Watchmen: Desnudo y azul.

Nací en Agosto de 1982. Quedaos con ese dato, luego os hará falta.

A veces me gusta jugar a que soy el Dr.Manhattan, salgo a la calle en pelotas y todo pintado de azul. Es broma. Sí, a veces me gusta jugar a que soy el Dr.Manhattan, vale, pero la parte de pitufo exhibicionista no me interesa (AÚN). Me interesa su percepción del mundo. Recuerdo leer una y otra vez el capítulo IV de Watchmen, el primero en centrarse en el buen Doctor Jonathan Osterman, y quedarme anonadado por el mecanismo de la historia y su complejidad. Una complejidad absolutamente disfrutable: Watchmen es un cómic que hace sentir inteligente al lector. El lector se interna por sus intrincados caminos, descubre sus capas y capas de historias, su laberíntica y exhaustiva microcontinuidad (el número de terrones en casa de Dan, por el amor de Dios) y con cada paso que da, se siente arquitecto él mismo de la historia. Así de bueno es Alan Moore. Esto contrasta con otros cómics que hacen gala de su (supuesta) complejidad echando fuera al lector con metafísica de baratillo, cayendo en lo ininteligible y que parecen hechos para que pienses “qué listo es el tío que ha escrito esto”. Pues si fuera tan listo sabría hacer que tú te enteraras de lo que pasa en un tebeo (Hola, Grant, te quiero mucho pero esto iba por ti).

En ese capítulo IV (“Relojero”) Alan Moore expone su propia teoría vital acerca del Tiempo. A saber: el pasado, el presente y el futuro son la misma cosa y ocurren (han ocurrido, ocurrirán) simultáneamente. Ya estamos muertos, aún no hemos nacido y todo a la vez. Y eso es lo que me rompe la cabeza. Yo estoy a la vez recibiendo el mail de Raúl preguntándome si me apetece escribir algo sobre el mejor cómic de todos los tiempos, escribiendo este texto y leyendo vuestros comentarios sobre él. Todo al unísono. Y de verdad que a veces intento imaginarlo. Porque cuanto más lo pienso más creo que el bardo de Northampton tiene razón y el paso del tiempo es una ilusión.

· Tengo 10 años y entro en el paraíso. Vengo de Ávila donde no hay tiendas de cómics y en los pocos sitios que traen ejemplares traen sólo uno (para el que antes llegue) así que al entrar en la barcelonesa Antifaz Cómics y ver sus estanterías repletas de subcultura creo estar en el cielo. Desde entonces y hasta bien mayor, vendré dos veces al año (en verano y navidades) para llevarme en cada ocasión 6 meses de cómics de una tacada. Un empacho maravilloso. En las bolsas que me dan para llevar la cantidad ingente de cómics hay un dibujo con muchos personajes. Una selección heterogénea para representar a sus distintos tipos de clientes. Distingo a Batman, Goku, Goliath y poco más. 5 años después los conoceré a casi todos. Entre ellos hay un tipo con sombrero, gabardina y una máscara blanca con manchas negras. Ni puñetera idea de quién es, tiene pinta de ser el prota de algún cómic europeo.

Tengo 32 y escribo una novela en la que hay el siguiente diálogo: (David, un capullo) -Los superhéroes son ridículos. Fueron pensados para que los leyeran niños. NI-ÑOS. Ningún adulto en su sano juicio debería abrir unos de esos cómics. Es una imbecilidad. (Jorge Elías, un librero) -Hay superhéroes para mayores. ¿Has oído hablar de Watchmen?

· Tengo 17 años y por fin leo Watchmen entero gracias a la magnífica edición de Norma, la primera en un único tomo. La espera ha merecido la pena. Su simetría, su ritmo casi musical… ¿Cómo pueden decir que toda la ola del dark and gritty ha surgido de esto? ¿En serio? ¿Ese es su legado? ¿Watchmen tiene la culpa de Spawn o Youngblood? ¿Qué mente enfermiza relacionaría esta maquinaria precisa y estilizada con esas historias vomitadas e improvisadas? Disfruto los primeros años de Image como el que más (hay cómics muy divertidos) y antes de eso de los X-Force de Liefeld (sí ¿qué pasa?) y demás viñetas que nos vendieron de adultas por violentas. No pasa nada. Es lo que toca. Pero que la herencia de Watchmen sea la oscuridad y no la belleza de su estructura, ya dice mucho sobre las capacidades de los imitadores. Así que me niego a aceptar esa premisa. Es como culpar a El Padrino de la existencia de las películas de Chuck Norris porque también se mata a gente a tiros.

· Tengo 13 años y leo por primera vez Watchmen. En la Biblioteca Pública de Ávila tienen la edición de Glenat (tamaño álbum europeo, dos cómics americanos por tomo y geniales portadas nuevas de Gibbons). Me cautiva la historia. Pongo nombre al tipo de la gabardina: el mejor Lobezno que he leído, el mejor Batman, el único Rorschach. El problema es que la edición de Glenat se corta en el número 3 (hasta el 6 de la edición original). Mi Watchmen se interrumpe en el mejor momento: Rorschach está encerrado en Sing Sing y todos sabemos que va a salir de la cárcel armando la de Dios es Cristo. Tardaré 4 años en saber cómo sigue la historia. Pero gracias al capítulo IV sé que en realidad, ya la he leído.

· Tengo 33 y leo un mail de Raúl López preguntándome si me apetece escribir sobre Watchmen en Zona Negativa. La respuesta es un gran SÍ en luces de neón PERO ¿qué se puede decir de una obra así? Junto con el Dark Knight Returns debe ser el cómic más analizado de la historia. Hay artículos en todos los idiomas desgranando cada trazo y línea, hay LIBROS ENTEROS dedicados a su análisis. Así que decido hacer lo único que puedo aportar yo y nadie más. Mi historia con Watchmen. Con la esperanza de que a algún loco le parezca interesante.

· Tengo 29 años y ruedo la película Al Final Todos Mueren. Estoy bastante seguro de que puede ser mi única oportunidad de hacer algo que se estrene en un cine así que decido hacer algo de lo que me sienta orgulloso, no algo comercial. Mi historia acaba siendo un homenaje a Alan Moore, que ejerce de Dios. En la película tienen una importancia capital dos ediciones distintas de Watchmen y el reloj que marca la llegada del Apocalipsis se llama “Reloj del Jucio Final”. Por lo que sea.

· Tengo 18 años. En una de mis visitas a Antifaz me compro la revista Wizard (#108) en ella anuncian a bombo y platillo que van a hacer muñecos de Watchmen para celebrar el decimoquinto aniversario de su publicación. Como mi frikeza incluye un síndrome de Diógenes de compra compulsiva de action figures, me quedo con la copla. En la revista entrevistan a un emocionado Gibbons que declara que espera que hagan a todos los personajes y que le encantaría que también sacaran los vehículos (menciona a Archie) y, puestos a pedir, un Dr.Manhattan de 3 metros (sic). En la siguiente Wizard (#109) se hacen eco de los primeros prototipos: un Dr.Manhattan que brilla, un Comediante con 3 cabezas intercambiables y Silk Spectre II. Me pregunto si serán listos y en el package jugarán con que los fabrica Ozimandias. Una pregunta inútil, ninguna de estas figuras llegará nunca a fabricarse: Alan Moore expresa su desacuerdo con que hagan unos putos muñecos de su obra magna y desacredita toda la maquinaria de marketing del aniversario aludiendo a que a él nadie le ha pedido permiso ni va a ver un duro de royalties. Respiro tranquilo, con un tío así a los mandos nunca veremos obras apócrifas de Watchmen. No habrá películas, videojuegos ni muñequitos JAMÁS, es imposible.

· Tengo 28 años y soy guionista en Sé lo que hicisteis… un programa de humor, zapping y crítica televisiva. Hace un año Telecinco nos prohibió usar sus imágenes. Hace un mes Antena 3 también. Dentro de dos años Antena 3 y La Sexta se fusionarán y harían de este último gesto una absurda pataleta. Pero hoy es hoy y hay que llenar un programa de zapping de 2 horas sin imágenes, así que empezamos a traer invitados para entrevistarlos y llenar minutos. Algunos molan. Hablé con Álex de la Iglesia sobre Gwen Stacy. Hoy nos visita Jackie Earle Haley, el nuevo Freddy Krueger, que está de promoción de la nueva Pesadilla en Elm Street. Me daría exactamente igual si no fuera porque el año pasado encarnó a Rorschach en una adaptación tan buena como innecesaria. Me firma el póster de Watchmen de la revista Acción. Dos días después lo colgaré en la pared de mi casa, encima de la repisa donde tengo colocadas todas las action figures de la película. Me compré todas excepto las 3 variantes especiales (Dr.Manhattan brillante y las versiones desenmascaradas de Rorschach y el Comediante). La que más me gusta es la de Silk Spectre (Classic) porque sus medias de rejilla son de tela de verdad. Pienso que Alan Moore dio en el clavo relacionando las perversiones sexuales y los superhéroes.

· Tengo 15 años. Busco desesperadamente el Watchmen de Zinco, única posibilidad de leer la historia que dejó incompleta Glenat. Pero es imposible. Ni Tot Comic ni varias visitas al mercado de Sant Antoni en Barna sirven de nada. 20 años después, explicarle a alguien que hubo un tiempo (y largo) en el que no se podía encontrar por ningún sitio Watchmen parece ciencia ficción. Como imaginar un mundo en el que fueras a una librería y no encontraras Biblias.

· Tengo 29 años y para el rodaje de Al Final Todos Mueren necesito de atrezzo la primera edición española de Watchmen y la última, en tamaño Absolute. La edición tamaño Biblia de iglesia me la deja un buen amigo (yo me niego a comprar ese mamotreto). Y en una sencilla búsqueda en Internet encuentro la añeja, la de Zinco. Prácticamente me la regalan. Me cuestan los dos retapados 20 euros. Lejos de alegrarme, el precio bajo me indigna un poco.

· Tengo 33 y escribiendo este artículo, sobre la marcha, en el tercer párrafo, se me ocurre que sería divertido jugar de verdad a ser el Dr.Manhattan e ir viajando en el tiempo en mi historia con Watchmen. Puede quedar divertido o ser un puto lío. No lo descubriré hasta el final.

· Tengo 28 años, es verano y estoy en Nueva York de vacaciones. Me compro la estatua de Supreme & Radar de Alex Ross en una tienda de cómics frente al Empire State. Además de saquear Midtown y Forbidden Planet tengo una misión que cumplir: encontrar el Director´s Cut de Watchmen que acaba de salir en DVD. Lo consigo. Trae 24 minutazos extra respecto a la versión en cines. La peli ya me pareció muy fiel (y con una de las mejores secuencias de créditos de la historia) y seguro que con este extra mejora. Pienso que es un placer tener en mis manos la edición DEFINITIVA. 10 días después, de regreso a España, al abrir la caja del DVD descubro en su interior un vale descuento de 10 dólares. Si lo presentas cuando compres la edición Ultimate Collector´s Edition, que sale 5 meses después, te hacen la rebaja. Esa edición incluye en su metraje extractos de los Relatos del Navío Negro (que ya habían sacado como película de animación aparte) sumando 29 minutos más al Director´s Cut. La palabra pitorreo me golpea la cabeza. Nunca veré esa versión. Me pregunto qué coño se le pasa por la cabeza a Zack Snyder para sacar 3 versiones tan distintas de su película y por qué no estrenó una de la que se sintiera orgulloso y punto.

· Tengo 42 y busco en internet este artículo. Hace una década que se publicó y nadie le hizo mucho caso. Algunos se quejaron de que hablaba poco de Watchmen como cómic y mucho de un montón de cosas de alrededor que no le importan a nadie. No sé, pero yo me sentí bien escribiéndolo, como Hollis Manson con Bajo la máscara. Como si saldara una deuda con alguien.

· Tengo 25 años y leo el anuncio de la película de Watchmen. Pienso que es una idea terrible. Moore no hizo con Watchmen sólo la mejor historia de superhéroes, también hizo el mejor CÓMIC. Así, en general. Watchmen aprovecha todas y cada una de las herramientas del medio, exprime el concepto de arte secuencial, de viñetas, de coloreado, de rotulación, de tempo (esa contención que se guarda las splash-page hasta el final, que ni para el espectacular origen de Manhattan o el atentado de Veidt se permite Moore a hacer más que un breve hiato uniendo 6 viñetas, 4, 3 o 2, pero nunca una página entera hasta el último capítulo). Entonces leo que el encargado de la adaptación es Zack Snyder, el genio que hizo El Amanecer de los muertos y 300. Aunque refunfuñando, me quedo más tranquilo.

· Tengo 33 y leo, con mucho retraso, el único Before Watchmen que me interesa, el de los MinuteMen. Los BW fueron publicados hace 4 años y yo no los toqué ni con un palo por respeto al Mago. Pero hoy rindo pleitesía a otro maestro, lo leo como homenaje a su autor, Darwyn Cooke que falleció el mes pasado. La miniserie es fantástica, me niego a ponerla en continuidad de Watchmen, pero es fantástica. Imaginad al Cooke cínico de Selina o Parker a los mandos de pijamas tan coloridos como los de The New Frontier. Funciona como un reloj. Y es que nadie se mueve en los oscuros años 50 como Cooke.

· Tengo 30 años. Zack Snyder está de promoción de Man of Steel. Un friki le suelta en una convención que a él le gusta Superman con los calzoncillos por fuera. Snyder dice que está de acuerdo. Que luchó porque los llevara pero no le dejaron. NO LE DEJARON. Entonces lo entiendo todo. Este señor, por alguna razón, no manda una mierda. ¿Qué coño va a decidir él sobre lo que duran sus películas si no es capaz de que le obedezcan ni sobre cómo va vestido su protagonista? “Director” es una palabra que significa otra cosa en EE.UU. Sea por eso o por otra razón, en los años siguientes muchos tratarán de resolver el misterio de porqué en cada película que hace se desvirtúa un poco más alguien que empezó de manera inmejorable.

· Tengo 33 años y para escribir este artículo releo por doceava vez Watchmen. ¿Es posible que aún hoy siga descubriendo cosas nuevas con su lectura? ¿Cuántas capas de genialidad puede llegar a tener esta obra maestra? Tantas como niveles de lectura supongo. Pienso que quizá con 13 años te cautivan Rorschach y los Relatos del Navío Negro, con 17 el Dr.Manhattan y su Ciencia Ficción hard, y con 33 el bueno de Dan Dreiberg y su crisis de mediana edad. Pero rápidamente lo deshecho, es una visión demasiado simplista. Y Watchmen es cualquier cosa menos simple. Es unas escaleras de Escher de las que no podrás escapar jamás.

· Tengo 55 y por fin me he decidido a hacerlo: salgo a la calle en pelotas y todo pintado de azul. Para la barriga he usado una brocha gorda y para otras partes más delicadas y colganderas he usado un pincel fino, de los de pintar Warhammer, para no dejar un pliegue sin azular. La policía me detiene por exhibicionismo. Mientras me llevan al calabozo yo me río en plan Comediante. Uno de los agentes me pregunta que de qué coño me río. Yo se lo explico: no pueden encerrarme, tengo 10 años y acabo de entrar en Antifaz Cómics, el paraíso.