Un crossover supone un esfuerzo adicional para el bolsillo del lector. Si le vas a obligar a comprar más cómics de los que tenía previsto, más vale que ese crossover tenga una buena premisa, algo que justifique su existencia. Tras varias sesiones discutiendo ideas, los editores de Marvel y
En Weapons of Mutant Destruction, el renovado proyecto Arma X consigue hacerse con una muestra de los genes de Hulk, la cual usarán para crear el «Hulk-bezno», o Arma H, destinada a matar mutantes a diestro y siniestro. Pero no cuentan con que Hulk y el equipo de mutantes reunido por el Viejo Logan al principio de Weapon X unirán fuerzas para poner fin a sus planes. Durante ocho números golpearán a muchos científicos malvados e invadirán instalaciones secretas.
Debo confesar que me ha gustado mucho el curioso equipo de este crossover. Hulk y los mutantes más letales del universo Marvel forman una combinación muy entretenida. Amadeus Cho es un chaval idealista y pacifista, varios de sus compañeros mutantes no tienen miedo a matar si es realmente necesario, y Dientes de Sable y Lady Deathstrike opinan que la violencia es la única respuesta adecuada. La tensión e incomodidad entre los protagonistas, a raíz de sus diferentes posiciones, propician situaciones tanto cómicas como dramáticas, muchas de ellas muy bien escritas por Pak.
Tan excelente trabajo de caracterización solo hace más doloroso el agonizante ritmo de la historia. Hace tiempo que no leo una historia tan lenta y en la que tan pocas cosas pasan. El argumento que he descrito antes es prácticamente todo lo que sucede en los ocho números que dura el crossover. Repito, ¡ocho números! Greg Pak podría haber recortado tranquilamente buena parte del guión, y nadie notaría nada.
Uno de los motivos de tal lentitud es que Pak quiere también mostrar más a fondo el proyecto Arma X, cómo funciona y quienes son sus integrantes. El problema es que la nueva Arma X no es más que la típica organización científica secreta que tantas veces vemos en cómics de Marvel, por no hablar de películas y libros. Hay un intento de humanizar a sus trabajadores, pero no es ni novedoso ni profundo, además que esos trabajadores tienen nula importancia en el argumento.
Paradójicamente, los dos miembros de Arma-X que sí reciben un papel importante son los más superficiales. El líder de Arma X es, sin entrar en spoilers, un extremista religioso indistinguible de los cientos que aparecen de vez en cuando en series de la Patrulla-X; la científico que dirige la creación de Arma H tiene como motivo hacer avanzar la ciencia… creando a un engendro de la naturaleza que pone en peligro a todo el planeta.
Solo se atisba un poco de profundidad en los segmentos sobre Arma H. La identidad del «Hulk-bezno» es un misterio que los protagonistas tratan de resolver. Los lectores vamos conociendo a diferentes candidatos antes de que empezaran a experimentar con ellos, y Pak los muestra a todos como buenas personas que por circunstancias de la vida han sido captadas por una ideología de odio. Es un pena que solo arañe la superficie de todo lo que ofrece ese tema, porque el misterio de la identidad no se resuelve en esta historia. Esa se descubrirá en el siguiente arco argumental de Weapon X…
Weapons of Mutant Destruction es un prólogo excesivamente alargado de los siguientes arcos argumentales de Weapon X. La historia no tiene ninguna conclusión, sino que termina con un cliffhanger. Arma H aparece en el último capítulo, solo para desaparecer inmediatamente y así justificar más historias en la serie de los mutantes (antes de que alguien en los comentarios pida mi cabeza en una pica por escribir spoilers, recuerdo que Marvel ya desveló hace tiempo el final). ¿Hacía falta un crossover de ocho números para esto?
Nótese que en ningún momento he hablado de Totally Awesome Hulk. Eso es porque Amadeus Cho no participará en la búsqueda de Arma H ni en la destrucción definitiva del proyecto Arma X. No tiene sentido que no quiera salvar a la raza mutante de un clon suyo con los poderes de Lobezno, y Pak tampoco se molesta en buscar una excusa convincente. La marcha de Cho es uno de los momentos más lamentables que he tenido la mala suerte de leer… La única consecuencia de Weapons of Mutant Destruction para Totally Awesome Hulk es la presencia de un Cho algo deprimido y agresivo. ¿Hacía falta un crosover de ocho números para esto?
Respecto al apartado gráfico, Weapons of Mutant Destruction corre mejor suerte. Con la excepción del odiado
Si hubiera una palabra que resumiría mi opinión sobre Weapons of Mutant Destruction, esa sería «innecesario». Pak alarga en exceso una historia sin conclusión y no aporta nada que justifique su larga duración. El gran reclamo, Arma H, termina siendo casi un adorno. Ni el excelente trabajo de caracterización, ni el buen hacer de los dibujantes y coloristas pueden ocultar la tremenda decepción que es este crossover.
Guión - 4
Dibujo - 7
Interés - 1
4
Crossover innecesario y fallido
Vaya!! El caso es que compro en castellano Hulk y precisamente me estaba preguntando si comprar el Crossover o no… Leyéndote, casi es momento de no solo NO comprar el cruce, sino bajarme del carro completamente, y esperar a ver qué pasa tras Imperio Secreto y Legacy.
Graacias, Jose María por tu reseña, bytheway…
Es una tremenda idea que el Arma H sea un Hulk con genes de Wolverine, Greg Pak es un escritor novelo y competente a secas, no es un gran escritor epico como los viejos Peter David, Chris Claremont ó Grant Morrison, ni siquiera es un Ed Brubaker, Jonathan Hickman ó su homonimo Greg Rucka que con esta idea se hubieran tirado un palomazo de bestselller brutal… Ni modo, para esto le alcanza actualmente a MARVEL con el talento que tiene en la nomina… Digo, si MARVEL Production quiere material para hacer sus peliculas de cientos de millones de dolares, creo que tiene que tener mas cuidado en la creacion, narracion y desarrollo argumental y visual de sus comics que van a ser el material base de sus plot scripts y screenplays.
Dudo mucho que una historia de Hulk y X-Force fuera posible de llevar al cine en el corto plazo. Quizas dentro de cincuenta o sesenta años, siendo optimista.