada en régimen de tiempo compartido ya es otra historia. Sin embargo, estos pretendidos buenos deseos no pueden borrar el hecho de que ha dejado tras de sí un reguero de cadáveres. Los parientes y amigos de sus víctimas quieren venganza y, ante la imposibilidad de conseguir retribución y vindicación por los canales legales, hacen algo muy habitual en la ficción estadounidense: tomarse la justicia por su mano. Veneno se las verá con el Jurado, un cuerpo de élite dirigido a la caza, captura y, a ser posible, retirada definitiva de los criminales súper-poderosos. Mientras tanto, intenta ejercer como improvisado protector de una comunidad subterránea de la ciudad californiana –presentada a modo de trampantojo al final del primer episodio-. Como adición, un intento de explotar el potencial reproductor del simbionte, mediante la obtención de nuevos «esquejes» que se convertirán en un buen puñado de seres súper-poderosos y dentudos. Esta idea ya había sido probada en la colección decana del trepa-muros por los mismos autores, dando como resultado la creación de Matanza. En ambos casos, la idea era hacer que Veneno no fuera tan malo, mediante la presentación de personajes que podían ser peores. En el caso de Cletus Kasady, se trataba de un tipo aún más loco; en el caso de la Fundación Vida (entidad responsable de la «multiplicación venenosa») de una corporación que opina que el fin justifica los medios.

Protector letal cumple lo que promete: una historia destinada a presentar a Veneno como un villano en el camino de convertirse en algo distinto. El final deja la puerta abierta a una posible evolución que, en honor a la verdad, no llegó a producirse nunca. Con aquella apariencia terrorífica y la tendencia a pensar en estéreo, era exagerado pensar que en seis episodios de una miniserie Eddie Brock y el simbionte podían convertirse en héroes, pero nunca pasaron del punto en el que se quedaron al final de la historia. Si nos centramos, por otra parte, en los personajes presentados, su trasfondo y el interés que podía generar el relato por sí mismo, hay que reconocer que tampoco hay gran cosa que reseñar. La etapa de Michelinie en la franquicia de la telaraña es, treinta años después, más recordada por sus dibujantes que por su guionista. Hago memoria y no recuerdo ningún arco argumental cuyas consecuencias o legado hayan sido empleados posteriormente, y eso que hubo alguno que prometía cambios de gran importancia -como el regreso de los padres de Peter- pero me estoy desviando del tema. El caso es que aquí encontramos un relato típico de don David en su etapa arácnida: una historia de consumo rápido y a otra cosa, mariposa.

En la parte gráfica, hay que indicar que los tres primeros números de la colección corrieron a cargo de Mark Bagley, dibujante arácnido de cabecera en aquellos días y de aquella década. La otra mitad le tocó en suerte al otrora ubicuo Ron Lim, cuya rapidez y oficio le permitieron ir al rescate de su colega de lápices cuando esté se vio superado por los encargos mensuales. A pesar de la presencia de los mismos entintadores –gente competente como Al Milgrom o Sam de la Rosa- las diferencias de estilo de ambos son tan evidentes que se podría decir que la miniserie sufrió en la parte ilustrada un pequeño bajón. Lim podía estar bien para la división cósmica o para la colección del Capitán América, pero sus participaciones en el apartado arácnido no eran nada del otro viernes.

Después del final de esta miniserie, Veneno fue encadenando cabecera tras cabecera, en cada una de las cuales un equipo creativo distinto se movía en parámetros más o menos similares: un monstruoso anti-héroe enfrentándose a amenazas mucho peores que él, a veces en incómoda entente con otros personajes. Autores como Ann Nocenti, Carl Potts, Larry Hama o Kelley Jones son solo un reducido número de profesionales, en la interminable y cada vez más olvidable sucesión de series limitadas. A su debido tiempo, y una vez agotada la vía del «anti-heroísmo» Brock y su simbionte volverían a sus orígenes villanescos y al corazón de la franquicia madre. En los años siguientes, se han sucedido todo tipo de situaciones en los que Eddie y el ser alienígena se han separado, reconvertido y reunido para retornar una vez más a los inicios. En el camino, una participación en una película que mucha gente considera fallida y la eterna promesa de un título cinematográfico propio que, quizá, veamos dentro de no mucho.

Por su parte, el Jurado volvería a aparecer de la mano de sus creadores en la serie principal del hombre-araña y, unos años después, su creador gráfico les recuperaría para otro de sus trabajos más memorables: su colaboración con el guionista Kurt Busiek para la creación de los Thunderbolts. Antes que eso, Mark Bagley continuaría unos cuantos años más en la franquicia arácnida, fortaleciendo un vínculo que le haría acreedor de ser, junto a Brian Michael Bendis, el encargado de dar vida a la versión del personaje para el S. XXI. Por su parte, David Michelinie abandonaría poco tiempo después la franquicia arácnida, dejando a Peter listo para la ominosa saga del clon y dejando de trabajar en la primera línea de la industria, un poco a su pesar.

Ilustraciones de Mark Bagley
Portadas de la miniserie en su edición original

  Edición original: Marvel Comics – febrero – julio – 1993 Edición España: Comics Forum – febrero – julio – 1994 Guión: David Michelinie Dibujo: Mark Bagley, Ron Lim Entintado: Sam de la Rosa, Al Milgrom Color: Marie Javins Portada: Mark Bagley Precio: 175 pesetas (serie limitada de seis números…
Guión - 6.9
Dibujo - 6.6
Interés - 6

6.5

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scarlet spider
scarlet spider
Lector
26 junio, 2017 9:49

Las miniseries de Venom solían ser entretenidas e incluso algunas geniales,como Venom la locura o la última etapa donde lo hacían agente del gobierno a lo James Bond. Con un jefe afroamericano que bien podría ser el ultimate Nick Fury. Recuerdo que la etapa de Larry Hama era muy loca y los dibujantes solían ser bastante decentes,pero el personaje llegó a caricaturizarse demasiado pronto. Protector letal la recuerdo con cariño y en aquella época Bagley estaba a un gran nivel,los simbiontes los bordaba. Lástima de Ron Lim, era verlo en alguna serie arácnida y se me caía el alma a los pies. Nadie dibujaba edificios/cajas como él. ¡Qué horror!

ultron_ilimitado
ultron_ilimitado
Lector
26 junio, 2017 15:06

Me pilló en mi época superfan del personaje y disfruté mucho con los primeros números, pero el cambio de dibujante mató el conjunto. De hecho, llevándolo un poco más allá, la estructura de miniseries de la colección de Veneno (porque en la práctica es lo que era) afectó al conjunto con tanto baile de guionistas y dibujantes, que muchas veces pasaban de tener en cuenta lo que el anterior guionista había hecho con el personaje un par de miniseries atrás.

JC
JC
Lector
27 junio, 2017 22:57

Sólo un apunte: quién sustituyó a MacFarlane en Amazing (y luego en su propia serie) no fue Bagley sino Erik Larsen. Bagley vendría después de Larsen.