Wilusiya. Las últimas horas de Troya, de Mikael Coadou, Benjamín Blasco-Martinez y Émilie Beaud

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Portada de Wilusiya. Las últimas horas de Troya, de Mikael Coadou, Benjamín Blasco-Martinez y Émilie Beaud

Edición original: Wiloucha – Les dernières heures de Troie (Petit à Petit, 2023)
Edición nacional/España: Wilusiya. Las últimas horas de Troya (Yermo Ediciones, 2024)
Guion: Mikael Coadou
Dibujo: Benjamín Blasco-Martinez
Color: Émilie Beaud
Traductor:: Fernando Ballesteros
Formato: Cartoné. 80 páginas. 22€

La guerra de Troya vista por los hititas.

«¡Desde ahora y hasta nueva orden, no sé brindará ninguna ayuda a la ciudad de Wilusiya! Los troyanos afrontarán solos su destino. Tal es la voluntad de la Diosa.»

Wilusiya –o más comúnmente Wilusa- era el nombre con el que los hititas conocían la ciudad de Troya que los griegos saquearon en el siglo XIII a. C. según los poemas épicos de Homero La Ilíada y La Odisea. En ellos vemos como tras más de diez años de luchas los griegos capitaneados por Agamenón consiguen entrar en la ciudad gobernada por el rey Príamo gracias al ingenio de Odiseo. Aunque todavía hay muchas incógnitas sobre la veracidad de La guerra de Troya narrados por el poeta griego, gracias a los trabajos de Heinrich Schliemann sí que conocemos la localización de la ciudad y posteriores trabajos arqueológicos y documentos encontrados en archivos reales del Imperio Hitita han podido confirmar que la ciudad fue destruida en unas fechas similares a las que podemos leer en las obras del poeta ciego. En cualquier caso, estamos ante unos textos que han sido de vital importancia para conformar la cultura del mundo occidental, algo que ha provocado que se haya convertido en unas de las historias más conocidas y versionadas. En cualquier medio nos podemos encontrar una enorme cantidad de adaptaciones y obras inspiradas de una u otra forma en ellas, algo a lo que no es ajeno el cómic con obras tan interesantes como La Cólera de Santiago García y Javier Olivares o la todavía inconclusa La Edad de Bronce de Eric Shanover. En casi todas esas adaptaciones vemos la historia desde el punto de vista griego o troyano, pero muy rara vez vemos el conflicto desde otros puntos de vista. Eso es justo lo que nos ofrece Wilusiya. Las últimas horas de Troya en la que vemos parte del conflicto contado desde el punto de vista de los hititas. Un cómic editado en nuestro país por Yermo escrito por el profesor de latín Mikael Coadou (1997) que firma su primer guion de cómic. El encargado de dibujarlo es Benjamín Blasco-Martinez (1990), conocido en España por el western Catamount (Yermo) y la historia postapocalíptica Negro horizonte (Tengu), con color de su colaboradora habitual Émilie Beaud (1979).

El cómic nos traslada al año 1270 a. C. a Hattusa, la capital del reino de lo hititas, donde el rey Hattusili III debate con sus consejeros si enviar ayuda a su aliada Wilusiya que lleva diez años asediada por un ejército griego. Desde su ascenso al poder el rey Hattusili se ha convertido en un tirano que reina a base de propagar el terror y que tiene que tomar una decisión que sellará los siguientes años de la región y el futuro de su imperio. Mientras en la playa de Troya, Agamenón habla con Ulises, su aliado más taimado e ingenioso, buscando la forma de conseguir penetrar los muros de la ciudad del rey Príamo para poner fin al prologado asedio y permitir a su ejército regresar a casa.

Como nos indica el subtítulo del cómic estamos ante una historia que se centra en los últimos días de la guerra de Troya que son conocidos prácticamente por todo el mundo. Así que en esta parte no hay mucho espacio para las sorpresas, ya que en sus páginas podemos sucesos conocidos por todo el mundo cómo la idea de Ulises de usar un enorme caballo –extraordinariamente dibujado y diseñado por Benjamín Blasco-Martinez– y el posterior brutal saqueo de la ciudad a sangre y fuego.

Al igual que sucede en muchas adaptaciones, en este cómic se prescinde de todas las partes relacionadas con los dioses y la mitología para buscar una aproximación lo más históricamente veraz posible. De esta forma nos encontramos con unos diseños del vestuario e impedimenta de los griegos y troyanos que no parecen extraídos de la Grecia clásica y si de la Edad de Bronce que es cuando sucedieron los hechos. Una veracidad que también vemos en la brutalidad y violencia que vemos en el saqueo de Troya y en la forma de gobernar del rey hitita.

Mucho menos conocido que la caída de Troya es todo lo que sucede de forma paralela en la capital del imperio Hitita, donde el rey Hattusili trata de aprovecharse de la situación para ganar poder en la zona esperando que sus enemigos se diezmen entre ellos. Sin embargo, acaba metido en una espiral de brutalidad y conspiraciones que nos permite conocer las causas de la posterior caída de su imperio. Aunque esta parte otorga un refrescante toque de novedad a la obra, el peso del cómic sigue descansado en los sucesos de Troya sobre todo en las páginas finales y nos queda la sensación de que se podría haber dado una versión todavía más centrada en el punto de vista de los hititas.

Estamos ante una historia que no da tregua al lector ya que tiene un ritmo endiablado en el que se van sucediendo los acontecimientos a toda velocidad. Algo que resta espacio para el desarrollo o presentación de los personajes que no son parte de la corte hitita, pero que supone un acierto por parte del guion de Mikael Coadou ya que son personajes que son conocidos por todo el mundo. Pese a ese espacio tan limitado sí que está muy bien reflejado el progresivo descenso a la locura del rey Hattusili y como su corte se sumió en el caos y la violencia.

Gráficamente estamos ante un cómic espectacular con un Benjamín Blasco-Martinez brillante en casi todos los aspectos y que tiene personalidad propia. Algo que no es habitual en el cómic histórico francés en el que abundan los autores que tratan de parecerse en exceso a Juilard y Bourgeon. Ya hemos destacada la brillantez de los diseños, pero también hay que loar su capacidad para crear escenas de acción espectaculares y llenas de detalles sin tener que sacrificar la claridad narrativa. Todo es buen trabajo está potenciado y complementado con un acertado color de Émilie Beaud que potencia el resultado final. Quizás el mayor pero de la obra sea la portada con un estilo pictórico que no tiene nada que ver con lo que nos encontramos en el interior.

Como es habitual la edición de Yermo es de alta calidad, quizás se puede cuestionar la decisión de traducir el Wiloucha francés como Wilusiya en lugar del más habitual Wilusa, pero tenemos un texto en el que el traductor explica su decisión. Como extras el volumen incluye un dossier sobre la época escrito por Markus Egetmeyer, profesor de lingüística griega de la universidad de La Sorbona.

Wilusiya. Las últimas horas de Troya es un notable cómic histórico lleno de acción y de un ritmo endiablado que si bien no está entre las mejores obras del género sí que está por encima de la media y de la que disfrutaran todos los amantes del género. Mikael Coadou, Benjamín Blasco-Martinez y Émilie Beaud nos ofrecen su visión de una historia mil veces contada con un punto de vista novedoso, aunque lo podría haber sido más.

Lo mejor

• La frescura que le aporta a una historia sobradamente conocida el punto de vista del Imperio Hitita.
• El realismo de la obra.
• El dibujo y el color de Benjamín Blasco-Martinez y Émilie Beaud.

Lo peor

• La portada no hace justicia al arte que nos encontramos en el interior del cómic.

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