Simplificando la historia.
«Dado que la justicia siempre se hace a favor de los poderosos, nosotros haremos nuestra propia justicia.»
Al igual que sucede con la novela histórica, los cómics que relatan sucesos del pasado pueden ser una excelente manera de acercarse a diferentes periodos de la historia de la humanidad de una forma mucho más amena que la que nos pueden ofrecer los manuales y ensayos más especializados que en muchas ocasiones tienen a ser demasiado áridos y densos. La experiencia puede resultar más o menos afortunada en función del empeño de los autores en reflejar de forma veraz esos episodios y sus contextos. Para lograrlo se puede optar por tomar como protagonistas a unos personajes surgidos de la imaginación del creador, algo que permite una mayor libertad a la hora de hacer con ellos lo que demande la trama, o bien se puede optar por contar la historia tomando como protagonistas principales a algunas de las personas reales que protagonizaron de primera mano los eventos relatados. Ambas son opciones igualmente validas con sus pros y sus contras y la calidad del relato dependerá únicamente del talento de los autores. Pero, aunque hay que tener claro que la función principal de ese tipo de obras no es enseñar historia, si se opta por contar la historia de un personaje real los autores deberían tratar de ser coherentes con los hechos que se conocen, aunque en algunos momentos integren partes inventadas, bien para tratar de llenar huecos en las biografías de los personajes, bien para dotar de dramatismo a la historia. En caso contrario queda una historia que carece de valor didáctico sobre la vida de la figura que relata para convertirse en una fábula más o menos divertida. Justo eso es lo que tenemos en Vientos de libertad, el cómic que ha editado Cartem Cómics sobre el anarquista ucraniano Néstor Majnó realizado por el guionista Philippe Thirault (Paris, 1967), conocido en España por obra como ¡Salud! (Astiberri) dibujada por Nadar o Shanghai Dream (Ponent) con dibujos de Jorge Miguel, y dibujada por el italiano Roberto Zaghi (Ferrara, 1969), colaborador habitual de Bonelli en series como Julia y que se ha encargado del último álbum de la serie Tramp (Ponent) sustituyendo a Patrick Jusseaume.
La obra nos presenta a Néstor Majnó exiliado en Paris y enfermo de tuberculosis años después del fracaso de la Segunda Revolución ucraniana de 1917 en la que lucho por establecer en Ucrania un estado independiente regido por los principios anarquistas. Su lucha le llevo a combatir primero contra las clases altas de su país, para tras la Revolución Rusa luchar contra los cosacos blancos, luego contra el ejército austrohúngaro y finalmente contra la Rusia comunista. Unas peripecias bélicas que están bastante bien relatadas en el cómic, pero no sucede lo mismo con la infancia de Majnó que está totalmente ficcionada cambiando por completo sus motivaciones y transformándolo en un personaje menos complejo y más plano, pasando a ser más un héroe romántico en lugar de un revolucionario anarquista convencido. Nada que ver el anterior retrato en cómic que vimos de Majnó en ¡Viva la Anarquía! (Ponent) de Bruno Loth, mucho más fiel a la realidad y que representa mucho mejor la lucha que mantuvo y sus principios.
La parte más decepcionante de encontrarnos ante una historia que se toma tantas licencias con la realidad es que no es una decisión tomada ante el escaso interés de la vida el protagonista, ya que tuvo una vida plagada de aventuras y conflictos de toda índole que le han convertido en una figura muy polémica sobre la que hay diversidad de opiniones en función de a quien se consulte. La decisión de mostrarnos ese retrato del personaje parece obedecer a otros motivos distintos solamente explicables por no querer entrar en la parte más política de su trayectoria para evitar polémicas y centrarse en la parte bélica y aventurera para crear una epopeya con evidentes similitudes con las grandes novelas rusas del s. XIX, pero muy alejada de la brillantez con la que hace lo mismo Alfonso Zapico en La balada del Norte (Astiberri) que con buen criterio opto por crear personajes propios en lugar de centrarse en figuras históricas.
Un retrato del personaje despojado de su vertiente anarquista, que fue la que le llevo a luchar por sus formas de entender el mundo, en una decisión que coincide con la recuperación de su figura únicamente como héroe nacionalista que se está produciendo en su país de origen en los últimos años y que seguramente le espantaría, sobre todo porque esa visión ultranacionalista le vincula con otras figuras del pasado del país de ideología claramente filonazi con los que no tiene nada que ver. Bajo esa visión de epopeya de aventuras la obra funciona mucho mejor, ya que en ese tipo de historia tiene mejor cabida un personaje protagonista como el que retratan sus autores que está más motivado por sus sentimientos personales como la venganza o el amor que por su ideología. Pero eso hace que sea un personaje bastante menos interesante. Al igual que sucede con algunos otros personajes más secundarias que obedecen más al arquetipo habitual en estas historias como algunos que son simplemente villanos clásicos unidimensionales en lugar de personajes mucho más complejos.
Aunque la obra nos muestra algunas de los sucesos más controvertidos y cuestionables de la vida de Majnó siempre nos los nuestra con una dosis de romanticismo que hace que este claramente posicionada a su favor, obviando y restando importancia a muchos de ellos, de manera que hay reacciones de los personajes que no se acaban de entender del todo, de la misma manera que sucede con algunos de los hechos que relata la obra. Algo que no solo se puede achacar a una decisión consciente de los autores, también es imputable a las limitaciones de espacio que tiene la obra, puesto que para hacer una aproximación más certera a su vida hubiera sido necesario disponer de muchas más páginas que las que son habituales en los productos surgidos de la BD más comercial. Lo mismo sucede con el contexto histórico y el despertar ideológico de Majnó que tampoco están muy bien explicados seguramente por los mismos motivos.
Roberto Zagui, junto con la colorista Annelise Sauvêtre, realizan en Vientos de libertad un trabajo solvente, aunque excesivamente clásico tanto en la narrativa como en la composición de página. Pero no es algo que nos sorprenda a estas alturas, ya que es lo habitual en los cómics comerciales de temática histórica producidos en Francia, salvo notables excepciones. Así que tenemos un cómic que se lee muy fácil y con escenas de batalla bien resueltas. Se puede observar que han realizado un enorme trabajo de documentación para poder reflejar perfectamente la época en la que transcurre la historia. Quizás, lo más llamativo del apartado gráfico es la expresividad de la que dota a los personajes con unos rostros que nos recuerdan mucho a los que dibuja el gran José Luis García-López. Pese a no ser un trabajo deslumbrante, los problemas que presenta el cómic no vienen dados por el apartado gráfico.
Como es habitual la edición de Cartem es de gran calidad, con buena reproducción y tamaño y extras muy interesantes como bocetos y un artículo sobre Majnó escrito por Yves Frémíon.
Con Vientos de libertad Philippe Thirault y Roberto Zaghi han creado un correcto cómic de aventuras que recuerda a la épica romántica de las grandes novelas rusas del s. XIX, pero no se puede decir lo mismo de su valor como cómic histórico ya que, aunque dentro de este género es habitual que los autores se tomen licencias históricas para potenciar el dramatismo de la historia, en este caso se toman tantas que su aproximación a Néstor Majnó tiene muy poco que ver con la figura histórica.
Para ver un tráiler del cómic pulsad play:
Lo mejor
• La carga épica de la historia que nos cuentan.
• El detalle del dibujo.
Lo peor
• La obra se toma demasiadas licencias tanto con la figura de Manjó como con los sucesos de reales que relata.
• Es una historia demasiado compleja para contarla en solo dos álbumes.
Guión - 5
Dibujo - 7
Interés - 6
6
Decepción
Un fallido retrato de una figura histórica interesantísima lastrado por unas decisiones de guion más que cuestionables.