«Aunque se ponga una piel de cordero encima… un lobo jamás podrá vivir entre un rebaño de corderos.»
El pasado mes de marzo se hizo público que Wit Studio estaba desarrollando una adaptación al anime de Vinland Saga, el famoso manga de corte histórico que Makoto Yukimura lleva publicando desde 2005 en Kōdansha. En España Planeta Cómic ha editado hasta la fecha dieciocho de los veinte tomos disponibles de esta serie en Japón donde todavía continúa abierta y sin final en el horizonte. En este trayecto la historia de venganza del joven Thorfinn se ha convertido en otra cosa; el guerrero cayó en desgracia y una serie de acontecimientos fatales le obligaron a replantearse su verdadero cometido en la vida. De esta manera, en su búsqueda de un mundo mejor, nuestro héroe tendrá que enfrentarse a todo tipo de peligros y adversarios de su pasado que evaluaran si la redención es un premio demasiado generoso para él. Este es el tema que bordea los últimos tomos de la cabecera que hemos podido leer por estos lares, mientras acompañamos a Thorfinn, Leif Eriksson y compañía en un viaje a la mítica Vinlandia (lo que hoy identificamos con la Isla de Terranova y las zonas costeras de Nuevo Brunswick y Nueva Escocia en Canadá).
Hasta el momento Thorfinn había sido un muchacho cuya mayor aspiración en la vida pasaba por matar a Askeladd, el mercenario asesino de su progenitor. Todo ello le había llevado a verse envuelto en el juego de alianzas, traiciones y política entorno a las aspiraciones al trono de Canuto, hijo del rey Svend I de Dinamarca, Inglaterra y Noruega. Los paralelismos entre Canuto y Thorfinn han marcado el argumento de la obra de Yukimura hasta la fecha, un par de personajes que han evolucionado al mismo tiempo que lo hacían sus tramas, exponiéndolos a sus debilidades y a un campo de batalla tan grande como el mismo mundo. La realidad retratada en Vinland Saga es cruda y fría, proponiendo una visión de la época, si bien sobredimensionada e idealizada, también muy documentada y preocupada por su análisis sobre la violencia y mentalidad de los pueblos nórdicos.
Estamos ante un manga de aventuras de perfil clásico que en sus primeros compases parece envolverse en el manto del shōnen. Pero esta no deja de ser una estrategia engañosa de su autor para captar el interés del lector y seguidamente obligarle a transitar junto a su protagonista por un viaje iniciático al mismo tiempo interior y real. Yukimura bebe de las grandes sagas nórdicas y sus crónicas, se ha empapado de la cultura de estos guerreros y eso se hace evidente en el resultado. Pero a la hora de contar su historia opta precisamente por desmenuzar la base de este mundo, su modo de vida mercenario y su apego a conceptos como la guerra, el honor y la muerte. No busca su autor desmontar mitos pero si darle una vuelta de tuerca a la visión que tenemos de los pueblos nórdicos y centrarse en otras de sus conocidas facetas, como su labor exploradora y su sentido de la aventura que les llevó a dispersarse por todo territorio conocido.
El histórico Thorfinn -descendiente de Ragnar Lodbrok, el protagonista de la serie de televisión Vikings– fue uno de los primeros exploradores europeos en establecerse en el Nuevo Mundo, en el territorio conocido como Vinlandia. Los huecos y la falta de datos en las crónicas dejan claro porque Yukimura lo escogió como protagonista de su epopeya; esto le daba libertad para profundizar en la personalidad de su personaje y encajarlo en sus intenciones. No olvidemos que secundarios de la obra como los ya mencionados Canuto, Leif Eriksson o el mercenario Thorkell, fueron también personajes históricos con un peso específico en la época en la que vivieron. Pero Vinland Saga juega con nuestras expectativas, Yukimura sabe siempre cómo salirse por la tangente para sorprendernos por mucho que podamos conocer previamente de la historia vikinga.
Vinland Saga es un manga épico pero que va a contracorriente a lo esperado pues se toma su tiempo para situarse; su ritmo es pausado en extremo, apostando por su argumento y sus personajes en detrimento de la acción. Yukimura presenta unos lápices que ayudan a transmitir esta sensación, un dibujo limpio y claro con una relativa vena contemplativa que a la hora de pasar a la acción remite al trazo sucio de autores como Kentarō Miura o su apreciado Tetsuo Hara (cuyo trabajo en la mítica El Puño de la Estrella del Norte fue toda una inspiración para nuestro mangaka en su juventud). En los últimos tomos de Vinland Saga publicados en nuestro país vemos una evolución en el apartado gráfico de esta obra, Yukimura ha depurado su técnica y se encuentra más cómodo que al inicio de la andadura. La historia nos tiene a estas alturas desconcertados, pero también atrapados en el deseo de seguir navegando junto a Thorfinn y compañía hacía tierras desconocidas.
Valoración Final
Guión - 8
Dibujo - 9
Interés - 8.5
8.5
Épica
Hace ya unos cuántos tomos que Vinland Saga pasó su ecuador presentando un nuevo contexto para su historia. Makoto Yukimura ha sabido construir una obra que pese a sus dosis de violencia y acción se toma su tiempo para definir al detalle a sus personajes y sus aspiraciones. Hasta dónde nos llevará este viaje solo lo sabe su autor, pero por ahora podemos seguir disfrutando de la aventura.
No se exactamente si en el manga está puesto como tu dices, pero si es así es un error histórico: los vikingos de Islandia fueron los que descubrieron Vinland, que era la zona costera de la actual Canadá así como la isla de Terranova. Islandia nunca recibió el nombre de Vinland (difícilmente se puede llamar tierra del vino a Islandia) y ya estaba descubierta y poblada por vikingos en esta época.
De hecho Leif Eriksson, hijo del famoso Eric el rojo, es famoso históricamente por haber llegado a América (Canadá o Vinland para ellos) en aquel momento.
Sí, perdona Vansalth, es exactamente como dices, estaba pensando precisamente en la procedencia y no el territorio. En el manga está bien explicada esta cuestión. Corrigo la errata, gracias 😉