Vertigo USA: Joe The Barbarian y Daytripper

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El 2010 ya ha empezado y puede que lo mejor que tiene que ofrecernos, también. Lo cierto es hacía tiempo que la línea Vertigo había descuidado lo que hasta hace unos años constituía uno de sus puntos fuertes: las series limitadas. Embarcado en potenciar tanto sus series regulares como las novelas gráficas (Vertigo Crime a la cabeza), el sello adulto de DC Comics ha estado maltratando en los últimos años un formato de publicación que antaño generaba propuestas como El Asco o Enigma y que en los últimos tiempos sólo era capaz de producir aberraciones como Greatest Hits o Haunted Tank. Una triste dinámica que parece cambiar este 2010 con dos auténticos bombazos –uno de tapadillo, el otro esperado– como son el Daytripper de Gabriel Bá y Fábio Moon y el Joe The Barbarian de Grant Morrison y Sean Murphy. Hoy y aquí vamos a darles un rápido vistazo (sin SPOILERS), pero si el lector desea un resumen antes de empezar, podría ser éste: id apuntando ambos títulos para recordarlos en el futuro y no dejarlos pasar.

JOE THE BARBARIAN

Respecto a Joe The Barbarian, maxiserie de ocho entregas (inicialmente iban a ser tres y luego seis) cuyo primer número debutó ayer en las estanterías americanas, decir que supone el retorno de Morrison a Vertigo desde que gestara Seaguy, We3 y Vimanarama entre 2004 y 2005, y después de que el año pasado alumbrara tímidamente la segunda parte (de tres) de la propia Seaguy. Un regreso muy esperado por los lectores del sello y en el que el escocés se propone alumbrar su «primera historia fantástica de verdad» auxiliado en el apartado gráfico por un majestuso Sean Murphy (Batman/Scarecrow: Year One). ¿La historia? Las fantasías alucinatorias, fantásticas y mágicas, de un chaval huérfano de padre y diabético tipo I en plena crisis hipoglucémica (de ahí el título del primer número: Hypo). ¿Qué nos tiene que decir el equipo creativo al respecto? Eso vamos a averiguar…


Portadas para los cuatro primeros números

Lo primero que Morrison deja claro cuando se le pregunta por el tema es que todas las historias que hace expresan personalmente lo que hay en su cabeza en el momento en el que las está haciendo, y que en este sentido sus aproximaciones a Superman o Batman de los últimos años son tan personales como todo lo demás. No obstante, tampoco es tan inconsciente como para afirmar que no hay diferencia entre manejar material de creación propia y escribir para una franquicia: «Cuando creas tus propias historias y personajes, hay un cierto orgullo y una cierta libertad que quizás sean un poco más profundas que cuando trabajas con marcas registradas de otra gente. Hay una especie de frescura que dimana de hacer historias que no cargan con un equipaje de trescientos años de antigüedad. Eres capaz de ir a lugares que son quizás un poco más interesantes y desafiantes que los que permite el material corporativo. […] El material de propia creación puede ser más ambicioso, más concentrado tal vez. Las historias son finitas y completas. Y hay cierta clase de alivio cuando nadie ha escrito los personajes antes, de forma que nadie puede quejarse acerca de cómo deberían o no deberían ser».

En otro orden de cosas, Morrison niega que el componente del cómic sea esencialmente autobiográfico –excepto por estar operado de vegetaciones y de apendicitis fue un niño bastante sano–, si bien comparte con su protagonista tanto la imaginación desbordante como la condición de militar de su padre y se ha basado en el hijo diabético de un familiar de su mujer –Kristan Morrison– para el personaje central. Pero más allá de eso, nada de autobiografía… de lo que aquí se trata es de «la simple idea de hacer una historia fantástica clásica». Morrison lo explica: «cuando era un quinceañero estaba obsesionado con los libros fantásticos… Tolkien, Alan Garner, Susan Cooper, Robert E. Howard, Michael Moorcock, Stephen Donaldson… cualquier cosa sobre la que pudiera poner las manos. Incluso escribí dos grandes novelas de espada y brujería por aquel entonces, pero nunca había hecho un cómic fantástico antes y me pareció un reto interesante hacer algo propio como El señor de los anillos o Alicia en el País de las maravillas en la actualidad. […] Lo que me más excitaba era la idea de reimaginar la narrativa básica del género fantástico –la familiar aventura del ‘mundo dentro del armario’– de la misma forma en la que hemos reimaginado a los superhéroes en los últimos veinte años. Ya sabes, volver a lo básico y reconstruirlo para una audiencia del siglo XXI. […] Una buena historia fantástica necesita algo de genuina e inmediata relevancia para con el mundo en el que vivimos, así que me tocó esperar hasta que tuve una idea que sentí clara, plausible y fresca. ¿Cómo sería una historia fantástica, postraumática y post 11-S?».


Juegos de perspectiva y composición en Joe The Barbarian

¿El primer número nos orienta acerca de si lo ha conseguido? Pues sí… tras haberlo leído debo decir que Morrison básicamente se toma su tiempo para encuadrar la historia, apenas definiendo la vida cotidiana de su personaje casi sin diálogo y poniendo en marcha el motor de la trama (una crisis hipoglucémica). Pero lo hace de una forma magistral y nos trae a la cabeza tanto referentes confesos –las aventuras de Narnia, las historias de Alicia, el Elidor de Alan Garner, el mundo de Oz, La cabina mágica de Norton Juster– como no confesos –Los héroes del tiempo, La historia interminable– para precipitar directamente al lector al nudo del asunto: las aventuras de un chaval al borde de la pubertad en un mundo mágico e integrador que parece mirar a la ficción con el mismo cariño con el que el guionista expuso la Historia del cómic superheroico en Flex Mentallo. Todo ello elevando los elementos consustanciales del hogar a la categoría de nostálgica mitología («cuando eres un chaval, tu padre es el rey, tu madre la reina, el perro del vecino es el más importante del mundo y la chica de la casa de al lado es una princesa») en un viaje que el escocés ha estructurado para durar sólo veinte minutos en la vida real pero mucho más en la imaginación del chico. Un viaje fantástico que, a decir verdad, no es sino una visita a las mismísimas puertas de la muerte.

Mención aparte merece el trabajo de Sean Murphy. El dibujante no sólo alcanza unos niveles de detalle impresionantes (de hecho, los juguetes del trastero de Joe se basan todos en modelos reales y funcionan a modo de easter eggs), compone unas dobles splash pages que quitan el hipo y ejecuta un grafismo fresco y estilizado como pocos, sino que se permite el mayor y más magistral juego de perspectivas –del cual, además, sale triunfante– que servidor haya tenido la oportunidad de ver en mucho tiempo. Un apartado gráfico desgranado en un par de interesantes entrevistas (aquí y aquí), que se ve completado con el buen hacer de Dave Stewart como colorista y que viene a redondear un cómic que, muy probablemente, se convierta en cita obligada para los aficionados españoles a finales de 2010 o en 2011. Casi un clásico instantáneo.


¿RECUERDAS?

DAYTRIPPER

Ahora el lector tiene dos opciones: dejar de seguir leyendo porque simplemente no le llamen la atención los nombres implicados en Daytripper o adentrarse en el mundo de realismo mágico y melodrama existencial que los hermanos gemelos Gabriel Bá y Fábio Moon (São Paulo, 1976) llevan construyendo desde diciembre de 2009 con la perspectiva de alcanzar los diez números… un equipo creativo de auténtico lujo que comparte responsabilidades en las tareas de guión, dibujo y entintado (el color corre a cargo de Dave Stewart y las portadas a cargo de Bá) y que hasta ahora nos ha ofrecido una historia rica, de arquitectura narrativa y dramática muy compleja, con un profundo eco literario y de una extraordinaria sensualidad gráfica. Pero… ¿de qué trata Daytripper?

Los propios creadores nos lo explican: «La primera vez que nos preguntaron de qué iba Daytripper, simplemente dijimos, ‘va sobre la vida’. Tras eso nos respondieron un seco ‘¿Eso es todo?’ seguido de un silencio mutuo. ‘Vais a necesitar una respuesta mucho mejor que esa’ concluyó la otra persona. Y ahí fue donde empezamos a hacer preguntas: ¿alguna vez te has dado cuenta de cómo nuestras vidas pueden cambiar en cualquier momento? ¿te has percatado acerca de cómo podemos planificar el futuro todo lo que queramos, pero siempre nos sorprende lo inesperado? ¿y de que, al final, todos acabamos con una suma de momentos, buenos y malos, que son los que realmente definen quiénes somos, qué queremos y qué amamos? Bueno, esas montañas rusas en la vida ordinaria pasan cada día, y de eso es de lo que va Daytripper […] Conozcamos a Brás de Oliva Domingos, aspirante a escritor, y sigámosle mientras trata de solventar su vida. Coloquémonos sus zapatos y veamos a dónde nos llevan. Veamos el chico que fue, el joven que soñaba su vida, y el hombre en el que se convirtió. Sepamos sus secretos y tratemos de guardarlos. Y si fallamos y los contamos por ahí, entonces quizás pronto la gente empezará a preguntar ‘¿Has conocido a Brás?’. Porque cada número de esta serie nos presenta una nueva oportunidad de conocerle, justo al igual que cada día nos presenta la oportunidad de conocer a un nuevo amigo. ¿Lo querremos o lo odiaremos? ¿Romperá nuestros corazones?»


Portadas para los cuatro primeros números a
cargo de Gabriel Bá (Umbrella Academy)

Y eso es todo, que no es poco. Daytripper va sobre la vida de Brás de Oliva Domingos, escritor de necrológicas para un periódico local de São Paulo, con un padre famoso y con una profunda crisis personal. ¿Quiere decir eso que es un slice of life? No; no es tan evidente ni tan simplista. En primer lugar porque en cada número –ya he leído dos– saltamos en el tiempo y vemos un fragmento importante o relevante en la vida de Brás que nos permite inferir no sólo por qué es como es, sino cómo ha llegado a serlo. Y en segundo, porque a diferencia del slice puro y duro, la ambición de Bá y Moon no es la de exponernos la vida cotidiana del protagonista, sino todo lo contrario: los momentos determinantes de su biografía, aún cuando estos no terminen de percibirse claramente como tales. Si cuando acabe la maxiserie llegamos a conocer y a entender a Brás, si el conjunto de fragmentos compone más que la suma de los mismos, entonces habrán logrado su objetivo. ¿Tiene componentes biográficos? Pues sí y pues no. Moon al habla: «Es nuestra visión de este mundo, que en realidad es nuestro mundo, pero al mismo tiempo, está completamente fabricado. Pienso que todos los escritores ponen algo de sí mismos en su trabajo, incluso si escriben sobre extraterrestres. Creo que hay un montón de información en la historia que proviene tanto de nuestra experiencia personal como de las investigaciones que hicimos para la historia, o incluso historias que oímos u obtuvimos de nuestros amigos. Pero todo ello sólo funciona en la historia si funciona como ficción».

Respecto a sus influencias, los hermanos gustan de citar a escritores como Manuel Bandeira y Fernando Pessoa (por su poesía), Machado de Assis (por su uso de la narración para manipular la historia, los personajes e incluso al lector) o João Guimarães Rosa (por su prosa lírica y su capacidad de atrapar al lector), a los que yo añadiría por evocación a Paul Auster (por su arquitectura narrativa y cierto fatalismo) y a Antonio Tabucchi (por el tono entre melancólico y positivo). Bá y Moon también citan, evidentemente, el realismo de Eisner y un puñado de títulos de cabecera en el mundo del cómic (Moonshadow o Watchmen entre ellos).


La plasticidad hecha tebeo en Daytripper

¿Qué tal el primer número? Bueno; leerlo es enamorarte perdidamente y sin remedio de la colección. Durante la mayor parte del mismo no parece pasar nada en absoluto. Conocemos a Brás, asistimos a su vida, nos familiarizamos con su familia y amigos… y, sin embargo, tanto la descriptiva prosa en tercera persona como la cálida paleta cromática y el grafismo –estilizado, sencillo, sensual, curvo, de trazo grueso y poco profuso– nos animan a seguir leyendo hasta el final. Un final con un giro enormemente radical que nos gana, y que constituyó en su momento tanto el acicate de los creadores para seguir adelante como el detalle que llamó la atención del editor Bob Schrek en la propuesta original. Si a todo ello le sumamos las portadas (¡señores! James Jean tiene heredero, no pretende imitarle y no está en Fábulas) nos queda una carta de presentación sumamente atractiva que se potencia al leer la segunda entrega de la maxiserie. Una auténtica delicia.

EPÍLOGO

Tras todo lo expuesto creo que, con Joe The Barbarian y Daytripper, los aficionados a la línea Vertigo debemos celebrar que el sello que tanto amamos haya vuelto a las andadas en lo que a maxiseries se refiere. Por otra parte, cualquiera se estará dando cuenta en estos momentos de que con productos como estos –y a poco que Demo y American Vampire vayan bien– el 2010 puede ser un excelente año para un sello cuya gran apuesta (Vertigo Crime) es, paradójicamente, la que más indiferencia está causando. Justamente, debo decir: más allá de incursiones puntuales (Filthy Rich) casi todos sus productos están exhibiendo un carácter acomodaticio y convencional de lo más aburrido. El género negro en Vertigo vendía o era bien recibido porque gozaba de buenas historias (100 Balas, Scalped) pero elevarlo a la categoría de fórmula de éxito sin ofrecer un mínimo de sustancia o innovación ha sido toda una equivocación.

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Raúl López
Admin
21 enero, 2010 14:01

No soy muy dado a leer comic Vertigo en su edición americana, me suelo esperar a la edición de Planeta, pero con DayTripper hice una excepción por la obra maestra que tiene por portada el primer número y no me defraudó, estamos ante una grándisima serie 🙂

Phantomas
Phantomas
Lector
21 enero, 2010 16:37

Me sigue llamando poderosamente Joe the Barbarian, más que Daytripper. Pero desde luego, tal y como dices, es de lo más interesante que parece publicar Vertigo en los últimos tiempos

Maesemediarock
Maesemediarock
21 enero, 2010 16:45

Pues Joe the Barbarian tiene una pinta cojonuda, la seguire de cerca.

RoQ
RoQ
21 enero, 2010 16:46

Lei ambas y me gustaron mucho, la de Joe le encontre mucho parecido con «I kill giants» de Kelly

Daytripper es buena, pero no entiendo bien como es que

Aviso de Spoiler

Bras muere en cada libro, o es que se lo imagina.

John Space
John Space
21 enero, 2010 17:43

En Morrison confiamos, y recompensa recibimos.

JAVIE
JAVIE
Lector
21 enero, 2010 17:55

Soy lector  de vertigo por  encima de cualquier otro sello americano, asi que me parece una noticia increible, sobre todo por JOE THE BARBARIAN, para mi MORRISON  es una garantia, asi que , estaremos atentos  en cuanto lo publique planeta, mientras tantos, seguire disfrutando de esta genial linea que es vertigo, En estos momento voy por el numero 4 de DMZ , la cual dicho sea de paso ,me parece una de las historias mas fresca e interesantes que e leido ultimamente

Clavos
Clavos
21 enero, 2010 20:26

Buf, he estado ojeando la cronología de la línea y hay que retroceder hasta Otoño de 2006 para encontrar la última gran miniserie que se había publicado en Vertigo hasta ahora, ‘El otro bando’; o ya siendo menos exigentes, la digna pero algo fallida ‘Faker’, de Verano del 2007. Así que ganas le tengo tanto a Daytripper como a Joe the Barbarian, además del nuevo volumen de Demo y la actual miniserie de Cenicienta.

¡Menos cartoné y subsellos sosos y más calidad, Mr. Vertigo! 😛

Antoño Retoño
Antoño Retoño
21 enero, 2010 23:22

No me sorprende que Bá cite a Antonio Tabucchi como una de sus influencias, porque lo primero que me ha venido a la cabeza al leer que el protagonista es un escritor de necrológicas ha sido «Sostiene Pereira».

Suena realmente bien este Daytripper.

Y de la mini de Morrison esperaré a que salgan más números, y más comentarios. Me espero cualquier cosa, la verdad… 😛

Antoño Retoño
Antoño Retoño
21 enero, 2010 23:52

Ah, es verdad, lo de Auster y Tabucchi lo has incluido tú. En cualquier caso, dos magníficas influencias, si se nota la mano de ambos autores en este cómic (y sí, aunque hace ya unos años que lo leí y no lo tengo demasiado fresco, mantengo un muy buen recuerdo de «Sostiene Pereira»).

Raúl Martin
Lector
22 enero, 2010 7:43

Estoy de acuerdo en que ambas obras resultan prometedoras. Por ahora la que más me está gustando es Daytripper, la encuentro tremendamente sensible y clara, mostrando la magia cotidiana de un día cualquiera. Aunque también confieso que conozco obras anteriores  de los autores (me gustan Umbrella Academy y Pixu) y suelen trabajar a un buen nivel.

Joe The Barbarian me ha paredico interesante, aunque el primer número la verdad es que sabe a poco. Destaco sobretodo la labor del dibujante Sean Murphy y ese cuarto lleno de juguetes de los 80 y Nintendos, Ataris, el Halcón Milenario… A nivel de guión, creo que Morrison en este número tan sólo nos prepara para algo grande que va a ocurrir.

Curiosamente en este momento también se está publicando una serie de juguetes que toman vida en un mundo imaginario. Me refierto a  The Stuff of Legend, una obra que me resulta fascinante.

Dejo un link, por si a alguien le interesa:
http://www.th3rdworld.com/book/The-Stuff-of-Legend

Maesemediarock
Maesemediarock
22 enero, 2010 11:23

La de The Stuff of Legend yo tambien la estoy siguiendo y aunque no sea de vertigo y mas desconocida se sale tambien.

Raúl Martin
Lector
22 enero, 2010 12:05

Si, la verdad es que The Stuff of Legend está gustando a quien la sigue. Hablé de ella en un «Que No Sea Kang, Por Favor» y descubrí que la gente se rendía ante ella; en especial por su dibujo. Y ahora que ha aparecido su segundo volumen la buenas sensaciones continúan intactas. Esperemos que suene la flauta y la podamos ver por nuestro país.

curioso
curioso
22 enero, 2010 17:34

ey, yo celebro que salgan en la línea  obras tan buenas, que mantengan vivo a vertigo  con un buen surtido de buenas series.
Daytripper me ha gustado, y eso que no me convencía nada al principio, pero es buen dibujo, y historia muy cotidiano.
Joe el barberáin me ha gustao mucho, a ver como sigue.

saludos.

Spartacus Hughes
Spartacus Hughes
Lector
5 diciembre, 2011 2:43

Opino que Vertigo deberia retornar a los tiempos en los que solo publicaban material moral y politicamente incorrecto. Se ha puesto de moda decir que esa tendencia pertenece al pasado y mi corazón ya no late con la intensidad que lo hacía en los buenos tiempos. La última vez que mis pulsaciones se aceleraron fue con el Supergod de Ellis. Me pregunto si Avatar no será el nuevo Vertigo. Si no ponen a un jefe editor macarra al timón, me parece que se va a ir a la mierda. Me niego a aceptar que con Transmetropolitan y El Asco se acabo lo que se daba. A saber cuantos proyectos de calidad han sido betados por esa nueva concepción de lo que debe ser un comic Vertigo. ¿Tendrá que ver con cierto incidente con unos aviones y unos edificios? Reivindiquemos el comic trasgresor.

Spartacus Hughes
Spartacus Hughes
Lector
5 diciembre, 2011 2:55

Es muy fuerte oir a Garth Ennis decir que se siente más comodo trabajando en Marvel Max porque no le censuran tanto como en Vértigo. Como en el 2012 no salga una serie que me llene de verdad, como las grandes, voy a terminar con dieciseis años de coleccionismo. Vendo todo, me quedo con lo esencial y no vuelvo a pasarme por una tienda-pagina de comics. Ni siquiera Planetary me llenó de verdad. Muy triste la descarada y torpe forma en la que han alargado Fabulas sencillamente porque la gente lo sigue comprando. ¿Que ha sido de la invasión Británica que lo cambió todo? Han sido asimilados por la industria y despojado de aquello que les hacía diferentes.