Viñetas desde o Atlántico 2010: una valoración personal

Transcurrido casi un mes y medio desde la celebración de Viñetas desde o Atlántico 2010, XIII edición del Festival Internacional de la Historieta de A Coruña, bien puede parecer que ya pasó el momento de comentar dicho evento. Ante esta tesitura solo cabían dos opciones: esperar un año, para entonces preparar la tradicional crónica de 2011 en el momento oportuno, o dejar a un lado el sentido de la inmediatez, primando la curiosidad que puedan tener los lectores que no hayan asistido a este evento, y la voluntad de continuar la tradición de reflejar la que es una de las semanas más especiales de cada año, para quien escribe estas líneas.

Evidentemente, me he decantado por la segunda opción, de forma que en las líneas que siguen a continuación comentaré mis impresiones acerca del festival, prestando especial atención a las exposciones y encuentros con los autores. Todo ello, idudablemente condicionado por el convencimiento de que, si cada lector, cada aficionado y visitante tiene en mente las características de su salón ideal, éste es el mío. No si antes mediar las oportunas disculpas por la tardanza en publicar esta crónica tremendamente subjetiva, entremos en materia…

Exposiciones

Evidentemente, uno de los platos fuertes del festival, que siempre se ha caracterizado por invitar a autores representativos de las más variadas tendencias, que puedan aportar muestras originales de su trabajo dentro del mundo del tebeo. Este año, los asistentes pudimos disfrutar con ejemplos de la obra de Dave McKean, Émile Bravo, Carlos Pacheco, Camille Jourdy, Víctor Rivas, Raule y Roger Ibáñez, y Dani Montero, ganador del V Premio Castelao de la Diputación de A Coruña; sin olvidarnos de otras cuatro exposiciones comisariadas por Jaume Vaquer, Toni Guiral y Denis Kitchen. Numerosos originales –en algunos casos, reproducciones– que repasaremos en función del recinto en el que se exhibieron.

Kiosco Alfonso: Comenzamos con el recinto que bien podría ser considerado como “centro neurálgico” del salón, donde no solo se celebraron las charlas-coloquio con los autores, sino que también se acogieron las siguientes exposiciones:

– Carlos Pacheco: con el dibujante gaditano se rompió la regla autoimpuesta de la organización de evitar repetir autores invitados; pero lo cierto es que mucho ha llovido desde que hace 12 años asistió a la primera edición del festival coruñés. Desde entonces, cada nuevo proyecto ha consolidado su posición de privilegio –ganada a pulso– dentro de una industria tan competitiva como la norteamericana. En la muestra exhibida en el Kiosco Alfonso pudimos observar diferentes originales, portadas y páginas interiores, correspondientes a su estancia en Superman, Superman / Batman o Arrowsmith, o la más reciente Ultimate Vengadores.

Para quienes disfrutamos conociendo los entresijos del proceso de realización de cada página, comentar que resultaron especialmente interesantes aquellas páginas acompañadas de bocetos previos, en los que Pacheco esbozó posturas de los personajes, perspectivas y composiciones. Un proceso que él mismo se encargó de describir en el coloquio celebrado el jueves 12 de agosto, cuyo resumen está a vuestra disposición en el apartado de este artículo centrado en los encuentros con los lectores.

– Émile Bravo: el historietista francés –de origen español– aportó una selección de originales pertenecientes a algunas de las obras más representativas de su bibliografía. Desde las aventuras de un personaje creado por él mismo, como Jules, hasta su visión de auténticos iconos del Noveno Arte, como Spirou y Fantasio, abordados en el recomendable Diario de un ingenuo. También pudimos apreciar páginas de Mi mamá está en América y ha conocido a Buffalo Bill –obra de corte biográfico, relato de las vivencias experimentadas por el guionista Jean Regnaud durante su infancia–, o la historia “muda” Les Fréres Ben Qutuz á Frustrationland, ejemplo paradigmático de la tesis defendida por Bravo en cada una de sus intervenciones en el evento: la universalidad y el poder de la historieta como medio de expresión, como lenguaje con una “caligrafía” propia que siempre debe ponerse al servicio de la historia.

Una exposición en la que, al igual que en el caso de Carlos Pacheco, Bravo aportó bocetos relativos a diferentes fases del proceso de preparación y desarrollo de cada página.

– Camille Jourdy: la joven historietista francesa, galardonada con el Premio al Autor Revelación del Salón de Angouleme de 2009, seleccionó una muestra de originales pertenecientes a su trilogía Rosalie Blum, dando preferencia al tercer tomo, por tratarse del preferido de Jourdy, desde un punto de vista gráfico.

Las páginas no solo eran perfectamente representativas de su delicado trazo y de la combinación de técnicas empleadas en su realización –lápiz, tinta, rotuladores, acuarela, etc.–, sino que además mostraban escenas variadas especialmente significativas desde un punto de vista argumental, en las que se pueden apreciar a todos los personajes principales y los emplazamientos más recurrentes de la obra. Además, aportó dibujos no incluidos en la versión final de los tebeos, así como bocetos de las tres portadas, ya que como afirmó la autora, “me encanta poder ver los bocetos de otros dibujantes.”.

– Víctor Rivas: la exposición centrada en la carrera del autor natural de Vigo incluía reproducciones de su obra –trabaja directamente en soportes digitales–, desarrollada dentro del campo del tebeo y de la ilustración de libros y publicitaria. Entre las piezas que pudimos contemplar los asistentes se incluían páginas de Harry Pórrez, la parodia de la popular saga literaria, realizada junto a Bernardo Vergara y publicada por Ediciones El Jueves. También hubo ocasión de apreciar diferentes encargos realizados para el mercado norteamericano, en el que entró a través de la agencia Shannon Associates, que lo representa: Meet the Kreeps, there goes the neighborhood, A taste for red, o la revisión del clásico Caperucita Roja, publicada recientemente en gallego por El Patito Editorial.

– Raule y Roger Ibáñez: los autores catalanes aportaron páginas de los cuatro volúmenes de la serie Jazz Maynard publicados hasta la fecha. La divertidísima saga desarrollada en el barcelonés barrio del Raval se ha convertido en un cruce de géneros, en una suerte de cajón de sastre en el que plasmar las influencias, filias y preferencias de este equipo creativo, que con el paso de las páginas no hacen sino afinar sus respectivas habilidades. Resultó especialmente interesante comprobar la evidente evolución estilística de Roger Ibáñez, no solo en cuanto al trazo empleado para definir estéticamente a los personajes, sino también respecto al entintado, tan atractivo como consistente.

Palexco: En el Palacio de Exposiciones y Congresos de A Coruña se exhibieron dos de los platos fuertes de Viñetas desde o Atlántico –sin desmerecer al resto de eventos del Festival–, además de una de las exposiciones comisariadas por Toni Guiral:

– Dave McKean: la retrospectiva centrada en el autor británico incluía variadas muestras de su obra, desde clásicos lejanos en el tiempo como Cages o Señal y Ruido, hasta ilustraciones realizadas para Coraline. Pero al igual que sucedió en la charla que protagonizó arropado por numerosos lectores, buena parte del protagonismo residió en trabajos recientes, entre los que se encontraban ilustraciones para el libro de cocina The Fat Duck Cookbook, del chef Heston Blumenthal, o páginas interiores de tres colaboraciones con novelistas de renombre: Slog’s Dad y El Salvaje –junto a David Almond–, y Skeletons, donde acompaña la prosa de Ray Bradbury. Otras piezas se correspondían al libreto ilustrado del CD Random Acts of Happiness, de Bill Bruford’s Earthworks –banda del ex-batería de Yes y King Crimson–, o su inminente Celluloid.

Una exposición perfecta, no solo para percatarse de lo prolífico que es este autor, sino también para apreciar la pluralidad de técnicas que emplea y la evolución de su estilo durante los últimos años.

– Clásicos de prensa: Y llegamos a uno de los momentos para el recuerdo de Viñetas desde o Atlántico 2010. Al igual que sucedió el año pasado con la impresionante “Guionista americanos”, Jaume Vaquer hizo las veces de comisario de una nueva muestra, en esta ocasión titulada “Clásicos de prensa”. Más de cien planchas originales sirvieron como hilo conductor de una exposición centrada en la evolución de las tiras de prensa, que a su vez reflejaron la realidad del tiempo en que fueron publicadas. George Herriman, Winsor McCay, Alex Raymond, Hal Foster, Charles Schulz, Milton Caniff, Al Capp, Walt Kelly… o lo que es lo mismo: Krazy Kat, Little Nemo in Slumberland, Flash Gordon, Príncipe Valiente, Peanuts, Terry y los Piratas, Li’l Abner, o Pogo. Una muestra sencillamente increíble, la que pudimos disfrutar en el Palexco.

Pero para redondear la faena, el martes 10 de agosto Jaume Vaquer tuvo a bien ofrecer una visita guiada por la exposición, exponiendo de forma amena la evolución de las tiras de prensa desde principios del siglo pasado, hasta la actualidad: géneros predominantes, sistemas de publicación, autores destacados, concepto de dailies, sundays o toppers, etc. Una auténtica gozada, con la sorpresa añadida de que el mismísimo Denis Kitchen –quien se encontraba entre los asistentes a la visita– completó la exposición de Vaquer con numerosas anécdotas de las que tenía conocimiento. Un lujazo, y una experiencia absolutamente impagable.

Para quienes no tuvieron la oportunidad de asistir, comentar que Ghanito, autor del blog Apocalipse do porco, grabó y colgó en Youtube la visita guiada (dividido en 10 partes). Una tarde inolvidable a vuestro alcance, en este enlace.

Palacio Municipal: Will Eisner: Sin lugar a dudas, uno de los platos fuertes del salón, y un modo de saldar la imposibilidad de contar con este genio en vida como invitado del Festival (pese a los recurrentes intentos de la organización). Gracias a Denis Kitchen –comisario de la exposición y representante de Eisner, en su momento–, pudimos disfrutar del talento de uno de los autores más destacados en la Historia del Noveno Arte.

La preciosa muestra, integrada por 38 páginas originales, incluía ejemplos de diferentes trabajos, realizados desde mediados de la década de los 30 del siglo pasado, hasta el año 2004. La exposición comenzaba con dos historias de The Spirit: las siete páginas que integran The End of the S.S. Raven –El Fin del S.S. Raven (1947); Los archivos de The Spirit vol. 15–, y otras tantas que forman parte de Lizzie Pinch –Lizzie Pinch (1948), The Spirit Archives vol. 17, todavía inédito en España–; muestras perfectamente representativas de un personaje tan icónico como Denny Colt, y de la condición de Eisner de “maestro en el arte de contar una historia completa en el formato abreviado del pliego de periódico semanal de siete páginas”, según Kitchen.

Continuó la exposición con tres páginas de la mítica Contrato con Dios (1978), en su condición de “revolucionaria del mundo del cómic”. Además, se pudieron apreciar páginas de Nueva York: Vida en la gran ciudad –New Yok: The big city (1986)– y nueve planchas de La avenida Dropsie –Dropsie Avenue (1995)–, que según Kitchen “muestran la evolución étnica del mismo barrio descrito en Contrato con Dios”. También tuvieron cabida en la muestra originales de “su obra más claramente autobiográfica”, como Viaje al corazón de la tormenta –To the heart of the storm (1990)–, o Pequeños milagros –Minor miracles (2000)–, que “reflejan el interés de Eisner por las tradiciones populares judías”. Una impresionante selección completada por pequeños ejemplos de títulos como La narración gráfica (1998), Moment of Glory (2001) y Don Quixote: The Last Knight (2000), reflejo “tanto de su obra en color como de su vinculación especial con España”.

Resultó especialmente curioso poder detenerse y apreciar en su justa medida los detalles de cada página, cada corrección, cada rectificación, así como la pluralidad de técnicas empleadas por Eisner: desde la tinta más frecuente, hasta la cera, pasando por acuarelas y aguadas. Un privilegio poder observar estos pedacitos de historia, disfrutables en una exposición inolvidable que sirvió como recordatorio del talento de una figura esencial del mundo del tebeo.

– Esqueletos: La primera de las exposiciones comisariadas por Toni Guiral se centraba en la presencia de los esqueletos en el mundo del tebeo: desde El hombre enmascarado hasta El Castigador, pasando por la obra de Alex Fito, o diferentes tiras cómicas, salidas de revistas como TBO y publicaciones de la Editorial Bruguera. Todas hilvanadas por ese peculiar hilo temático.

En honor a la verdad, decir que no le presté demasiada atención: por una parte, por tratarse de una suerte de murales inclusivos de reproducciones de diferentes viñetas (no eran páginas originales), y por otra, porque las exposiciones con las que compartía recinto llamaban mucho más mi atención.

Sala de exposiciones Salvador de Madariaga: Este recinto albergó dos exposiciones, ninguna de las cuales puede visitar; la primera de ellas, dedicada a la obra Sin mirar atrás, de Dani Montero, ganador del V Premio Castelao 2010 de banda deseñada da Diputación de A Coruña por Sin mirar atrás. Podéis echar un vistazo al trabajo de este autor en su blog personal, así como en el blog oficial de Demo Editorial, que recientemente ha publicado esta historia.

La segunda exposición estaba centrada en la revista Galimatías, publicada por El Patito Editorial. Una publicación que recientemente ha estrenado el blog que enlazamos a continuación.

Aquarium Finisterrae: Tampoco tuve el placer de echarle un vistazo a la segunda exposición comisariada por Toni Guiral, centrada en este caso en las «Ciudades sumergidas» que han poblado el imaginario colectivo durante las últimas décadas. Tal y como comenta el propio Guiral en el catálogo de Viñetas desde o Atlántico 2010: «Urbes sencillas o complejas, pretéritas o futuristas, un tema recurrente en los cómics, tanto de humor, como de aventuras o ciencia-ficción. En esta muestra, el visitante encontrará ejemplos de historietas europeas y americanas aparecidas en revistas, comic-books y prensa diaria.»

Encuentros con los autores

Como en todo salón del cómic que se precie, la presencia de actividades en las que los historietistas adquieren el mayor protagonismo son inexcusables. En el caso de Viñetas desde o Atlántico, esta presencia se materializó en forma de las ya tradicionales sesiones de firmas, celebradas durante el viernes y el sábado. Una oportunidad perfecta para obtener una dedicatoria de los autores de turno, con mención especial para Carlos Pacheco y Dave McKean, que congregaron a una legión de lectores en sus respectivas colas.

Pero partiendo de la vocación didáctica de Viñetas desde o Atlántico, las actividades centrales del programa fueron aquellas en las que los lectores tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano el pasado, presente y futuro profesionales de los invitados. Todo ello a través de charlas-coloquio repartidas a lo largo de la semana, algunas de las cuales fueron resumidas en la web oficial del festival:

Por desgracia, no pude acudir a una de las charlas que más me interesaban: la de Denis Kitchen. De modo que si algún lector que haya asistido a la misma se anima a resumir lo comentado por el veterano autor y editor, será bienvenido. Del resto, decir que cada charla tuvo su encanto e interés: desde el desenfado de Raule y Roger, que desgranaron cada una de sus colaboraciones -con especial atención a Jazz Maynard-, hasta las interesantes teorías de Émile Bravo respecto al lenguaje del cómic, pasando por los concurridísimos encuentros con Carlos Pacheco y el prolífico Dave McKean, quien sorprendió a propios y extraños con una apabullante presentación de sus proyectos en curso. en este punto cabe comentar uno de los pocos puntos a mejorar por Viñetas desde o Atlántico, y es que ha quedado demostrado que, pese a la idoneidad del Kiosco Alfonso como centro neurálgico del Festival, su salón de actos se queda pequeño en las citas más populares. En cualquier caso, fenomenal tanto la programación de actos, como la predisposición de todos y cada uno de los autores invitados.

El ambiente del festival

Viene siendo habitual que al cierre de cada salón del cómic, las respectivas organizaciones se congratulen por el aumento de visitantes. En el caso de Viñetas desde o Atlántico, se ha llegado al punto en el que ya no se contabiliza el número de visitantes, convencidos de haber mejorado cifras pretéritas. Y lejos de la recurrente coletilla promocional, es un hecho que Viñetas… ha calado en la ciudad herculina: se trata de un salón con más de una década de tradición a sus espaldas, garantía de calidad y variedad en las exposiciones e invitados, que ve respaldada la categoría del evento con la respuesta de los visitantes habituales y ocasionales, estos últimos alentados por el ambiente festivo que respira la ciudad durante el mes de agosto, y por la confluencia de diferentes eventos celebrados en las inmediaciones de los Jardines de Méndez Núñez.

Lo comentado en líneas precedentes tiene su reflejo en el ambiente que se respira durante esta semana del mes de agosto, en el que la ciudad se engalana con personajes icónicos del Noveno Arte, concentrándose buena parte de la actividad alrededor del Kiosco Alfonso. Esta edición, la sensación imperante parece haber sido que las salas de exposiciones estuvieron tremendamente concurridas en todo momento; pero además, dio la impresión de que, superado el traumático cambio de ubicación, la feria de libreros y editores tuvo una gran aceptación entre los visitantes, que inundaron las calles de la “Rúa da BD”. Perfecto lugar en el que perderse y adquirir los tebeos de turno. En mi caso, cómics como Las aventuras de Spirou y Fantasio: Diario de un ingenuo, de Émile Bravo; el Barsowia #15, del colectivo Polaqia; una nueva entrega del fanzine Carne Líquida –¡tremenda portada!–; Libretas perdidas, pequeña recopilación de preciosas marcianadas, por cuenta de Roque Romero; Jazz Maynard vol.4: Sin esperanza, de Raule y Roger Ibáñez; Rosalie Blum vol.1: Una sensación conocida, de Camille Jourdy; y el undécimo tomo recopilatorio de Los Muertos Vivientes, de Robert Kirkman y Charlie Adlard. Un poco de todo, que en próximas fechas tendrá su reflejo en forma de reseñas publicadas en Zona Negativa.

En la “Rúa da BD” también se congregaron ¿futuras generaciones de artistas? Efectivamente, los más pequeños se animaron a dibujar en la carpa del Xabarín Club de la TVG, mientras en las cercanías se realizaban presentaciones de novedades, o se organizaban los aparentemente inevitables concursos de Cosplay.

Pero durante la semana, no todo son actividades encuadradas estrictamente dentro de la programación oficial. Como hemos comentado en anteriores ocasiones, el ambiente distendido y relajado, los horarios y la ubicación de las sedes, permite compatibilizar la asistencia a charlas, exposiciones y sesiones de firmas, con todo tipo de encuentros, reencuentros y quedadas en una ciudad que invita a ser disfrutada en todos sus aspectos. Toca en este punto, efectivamente, hacer referencia a viejos y nuevos conocidos con los que tocó compartir cañas, tapas y conversaciones comiqueras –y de lo que se terció–, que hicieron de éste un Viñetas desde o Atlántico sencillamente cojonudo: Raule, Melo, Miguelanxo, Uxía, Carlos, Elena, Diego, Adrián, Roberto, Susana, Mar, Isa, Ghanito, Emma Ríos, Roque Romero, José Domingo, Miguel Porto, David Rubín, Jaume Vaquer, Mar, Fer, El Tío Berni, y algún que otro nombre que a buen seguro me dejo en el tintero. Un placer que espero tener la ocasión de repetir, más pronto que tarde.

Cuando cada año llega el turno de redactar una pequeña crónica del Festival Internacional de la Historieta de A Coruña, me encuentro con la necesidad de echar mano de ciertas dosis de objetividad que me impidan caer en el elogio desmedido… y lo cierto es que cada edición resulta más complicado contenerse. Es evidente que el componte emocional adquiere un gran peso en mi valoración, a saber: el hecho de que se trate de un salón del cómic celebrado en mi ciudad natal, durante una semana que suele coincidir con mi periodo vacacional y con la proximidad no solo de mis mejores amigos, sino también de aquellos a quienes he tenido la fortuna de conocer en este festival a lo largo de los años. Pero no es menos cierto que, dejando a un lado el factor emotivo, cada vez tengo más claro que este concepto de salón del cómic es el que mejor encaja con mis gustos y preferencias personales y mi interés por el medio. No solo en cuanto a la variedad de propuestas presentes y al enfoque puramente artístico –frente al más comercial de otros eventos–, sino también al hecho de estar perfectamente integrado en la ciudad en que se celebra, facilitando de este modo la compatibilización con otras actividades y la presencia de visitantes no necesariamente familiarizados con el mundo del tebeo.

Termino este repaso a la semana del 9 al 15 de agosto de 2010 con cierta sensación de nostalgía, por haber sido ésta una edición muy especial; y con una curiosidad y unas ganas tremendas de conocer qué nos deparará Viñetas desde o Atlántico 2011, durante esas fechas siempre señaladas en rojo en mi particular calendario…