War of Kings: Guardianes de la Galaxia/Nova (3ª Parte)

Si hacéis algo de memoria, en el último episodio dejamos a los Guardianes de la Galaxia siendo acosados por dos frentes. Uno, formado por los Inhumanos, que tienen intención de recuperar a Crystal –chicos, si no os acordáis, ya sabéis dónde están los enlaces–. Por otro, la Guardia Imperial, que ha rastreado mediante magia la posición de Adam Warlock.

Mientras el resto de los presentes intenta repeler el ataque kree y el shi’ar, Crystal se libera de la presa de Phyla. Una vez fuera de peligro, la inhumana habla con Peter sobre la guerra y cómo se supone que está quebrando el tejido de la Realidad. Mantis se lo muestra telepáticamente.

En tanto, Oráculo, telépata de la Guardia Imperial, logra romper el escudo telekinético creado por Cosmo, el perro parlanchín que es, además, jefe de seguridad de Sapiencial –la actual base de los Guardianes, en la cabeza decapitada de un… ¡oh, rayos! Leed los resúmenes–. Total, que krees y shi’ars a partes iguales, se lanzan unos contra otros y, lo que resulta todavía peor, sobre los Guardianes de la Galaxia.

La oportuna intercesión de Crystal, logra convencer a Rayo Negro de que deben aliarse con los Guardianes para combatir a sus auténticos enemigos, la Guardia Imperial. El rey hace caso de los consejos de la elemental y ataca con el poder de su antena a los shi’ar. Pero no parece tener intención de aliarse con nadie. Toma a Crystal con él y, usando una distracción proporcionada por Gorgon, los Inhumanos se marchan igual que llegaron, gracias al teletransporte que les proporciona Mandíbulas.

Habiendo perdido la oportunidad de eliminar al contrincante del Emperador Vulcano de primera mano, la Guardia Imperial regresa a su objetivo original: Adam Warlock.

Divididos en la huida, Peter, Cosmo, Mantis, Jack Flag y Bug intentan alertar al consejo de Sapiencial para que estén advertidos de la invasión, activen los protocolos y el personal de seguridad, y envíen a los Luminals como refuerzo. Desgraciadamente, el consejo le informa que Sapiencial es más neutral que Suiza, por tanto, tendrán que apañárselas solos.

Mientras, Mentor piensa que Sapiencial será una excelente estación de paso para los shi’ar. Parece bastante empeñado en anexionarla al Imperio, con tratado de no agresión o sin él. Ni que decir tiene que las capacidades transportadores del Córtex podrían convertirse en una gran ventaja para la guerra.

Hussar informa a Mentor que los soldados shi’ar han encontrado a dos de los fugitivos: Gamora y Mártir. Se han separado de Dragón Lunar. ¿Dónde está Dragón Lunar entonces? Pues atraída por la mente de uno de los Star Hawk, en este caso, la que tiene apariencia femenina. Aprovechando que su renacimiento ha debilitado sus escudos mentales, el Halcón Estelar hembra está manipulando a Heather para que la libere.

Adam Warlock se ha ocultado en los muelles, pero está siendo perseguido de cerca por Magique, la guardiana con poderes arcanos. Amparado por la oscuridad, Adam deja paso al Magus. Los soldados shi’ar abren fuego sobre el objetivo pero, para su sorpresa, abaten a Magique. Momento que aprovecha Magus para destriparles a placer.

El equipo de Peter continúa su huida de las tropas shi’ar, huyendo de la sartén para ir a caer en el fuego. El Halcón Estelar mujer ha escapado y, ahora, hace acto de presencia. Chisporrotea envuelta en energía y todos parecen desaparecer en la luz.

En el Cortex, Mapache Cohete, Groot, Drax y el Mayor Victoria atacan a Mentor y su escuadra. La Guardia Imperial apenas puede reprimir a los atacantes, cuando a estos se suman Mártir, Gamora y Adam Warlock. Definitivamente, los shi’ar están superados. Es la hora de escapar. Utilizando las habilidades teleportadoras de Voyager, uno de los guardianes, regresan a su punto de origen. No sin que antes, Mentor tenga tiempo de informar a Mapache Cohete de que Lilandra está muerta.

Así, los Guardianes de la Galaxia se encuentran en una situación tremendamente grave. Si es cierto lo que Mentor les ha revelado y Lilandra está muerta, entonces, la posibilidad de detener la guerra entre Vulcano y Rayo Negro se esfuma por momentos y, con ello, la salvación de toda la Realidad.

Y para rematar la faena, la otra mitad de los Guardianes, más el Halcón Estelar femenino han desaparecido.

Mientras intentan obtener información de una aturdida Dragón Lunar, la superestructura de Sapiencial cruje. Los guardianes más sensibles a ciertas energías sienten algo.

Sapiencial, o lo que es lo mismo, el Celestial cuya cabeza es Sapiencial, ha vuelto a la vida y… ojo al dato… ¡habla con los Guardianes de la Galaxia! Advierte a Adam Walock que queda poco tiempo. El destino de todo lo que existe depende de ellos.

Continuará…

Richard Rider vuelve a ser el Nova Prime. Las cosas están evolucionando y, aunque no carece del temor de ser seducido por el poder, tal cual le ocurrió en el pasado a Garthan Saal, debe seguir adelante por el bien de los Nova Corps. Mientras, en una celda, alejado de allí, el nova de origen shi’ar, Tarcel, es tentando por el mismísimo Garthan Saal, que promete liberarle de sus sufrimientos… Hablando del diablo…

Kaiphas, territorio kree. Un puñado de novas intenta en vano contactar con Worldmind. Desgraciadamente, esta se encuentra indispuesta –como pudimos ver en el resumen anterior–, por lo que los jóvenes nova desesperan al saberse solos. Ruegan por una salida que no se les ofrece, mientras uno a uno, están siendo liquidados por el Destructor Shi’ar que atacaba el mundo kree de Kaiphas. Para terminar de empeorar las cosas, Estrella de Guerra –el dúo robótico de la Guardia Imperial– hace acto de presencia. Los nova parecen no tener escapatoria, pero…

Un enorme rayo gravimétrico acaba con la amenaza. Como decía en la introducción, Richard Rider vuelve a ser Nova Prime, y jamás dejaría a sus compañeros abandonados. Un rescate digno del proverbial “justo a tiempo.” Para poder salir del sistema, tienen que terminar con el Destructor, y los nova no saben cómo hacerlo. Richard se lanza como un heraldo de destrucción y atraviesa el crucero de parte a parte. Está furioso por todas las muerte que han causado los shi’ar, especialmente por la de los nova, como es natural. Después, una vez liberados de su amenaza inmediata, los centuriones puede regresar a Nu-Xandar.

Una vez en casa, Richard explica a sus compañeros que Worldmind estaba controlando mentalmente a los nova para mantenerlos bajo control, por tanto, su intención es ofrecer a los centuriones regresar a sus hogares para que puedan llevar una vida normal. Pero, muchos de ellos, no están dispuestos a abandonar. Les gusta ser nova y han demostrado que están preparados para formar parte del Cuerpo.

Robbie Rider, el hermano de Richard, está desaparecido desde que fuera a rescatar a la cohorte 86. Nova Prime, acompañado de los nova Irani y Morrow irá en su búsqueda. Mientras, el resto, se encargará de sacar de la línea de fuego a sus compañeros y devolverlos a sus hogares, salvo que deseen unirse –esta vez voluntariamente– al Cuerpo.

Los nova que llegan a Nil-Rast son atacados por kree e inhumanos, ahora armados con armas-eco, que usan la mismísima voz de Rayo Negro como fuente de poder. En el momento en que los nova aseguran venir en misión de paz, Tritón, líder de la nueva Elite Inhumana, salta a la acción con sus propias tropas. Afortunadamente, la intervención de Ra-Venn, una kree que conoce a Richard Rider y participó en Aniquilación Conquista, calma las cosas. Es la hora de las explicaciones.

Entre los heridos, encuentran al nova Qubit, que acompañó a Robbie en su desesperada misión de rescate. Digamos que no atraviesa su mejor momento. Se encuentra bastante maltrecho. Sus bancos de memoria han sufrido daños y no puede advertir con precisión dónde se encuentra Robert.

Tritón le dice a Nova que han encontrado algo más. En un lugar cercano, cientos de yelmos de centuriones se amontonan en una imagen de desoladora. Los únicos restos de los nova de la cohorte 86 que han sido asesinados por las fuerzas shi’ar.

En Kree-Lar, antigua capital del Imperio Kree, Lord Ravenous se sienta victorioso en el trono, solicitando información sobre la guerra. Se ha aliado con los kree contra los shi’ar, enemigos comunes a día de hoy. La guerra no va mal, a pesar de las vastas fuerzas que poseen los shi’ar. Pero aún queda mucho para poder volver las tornas a favor de los kree. De repente, alguien irrumpe como un misil en la sala. Golpea a Revenous y asesina a sangre fría a su consejero. Se trata de Strontian, líder de la Guardia Pretoriana del Imperio Shi’ar, prima de Gladiador y poseedora de un poder similar al del pretor.

Si Lord Ravenous no se rinde, morirá a manos de Strontian. Esas son las órdenes del Emperador Vulcano. Tras una breve lucha que deja bastante patente la supremacía de la mujer, cuando Ravenous está a punto de recibir el golpe de gracia, un rayo gravimétrico arroja a la prima de Gladiador contra el suelo inmovilizándola. Es el centurión nova Robert Rider que proclama que ahora, Lord Ravenous se encuentra bajo su protección. Ha venido para detener a Strontian por el asesinato de cientos de centuriones del Cuerpo Nova.

¿Hace falta decirlo?

Continuará…