Whitman, de Tyto Alba

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Edición original: Whitman (Astiberri, Enero 2021)
Guion: Tyto Alba
Dibujo: Tyto Alba
Color: Tyto Alba
Formato: Cartoné. 96 páginas
Precio: 18,00€

Versos para un país herido

Walt Whitman (1819-1892) es una figura conocida sobre todo por sus poesías, en particular por la antología Hojas de hierba y por el poema dedicado a Abraham Lincoln ¡Oh Capitán!, ¡mi capitán! aparecido tras su muerte. Sin embargo, no es tan conocido que durante la guerra de Secesión (1861-1865) dejo de lado su actividad literaria para ayudar a los heridos unionistas de diversas maneras. Una experiencia de la que dejo constancia en una serie de artículos publicados en la prensa titulados El gran ejército de la enfermedad y en Diarios de guerra, un libro aparecido en 1875. Ese periodo de la vida del dramaturgo es el que Tyto Alba (Badalona, 1975) nos narra en Whitman, su última obra. No es la primera vez que realiza una novela gráfica basada en la biografía de algunos artistas celebres, ya que entre sus últimas obras nos ha mostrado para de la vida de pintores como Frida Kahlo y Diego Rivera (La casa azul), Carles Casagemas y Picasso (La vida) o Balthus (Balthus y el conde de Rola) y el director de cine Federico Fellini (Fellini en Roma), todas editadas por Astiberri. Pero hay que señalar que ninguna se trata de una biografía al uso, ya que se centra en aspecto muy concretos, y no muy conocidas para el gran público, de las vidas de los artistas, algo similar a lo que ocurre en la obra que nos ocupa.

Lo primero que destaca en la novela gráfica es lo bien integradas que están los poemas de Whitman con las imágenes salidas de los pinceles de Alba. La obra se abre con la traslación grafica de uno de los poemas que componen su libro más famoso, un poema que trata de explicar lo que el autor entendía que era la esencia del país que Alba ilustra con escenas costumbrista. Un recurso que vuelve a emplear durante varias escenas más a lo largo de la obra y que nos permiten vislumbrar la que quería transmitir con sus versos. Algo que conecta con el mundo onírico y de las ideas que es una de las constantes en la obra del autor catalán. Vuelve a utilizar el mismo recurso en la escena final, aunque en está ocasión las imágenes no corresponden a la época del poeta, sino a la actualidad. Todas estas secuencias contienen alguna de las planchas más bellas que hemos podido ver en los trabajos de Alba, con un dominio de la acuarela notable.

Aunque la obra está centrada en ese periodo de tiempo al que nos hemos referido, al comienzo de la obra vemos como era su vida en Nueva York antes de la guerra, tanto a nivel laboral como personal y creativo, aunque hubiera sido necesario dedicarle más páginas para poder comprender su personalidad en su totalidad. En esta parte hay que destacar la página en la que vemos lo que la crítica opinaba de sus obras en un gran ejercicio de síntesis. Pero no solo se nos nuestra su vida, sino que también podemos vislumbrar de manera rápida pero muy precisa como eran las condiciones de vida de una ciudad de este tamaño a mitad del siglo XIX.

La gran mayoría de la obra está destinada a mostrarnos la actividad de Whitman durante la guerra de Secesión, que es la parte que mejor funciona de cómic. Gracias al viaje del poeta por los campos de batalla y a su estancia en los hospitales militares de un Washington aún en construcción podemos ver la cara más sucia y terrible de cualquier conflicto armado, todo muy lejano de la belleza que Whitman destilaba en sus poemas. En lugar de contarnos las causas que llevaron a la guerra, aunque sí son mencionadas, pero no en profundidad, Alba opta por un relato más íntimo y cercano que nos muestra con detalle algunas de las vidas rotas que dejo el conflicto, vemos a soldados mutilados o moribundos, que sienten miedo ante la cercanía de la muerte. Y lo hace de manera muy realista, pero sin la necesidad de mostrar en primeros planos las heridas y las muertes, dejando de lado la visión onírica del mundo interior del poeta que vemos en otras partes de la obra. En todo esta parte las acuarelas de Alba se vuelven más oscuras, reflejando lo que está viviendo, además también desaparecen los poemas y la voz de Whitman como narrador, dejando que las imágenes y los testimonios de las victimas hablen por sí solos.

La edición de Astiberri tiene las mismas características que de Balthus, la anterior obra de Alba que editaron. Como extras está incluida la biografía que el autor ha consultado para realizar la obra.

Whitman cumple una doble función doble, por un lado, sirve de sentido homenaje a la obra del autor, y por el otro, es una denuncia de los horrores de la Guerra de Secesión, pero que es aplicable a cualquier conflicto, aunque se defienda una causa justa como la abolición de la esclavitud en los estados del Sur. Sin duda estamos ante el mejor trabajo de Tyto Alba en el apartado gráfico.

Lo mejor

• Una visión descarnada de los horrores de la guerra, un conflicto que los propios estadounidenses no acostumbran a tratar con tanta crudeza.
• Tiene alguna de las páginas más bellas de la carrera de Tyto Alba.

Lo peor

• Quizás se queda algo corta de páginas ya que alguna secuencia parecía pedir una mayor extensión y pausa para profundizar en lo que se quiere reflejar.

Edición original: Whitman (Astiberri, Enero 2021) Guion: Tyto Alba Dibujo: Tyto Alba Color: Tyto Alba Formato: Cartoné. 96 páginas Precio: 18,00€ Versos para un país herido Walt Whitman (1819-1892) es una figura conocida sobre todo por sus poesías, en particular por la antología Hojas de hierba y por el poema…
Guión - 7.5
Dibujo - 8
Interés - 8

7.8

Poemas heridos

Una obra impactante en lo visual que nos enseña los horrores de la guerra y la belleza de los poemas de Whitman.

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Diego García Rouco
Nacido en Barakaldo en 1977 donde sigo viviendo. Descubrí los cómics en una librería de barrio con Tintin, Asterix, SuperLopez y los personajes de Ibáñez. En 1989 descubrí los superheroes de la mano de Stern y Buscema con el numero 73 de la edición de Forum de Los Vengadores. A estas lecturas se fueron incorporando la novela gráfica y el manga, de los cuales, a diferencia de los superheroes, nunca me cansé. Todavía sueño con ser agente Espacio-Temporal y de Planetary, con visitar mundos de fantasía con el señor T., Philemon, Lord Morfeo, Arale y Thor. Viajar con Reed, Ben, Susan y Johnny al futuro y pasear por el cuartel de la Legión. Recorrer la antigua Roma con Alix y una cantimplora de poción mágica. Buscar Mú, perderme en un viaje al corazón de la tormenta, contemplar el Olmo del Cáucaso mientras paseo por un Barrio Lejano leyendo El almanaque de mi padre. Conseguir beber la sangre del Fénix. Leer, al fin, algún articulo de Tintín y de Fantasio sin que me molesten los absurdos inventos de Gastón. Perderme por las murallas de Samaris, mientras de la pirámide flotante de los inmortales cae John Difool. Enamorado de la chica de los ojos rojos y de Adele. Y cabalgar hacia el amanecer con Buddy Longway, Red Dust y el teniente Blueberry. Con un poco de humo azul en los labios...
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