No hace demasiado tiempo, Sergio Aguirre, nos deleitó con un artículo en el que se conmemoraba el 25 aniversario de la editorial Image. En dicho texto se hacía un recorrido detallado desde su fundación (1992), a manos de algunos de los dibujantes más importantes del momento, hasta la actualidad en la que se ha convertido en la tercera editorial más importante de comics de Estados Unidos. Dentro del seno de esta editorial cada autor creó un sello con el que dar salida a sus creaciones, existiendo de esta forma Topcow, en manos de Marc Silvestri, Shadowline de Jim Valentino, Extreme Studios de Rob Liefeld, Todd McFarlane Production en manos de quien todos imaginamos, Highbrow Entertainment de Erik Larsen y la que nos atañe especialmente, Wildstorm de Jim Lee.
Jim Lee arrancó su producción personal dentro de Image y en Wildstorm con la miniserie titulada WildC.A.T.S, epicentro del universo interconectado que, poco a poco, se iba a ir construyendo alrededor de los daemonitas, querubines y demás conceptos que tanto Jim Lee, como otros autores, irían añadiendo.
Wildstorm fue la casa de series tan recordadas como Gen 13, Deathblow, Team 7, Stromwatch, DV8, Backlash o los Wetworks, entre otros. Series todas ellas hijas de su tiempo, llenas de ideas frescas, con un desarrollo más que deficiente en sus primeras etapas, que supieron ir creciendo paulatinamente con la llegada de guionistas más curtidos y con ideas mucho más elaboradas que permitieron expandir y profundizar en unos conceptos hasta entonces desaprovechados. Escritores como Warren Ellis, Alan Moore, Mark Millar, Brian K. Vaughan, Grant Morrison… dieron la vuelta a todo lo creado por Jim Lee o Brandon Choi, puliendo las aristas y elaborando comics que supieron romper moldes.
Sin embargo, no es justo hablar solo en estos términos de la Wildstorm fundacional, ya que fue uno de los sellos más reveladores e irreverentes del momento, sabiendo ir en nuevas direcciones que fueron todo un revulsivo para una industria que estaba girando en círculos. El sello ha acabado en manos de DC Comics y sus personajes más relevantes siguen intentando encontrar su sitio dentro del Universo DC, pero sea cual sea el estado actual de los mismos, la verdad es que 25 años son motivo suficiente como para celebrarlo y es por lo que ECC se ha animado a publicar este tomo en el que se hace una interesante selección de material, extras y nuevo contenido inédito, con el que poder satisfacer tanto a los viejos fans como a los nuevos. Pasen y vean un pedazo de historia del cómic americano.
Como ocurre en la inmensa mayoría de los tomos recopilatorios la selección del material no siempre satisface a todos los lectores que cuestionan la inclusión de algunas obras y la ausencia de otras. En el caso de este en concreto se puede decir que tiene un interesante equilibro y aglutina en su interior algunas de las series más relevantes del sello, así como extras a modo de ilustraciones (algo característico de la Wildstorm primigenia), un guion completo, historias inéditas, obras en color y obras en blanco y negro, donde apreciar más ese estilo tan característico que rodeaba a todas las creaciones de Wildstorm. Este tomo convence de principio a fin y aunque se le puedan poner peros, es todo un acierto el que se puedan leer obras clásicas de la editorial, con obras inéditas y trabajos relativamente actuales. Algunos lectores podrán decir que faltan cosas, otros que sobran, pero la verdad es que es uno de los recopilatorios que más cerca está de dejar un buen sabor de boca a casi cualquier lector que se acerque hasta él.
Este Especial 25 aniversario Wildstorm nos delita con las ya citadas obras en blanco y negro puro, empezando por el primer número de los WildC.A.T.S, donde se percibe al Jim Lee de los noventa en estado puro, desplegando todo su arsenal gráfico . Poco hay ya que añadir a esta historia que no se haya dicho antes, pero disfrutarla en blanco y negro, se sea o no fan de Lee, la verdad es que aporta interesantes sensaciones, no todas necesariamente buenas, al lector.
Continuamos con una historia corta e inédita de Deathblow (un personaje que en su día me causó auténtica fascinación por el radical cambio de estilo de Lee), que recoge la esencia pura del mercenario y la traslada, destilada y concentrada, en las cinco páginas que la componen.
Y le llega el turno a una de las series más recordadas por los aficionados de entonces, Gen 13, el grupo de adolescentes de Wildstorm por excelencia. El guion y dibujo corre a cargo del J. Scott Campbell, que nos relata una historia con un sabor a años noventa inconfundible y donde demuestra que sus dotes para el guion son más bien inexistentes. Una lástima porque este grupo merecía algo más que lo que Campbell es capaz de aportar a día de hoy.
Llegamos a la inclusión más polémica del tomo, la de Backlash, un personaje forjado en la fragua de Stromwatch, híbrido de humano y querubín y nacido en la Atlántida. No se puede ser más multiracial. Su serie regular en solitario acabó hace más de 20 años, pero este mercenario de látigos energéticos se cuela en el tomo para, de la mano de Brett Booth (alias el de las poses imposibles y anorexia extrema), retomar una aventura en la que los noventa de nuevo se nos cuelan en casa. Dientes apretados y diálogos rimbombantes son la esencia de esta historia que pasa sin pena ni gloria en este tomo. Para poner esto mejor hubiera estado poner una historia corta de Astro City, aunque entonces se hubiera perdido parte de la esencia pura de la editorial. No se puede tener todo.
Llegamos a The Authority y su primera historia de la mano de Warren Ellis y Brian Hitch, creadores el grupo, donde Ellis se deja llevar sin el corsé que significaba Stormwatch, y nos trae un cómic llamado a formar parte del imaginario común. The Authority rompe con todo y pulveriza el concepto de grupo heroico que hasta entonces se pudiera tener en la cabeza. Ellis se centra en los personajes, a cada cual más carismático, y los pone a trabajar juntos en historias de enorme potencia argumental y visual. Esta primera aventura es un fiel reflejo de ello ya que en sus páginas se concentra esa esencia que sería marca de la casa hasta que abandonara la serie.
Damos un salto y nos plantamos en el año 2000 para poder leer, por primera vez, y en glorioso blanco y negro, la historia de The Authority número 13 y 14 tal y como fue concebida por Mark Millar y Frank Quitely. Si Ellis ya nos voló la cabeza con su interpretación de lo que tenía que ser un grupo de vigilancia planetario, Millar y Quitely le dieron una vuelta más al concepto con ideas más bizarras, historias más truculentas y litros de sangre aderezada con dosis sin fin de violencia extrema. Un cóctel para nada aleatorio, sino fundamentado en la necesidad argumental. La fortaleza de estos comics radica en que leídos hoy siguen resultados vigentes tanto en concepto como en desarrollo. Una obra que es mucho más que muerte y destrucción.
En 2002, ya con Wildstorm bajo el paraguas de DC Comics, se lanza la iniciativa Eye of Storm, en la que se crea una línea de comics para adultos, donde poder tratar el tema superheroico de forma más profunda y cruda. Una muestra de ello es el anual de dicha iniciativa con guion de Geoff Johns y dibujo de Jason Pearson, en la que un grupo de cazarrecompensas con habilidades especiales es contratado por un viudo que busca venganza del hombre que mató a su mujer. Una historia con viaje en el tiempo que nos demuestra la futilidad de intentar cambiar los acontecimientos.
El tomo prosigue con la inclusión del guion de Grant Morrison para WildC.A.T.S: Worldstrom (parece que hay cierta obsesión en el sello por las tormentas y por combinar nombres con el término) y una historia corta de Dan Abnett muy interesante por tratar el tema del fracaso como una opción más que viable en los superhéroes.
Bocetos, diseños e ilustraciones rematan un recopilatorio en el que se añora la inclusión de algún número de Moore en los WildC.A.T.S, pero que globalmente mantiene un nivel muy alto de calidad global. Un tomo para adentrarse de lleno en este sello que se ha ganado por derecho propio un lugar en la historia del cómic.
Guion - 6
Dibujo - 8
Interés - 8
7.3
Interesante
Un especial aniversario con alicientes muy interesantes tanto para los fans d toda la vida como los nuevos lectores que quieran asomarse al pasado de Wildstorm. Nota aplicada a la media de todos los trabajos incluidos.
Lo de Brett Booth es digno de admirar. Cómo un tío tan rematadamente malo (y su colorista, que es probablemente el peor de todo el circuito americano) pueda tener siempre trabajo mientras a auténticos artistas apenas les caen algunas migajas, si es que no están directamente en paro.
Buen repaso, pero discrepo en la valoración de Backlash; es una homenaje paródico a los tebeos de los 90 maravilloso, los diálogos de los mismos personajes( «Dios mío ¿por que hablas como en un comic de acción de los 90?») o la viñeta final con la despedida remueve los sentimientos de la generación de lectores que crecieron en esa época.
Sobre Bret Booth, no es un buen dibujante, eso lo puede ver cualquiera, pero es el equivalente a los Schwarzenegger y Stallone en el cine, actores muy limitados pero honestos en sus limitaciones y que te dan lo que ofrecen, acción y diversión sin aspiraciones artísticas.