Felicidades, Wonder Woman
Una vez más, como consecuencia y a modo de celebración de un ochenta cumpleaños de personaje, DC Comics nos trae un tomo único compuesto de distintas historias centradas en un homenajeado. En esta ocasión, Wonder Woman, como antes tuvimos los propios de Catwoman, Joker o Green Lantern, de desigual resultado.
Es una iniciativa complicada a la hora de ser puesta en marcha, fundamentalmente por la compleja situación que trae consigo sintetizar una carrera tan amplia, en muchos casos además tomando en consideración que no tenemos un solo personaje, sino varios. La primera decisión de peso en este sentido es la más adecuada, en plena coherencia con los ejemplos anteriores a este y cómo fueron recibidos por parte de los aficionados.
Habiendo podido dividir el protagonismo entre varias heroínas, como Donna Troy o la actual Yara Flor de Estado Futuro, se apuesta decididamente por Diana Prince. Esto permite dar cohesión a las historias y un hilo conductor a los argumentos.
El tomo comienza con un In memorian para Diana, tras su «muerte» reciente. La historia sirve como un homenaje a los trajes, etapas y aventuras de Wonder Woman, utilizando a Steve y Etta como impulsores del relato. Es un guion solvente, a cargo de Becky Cloonan y Michael W. Conrad, con una aparente facilidad, en realidad muy difícil de conseguir, para sintetizar algo tan complejo como son ochenta años de trayectoria.
Además de cargar con el peso de ser el principal elemento didáctico del tomo, tiene una segunda función, servir como enlace perfecto entre etapas. En ambos escenarios cumple con solvencia, dejando un final abierto que se resolverá en su cabecera propia y que deja con ganas de seguir leyendo. El arte de Jim Cheung si bien cumple en líneas generales, no alcanza la espectacularidad pretendida desde el guion, en muchos casos lastrando el impacto que debe generar la viñeta.
En Dreamers, obra de Jordie Bellaire al guion, Paulina Ganucheau y color de Kendall Goode, tenemos una pequeña aventura de la joven Diana y Nubia que es puro corazón, llegando a recordar por estilo de dibujo a obras de la calidad de La sociedad de los dragones del té. Además de la épica y el drama, sus autoras recuerdan en apenas ocho páginas que Wonder Woman puede significar algo distinto, apelando al público infantil y las emociones más humanas.
La siguiente, obra de Amy Reeder y Marissa Louise es un rara avis dentro del tomo. El dibujo se desmarca del resto de estilos, como también lo hace el color de la segunda, en una historia que no pasa de ser un mero trámite dentro del conjunto, sin el propósito de otras y con menor impacto emocional en el lector.
En Querida Diana, Mark Waid se junta con José Luis García-López (dibujo), Joe Prado (tinta) y Trish Mulvihill para completar una breve historia en la que su estilo como escritor es perfectamente reconocible. Su búsqueda continua de la intimidad en el conflicto superheroico, en la relación entre personajes de la Liga de la Justicia.
El dibujo del segundo maestro se siente por momentos fuera de época, pero no deja un mal resultado en general, adecentado por la tinta de Prado y un color más actual por parte de Mulvihill.
Dated, de Tom King y Evan Doc Shaner, resulta la mejor historia de las contenidas en el tomo. Con una idea concreta y etapa en la cabeza, la Diana de los años sesenta, y el influjo de las series de televisión y la comedia en las aventuras, King construye un relato tan simple como certero, con Clark Kent como coprotagonista de excepción.
El dibujo y color de Shaner es extraordinario, lleno de detalles y muy certero en la construcción de la atmósfera de la época y las características contrapuestas entre ambos héroes, objeto central de lo que el guionista pretende traer en esta ocasión.
De los sesenta nos vamos a los noventa y a Cheetah, con Vita Ayala al guion e Isaac Goodhard al dibujo y Jeremy Lawson al color. Si bien resultagradable, en buena medida por el arte del segundo, no presenta apenas contenido y se ve muy perjudicado en comparación con Dated. A pesar de poner la acción, algo de lo carecía la anterior, la falta de elaboración propia de ideas hace que sea olvidable de inmediato, sin dejar poso alguno en la reflexión posterior a toda lectura.
Steve Orlando, Laura Braga (artista) y Romulo Fajardo Jr. (color) elevan el nivel de la anterior con una historia más coral en la que el talento del primero a la hora de disponer de los monólogos internos y el potencial de los diálogos sirve para explotar la historia. El dibujo de Braga, acompañado del trabajo de uno de los mejores coloristas de la editorial, sabe ser continuista sin perder cierto aspecto personal y se erige como uno de los más satisfactorios de los aquí contenidos.
Los dos últimos son los que presentan mayor identidad junto a In memoriam, ya comentado. En la primera, Stephanie Phillips, Marcio Takara y Marcelo Maiolo desarrollan un relato de género de aventuras, que casa con la historia de Diana y con un elemento muy personal de su trayectoria. El dibujo y color aprovechan situaciones muy bien trazadas por su guionista, que exhibe una enorme capacidad de síntesis y lleva al personaje a un rocambolesca cierre tan elemental como entretenido.
El cierre, obra de Willow Wilson, Meghan Hetrick y Marissa Louise resulta confuso por la posición que ocupa en el tomo. Si bien tiene mayor peso original, no resulta un final redondo por el escenario elegido y no tanto por el monólogo final, que sí está a la altura.
El tomo se completa con dos números de Sensational Wonder Womande Andrea Shea, Bruno Redondo y Adriano Lucas. El dibujo es su principal virtud, en plena sintonía con otros trabajos de los dos últimos como son Nightwing y Escuadrón Suicida. Es un complemento que lejos de sentirse un añadido superfluo, como sucede en muchas ocasiones con este tipo de decisiones, deja con un sabor de boca muy agradable y permite comprobar cuán notable sería una futura etapa dibujada por ambos en Wonder Woman.
La portada del tomo, especial para España, está dibujada por Belén Ortega. Como dijimos en el Magazine del mes, hemos de celebrar que ECC Ediciones continúe con su política de contar con dibujantes españoles para estos trabajos, más aun si, como en esta ocasión, el resultado es tan satisfactorio.
Lo mejor
• La historia de Tom King y Evan Doc Shaner.
• En general, es un conjunto muy satisfactorio, que da cuenta de las múltiples visiones sobre el personaje.
• La portada de Belén Ortega
Lo peor
• El escenario escogido para el final del especial.
¡FELICIDADES!
Guion - 7.5
Dibujo - 7.5
Interés - 7
7.3
Un conjunto notable, con varias historias originales, y que sabe estar a la altura como homenaje para un personaje como Wonder Woman.
