Los Vengadores Secretos hasta ahora

A comienzos del año pasado Marvel anunciaba el relanzamiento de todas las series Vengadores con nuevos y novedosos títulos, entre los que se encontraba Vengadores Secretos, un cómic que iba a ser guionizado por Ed «Cap» Brubaker y dibujado por Mike Deodato Jr. Si el equipo creativo levantó espectación, la formación de vengadores tampoco dejó a nadie indiferente: La Bestia, Valkiria, el Hombre Hormiga, Máquina de Guerra, Caballero Luna, La Viuda Negra , Sharon Carter y el Capitán América Steve Rogers. La conjunción de todos estos factores junto con el entusiasmo del escritor por trabajar en esta serie hicieron que más de un aficionado se frotara las manos en espera de encontrar un trabajo tan bueno o mejor como el que habíamos visto en series como El Inmortal Puño de Hierro (¿Qué aún no la has leído?) o Capitán América. Sin embargo, meses después el escritor anunciaba que abandonaba la serie por motivos de agenda; los diversos proyectos en los que estaba embarcado le obligaban a renunciar a uno de ellos, y Vengadores Secretos fue el elegido. No obstante, en la edición española aun nos quedan cinco números para llegar al último cómic de Brubaker y con las siete entregas de Vengadores Secretos que llevamos, creemos conveniente hacer un repaso de lo que ha sido el comienzo de este nuevo título y su evolución. Y ahora, con voz queda, nos infiltramos en el más clandestino de los grupos Vengadores.

Las series de espías siempre han tenido su rincón en la editorial Marvel. Con el cambio de rol de Nick Furia en la década de los 60, de soldado veterano a agente secreto, Jack Kirby, Stan Lee y Jim Steranko supieron tanto adaptar al personaje a los nuevos tiempos como crear un rincón dentro del Universo Marvel donde se pudieran desarrollar historias con aire a lo James Bond. Desde entonces, Marvel siempre ha ofrecido tramas oscuras y conspiranoicas que en la mayoría de los casos han girado principalmente en torno a personajes como el Capitán América, la Viuda Negra, Daredevil y Nick Furia y cuyos rivales más destacados eran organizaciones criminales como Hydra, La Mano o IMA. Para el recuerdo quedarán series como Strange Tales (desde el #168, en 1968), Nick Fury, Agent of SHIELD (1989), Marvel Fanfare (#10-#13, 1983-84), o tramas como la del Capitán América y el Imperio Secreto (Captain America #163, 1973). Sin embargo, con la llegada de la década de los 90, el interés por el mundo de los espías no fue el mismo que en décadas pasadas. Sí, había historias, pero casi todas englobadas en series limitadas o one-shots y centradas principalmente en el espía con parche, Fury of SHIELD (1995), Wolverine/Nick Fury: Scorpio Rising (Oct. 1994) o Fury/Black Widow: Death Duty. Fue en 2004, de manos de Brian Michael Bendis en Secret War, cuando Nick Furia y las tramas oscuras recuperaron protagonismo en Marvel.

ED BRUBAKER EN MARVEL

Tras el éxito de Ed Brubaker en DC, su llegada a Marvel en 2004 supuso un cambio en la actitud y tramas de todas las series que el escritor tocaba. Conocido por trabajar el género negro en sus obras, ya en Capitán América, su primera gran responsabilidad dentro de la editorial, se dejaban ver historias donde SHIELD, Nick Furia y las agendas secretas tenían una notable presencia. Además, Brubaker suele trabajar con una trama que se desarrolla a muy largo plazo acompañada de otras historias que sirven de complemento y enriquecen a la primera, lo que ayuda a reforzar el tono de intriga. Así vimos como la serie comenzaba con el general Lukin y Cráneo Rojo tramando algo hasta presenciar el desenlace del intrincado plan de éste último: matar a Steve Rogers, suceso que tuvo lugar en el #25 de la serie y que sirvió como colofón del crossover Civil War.

A todo esto había que incluir dos detalles más. Por un lado, a medida que los números iban avanzando, Brubaker se mostraba un abierto nostálgico marveliano. Su pasión por el pasado de la editorial lo llevaba a recuperar personajes y tramas que habían tenido su protagonismo en décadas anteriores. Por ejemplo, en el #4 de Capitán América pudimos ver como Brubaker rendía homenaje a superhéroes olvidados. El primero era William Naslund, conocido como Espíritu del 76, un personaje creado en 1941 pero que tuvo cierto protagonismo en los Invasores de 1977. Mientras que el segundo era Jeffrey Mace, más conocido como el Patriota y que durante un tiempo hizo de Capitán América durante la ausencia de Steve Rogers (recomendable la limitada sobre este personaje Captain America: Patriot de Karl Kesel).

Por otro lado el escritor también se dedicó a corregir y unir, de manera brillante y creíble, todos aquellos elementos incongruentes de la continuidad marveliana en toda serie que tocase, una labor que la editorial y los aficionados le agradeceremos eternamente, siendo El Proyecto Marvels todo un ejemplo de revisión y corrección histórica marveliana muy disfrutable. Con todo esto, el trabajo de Brubaker en Capitán América consolidó a la serie y supuso (y aún lo es) un notable éxito en el panorama comiquero.

La «fórmula Bru» que tan bien estaba funcionando en Capitán América, Marvel quiso aplicarla también en otras series. Así, el guionista tomó las riendas de Daredevil, Uncanny X-Men e inició nuevos proyectos con Criminal, Incognito, El Inmortal Puño de Hierro y El Proyecto Marvels, series que, junto con la del Capi, le reportaron premios Eisner como mejor escritor en 2007, 2008 y 2010. Parecía que todo lo que tocaba Brubaker significaba éxito seguro.

VENGADORES SECRETOS

Sin embargo, la asignatura pendiente de Brubaker era guionizar una serie de grupo y hecha a su medida. No eran pocos los que ya pedían a gritos un título vengador para el norteamericano y con el relanzamiento de todas las series vengadoras, Marvel anunció en febrero de 2010 la nueva publicación de Brubaker: Vengadores Secretos.

Con la fama de los Vengadores en auge, a nadie le pilló desprevenido que con la llegada de la Edad Heroica apareciera un tercer título con misma cabecera, aunque sí sorprendieron sus integrantes. Cada uno de ellos vino precedido de una campaña de publicidad que hizo que todo fan del cómic superheroico hablara de ello. Si los Vengadores eran la formación más clásica y popular y los Nuevos Vengadores la nueva generación, los Vengadores Secretos iban a ser una especie de grupo de operaciones especiales y encubiertas con el liderazgo de Steve Rogers. Buena parte de lo que Brubaker había implantado en Capitán América sería trasladado a Vengadores Secretos, pero con más personajes.

Aunque el elenco de protagonistas a primera vista resultaba un tanto peculiar, su elección obedecía a la necesidad de cubrir campos en los que un grupo de operaciones encubiertas debía estar especializado. El Caballero Luna y la Viuda Negra cumplían perfectamente con el papel de héroes versados en el sigilo y el combate cuerpo a cuerpo. El Hombre Hormiga también caía en cierta medida en esta categoría, pero además ofrecía la posibilidad de moverse por lugares donde el resto del grupo no podía llegar y de dar el tono socarrón y humorístico a la serie, todo un guiño a Ojo de Halcón. Luego estaba la Bestia, que es un perfecto ejemplo equilibrado de agilidad y fuerza además de inteligencia, el miembro ideal para ofrecer el punto de vista más científico de la formación. Máquina de Guerra y la Valquiria suponían la artillería pesada del grupo. El primero era el sustituto ideal de Iron Man, un táctico militar excelente, mientras que la asgardiana, la integrante más exótica del grupo, era sin duda alguna la fuerza bruta, el «Thor» que podría determinar una batalla para cuando las cosas se pusieran feas de verdad. Nova fue un miembro fugaz, pero era quien podría ofrecer apoyo logístico más allá de las fronteras de la Tierra. Como jefa de operaciones tácticas estaba Sharon Carter, la ex agente SHIELD y novia de Steve Rogers, un personaje cuyo rol recuerda mucho a las de Victoria Hand en los Nuevos Vengadores. Y por último, Steve Rogers el Supersoldado, el líder que cohesionaba a todo el grupo, una figura indiscutible que dejaba su papel de Capitán América para dedicarse a ser el nuevo policía secreto con jurisdicción internacional. Con todo esto y la presencia del espectacular Mike Deodato Jr., la premisa antes del primer número resultaba, como poco, apasionante.

QUÉ OFRECE VENGADORES SECRETOS

“Nuestro mundo está descontrolado. El siglo XXI va demasiado rápido y sus amenazas son demasiado grandes como para que la mayoría las reconozcan siquiera como tales. Me preocupan los villanos locos enmascarados y los dictadores dementes con armas nucleares… Pero lo que más me preocupa son aquellas amenazas de las que no sabemos nada. Las que se ocultan entre las sombras”. Este es el primer diálogo de Vengadores Secretos #1, una reflexión de Steve Rogers a modo de presentación que resume su propósito y el de sus chicos. Este grupo de Vengadores va a hacerse cargo de aquellos peligros inminentes. Ellos no van a esperar en la Mansión a que el villano de turno aparezca en mitad de Nueva York amenazando la vida de todo ser humano. La intención de Rogers es pasar de ser agentes pasivos a activos, nunca ser la reacción al problema sino más bien un grupo proactivo que busca evitar que las amenazas de hoy se conviertan en problemas del mañana. De hecho, así lo matiza el Supersoldado cuando se dirige a todos sus nuevos reclutas “Sé que cuando os pedí que os unierais a este equipo os dije que nuestra misión era tácticas sigilosas e intervención preventiva. Iremos allá donde seamos necesarios y realizaremos ataques con precisión quirúrjica«. Si bien esta declaración de intenciones es toda una novedad para un grupo de Vengadores, tal vez no se les escape a alguien hacer un símil con la política intervencionista y de prevención que popularizó el anterior inquilino de la Casa Blanca, el señor Bush Jr.

En cualquier caso, Ed Brubaker no se sale del patrón al que nos tiene acostumbrado. Una trama inicial que promete ser de larga duración acompañada de otras historias que añaden detalles e información a la primera y enriquecen su lectura. Así, comenzamos la aventura en la que se nos presenta una organización de la que nadie sabe nada y que anda en busca de la Corona Serpiente, un peligroso artefacto con poder similar al de las Gemas del Infinito y que ha puesto en aprietos a los héroes de diversas series marvelitas desde hace décadas. Número tras número vamos descubriendo junto con los Vengadores Secretos los entresijos del Consejo de las Sombras y sus intenciones, que pasan principalmente en traer de vuelta a la vida a uno de los mayores villanos que ha pisado la Tierra. No desvelaré su nombre, porque hasta eso conlleva misterio, pero conociendo a Brubaker era de esperar que se tratase de algún personaje antiguo y semiolvidado.

A colación de esa habilidad tan especial que tiene el escritor de recuperar elementos del pasado marveliano. Brubaker en esta serie vuelve a declararse un abierto nostálgico de las historias y los personajes que salieron de las mentes creativas durante las primeras décadas de Marvel, en especial de los años 70. Primero nos sorprende con un Nick Furialternativo que había aparecido originalmente en la serie de los Defensores y cuyo historia descubrimos en el #5 de Vengadores Secretos, en el que personalmente considero uno de los mejores números de la colección, sino el mejor, donde podemos disfrutar de una genuina trama de espías e historia Marvel. Si además el cómic es dibujado por David Aja, Michael Lark y Stefano Gaudiano, las 25 páginas se hacen escasas. El trabajo de desempolvo por parte de Brubaker continua y más tarde vemos aparecer a otro personaje que ya se había encargado de rescatar en su magnífica Proyecto Marvels. No obstante, aunque sorprende la recuperación de estas figuras, también lo hace el uso que les da, y es que el rol de los personajes que he mencionado difiere en buena parte de su comportamiento original ¿Qué carta nos guarda Brubaker bajo la manga? La última personalidad que ha salido del baúl de los recuerdos es Shang Chi, el artista marcial creado por Jim Starlin y Steve Englehart que precisamente tuvo su apogeo en la década de los 70 y que ahora acompaña a los Vengadores Secretos en desvelar los oscuros propósitos del Consejo de las Sombras.

Pero si Brubaker es un especialista en recuperar personajes caídos en el olvido, no es menos experto en crear otros con cierto trasfondo añejo. Cuando uno lee Vengadores Secretos y se encuentra con alguna nueva figura, el lector a menudo se pregunta si ese tipo que ve ahí ya aparecía en alguna historia de cuando era un niño, tal vez anterior o si se trata de un personaje totalmente nuevo. Esto se debe a que Brubaker no crea nada de cero; personajes como Aloysius Thorndrake, los Arcontes, los Devoradores de Mundos (sí, en plural) el Príncipe de los Huérfanos o el mismo Consejo de las Sombras son presentados con alguna referencia histórica, trasfondo y en cierta medida, ayudados de la retrocontinuidad. Así situamos a Thorndrake en el Lejano Oeste, a los Arcontes y los Devoradores de Mundos antes de la llegada de los Celestiales o al Príncipe de los Húerfanos en la II Guerra Mundial (mucho antes si nos atenemos a la serie El Inmortal Puño de Hierro) ¿Qué es nuevo y qué no? El misterio no sólo envuelve a la trama sino también a sus personajes, lo que le da a Brubaker la oportunidad de volver al pasado de éstos en cualquier momento y seguir sorprendiendo al lector.

¿Y los protagonistas? Brubaker se encarga de que casi ningún Vengador pierda protagonismo ante otro, la excepción en este caso es Steve Rogers, que despunta y centra la atención en diversas situaciones. Tal vez para acentuar su papel de líder y cerebro de todo el grupo, como si de un nuevo Nick Furia en SHIELD se tratase.

El trabajo del escritor viene acompañado del espectacular dibujo de Mike Deodato Jr. Su arte es totalmente compatible con el tono que le quiere dar Brubaker a la serie; con una atmósfera más oscura y seria que claramente se aleja del resto de series vengadoras, algo que pudimos ver en Vengadores Oscuros. Aunque a veces podemos encontrar esas líneas forzadas en algunas posturas de los personajes (ellos con las piernas abiertas y ellas en poses sensuales), no podemos dejar de reconocer que Deodato contribuye en gran medida a la espectacularidad de lo que se nos presenta en este título. No podemos olvidar tampoco a Rain Beredo, que con sus colores suma para lograr una ambientación ideal de serie de espías y como no, las colaboraciones puntuales de Aja, Lark, Gaudiano y Marko Djurdjevic en las portadas.

Si hay una pega para Vengadores Secretos es el formato. Me explico: al igual que ocurre con Guerreros Secretos (a ver si va a ser el título), debido a lo intrincado de su trama, la periodicidad mensual puede hacer que el lector pierda el hilo de lo que ha estado leyendo y olvide detalles que han surgido en números anteriores. He de reconocer que una relectura continuada de los siete números publicados ayudaron a apreciar mejor el trabajo de los autores implicados y mantener frescos hasta el último número aspectos que son tratados al comienzo de la serie. Por tanto, si aun no has leído Vengadores Secretos, reúne los siete números de la serie en español y leelos en una tarde, te aseguro un rato divertido. Si por el contrario ya la tienes, hazle una relectura, merecerá la pena.

Desgraciadamente, el trabajo de Brubaker en Vengadores Secretos ha terminado, al menos en EEUU. Nick Spencer ha ocupado su lugar durante el crossover Fear Itself y Warren Ellis será quien se encargue luego de la serie. Esperamos no echar en falta al bueno de Ed.