War of Kings: Ascension – 02

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Bueno, bueno… llega agosto y con él las vacaciones de este año 2009. Es tiempo de relajarse y disfrutar de un descanso bien merecido –o no–, de las cervecitas, los chiringuitos, las playas, el mar, la arena o las casas rurales, las montañas, las rutas de senderismo y los bosques –que nos quedan–.

Pero, como veréis, algunos se quedan sin vacaciones –de momento– para seguir al pie del cañón y continuar con sus múltiples labores, entre las que se cuentan los artículos de Zona Negativa. Así que, si estáis usando un portátil y me estáis leyendo desde una tumbona en las cálidas playas de nuestra España o metidos en la alberca de una casa rural disfrutando del fresco de la montaña, que sepáis que me caéis mal.

También me solidarizo con aquellos que se encuentran en pleno invierno al otro lado del charco. Ánimo, que os queda menos para el verano.

Je, je, je… dicho esto, vamos con el resumen de War of Kings: Ascensión 02, que es lo que nos ocupa.

Comentario

War of Kings: Ascensión – 02 de 04

Aviso de Spoiler

La cosa se había quedado un tanto complicada la última vez que vimos a Chris Powell. Su supuesto compañero hasta el momento, Talon, último de la especie raptor para la que fue diseñada la armadura de Darkhawk y autonombrado maestro del joven terrestre, muestra sus verdaderos colores conjurando al auténtico dueño de la armadura que Powell lleva y desterrando la consciencia de éste al infinito.

Volvemos al Heteropteron, la fortaleza nómada que se encuentra situada en la Zona Negativa. Talon y Razor, que es el nombre del recién despertado raptor, charlar amigablemente mientras masacran las fuerzas de Catastrophus. Son los únicos raptores vivos que quedan y su misión de devolver el orden a la galaxia parece suprema para ambos… a todo coste.

Cuando llegan a la sala en la que se encuentra el trono de Catastrophus, decapitan sin demasiada dificultad al monarca para llegar, finalmente, hasta su premio. La Vara Cósmica. Resulta que el bueno de Catastrophus, estaba empleando el poder del artefacto para retrasar el crecimiento de… atención al dato… ¡¡¡Annihilus!!! De alguna manera, como ya ha hecho en el pasado, Annihilus está creciendo en un nuevo cuerpo. Al ralentizar dicho crecimiento de la criatura, Catastrophus se aseguraba un largo reinado sobre sus tropas y el rincón de la Zona Negativa donde se había instalado.

Cuando Razor alza las garras para terminar con la vida del indefenso Annihilus, Talon le detiene. Quizá juegue un papel interesante en el futuro… aún no ha llegado el momento de eliminarle de la ecuación. Dirigiéndose al no-nato, Talon le sugiere que recuerde este momento, el instante en que la Fraternidad de los Raptores perdonaron su vida. Le insta a dormir y recordar.

Razor siente algo gritando en su interior. Parece que el humano no era tan débil como Talon suponía, no obstante, la anomalía debe ser completamente anulada para que el raptor tenga pleno control operativo de la armadura, sin interferencia alguna.

En un fondo rojo carmesí, observamos a Chris. Se encuentra perdido, desnudo y flotando en un abismo interminable, prendido de varias joyas similares a la suya, de color rojo. No sabiendo muy bien qué le ha sucedido, intenta recuperar el control de la armadura.

En el Universo material, Razor se retuerce de dolor. Siente el control del humano y no parece poder hacer nada para evitarlo. Talon le dice que nada puede hacer Powell. Razor es mucho más fuerte y, por si esto fuera poco, la armadura fue forjada para él, no para Chris.

De repente, Chris regresa hasta el día en que encontró la armadura. Huía junto a sus hermanos hasta un parque de atracciones perseguido por dos ladrones armados. Fue entonces cuando encontró el amuleto y se convirtió en Darkhawk. En ese preciso instante, saltamos hasta una escena que tiene lugar en un pasado bastante más remoto. Un ejército de raptores se enfrenta a una armada de naves. Entre ellos, Chris ve su armadura –imagino que llevada en aquél entonces por su dueño original, Razor–. El Darkhawk se acerca amenazante y Chris se derrumba cerrando los ojos.

En ese momento escucha la voz de su padre. Él le explica que siempre ha estado conectado a la armadura y ha podido escuchar la Datasong, un flujo de datos constante al que estaban unidos todos los Raptores. Pero la Datasong no fue creada para ser interpretada por un humano, y por ello, todo lo que creyó conocer del pasado del amuleto y de la propia armadura son, en realidad, mentiras inventadas por una mala percepción de Chris y de su muy humana naturaleza. Incluso Dargin Bokk y el EvilHawk no fueron sino recreaciones, configuraciones diferentes de la armadura de Powell. (Y así es como Lanning y Abnett se cepillán de un plumazo las incoherencias del pasado de Chris, hacen tábula rasa y dejan satisfecha, más o menos, la curiosidad de aquellos que preguntaban si contemplarían o no el origen del personaje.)


Chris monta en cólera y rompe un cristal que parece un símil onírico de su visor sólo para encontrarse en un extraño paraje yermo donde se levanta un inmenso árbol de ramas retorcidas. De cada rama pende un grupo de amuletos. Cientos de ellos, en total. Nuestro chico aún no ha tenido tiempo de salir de su asombro cuando se percata de que unas extrañas y amenazantes criaturas le instan a abandonar el lugar. «¡Vuelve! ¡Vuelve! ¡Vuelve!» ¿Quizá son las auténticas formas de los raptores? Si es así, os aseguro que el canon de belleza no es algo universal.

Mientras tanto, en la Zona Negativa, Talon y Razor han ido a visitar cierta prisión situada en tan magno lugar por algunas de las mentes más brillantes del Universo Marvel: La Prisión 42 de la Iniciativa que, os recuerdo, apareció por última vez en la colección de Guardianes de la Galaxia –serie recomendable al cien por cien–. Allí, se reúnen con el actual gobernante de la misma… Blastaar. Le explican la situación de guerra –de los Reyes, sí– en el Universo Positivo y cómo con su influencia y recursos, Blastaar podría poner fin al conflicto. «¿Por qué debería hacerlo?«, pregunta el autoproclamado monarca de la Zona Negativa.

Sugiriéndole una alianza beneficiosa para todos, los raptores le entregan, ni más ni menos, que la Vara Cósmica. “Sigue hablando…” dice el rey Blastaar con el objeto crepitando de poder crudo en su mano.

En serio, continuará…

¿Podría unirse un nuevo rey al conflicto? Quizá sí, quizá no… ¿quién sabe? Lo que está claro es que una guerra es el momento que muchos consideran preciso para sacar tajada y obtener unos beneficios que, poco o nada, tienen que ver con las ideologías en conflicto.

Y nuestro tercer rey en juego, parece ser de los que no desaprovechan el momento.

Como la cosa está que arde, no os perdáis el resumen del siguiente capítulo de la saga cósmica Marvel del momento: War of Kings.

Hasta entonces, nos leemos.

Desde la prisión número 42 de la Iniciativa, informó Iván para Zona Negativa –¡Daos un baño por mí…!–

¡EL REY HA VUELTO! ¡LARGA VIDA AL REY!

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Ulex Ryu
Lector
6 agosto, 2009 8:18

Muy buen resumen. Si te sirve de consuelo, yo te leo desde la oficina, con el aire acondicionado roto, y la obligación de llevar traje y corbata todo el año.

Goku_Junior
6 agosto, 2009 9:36

Esto cada vez me gusta más! ¿Para cuando se supone que Panini editará esta saga?

Por cierto, gracias por los resumenes ;).

Ctulhu
6 agosto, 2009 20:15

Excelente!, muchas gracias por el resumen, y en el otro lado del charco es pleno verano con temperaturas de 30 grados C, trabajando con corbata y traje completo Uff. saludos