Wonder Woman, la mujer que tiene dudas. Embajadora de la paz, Diosa de la guerra y de la verdad. Amiga y amante, venganza y rabia.
La Diosa amazona está pasando por uno de los mejores momentos en la historia. A la exitosa adaptación cinematográfica, tras la que prácticamente se ha convertido en el centro del DCEU tras la ausencia de Superman y la posible desaparición del Batman de Ben Affleck en el futuro, hay que sumarle la actual serie regular en la etapa Renacimiento y que, si bien está muy lejos de ser el centro de la trama actual universo DC, sí que es por mérito propio una de las mejores colecciones disponibles ahora mismo en el catálogo de la editorial.
En los números anteriores de arco del presente, es decir de La verdad, dejamos a nuestra querida Wonder Woman internada en un psiquiátrico de Londres por el propio Steve Trevor, en estado catatónico e intentando recobrar la cordura con la ayuda de una simpática serpiente en unas escenas que recuerda bastante a Alicia en el país de las maravillas. Barbara Ann Minerva por otro lado, es capturada por Veronica Cale, o más bien se deja capturar para intentar negociar con ella y resolver la situación, algo que le costará mucho más caro de lo que quizás pudiera pensar en un principio. Y es que Cale tiene grandes motivos para hacer lo que hace, como se explica en la trama del pasado. Y por último, tendremos la recuperación de un personaje más que es creación del propio Rucka, Ferdinand, un simpático minotauro, o citotauro para ser exactos puesto que es de Citera y no de Minos, que servía de chef en la embajada de Themiscyra en la primera etapa de Rucka, y que aquí se recupera como un guiño a los lectores.
Por otro lado, estrenamos arco nuevo en la trama del pasado con Godwatch, cuyo significado entenderemos en La verdad, y que es seguramente una trama más potente que esta última, al menos hasta el momento. Aquí entendemos las motivaciones de Veronica Cale, que es mostrada como algo más allá que un simple villano de opereta que simplemente odia a Wonder Woman y que tiene una ambición desmedida. Comprendemos por qué Cale está obsesionada con Themiscyra, que se convierte en el punto de convergencia de ambas tramas, y con Wonder Woman, a la que considera imprescindible para encontrar la tan ansiada isla. Lo curioso es que la propia Diana opina lo mismo de Cale, como vemos en La verdad. El caso es que, sin entrar en muchos spoilers, Cale pasa por momentos muy traumáticos, que tienen que ver con dos villanos nuevos (y a la vez clásicos) que entran en acción para complicar todo el asunto, y dar origen a la trama conjunta de ambos arcos argumentales. Se agradece mucho que Rucka se tome la molestia no solo de centrarse en la historia y en los protagonistas, sino también en los villanos, y en concreto de Cale, creación de él mismo en su anterior etapa, mostrándonos todos los matices de un personaje muy interesante que espero dará mucho que hablar en el futuro. Puesto que Cale, más que una villana, es mostrada en esta nueva encarnación como una mujer implacable que hace lo que sea necesario por sus seres queridos, pero que en el fondo se arrepiente de ciertas decisiones que le cuesta tomar. Todo lo contrario ocurre con Maru «Veneno», cuya nueva encarnación en Renacimiento es bastante más plana y sencilla que la de su compañera Cale, siendo una simple mercenaria que por algún motivo, que seguramente detallarán en el futuro, tiene bastante inquina a Wonder Woman.
En el apartado artístico, se encargan los habituales
Guión - 9
Dibujo - 7.8
Interés - 9
8.6
Calidad
Continúa la etapa de Rucka, que se acerca poco a poco a su recta final, y en donde el guionista nos muestra todo su arsenal en una historia cada vez más interesante y adictiva.
Decir que esta etapa me está encantando es quedarme corta. No sólo por la propia Diana, si no por sus propios secundarios (que decir de Etta Candy y Bárbara Ann….. y esa relación tan sutilmente iniciada con una poetisa mediante, Safo) o Steve Trevor o las lacayas de Verónica Cale (Adriana o el equipo de Maru, aunque a la propia Maru le falte un poquito de «vidilla»).
Rucka siempre es un acierto, al menos para mi gusto en Wonder Woman. En cuanto al dibujo, en general me está gustando, mucho.
Espero que tras esta etapa el nivel no decaiga y no se olviden de golpe y porrazo de algunas cosas.
Secundo lo dicho por Cristian y Dargent. A menos que se me este olvidando algo muy gordo, la Wonder Woman de Rucka ha terminado siendo muy probablemente la mejor serie que dado el Renacimiento DC
La he leído hasta el final, en inglés. Hasta que abandonó Greg Rucka. Me encanta. Sin más. Puede que sea mi cómic favorito. Me refiero a los 25 números. Sólo quiero decir que aunque Nicola Scott es inigualable no me parece que decae nada con Bilquis Evely a los lápices. de hecho creo que sus portadas son las mejores de los tres dibujantes principales.