War of Kings: El Resumen 06

Vulcano y Rayo Negro combaten mano a mano en el interior del cohete que transporta la Bomba-T. Las energías de ésta crecen y crecen, preparándose para la ola transformadora que habrá de traer igualdad y paz, como consecuencia de la primera, a todo el Universo.

Pero, las energías liberadas por el combate de los monarcas está afectando el ingenio de Maximus.

En Attilan, el hermano loco de Rayo Negro informa a la Familia Real Inhumana de que hay alteraciones en las energías transformadoras terrígenas. Si la bomba estalla ahora, sus resultados serán impredecibles.

Esta información desata las desavenencias que han ido creciendo entre los familiares. También entre los kree, como Ronan, que muestra una vez más su disconformidad con el plan pero, a pesar del dolor que supondrá para ella la pérdida de aquél al que ama más que así misma, Medusa no puede dar marcha atrás. El plan de Rayo Negro será respetado hasta el final. Esa fue su voluntad, y el sacrificio, uno más de los muchos pesos que supone su posición de nacimiento.

Harta de ser ninguneada y de observar cómo todos la ignoran, Crystal decide tomar cartas en el asunto y hacer algo al respecto. Empleando las habilidades teleportadoras de Mandíbulas, la manipuladora elemental, desaparece.

Mientras, en Chandilar, el líder de la nueva formación de los Saqueadores Estelares, Kaos, y su esposa, Polaris, ven impotentes las revueltas que se están produciendo en la capital del Imperio Shi’ar. Sin otra alternativa a su alcance, deciden retirarse.

En el interior de uno de los edificios, Gladiador, antiguo pretor de la Guardia Imperial recoge del suelo el cetro de mando del Majestor Shi’ar. Al salir a la calle, la desesperada población se percata del objeto que porta y le proclama como… ¡nuevo Emperador de todos los shi’ar!

En tanto, al borde de la frontera entre el espacio kree y el shi’ar, a bordo de la Bomba-T, Vulcano y Rayo Negro continúan con su particular contienda. Incapaz de utilizar su afamada voz –para no provocar la detonación prematura del artilugio en el que se encuentran–, el líder de los Inhumanos está concediendo la ventaja a un Vulcano enfervorecido. Quizá sea la ira, puede que el verse superado por primera vez en mucho tiempo, tal vez por el dolor de las heridas o por ver sus planes abortados de semejante manera, sea como fuere, algo se rompe en su interior y le sube por la garganta para ser enfocado contra su enemigo con destructivos resultados. Y Rayo Negro, grita.

Vulcano muere al instante.

En ese momento aparece Crystal con Mandíbulas. Pide perdón a su rey por lo que va a hacer, pero no tiene alternativa. Empleando sus poderes elementales, Crystal vuelve los Cristales que producen las Nieblas Terrígenas inertes. Al neutralizar el poder mutagénico, lo único que queda entonces es una bomba. Una descomunal, eso sí. Es el momento de abandonar el artefacto pero, en el momento en que Mandíbulas va a teleportar a Rayo Negro y Crystal, Vulcano, más muerto que vivo, salta de entre los restos y atrapa al monarca inhumano alejándolo de sus aliados.

Crystal y Mandíbulas desaparecen. Vulcano amenaza a Rayo Negro. Según él, no puede morir. Utilizará la bomba, la llevará hasta Attilan y, sólo entonces, permitirá que estalle. Sus parientes quedarán volatilizados por el ingenio que ellos mismos crearon. Rayo Negro se dispone a objetar con su poderosa voz justo en el momento en que la bomba hace explosión.

La mayor parte de la Flota Estelar Shi’ar que Vulcano había reunido en el sector queda vaporizada, así como algunos planetas y lunas cercanos.

La Realidad sufre una Fractura, una que altera el Espacio y el Tiempo. Attilan sobrevive a la deflagración sólo para observar sus terribles resultados.

El Almirante Ka’ardum, en nombre del Imperio Shi’ar, envía un comunicado a la Familia Real Inhumana con su rendición incondicional.

En ese momento regresan, a duras penas, Crystal y Mandíbulas. Medusa teme lo peor cuando observa que su marido, Rayo Negro, no se encuentra a su lado.

“Oh, dioses. Oh, dioses. Hermana, ¿qué hemos hecho?”, pregunta la reina envuelta en lágrimas. “Hemos ganado”, responde Crystal con resignación y una honda pena impregnada en las pupilas.

Fin.