Edición original: Marvel Comics – agosto 2012 – enero 2013
Edición España: Panini Comics – junio 2013
Guión: Jeff Parker
Dibujo: Declan Shalvey, Kev Walker, Gabriel Hernández Walta, Neil Edwards
Entintado: Terry Pallot
Color: Frank Martin Jr., Antonio Fabela, Chris Sotomayor
Portada: Mike Deodato Jr.
Precio: 16,00 euros (tomo de la línea 100% Marvel de doscientas páginas)
Una de las series más retrasadas respecto de la edición estadounidense es la de los Thunderbolts. Una vez terminado el cruce de turno quedaba siempre, colgada cual ristra de chorizo de perro, la participación de los villanos metidos a héroes en el programa de redención, que se publicaba cuando tocaba en el tomo correspondiente. Con la publicación de tres tomos en tres meses consecutivos parece que Panini quiere poner al día la colección y meterse de lleno en la nueva etapa de alineación inverosímil y predominancia de los colores rojo y negro. Para ello han publicado en este voluminoso tomo los números en los que la colección pasó a denominarse Dark Avengers, por aquello de arrimarse al sol que más calentaba en lo que a franquicias se refería. Sin embargo, el cambio fue más estético que otra cosa.
Los vengadores oscuros fueron el invento con el que Norman Osborn intentó ocupar en todos sus aspectos relevantes el puesto de Tony Stark al frente de la seguridad nacional en materia de superhéroes. Bajo la identidad de Patriota de Hierro intentó configurar una alineación que puertas afuera pareciera integrada por operativos de reconocida trayectoria y prestigio en tanto que puertas adentro estaba realmente compuesta por una fauna a la que el señor del pelo raro controlaba por medio del soborno o el chantaje. Viendo la idea de Bendis con cierta perspectiva no resultaba algo muy distinto del primer concepto de los Thunderbolts diseñado por el Barón Zemo, pasado por el tamiz de la etapa de Warren Ellis al frente de la colección. Cuando el chiringuito se le vino al piso, Norman Osborn intentó refundar su particular equipo de vengadores con un material todavía más inestable: Ragnarok, Skaar, un trepamuros de múltiples brazos, un Barton arquero y una chalada con el uniforme de la Bruja Escarlata. La aventura duró poco pero dejó a esa panda con el nombre que correspondía a los vengatas impostores. Siendo los Thunderbolts antiguos villanos que pretenden redimirse –al menos a efectos legales- ejerciendo de héroes y siendo los vengadores oscuros villanos actuales que pretenden hacerse pasar por héroes, era cuestión de tiempo que alguien se planteara algún tipo de encuentro, más aún si tenemos en cuenta que el mentado señor Osborn había liderado o controlado ambos grupos.
Una de las cosas que hay que dejar claras desde un principio es el hecho de que, pese al cambio de título y de formato, no estamos ante un auténtico cambio de rumbo para la colección. Seguimos teniendo a Jeff Parker en el guión y seguimos teniendo a los Thunderbolts partidos en dos grupos, uno de los cuales sigue su periplo por el espacio y el tiempo mientras Cage y sus aliados intentan rescatarles. En la parte gráfica asistimos a la despedida de Kev Walker y a la llegada de Neil Edwards. La justificación para el cambio de denominación viene dada por lo que parece ser una decisión gubernamental promovida por algún chupatintas oligofrénico. Como los Thunderbolts están disgregados y Luke no tiene suficientes operativos fiables nada mejor que lanzar como agentes de campo a los antiguos sicarios de Osborn: un Thor prefabricado de pega, una Bruja Escarlata de los chinos, un arquero con odio fraterno y un trepaparedes que podría tocar el piano a cuatro manos sin acompañamiento. El amigo Cage, que considera que su participación en la iniciativa Thunderbolts no ha sido buena y que está barajando seriamente pasar a la condición de padre de familia a tiempo completo, asume a regañadientes este regalo envenenado, pero consigue atraer a su causa a Skaar, que pese a ser el hijo de Hulk es más fiable que el resto de la tropa. Una misión en el convulso norte de África servirá para comprobar cuán fiable es esta alineación de circunstancias.
En el tomo la trama precedente de los Thunderbolts perdidos comparte protagonismo con la participación de los Vengadores oscuros. Sin embargo, esta combinación resultó ser a la larga incapaz de remontar el vuelo de una colección que en este relanzamiento no había funcionado especialmente bien. Parker recicla materiales provenientes de otros trabajos suyos pero sigue, pese a sus buenas intenciones, sin cogerle el pulso a la colección. El caballero le echa imaginación y la serie es pródiga en aventuras, pero carece de gancho. Mucho me temo que gran parte del problema se encuentra en la parte gráfica. Kev Walker no es un dibujante adecuado para una serie que funciona mejor con ilustradores de corte más clásico y convencional como Mark Bagley o Tom Grummett. Su sustituto, Neil Edwards, mantiene un estilo muy próximo al de su predecesor y consecuentemente poco o nada acorde con lo que se requiere. El resultado final es un tomo que redunda en los defectos existentes en esta etapa de los Thunderbolts y cuya lectura explica en buena medida las causas de la cancelación, aunque siendo justos no dejaba de ser una medida desesperada para una serie que no iba bien. Con todo, quienes se lo hayan pasado bien leyendo las ocurrencias de don Jeff deben acercarse a este fin de fiesta que lo deja todo preparado para que lleguen los siguientes. Quienes aún recuerden cómo eran los Thunderbolts originales probablemente añoren aún más aquellos buenos y cada vez más viejos tiempos.
es cierto que la serie no termina de brillar, aunque siempre resulta una lectura entretenida. en lo que no podria estar mas en desacuerdo es en lo de kev walker, pedazo de dibujante hoygan!
No le digo yo que no, pero no era el dibujante que esta colección necesitaba.
Estoy leyendo ahora la etapa de Busiek en los tomos Extra Superheroes y está muy bien. Pero la minietapa de Ellis dejó el listón altísimo. La alineación roja y negra que está por vrnir me flipa, pero paso de leer nada de Daniel Way ni por asomo. No me gusta nada su versión de Masacre. Totalmente alejada del Masacre de Kelly o Remender
Efectivamente, desde Busiek sólo Ellis ha alcanzado un buen nivel en esta serie, que ojo, es bastante entretenida, no en vano siempre tontea con la cancelación y siempre sobrevive.
Una pregunta ¿este tomo se puede entender sin haber leído nada de la etapa Thunderbolts de Parker?
A mi la etapa de Fabian de Nuevos Thunderbolts me gustó hasta que empezó a meter tropecientos mil personajes osea durante Civil War y menos me gustó el final de su etapa, por el cariño que tengo a Genis Vell.
Ese mal sabor de boca se me quita con la extroardinaria etapa de Ellis pero llegó Diggle y lo jodió…
Kaulso: me temo que no, porque una parte de la historia proviene precisamente de los tomos precedentes (el viaje en el tiempo de una parte del equipo) y la adición de los vengadores oscuros viene justificada por ese problema.
«Ese mal sabor de boca se me quita con la extroardinaria etapa de Ellis pero llegó Diggle y lo jodió»
A mí la etapa de Diggle me gustó. Empezó muy bien y fue perdiendo intensidad (de hecho, se piró dejando la serie un poco tirada para hacer su nefasto Daredevil), pero el rooster del comando me pareció interesante.
Ten en cuenta que tras Elis hubo un par de números muy malos de Christos Gage y que la etapa de Diggle la finalizó Jeff Parker, bajando un poco la calidad. Igual estás mezclando a estos autores en tu valoración de Diggle.
Definitivamente voy a extrañar los coqueteos de satana con moonstone y el «salvajismo infantil» de gunna.
A mi la etapa de Parker no me parecio mala, tampoco nada del otro mundo pero si entretenida.