Laurie Juspeczyk es quizás el personaje femenino más importante de la famosa obra de Alan Moore y Dave Gibbons, Watchmen. Y sin embargo, aunque tiene un arco interesante en el cómic con su complicada relación romántica con el Dr. Manhattan, con su madre (maternofilial en este caso, no romántica, no penséis mal) y la revelación de que el Comediante es su padre, no llegamos a saber mucho más de ella ni de su pasado antes de pertenecer a los Crimebusters, de convertirse en la segunda Espectro de Seda y de enamorarse del torturado dios azul. Solo sabemos que es una mujer joven con unas capacidades atléticas asombrosas, que luchaba en el pasado contra el crimen y que ahora está cansada y no sabe muy bien qué rumbo tomar en su vida, hasta que se enamora de su compañero Dan Dreiberg, el también segundo Búho Nocturno. Dos segundones vamos, de ahí que acabaran juntos. Perdón por el chiste malo…
Como ocurrió con Ozymandias, el Dr. Manhattan o Rorschach, entre otros, a Espectro de Seda también se le dedicó en 2012 una serie precuela en la iniciativa Antes de Watchmen, que exploraba su pasado antes de tomar el manto justiciero de su madre y sucederla en el cargo. Y por fortuna, el encargo cayó en manos de
Laurie es una jovencita no muy popular, aunque con algunos amigos, que se pasa los días entrenando en diferentes deportes atléticos como el salto con pértiga hasta que conoce a un chico y bueno, las hormonas, la juventud… Todos hemos vivido esa época, y los que no, ya la conoceréis. El caso es que tiene una sobreprotectora madre, Sally Jupiter, la antigua Espectro de Seda de los Minutemen, que está obsesionada con entrenar a su hija para que sea su sucesora, y especialmente para que se pueda defender y proteger a sí misma de diferentes amenazas. Lo que en principio podría parecer una buena idea para criar a su hija, se acaba convirtiendo en su contra, al sentir Laurie que no podía decidir sobre su futuro ella misma, sino que estaba atrapada en el yugo y las decisiones de su madre. Así pues, Laurie se escapa de casa con su novio para labrarse un futuro por sí sola e intentar buscar su lugar en el mundo, y encontrando rápido la vocación para la que había sido preparada: luchar contra el crimen y las injusticias.
Conner y Cooke nos llevan de viaje por la cultura hippie en el San Francisco de los años 60, que sirve de contexto para profundizar un poquito en Laurie, y en las motivaciones que le hacen convertirse en quien fue después en Watchmen, así como en su complicada vida, que le hicieron desarrollar ese inseguro y ambivalente carácter. Más allá de todo eso, se nos dibuja un personaje incluso hasta simpático, que a pesar de todo consigue disfrutar de su juventud, sin descuidar sus sueños y la búsqueda de su lugar en el mundo, lo que provoca que el lector empatice muy fácilmente con ella. A destacar también Sally Jupiter, a quien no conocíamos demasiado y aquí tenemos la oportunidad de ver más matices del personaje y sobre todo de su labor como madre, y a la otra cara de la moneda, el Comediante, que juega un papel en esta historia con unas muy interesantes apariciones.
Y aunque el resultado final no es quizás tan atractivo como en la miniserie del Dr. Manhattan, ya que peca de algo muy habitual en estas miniseries; que no aporta nada, o muy poco en este caso, pero al menos sí consiguen capturar muy bien el carácter impulsivo y emocionalmente complicado del personaje, y articularlo en una entretenida historia que explora un poquito más la psique de Laurie y de sus complicados y sobreprotectores padres.
En el apartado artístico tenemos a Amanda Conner también en el dibujo, tinta y portadas, y a
Guión - 6.8
Dibujo - 9.2
Interés - 6.6
7.5
Paz y amor
Sesentera historia que nos muestra la tierna adolescencia y juventud de Espectro de Seda, que no aporta gran cosa, pero sirve de buen entretenimiento y cuenta con un apartado artístico brillante.