War of Kings: El Resumen 01

Comenzamos con la Saqueadora, nave oficial de los remozados Saqueadores Estelares, aproximándose a las fronteras del Imperio Kree. En su interior, Kaos, Polaris, Ch’od, Lilandra, Chica Maravillosa y Korvus.

Están siendo perseguidos por un Superdestructor Shi’ar y se dirigen a los dominios Kree para tratar de evitar que les atrapen. Pero nadie responde a su ruego y el impenetrable escudo que los Kree han heredado de la Falange tras los hechos de Aniquilación: Conquista, permanece cerrado.

Lorna Dane, aka Polaris, toma el transceptor y se identifica como la cuñada de Crystal, de los Inhumanos. Advierte de su intención de asistir a la boda de ésta con Ronan el Acusador. Automáticamente, el escudo permite el paso de la Saqueadora. Han estado a punto de quedar un tanto chafados. Vamos, tan chafados como queda la pobre tripulación del Superdestructor Shi’ar, al comerse enterito el escudo de energía, sin sal ni nada.

Ya en Hala, Lorna y Crystal hablan sobre la boda. Lorna piensa que se trata de una estratagema política para unir los destinos, y con ello evitar recelos, de krees e inhumanos. Crystal parece decidida a hacerlo, a pesar de que no ama ni un ápice a Ronan. Algo que el propio Acusador puede escuchar por sí mismo de oídos de su futura esposa, al encontrarse casualmente cerca de la ventana abierta del cuarto de Crystal. Estos inhumanos… tantos años siendo la familia real y todavía no han aprendido que las palabras que se pronuncian pueden volverse contra nosotros –y si no, que se lo digan a Rayo Negro. Je, je, je…–

La presencia de Lilandra Neramani, antigua Majextrix del Imperio Shi’ar no ha sido bien recibida precisamente por la gente de Hala. Debemos recordar que fue Lilandra quien dio la orden de lanzar la Nega-Bomba contra el Imperio Kree, allá por los años de Operación Tormenta Galáctica. Sorprendentemente, la soberana en exilio pide asilo al recientísimo rey de los Kree, Rayo Negro. Explica que, le den asilo o no, el Majestor Vulcano, actual dirigente del Imperio Shi’ar atacará a los Kree, con o sin la protección de los Inhumanos. Y lo hará porque es un conquistador nato. Advierte que han de temer el poder de la Guardia Imperial, a lo que Medusa aduce que no es para tanto. La nueva Elite Inhumana es tan poderosa como la Guardia. Quizá más. –Este orgulloso comentario por parte de Medusa, puede deberse a la facilidad con la que la Elite Inhumana venció a las tropas kree durante SI: WOK–.

Casualmente, al otro lado de la Galaxia, Vulcano pasa revista a sus tropas. Todo está preparado para comenzar la invasión del Imperio Kree, aprovechando la ceremonia que unirá a Crystal y Ronan como marido y mujer –a la que, por cierto, no han sido invitados los shi’ar. La que forman algunos con tal de comer gratis–. La Flota Shi’ar está preparada. Sólo falta la orden de Vulcano.

La señal llega de la mano de Camale… este… Duende, el cambia formas de la GI, que se ha introducido en Hala bajo la apariencia de un delegado de Aakonia. Ante la atónita mirada de dos guardias kree, se acerca a la base de la columna falange que crea el escudo protector y acciona una bomba repitiendo el juramento de lealtad de la Guardia Imperial: “Sirvo a los deseos del Emperador Vulcano”. Y diciendo esto, se autoinmola, llevándose por delante a los guardias y, por supuesto, la torre que genera el escudo.

En ese momento, en mitad de bodorrio de Crystal y Ronan, todos los presentes pueden ver la explosión –que ha debido ser morrocotuda, a tenor de que la boda se celebra en el Polo Sur de Hala y el fulgor es visible a esa distancia– y, acto seguido, huir aterrorizados ya que la Guardia Imperial es teleportada sobre el templo y no parecen traer muy buenas intenciones.

Mientras tanto, la Flota Shi’ar al completo comienza el bombardeo y ocupación de todos los mundos tras la frontera del Imperio Kree. Vulcano, en un gesto abominable, ordena que se utilicen TODAS las nega-bombas que poseen los shi’ar.

La Guardia Imperial entra a lo bestia en el templo situado en el Polo Sur de Hala, el mismo donde se celebraba la boda. Han recibido órdenes de no hacer prisioneros y no parecen tener problemas morales a la hora de aplicarlo. La mayor parte de los invitados, a pesar de poseer talentos superhumanos –lo sé, lo sé, son aliens en su mayoría, pero ya os hacéis una idea, ¿no? –, no son combatientes. Por otra parte, los Inhumanos han sido pillados por sorpresa. Pero no todos caen sin luchar. Gracias a los nuevos capacitadotes sónicos –vimos las eco-armarduras por vez primera en SI: War of Kings–, NightSide, de la Guardia, muere. Los Saqueadores se preparan para la acción, al igual que la Familia Real Inhumana y Ronan el Acusador.

Ruido Blanco, una reciente adquisición de la Guardia, usa sus poderes para aturdir un segundo a Rayo Negro, todo lo que necesita el pretor, Gladiador, para tumbar al monarca.

No sé muy bien decir si Gorgón es mutilado o si sólo le fracturan una pierna. Tendréis que esperar el resumen de números posteriores para enteraros, fieles creyentes.

El que sí que pierde un brazo con toda seguridad es Ch’od, al tratar de impedir el secuestro de Lilandra por parte de Mentor. El portal se cierra mientras Ch’od sujeta la pierna de la antigua Majestrix, y allá va la mano de nuestro colega saqueador con destino incierto.

Ronan también es machacado por varios miembros de la Guardia Imperial al salir en defensa de Crystal, su futura esposa –y digo futura, porque la ceremonia no ha llegado a finalizar–. Y, como todos sabemos, machacar a Ronan tiene su mérito, porque mira que es burro el colega.

Después de cometer la masacre, Gladiador da la señal de retirada y toda la Guardia Imperial es teleportada lejos del planeta. El panorama que dejan tras de sí es desolador.

En la última página del cómic, con todo el mundo aún aturdido o muerto alrededor, Medusa cierra el diálogo jurando, en nombre de Rayo Negro y en el suyo propio, que los Shi’ar lo pagarán con sangre. Ya sá liao.

Continuará.