Vimanarama: Lisergia, Bollywood y Kirby

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Edición original: abr./jun. 2005; Vertigo (DC Comics).
Edición España: feb. 2008; Planeta DeAgostini.
Guión: Grant Morrison.
Dibujo: Philip Bond.
Entintado: Philip Bond.
Portadas: Philip Bond.
Color: Brian Miller.
Rotulista: Todd Klein.
Precio: 8,95 € (Rústica, 104 págs.)

 

Cuando en 2004 el guionista escocés Grant Morrison termina su periplo en New X-Men tras 41 números, pasa a DC con contrato exclusivo, comenzando así una prolífica etapa centrada en la producción de cómics esencialmente comerciales con los grandes iconos del Universo DC como protagonistas. Pero en los términos que lo ligan con la editorial, se incluye la escritura de tres miniseries de argumento libre para el sello Vertigo, con el que Morrison ya estaba familiarizado gracias a obras de la talla de Los Invisibles o El Asco.

Estos proyectos fueron –en orden cronológico– Seaguy (julio-septiembre 2004), We3 (junio 2004-enero 2005) y Vimanarama (abril-junio 2005), que fue curiosamente el primero que presentó Morrison al entrar en DC, a pesar de ser el último en publicarse. Compuestas por tres números USA cada una de ellas, pronto conocieron reediciones en TPB, formato que se importó para unas salidas en España un tanto irregulares.

En efecto, poco a poco, estas miniseries han ido apareciendo en nuestro país, pero bajo un criterio que atiende sin ninguna duda a su comercialidad: We3, la más accesible y espectacular, en diciembre de 2005; después Seaguy, la más marciana, en febrero de 2007; y, finalmente, esta Vimanarama que aparece ahora y que era posiblemente la de más difícil digestión, tal vez por no atender a los criterios claros de comercialidad o lisérgica profundidad entre los que suelen moverse los trabajos de Morrison. Llega, pues, algo tarde vacilante; pero llega al fin y al cabo.


Portadas originales USA

Sobre la edición, comentar que es muy correcta y que sigue los cánones habituales de Planeta DeAgostini para este tipo de productos: tomo en rústica bien editado, aunque sin ningún material extra más allá de dos parcas biografías de Grant Morrison y el ilustrador Philip Bond, a cargo del apartado gráfico de la obra. Por comentar alguna que otra licencia española, decir que la tipografía empleada para las palabras de los villanos de la aventura no es exactamente igual a la que podemos ver en la versión USA –más angulosa, detallada y expresiva– si bien resulta una adaptación más que correcta.

Argumento

Bradford, Inglaterra. Ali es un joven británico de ascendencia pakistaní y con tendencias suicidas que vive, ajeno a la tradición de su familia, en un mar de sueños; sueños que últimamente se ven amenazados por el matrimonio que su padre ha concertado para él con una chica de una familia afín, Sofia. Pero en el día en que debe conocer a su bella prometida, algo trastocará su rutinaria existencia: un accidente en la tienda familiar ha abierto un profundo agujero, enlazando con una arcana ciudad en la que residen antiguas, poderosas y malignas criaturas que, ahora, se han despertado tras milenios de cautiverio.


La influencia de Bollywood en Vimanarama

Enfrentados al Apocalipsis, Ali y Sofia (de la que, por supuesto, el primero se ha enamorado a primera vista) deberán hacer lo posible por salvar al mundo de tamaña amenaza, misión que pasa por convocar a los paladines de la luz: los Ultrahadeen, enemigos históricos de los seres a los que han liberado. Pero claro, el líder de estos fabulosos guerreros es apuesto, gentil… y también se enamora perdidamente de Sofia. Mitología, religión, aventuras, inmigración, el fin del mundo y mucha, pero que mucha ida de olla se dan la mano en un cómic guionizado por el inefable Grant Morrison. Eso, claro, sin olvidarnos de una ambientación al más puro estilo Bollywood. En una palabra: ¡Vimanarama!

Analizando Vimanarama

El origen de Vimanarama hay que buscarlo, como ocurre con tantas otras obras hoy en día, en los atentados del 11 de septiembre de 2001. Fue entonces cuando Grant Morrison, en un intento por comprender la situación geopolítica de una forma un poco más clara, comenzó a leer libros y ensayos sobre la cultura islámica –a la que, hasta entonces, era totalmente ajeno– descubriendo «una rica fuente de visionaria rareza». Poco a poco, su atención se fue centrando en la antigua mitología pakistaní e hindú concerniente al antiguo Imperio Rama, una avanzada cultura de 6.000 años de antigüedad cuya existencia se intuye gracias a los descubrientos en Pakistán de las ciudades de Mohenjo-Daro y Harappa, y que ha sido equiparada en el imaginario popular con esas miticas civilizaciones de tecnología futurista que todo conocemos: la Atlántida y Mu (o Lemuria). Es de suponer que en este punto también tuvieron su parte de importancia los viajes del autor por Nepal y La India en la década de los ’90 y que inspiraron Los Invisibles; y decimos «es de suponer» porque, misteriosamente, el autor no los cita como influencia al hablar de Vimanarama a pesar de la deriva de la obra desde la cultura musulmana hasta la hinduista.


El Imperio Rama sepultado bajo Bradford

En cualquier caso, una vez encontrada la fuente de inspiración, Morrison se dedicó a indagar en todos los aspectos de su descubrimiento en la medida de lo posible, profundizando en los Vedas (los más antiguos textos sagrados del Hinduismo) y en los dos poemas épicos por excelencia de la cultura hindú: el Mahābhārata y el Ramayana. Precisamente, de estos escritos es de donde el escocés toma el nombre de «Vimana» para convertirlo en el título de su obra: un vimana es una especie de ingenio volador, empleado por dioses y héroes de diverso origen a lo largo de los textos escritos en sánscrito, y que se ha querido ver por parte de los más encarnizados estudiosos de la ufología como demostración de la existencia e influencia de civilizaciones alienígenas sobre nuestro pasado remoto. En este punto, a Morrison le gusta citar el libro de David Hatcher Childress Vimana Aircraft of Ancient India & Atlantis como una referencia esencial de «arqueología especulativa», muy utilizada en sus indagaciones. Por su parte, Rama es el legendario rey protagonista del Ramayana, y se considera el séptimo avatar –o encarnación– del dios Vishnu (el Ser Supremo para esta cultura). Dioses, ovnis, extraterrestres, mitología, civilizaciones perdidas… ¿cómo demonios Morrison no había caído en todo esto antes?


Los vimanas de unos villanos
deudores de Apocalipsis y Darkseid

Si a esto le sumamos las descripciones de los ángeles del Coran, una gran influencia de Los Eternos de Kirby (revitalizados hace poco por Gaiman), y le añadimos un poco de consistencia reivindicativa, ya tenemos cómic. O como dice el propio Morrison: «El Islam reniega del arte representacional, por lo que imaginé que, para algunas sectas, los cómics serían la forma de arte más blasfema concebible. Así que me gustó la idea de coger toda la pompa y enorme sacralidad de una de las más grandes religiones del mundo… y convertirla en un cómic de Jack Kirby. [De hecho] las grandes religiones tienen mucho de ciencia ficción: seres divinos, inmensos poderes cósmicos y excusas completamente imposibles. Pienso que [en un futuro] la religión se convertirá en una elección de estilo de vida propia de supermercado, como elegir ser un gótico o un yuppie».

Pero Vinarama también es un tebeo que contiene numerosas referencias a la cultura y el sistema familiar de los inmigrantes musulmanes europeos algo que, según Morrison, le permitió hacer un poco de comedia bizarra. No obstante, el guionista dice haber eliminado la mayor parte de las expresiones culturales que recogió durante las investigaciones acerca de este colectivo, evitando así hacerlo excesivamente costumbrista –por ejemplo, a lo largo del cómic no vemos palabras como «Alá», que se ha traducido como «Dios»–.

En cualquier caso, alrededor de la historia de amor de Ali y Sofia pivota un interés por atraer al público más joven en base a una problemática netamente adolescente: el enamoramiento juvenil, tratado como si de una comedia bollywoodiense se tratase. Nuevamente atendiendo a las palabras del escocés: «Pienso que la historia es lo suficientemente humana en su núcleo como para significar algo para todo aquel que haya sido un adolescente rodeado por inmensas y ridículas fuerzas más allá del propio control y entendimiento. Seguramente, todo aquel que haya pasado de los 12 años…».


Ali y Sofia: «El mundo se derrumba y
nosotros nos enamoramos»

Y de un guionista, a un dibujante. Philip Bond, responsable del apartado gráfico del cómic, llegó a la serie gracias a sus trabajos anteriores con Morrison –Mata a tu novio y algunos números de Los Invisibles– una vez que la serie ya estaba planificada. De hecho, inicialmente se iba a encargar de We3, pero su compañero pronto pensó que su trazo grueso, su entintado predominante a pincel y su tendencia a la exageración expresiva y anatómica irían de fábula para un cómic como Vimanarama. Y no se equivocó: las maneras de Bond unidas a la paleta de colores chillona y popera de Brian Miller le sientan como un guante a este tebeo.

Cabe destacar que, cuando Morrison enroló a Bond en el proyecto, afirmó que necesitaba de éste que trabajase más duro de lo que jamás lo había hecho antes. Y la verdad es que el dibujante se ha lucido: un montón de detalles arquitectónicos, tecnológicos y textiles pueblan Vimanarama, todos ellos definidos a la perfección pero, sin embargo, sin restar frescura al acabado final, algo que ha conseguido gracias a un empleo de la línea muy depurado. Toda esta complejidad gráfica se enmarca en una composición de página algo caótica que, aunque suele respetar el espacio interviñeta (fondo clásico blanco o en menor medida de colores, sólo interrumpido por algunas superposiciones de la figuración), tiende al uso de viñetas irregulares –muchas trapezoidales– con distintas proporciones, algunas veces encajadas a modo de puzzle. A destacar también el uso de de splash-pages simples y dobles, tanto por sí mismas para potenciar la espectacularidad de la composición, como a modo fondo para viñetas superpuestas.


Viñetas irregulares en Vimanarama

Valoración personal

Vimanarama no me ha gustado. Nada, a decir verdad. Y es que el principal defecto que le veo a este cómic es el hacer del alto contenido referencial que tiene –tan habitual en Morrison– su principal base, olvidando que la riqueza de las influencias se queda en nada a menos que vaya acompañada de un desarrollo argumental a la altura. En este sentido, el tebeo está lastrado por su corta duración (acrecentada por esas splash-pages de las que hablábamos antes), sus diálogos telegráficos, la exigua construcción de los personajes y sus triangulaciones, lo absurdo de la trama y unos pasajes surrealistas metidos con calzador.

Sí… es cierto que Morrison pretendía plasmar aquí toda esa ligereza de las producciones hindúes. Pero no podemos olvidar que esas películas están diseñadas para durar varias horas, de cara a que los espectadores pasen, por el precio de una entrada, toda una tarde de entretenimiento. Y el tebeo, vuelvo a decirlo, es muy pequeño para todo lo que tiene que contar. Porque ¿qué es este cómic? ¿una comedia costumbrista? ¿una sátira de la problemática inmigratoria? ¿una aventura de superhéroes bizarros? La respuesta es: pretende ser todo eso, y acaba no siendo nada. El único resultado que consigue Morrison es una especie de adaptación al Noveno Arte de la versión bollywoodiense del Transformers de Michael Bay (aunque atendiendo a la cronología sería al revés, pero bueno). Sólo salvaría el trabajo de Philip Bond y una extraordinaria secuencia de viñetas al principio del cómic aunque, sinceramente, a este guionista le pido mucho más que una mera tira cómica.


Primeras viñetas de Vimanarama

En definitiva, sólo recomendaría este material a los amantes incondicionales de Morrison, aún cuando éste no alcance las cotas de profundidad, transgresión, calidad y experimentación a las que nos tiene acostumbrados (o será que releo mucho sus Invisibles).

Páginas recomendadas

Como viene siendo habitual, ahí van el artículo de la Wikipedia en inglés sobre la serie y su ficha en Comic Book Database, acceso a las portadas incluido. También resulta ilustrativo leer las entrevistas a Morrison en Newsarama y a Bond en UGO, a propósito del lanzamiento de la miniserie.

Páginas web oficiales del guionista Grant Morrison y del artífice del apartado gráfico, Philip Bond. Sobre el primero, no os perdáis el especial Grant Morrison, al detalle escrito por Enrique Ríos para esta misma web. Una completa biografía que os dejamos aquí: Parte I y Parte II. Sobre el segundo decir que, como viene siendo habitual últimamente, tiene cuenta en Flickr, MySpace, Vox y otras cuantas, accesibles desde el los Links de su página. Por cierto, que además de esa web principal, también tiene otra. Presencia en la red, desde luego, no le falta.

Reseñas en Zona Negativa de Animal Man, Doom Patrol, Kid Eternity, Sebastian O, El misterio religioso, Los Invisibles, Mata a tu novio, Flex Mentallo, El Asco, Seaguy, We3 y Joe el Bárbaro.

Última actualización de este artículo: 26 de marzo de 2013

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Phantomas
Phantomas
Lector
15 febrero, 2008 9:23

Joder, a ver si voy el próximo fin de semana a Madrid (estoy exiliado en Castellón por motivos laborales por un laaaargo periodo) y me compro las novedades de comics, que me estás poniendo los dientes largos.

PD: No, no he localizado ningún sitio en Castellón donde pillarlos, sólo una libreria especializada única y exclusivamente en manga…

Phantomas
Phantomas
Lector
15 febrero, 2008 9:59

Vale, ya me he leido el artículo y veo que no te ha gustado. Me da igual, tengo ganas de leerlo.

PD: Sólo por curiosidad, ¿que tiene que ver el hinduismo con el islam? Vamos, que yo sepa son dos religiones distintas que conviven en India…

sputnik
sputnik
Lector
15 febrero, 2008 11:45

BUh… Si ya me llamaba poco, ahora me llama menos.
Off Topic a medias: ¿Por qué hizo Seaguy y WE3 en Vértigo? ¿Soy al único al que le cuadraban mejor en Wildstorm?

x-ternon
x-ternon
15 febrero, 2008 13:40

A mi el trabajo de Morrison en la Doom Patrol siempre me pareció un Kirby modernizado y aún más pasado de rosca si cabe, todo esto en el buen sentido de la palabra, y ahora que estoy leyendo sus 7 soldados me parece todavía más cercano a Kirby, concretamente en la miniserie del Guardian es directamente un homenaje en toda regla, pero creo que aquí era muy difícil escapar de Kirby por razones obvias. Y su Seaguy, que me gustó bastante, también es muy Kirbiesco.

Todo esto viene a cuento porque me suelen gustar los trabajos Kirbiescos de Morrison y el dibujo de Bond es un atractivo más, pero esta reseña me hace dudar, leeré más reseñas que el dinero y el espacio no son infinitos

Anarkángel
15 febrero, 2008 14:52

>>¿que tiene que ver el hinduismo con el islam?

Pensé lo mismo.
Me recuerda cuando en American Gothic el sur de Chile es presentado como una selva tropical con tucanes incluidos, y La Brujería era un grupo de aborígenes que más bien parecían del Ecuador.

Total, es Sudamérica.

Daniel Santos
Lector
15 febrero, 2008 15:27

WE3 me parecio alucinante en todos los sentidos pero cuando a Morrison se le va la olla demasiado casi mejor no acercarse 😛

Lord_Pengallan
Lord_Pengallan
Lector
16 febrero, 2008 0:45

Me imagino que es porque los paquistaníes son indios musulmanes. El tema me lo imagino así, leo sobre el Islam, esto me conduce a Pakistán y este a la mitología hindú y ya no recuerdo de que iba la historia que iba a hacer porque me he flipado con Kirby.

niko
niko
1 mayo, 2008 19:12

Veo que estáis bastante de acuerdo en que no os ha gustado…apuntarme en esa lista. Para los que no lo hayáis hecho, mejor que cuando veáis el tomo por ahí miréis hacia otro lado…no sea que luego os arrepintáis.
Por cierto José respecto a «Sobre la edición, comentar que es muy correcta y que sigue los cánones habituales de Planeta DeAgostini para este tipo de productos: tomo en rústica bien editado..»no es que esté muy de acuerdo siendo su precio aprox. 9 € para tres olvidables cómics por muy Morrison que sean.